Entre las tradiciones de Egipto y Grecia, por una parte, y de Persia, por otra, hay demasiadas semejanzas de símbolos para admitir que semejantes coincidencias sean debidas a pura casualidad. Esto ha sido probado por el orientalista francés Jean-Sylvain Bailly. Sobre todo es significativo comparar las tradiciones de los magos persas con las llamadas fábulas griegas. El término mago proviene del persa antiguo maguš por mediación del griego μάγος y finalmente del latín magus. El sentido original de la palabra Mago se refería a los integrantes de una tribu de Media y luego a los sacerdotes persas. El Imperio medo o Media o (en persa antiguo: Mâda; en kurdo: Mâd) fue un antiguo imperio asiático de la Antigüedad que correspondía a la región poblada por los medos entre el mar Caspio y los ríos de Mesopotamia. Luego fue conquistado y anexado a Persia. Su capital fue Ecbatana. En términos modernos el concepto de mago se refiere, a una especie de astrólogo o adivino, que practica magia, hechicería o brujería. Comúnmente, “mago” se refiere a hechicero masculino, y “bruja” a una hechicera. Media constituye un problema para los estudiosos que tratan de describir este antiguo imperio. Las pruebas de que se disponen son poco fidedignas: consisten en algunos hallazgos arqueológicos, algunas referencias en textos cuneiformes asirios y babilonios, la inscripción persa de Behistún, Los nueve libros de historia del historiador griego Heródoto, y dos capítulos en la Biblia.Originalmente, un magi era el miembro de una tribu de la antigua Media que se ocupaba de las prácticas religiosas y funerarias. Después de la conversión de esta tribu al zoroastrismo fueron considerados por los tres imperios persas guardianes del legado de Zaratustra o Zoroastro, profeta fundador del mazdeísmo o zoroastrismo, a pesar de que introdujeron algunas modificaciones al mensaje original. Los magos de Persia fueron incluyendo en su religión algunos temas o elementos de Babilonia, como la astrología, la demonología y la magia. En su rito religioso vertían libaciones de leche, aceite y miel sobre una llama y al mismo tiempo entonaban rezos y canciones. Llevaban vestiduras blancas, tiara, y en la mano un haz de ramas de tamarisco. Ya en el siglo I fueron reconocidos como hombres sabios . Los más tarde llamados reyes magos, personajes llegados de Oriente y mencionados en la Biblia (Mateo 2), eran magos en el sentido original del término, esto es, sacerdotes persas. El cambio de significado del término, que pasa a designar a alguien que practica la magia o hechicería, se debe a la asimilación que la Iglesia hizo de las creencias y rituales religiosos no cristianos, como los zoroastrianos, con la brujería y prácticas similares.
Helena Blavatsky (1831 – 1891), fue una escritora, ocultista y teósofa rusa. Fue también una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica y contribuyó a la difusión de la Teosofía moderna. Sus libros más importantes son Isis sin velo y La Doctrina Secreta, escritos en 1875 y 1888, respectivamente. En sus escritos, de gran erudición, se refirió a una serie de civilizaciones antiguas, algunas de ellas perdidas, que han servido de inspiración a escritores posteriores que han tratado estos temas. Me he basado en algunos de sus escritos para redactar este artículo. Su nombre original era Helena Petrovna Hahn, pero adoptó el nombre de Blavatsky a consecuencia de un matrimonio que, a su pesar, celebró a los 17 años. Nació el 31 de julio de 1831, en Ekaterinoslav, al Sur de Rusia. De noble ascendencia social, ya que era nieta de la princesa Elena Dolgorouki, terminó sus días en precaria situación económica, debido a las grandes sumas que canalizó para la obra teosófica, así como a su vida aventurera. Viajó un poco por todo el mundo, buscando experiencias, conocimientos y contactos que fueron a revelarse preciosos e indispensables para la magna tarea a la que se dedicó. Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Grecia, Turquía, Estados Unidos de América, Canadá, Méjico, Perú, Palestina, Egipto, Persia, Sri Lanka, India y Tibet fueron solamente algunos de los puntos geográficos donde pasó partes de su vida. Murió el día 8 de Mayo de 1891, en Londres. De ella se ha dicho: “Tal fue el fin de la mujer de quien podemos decir que fue la mejor y más sabia, no apenas de su generación como, probablemente, de muchas“. En 1875, junto con Henry Steel Olcott, prestigioso coronel americano que había conocido un año antes, y con un pequeño grupo, creó la Sociedad Teosófica, cuya sede fue inicialmente en Nueva York pero que, poco después, fue transferida a la India. En su historia hay diversos claro oscuros, ya que, por ejemplo, tuvo gran influencia en algunos de los jerarcas nazis, especialmente en algunos de sus conceptos antisemitas y racistas. De todos modos debemos reconocer que murió casi 40 años antes de la aparición del nazismo y que los nazis prohibieron la Sociedad Teosófica que ella había fundado.
Isaac Asimov, un escritor y bioquímico soviético, nacionalizado estadounidense, en su libro “El Cercano Oriente” menciona que los magos son sacerdotes de las tribus iranias, llamados magi. Y como se pensaba que los sacerdotes tenían poderes ocultos, magi, en caldeo, llegó a significar hechicero o mago. En un sentido muy diferente, en épocas recientes el título de “Mago” se ha asignado a los artistas que practican el ilusionismo, es decir a quienes realizan juegos para crear ilusiones visuales o en cualquiera de los sentidos, simulando poderes especiales, con objetivos recreativos. Esta “magia” ha entrado a formar parte de las artes escénicas contemporáneas. En la actualidad el arte de la magia y la ilusión es utilizado por los magos para lograr el asombro y la diversión de sus espectadores. Las antiguas leyendas han pasado a ser ahora cuentos populares, pero las tradiciones de Persia se han abierto paso en nuestra historia universal. Los relatos del Rey Arturo y de sus Caballeros de la Tabla Redonda son también aparentemente cuentos de hadas y, sin embargo, están basados en hechos que pertenecen a la historia de Inglaterra. Esa tradición persa dice que, antes de la creación de Adán, vivieron en la tierra dos razas sucesivas: los Devs, que reinaron 7.000 años, y los Peris (los Izeds), que sólo reinaron 2.000. Los Devs eran gigantes, fuertes y malvados, mientras que los Peris eran más pequeños de estatura, pero más sabios y bondadosos. En esto reconocemos a los Gigantes atlantes y arios, a los Râkshasas del Râmâyana, a los hijos de Bhârata-varsha, en la India, o a los antediluvianos y los postdiluvianos de la Biblia. Gyân, llamado también Gian ben-Gian (Sabiduría), fue Rey de los Peris. Tenía un escudo tan famoso como el de Aquiles, sólo que en lugar de servir contra un enemigo en la guerra, servía de protección contra la magia siniestra y la brujería de los Devs. Gian-ben-Gian había reinado 2.000 años cuando a Iblis, el Demonio, le fue permitido por Dios derrotar a los Peris y arrojarlos al otro extremo del mundo. Ni aun el escudo mágico, construido con arreglo a principios astrológicos, que destruía los hechizos y encantamientos, pudo vencer a Iblis, que era un agente del Destino, o Karma. Cuentan hasta diez reyes en su última metrópoli, llamada Khanoom, y el décimo dicen fue Kaimurath, idéntico al Adán hebreo. Estos reyes corresponden a las diez generaciones antediluvianas de reyes, según las presenta el filósofo y sacerdote Beroso.
Después del Diluvio Universal, una raza de guerreros semidivinos habitó las tierras del Levante. Eran llamados los Refaítas o Rephaim y se dedicaron a la defensa de las tierras occidentales y de las instalaciones espaciales anunnakis durante los inicios del tercer milenio antes de Cristo. En este tiempo debieron su lealtad a los reyes de Mesopotamia, especialmente a Nannar-Sin, que era el legítimo dios de estas tierras. Según “El Haggadah”, libro rabínico basado en la narrativa de los pasajes bíblicos: “Los descendientes de la alianza entre los ángeles y las mujeres Cananitas fueron los Gigantes, conocidos por su fuerza y su maldad. Ellos tienen muchos nombres; algunas veces conocidos como Rephaim“.Cuando sus ciudades en Transjordania y en otras partes fueron destruidas por los reyes del Este que las invadieron durante el siglo XXI a.C., los Refaítas abandonaron su lealtad a la legítima autoridad y se convirtieron en una fuerza guerrera independiente en las tierras occidentales. Entonces se convirtieron en una fuerza formidable e incontrolable que dominó estas tierras durante mil años. Fueron los Refaítas los que construyeron formidables fortificaciones, cuyas ruinas se encuentran en todas en el Levante, desde Egipto hasta Anatolia. Sus descendientes, llamados los Hiksos, ocuparon Egipto por más de cuatrocientos años y, bajo el nombre bíblico de Amalecitas, impidieron que las tribus hebreas, bajo el mando de Moisés, entraran en las tierras de Canaán.No mucho tiempo después que Samuel ungió a David, y una vez que el espíritu de Dios había dejado al Rey Saúl, los filisteos se reunieron para guerrear contra Israel en Socoh y acamparon en Efes-Damim. Cuando las líneas de batalla de los filisteos y el ejército de Saúl se encontraron de frente a cada lado del valle, el gigantesco guerrero Goliat salió del campamento filisteo y en voz alta desafió a Israel para que presentara a un hombre que luchase con él en un combate cuerpo a cuerpo, cuyo resultado determinaría qué ejército llegaría a ser siervo del otro. Durante cuarenta días, Goliat desafió al aterrorizado ejército de Israel cada mañana y cada atardecer. No obstante, ningún soldado israelita tuvo suficiente valor como para aceptar semejante reto. Al desafiar a los ejércitos de Jehová, Goliat abre un nuevo capítulo en la historia de Israel. Un pastor llamado David, de la tribu de Judá, en quien estaba el espíritu de Dios, le hizo frente.
Goliat, precedido por su escudero, avanzó, invocando por sus dioses el mal contra David. A esto, David respondió: “Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Dios de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio”. Cuando David le lanzó una piedra con su honda, esta se le hundió en la frente y Goliat cayó a tierra. Acto seguido, David se plantó sobre Goliat y con la espada del gigante le cortó la cabeza. A esto siguió una notable derrota y una gran matanza de filisteos. “Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, y puso las armas de él en su tienda”. Aunque es verdad que David no tomó la fortaleza de Sión sino hasta un tiempo posterior, la ciudad de Jerusalén había sido habitada desde hacía tiempo por israelitas y jebuseos. Parece ser que más adelante David dejó la espada de Goliat en el santuario, como lo indica el que se la diera el sacerdote Abimélec cuando huía de Saúl. Distintas listas y datos de reyes anteriores a lo que se cree que fue el diluvio universal, han sido reflejadas en la mitología e historia de diferentes pueblos, incluyendo la Biblia. Culturas como las de los sumerios, acadios, babilonios, hebreos, etc, han dejado registros, como la lista de reyes sumerios, y otros documentos que nos permiten saber un poco quienes fueron estos reyes. Existe una extensa literatura religiosa, además del Libro del Génesis, que se ocupa del período antes del Diluvio. Fuentes como Los tres libros de Enoc, El Libro del Jubileo, Las enseñanzas gnósticas, Los pergaminos del Mar Muerto, El Haggadah o la tradición oral de los judíos, las escrituras rabínicas, o las obras de Josefo, entre otras, hacen referencia a Noé, Atrahasis, Utnapishtim, Ziusudra y otros, que han sido considerados por diversas culturas como el nombre del último rey antediluviano. Se han comparado las distintas historias y no hay duda de que Ziusudra y Noé se refieren a la misma persona. Por otro lado, Adán puede ser identificado con Alulim. Podemos ver distintas listas, como en la colección Weld-Blundell, que parece ser la más completa y supuestamente escrita por un tal Nur-Nin-Su-Bur en el 2170 a. C. Podemos encontrarlo en el museo de Londres. También tenemos la lista de la dinastía de Isín, y la lista del filósofo y sacerdote Beroso, en su obra Babyloniaca, en que explica la aparición de un mítico personaje llamado Oannes. Las listas de reyes sumerios son documentos históricos valiosísimos, que dejaron grabados los nombres de reyes, y sus reinados de épocas muy distantes. Estas listas describen a los reyes y la caída de sus reinados, la división de la dinastía Isin que comenzó a gobernar aproximadamente en 1950 a. C. En un principio se creyó que la duración de los reinados eran erróneos y que estaban mal descifrados. Pero luego, con el tiempo, se estableció que eran correctos.
La lista atribuye reinados de duraciones increíbles a los reyes antediluvianos. El Haggadah, la fuente de la tradición oral hebrea, se refiere al período de las calamidades que ocurrieron en la generación de Enós, el segundo o tercero después de Adán, cuando la tierra fue asediada por “Cuatro revoluciones naturales” probablemente una referencia a los terremotos, causados quizás por un cambio de la tierra sobre su eje. El Segundo Libro de Enoc habla de un “Período de Caos” justo antes del Diluvio, cuando la sociedad se destruía, y los pueblos y naciones emprendían guerras unos contra otros. Referencias a tal época de caos no se limitan a documentos religiosos sino que también se encuentran en la literatura cuneiforme sumeria. Otras fuentes antiguas revelan que en los días de Enós hubo severas interrupciones en el abastecimiento de agua, y que “las montañas llegaron a ser áridas“, por lo que mucha gente moría y los cadáveres se pudrían y no eran enterrados. Incluso el escritor griego Heródoto, en sus Historias, se refiere a las antiguas perturbaciones de la Tierra. Fue informado por los sacerdotes egipcios de la antigua ciudad de Heliopolis que en los 10000 años que precedían, “el sol se había movido de su curso cuatro veces“. Parece que el eje de la tierra había sido desplazado cuatro veces, porque el sol habría cambiado su posición normal, ascendiendo dos veces por el oeste, y dos veces por el este. A pesar de la posible desfiguración de estas leyendas, podemos identificarlas con las tradiciones caldeas, egipcias, griegas, y hasta con las hebreas; pues el mito judío, aunque desdeñando hablar de las naciones preadámicas, permite, sin embargo, que éstas puedan inferirse claramente, al enviar a Caín, uno de los dos únicos hombres vivientes sobre la Tierra , al país de Nod, en donde se casa y construye una ciudad.
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