Observar los prados de hierba en primavera nos aporta una imagen única, un verde brillante, luminoso, como un manto esmeralda irradiando luz.
Más que en otro momento se nos manifiesta el poder salutífero y vitalizador del manto vegetal que cubre la Tierra. El poder de la clorofila, la molécula clave que transforma la luz en materia viva, se nos muestra a través de las brillantes hojas verdes de las plantas.
Para los alquimistas la primavera era un momento clave para una operación muy especial: la recogida de rocío.
El equinoccio de primavera marca el momento de equilibrio en el ciclo anual, en el que la duración de los días se iguala a la de las noches. La naturaleza despierta tras el paso por la muerte aparente del invierno, los brotes surgen con fuerza de la tierra, las raíces se despliegan absorbiendo nutrientes e impulsando el crecimiento de las plantas, las semillas resucitan volviendo a la vida tras el letargo invernal.
Fuerzas cósmicas descienden desde el cielo a la Tierra impulsando la vida, y para la alquimia estas fuerzas se concentran en el agua de rocío. Para ellos en primavera desciende “El Espíritus Mundi” desde el Cosmos hacia la Tierra; sería la fuerza que impulsa la vida, el Espíritu Creador, “el prana” de los hindús, o el “Quí” de los orientales, y ese “Espíritus Mundi” es atrapado en las gotas de rocío que se generan especialmente en los tres meses de primavera.
Este rocío primaveral captado y posado sobre campos, hierbas y plantas, poseería un poder vivificador sobre el mundo vegetal, que a su vez sería incorporado por el mundo animal y el humano al ingerir estos alimentos.
El rocío o “rociada” desciende sobre la Tierra especialmente en los momentos de luna llena, y es ahí cuando los alquimistas realizaban esta labor, extendiendo paños sobre las hierbas de los campos, de madrugada y antes de que saliese el sol escurrían los lienzos impregnados en rocío y obtenían el preciado elixir. Si se ilumina esta agua de rocío con luz ultravioleta se puede observar como desprende una luminiscencia verde esmeralda, que sería la manifestación de ese espíritu de vida contenido en él.
El secreto de cómo y cuando se ha de realizar esta operación se recoge en una de las imágenes del Mutus Liber, o libro mudo, donde aparecen en forma de imágenes y símbolos, las claves secretas de las operaciones alquímicas. Una pareja: hombre-mujer (Géminis) entre un carnero (Aries) y un toro (Tauro) escurren entre ambos un paño que ha sido impregnado en la hierba de un campo. Sobre ellos la luna llena y la imagen de haces irradiando desde el Cosmos a la Tierra. Nos indica pues el momento del año (marzo-abril-mayo-junio) es decir los meses de primavera y en luna llena.
La fiesta del rocío de Huelva en sus orígenes ancestrales, se relaciona con este hecho; la naturalezavirgen (María) se impregna y es fecundada, vivificada por el descenso de la “Blanca Paloma” (“El Espíritus Mundi”).
Pero si hay una Planta Medicinal en relación íntima con la alquimia y sus secretos, es la Alquemila (Alchemilla officinalis), llamada así porque en sus hojas con forma de pequeños cálices, quedan atrapadas las gotas de rocío y los alquimistas conociendo esta cualidad, buscaban praderas de Alchemilla, para recoger el preciado líquido, y de ahí su nombre botánico.
Se puede observar aún en la mañana, cuando el rocío al salir el sol ya se ha evaporado en el resto de plantas, como permanece en ella, cual cristalino y mágico diamante.
Esta planta pertenece a la familia botánica de las rosáceas, la familia de la Rosa, la planta de labelleza y de la perfección, no en vano esta familia contiene en su geometría la pentalfa sagrada o estrella de cinco puntas, que contiene el número áureo en toda su extensión y posibilidades geométricas, símbolo elegido por Pitágoras y sus discípulos.
Esta planta, la Alchemilla officinalis, tiene varios usos medicinales, entre ellos según nos cuenta Dioscórides, “hace volver la madre a su lugar”, es decir es útil por su alto contenido en taninos y su poder astringente, para recolocar los órganos femeninos (matriz) dilatados tras el proceso de embarazo y el trabajo de parto. Simbólicamente es bello observar la relación del útero femenino con el mito del Grial como vaso que acogería el espíritu (un ser, un espíritu humano) y la forma de la hoja de la alquemila, una planta que también en su hoja, a modo de vaso griálico capta ese espíritu cósmico, o “Espíritus Mundi”
Alchemilla officinalis
La Alquemila es la hierba mítica y secreta que los alquimistas utilizaron para sus trabajos.
Esta agua del cielo o rocío, captado por la propia planta, era recogido al amanecer para activar el proceso de transmutación del plomo en oro.
Palmira Pozuelo
Farmacéutica Naturista
www.alkemila.com