Al parecer, el pequeño estado africano de Djibouti ha ordenado a los EE.UU. abandonar su base militar secundaria de Obock en la nación con el objetivo de entregar la instalación a los militares chinos y su contingente de 10.000 soldados, levantando grandes preocupaciones en Washington, que posee la mayor base militar en Djibouti, el Camp Lemonnier.
«El anuncio, hecho el día después de que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry visitó Djibouti en mayo pasado, es muy preocupante para la Pax Americana, por lo que se refiere en la parte superior de un importante paquete de inversiones económicas por parte de China que tiene al presidente de Djibouti [Ismaïl Omar] Guelleh hablando abiertamente de la importancia de sus nuevos amigos de Asia», escribió la revista estadounidense CounterPunch en un artículo el lunes.
Según el informe, los EE.UU. están a punto de perder una de sus bases militares en Djibouti, el hogar de la instalación militar permanente más grande de América en África, que incluye 4.000 soldados y una flota de aviones no tripulados de Estados Unidos que ejecutan misiones de bombardeo en los países musulmanes de la región como parte del programa oficial de Washington de drones.
La nación del Cuerno de África, ubicada estratégicamente en la entrada crítica desde el Océano Índico al Mar Rojo, se encuentra a las puertas de la concurrida vía fluvial del Canal de Suez y proporciona un puerto a la vecina Etiopía sin salida al mar.
El informe señala, además, que el Departamento de Defensa de Estados Unidos paga a Djibouti casi $63 millones al año por el uso de la base militar de Camp Lemonnier, que también sirve como una de las mayores bases de aviones no tripulados del mundo.
China, añade el informe, ha ofrecido a Djibouti una oferta mucho más generosa, es decir, la realización de un proyecto ferroviario de $3 millones desde la capital etíope, Addis Abeba a Djibouti.
«Beijing también está invirtiendo $400 millones en la modernización de puertos notoriamente insuficientes de Djibouti,» añadió el artículo de CounterPunch.
De acuerdo con el artículo y los informes de prensa occidentales recientes, la presencia militar china en Djibouti ha introducido – entre otras posibilidades – la perspectiva de los planes de Estados Unidos para organizar un esfuerzo de «cambio de régimen» en la nación africana bajo el pretexto de un cambio democrático.
El diario Británico Daily Telegraph destacó las preocupaciones de los funcionarios del Pentágono respecto a la profundización de la participación comercial de China en Djibouti en un informe en mayo pasado, diciendo que el desarrollo puede hacer que Washington «tenga que trasladar las operaciones de recolección de inteligencia sensibles a lugares más seguros fuera de Djibouti donde están mejor protegidos de la intercepción de los chinos».
La instalación militar de EE.UU. en Camp Lemonnier en Djibouti es la base fundamental de drones de Washington.
El diario británico dijo además que hay «miedos» de que el presidente Guelleh pueda buscar «imponer restricciones al acceso de los militares de Estados Unidos a Camp Lemonnier, como poner límites a la circulación de personal militar y las operaciones militares llevadas a cabo desde la base».
El diario también citó a un «alto funcionario estadounidense», al decir que el «acuerdo comercial entre Djibouti y China ha planteado serias preocupaciones de seguridad con respecto al Camp Lemonnier. Existe el temor de que si el presidente Guelleh se acerca demasiado a China entonces él pueda tener la tentación de imponer restricciones sobre el acceso de Estados Unidos a la base, lo que afectaría seriamente a los intentos de Occidente de reunir información de inteligencia sobre el Estado Islámico y al-Qaeda».
Apuntando a un esquema potencial de Estados Unidos para planificar una operación de cambio de régimen en Djibouti, el diario británico añade, «los diplomáticos estadounidenses también están resistiendo los intentos del Sr. Guelleh para la reelección el próximo año, lo que argumentan es inconstitucional. El Sr. Guelleh ha estado en el poder desde 1999, y por ley debe retirarse. Si es así, Washington espera que un líder más razonable sea elegido, uno más alineado con los intereses del Pentágono».
Por otra parte, en un artículo del 23 de abril titulado «China llega a Djibouti,» la revista estadounidense Foreign Affairs escribió que «Washington tendría que unirse con otros aliados como Francia, Alemania y Japón para tratar de contrarrestar la creciente influencia de China en Djibouti.»
«Si no lo hace, Washington podría encontrar que el país anfitrión de su única base militar en el África subsahariana deberá más favores a China, su creciente rival global, que a los propios Estados Unidos», destacó la revista.
Central nuclear en Cattenom, Francia. Crédito: Stefan Kühn/cc by 2.0
NACIONES UNIDAS, 18 ago 2015 (IPS) – Los piratas informáticos continúan introduciéndose con monótona regularidad en sistemas y bases de datos protegidos en forma extrema y ahora hay un nuevo y tentador objetivo para los ciberataques: las centrales nucleares de todo mundo.
La alarma ya la hizo sonar la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que urgió a la comunidad mundial a intensificar los esfuerzos para proteger las plantas nucleares de posibles ataques informáticos.
Señalando que la industria nuclear no era inmune a esa clase de ataques, el director general de la AIEA, Yukiya Amano, dijo que debería realizarse un serio intento por proteger el material nuclear y radiactivo, pues “los informes de ciberataques, reales o intentos, prácticamente ocurren a diario”.
En Estados Unidos, los sistemas de protección en el Pentágono (Departamento de Defensa) y en sus agencias de inteligencia ya se vieron comprometidos por hackers (piratas informáticos), principalmente de Rusia y China.
Ahora entre las autoridades del país crece la preocupación por posibles ciberataques de organizaciones terroristas, específicamente del extremista Estado Islámico (EI), con masiva y sofisticada presencia en las redes sociales.
“Necesitamos drenar el pantano y dejar de desarrollar tecnologías que sean vulnerables a ataques catastróficos”: Randy Rydell
Irónicamente, se señala que Estados Unidos colaboró con Israel para lanzar un ataque con virus informáticos contra un programa de enriquecimiento de uranio de Irán, hace ya años.
Tariq Rauf, director del Programa de Desarme, Control de Armas y No Proliferación en el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri), dijo a IPS que las plantas nucleares y la industria atómica en general dependen de modo intensivo de sistemas y códigos informáticos.
“Cualquier acto de corrupción, código maligno o ataques dirigidos tienen el potencial de generar consecuencias catastróficas para la seguridad nuclear”, advirtió.
A este respecto, sostuvo, es deplorable que en los últimos años Israel y Estados Unidos hayan tomado por blanco el programa iraní de enriquecimiento de uranio con códigos malignos y virus, iniciando así una ciberguerra no provocada, agregó.
Stuxnet, el virus informático introducido por estos dos países en el programa nuclear iraní, ahora se filtró hacia otros programas en otros países, dijo Rauf, exjefe de la unidad de Verificación y Coordinación de la Política de Seguridad en la AIEA.
“Esto demuestra claramente que los agentes de la ciberguerra no pueden contenerse, que pueden dispersarse de modo incontrolable y tienen el potencial de crear muchos peligros para infraestructura crucial en el área nuclear”, señaló.
Según Rauf, la ciberguerra a nivel del Estado es mucho más peligrosa, y es difícil defenderse de los ataques realizados por hackers, aunque el pirateo de los sistemas de seguridad nuclear por aficionados o delincuentes también plantea importantes riesgos para los materiales radiactivos.
Randy Rydell, exfuncionario político en la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, dijo a IPS que la pregunta real no es sobre las capacidades sino sobre la motivación: “¿Por qué alguien querría lanzar semejante ataque?”.
La respuesta, aseguró, es política.
“Necesitamos drenar el pantano y dejar de desarrollar tecnologías que sean vulnerables a ataques catastróficos”, enfatizó Rydell, ex alto asesor y director de reportes de la Comisión sobre Armas de Destrucción Masiva.
Amano, de la AIEA, señaló que solo el año pasado hubo casos de ataques al azar basados en códigos malignos contra plantas nucleares, y que esas instalaciones fueron objetivos específicos.
Según él, el personal responsable de la seguridad nuclear debería saber cómo repeler ciberataques y cómo limitar los daños, si es que realmente son penetrados los sistemas.
“La AIEA hace lo que puede para ayudar a gobiernos, organizaciones e individuos a adaptarse a la evolución de las amenazas tecnológicas de parte de ciberadversarios calificados”, añadió.
En la próxima conferencia ministerial de la AIEA, programada para diciembre de 2016, uno de los temas de debate será cuál es la mejor manera de elaborar un Código de Conducta para la Ciberseguridad en la Industria Nuclear.
Consultado sobre la cibercapacidad de las organizaciones terroristas y del uso que estas hacen de las redes sociales, el almirante Cecil Haney, titular del Comando Estratégico de Estados Unidos, declaró en marzo a periodistas que el EI y otras varias entidades han logrado reclutar y amenazar, “así que cada vez vemos más sofisticación asociada a eso”.
“Esto es algo que vemos muy, muy de cerca”, dijo, destacando que el Cibercomando de Estados Unidos, así como su equipo interagencias, están trabajando en esto.
En una de las mayores brechas de seguridad, la Oficina de Manejo de Personal de Estados Unidos, que cubre a millones de empleados federales, fue uno de los blancos de los hackers el año pasado.
“La amenaza que enfrentamos está en perpetua evolución”, dijo en junio a los periodistas el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest.
“Entendemos que allí afuera hay un riesgo persistente y nos lo tomamos en serio”, agregó.
Pero los ciberataques también son cada vez más una decisión política por parte de los gobiernos en Estados Unidos, Europa occidental, Rusia y China, como medio de reacción ante un ataque.
Rauf, del Sipri, afirmó que la AIEA está desempeñando un rol crucial en fijar estándares de seguridad para actividades nucleares pacíficas, y ha emitido documentos guía a este respecto para operadores de instalaciones atómicas.
En su discurso ante la Conferencia Internacional sobre Seguridad Informática en un Mundo Nuclear, organizada el 1 de junio por la AIEA en Viena, Amano dijo que “las computadoras juegan un rol esencial en todos los aspectos del manejo y la operación segura de las instalaciones nucleares, lo que incluye mantener la protección física, de ahí que sea de vital importancia que todos esos sistemas sean asegurados adecuadamente contra intrusiones maliciosas”.
En un comunicado divulgado el mes pasado, la Casa Blanca señaló que, desde el inicio de su gobierno actual, el presidente Barack Obama “ha dejado en claro que la ciberseguridad es uno de los desafíos más importantes que enfrentamos como nación”.
En respuesta, “el gobierno de Estados Unidos implementó una amplia gama de políticas, tanto internas como internacionales, para mejorar nuestras ciberdefensas, potenciar nuestras capacidades de respuesta y modernizar nuestras herramientas de manejo de incidentes”, añadió.
Mientras la ciberamenaza continúa aumentando en severidad y sofisticación, lo mismo ocurre con el ritmo de los esfuerzos del gobierno para contrarrestarla, señaló la Casa Blanca.
La tercera gran protesta contra el Gobierno en seis meses -pacífica y en clima de carnaval- reunió este domingo a 879.000 personas en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia y otras 200 ciudades brasileñas, según cifras de la policía recopiladas por el sitio G1.
La movilización superó a la anterior del 12 de abril (600.000 personas), pero fue inferior a la primera del 15 de marzo, que reunió entre un millón y tres millones de personas en las calles.
Agitando banderas de Brasil o vestidos con la camiseta verdeamarela de la selección de fútbol, los manifestantes cantaron el himno nacional, gritaron «¡Fuera PT!», «¡Fuera Dilma!», y levantaron pancartas donde se leía: «No a la corrupción», a raíz del colosal escándalo de sobornos que ya le costó al menos 2.000 millones de dólares a la petrolera estatal Petrobras.
«Vamos a marchar hasta el fin. Hasta que la Presidente salga del Gobierno. Tiene que irse definitivamente y dejar este país en paz y libre de esa mafia del Partido de los Trabajadores», dijo Patricia Soares, una funcionaria pública de 43 años en Brasilia, no lejos de un gigantesco muñeco inflable del ex mandatario Luiz Inácio «Lula» da Silva (2003-2010), vestido con un traje rayado de presidiario.
San Pablo, el centro económico de Brasil, compuesto por 11 millones de habitantes, concentró el mayor número de manifestantes: 350.000 en la avenida Paulista, según la policía, aunque la encuestadora Datafolha, que siempre calcula por debajo de las autoridades, dijo que había 135.000.
Por su lado, los organizadores estimaron un millón de manifestantes en la metrópoli y dos millones en total en todo el país.
AFP
«Brasil despertó»
El Gobierno «vio las manifestaciones dentro de la normalidad democrática», se limitó a decir el ministro de Comunicaciones de la Presidencia, Edinho Silva.
Mientras, el senador y líder de la oposición (PSDB, centro) Aecio Neves, que perdió en octubre pasado el ballottage contra Rousseff por apenas tres puntos porcentuales, participó por primera vez en la protesta de Belo Horizonte (en el sudeste del país) vestido con una camiseta amarilla.
«¡Basta de tanta corrupción! Mi partido es Brasil!», gritó Neves a los manifestantes. «Brasil despertó. Es el pueblo en la calle lo que permitirá la superación de la crisis. No este Gobierno que no tiene más autoridad ni credibilidad», afirmó desde un camión de sonido, antes de sacarse fotografías con manifestantes.
En Río de Janeiro, sede de los próximos Juegos Olímpicos de 2016 y donde se disputó este domingo el evento test olímpico de ciclismo de pista, decenas de miles de personas colmaron la avenida Atlántica frente a la célebre playa de Copacabana en un perfecto día de sol. Algunos manifestaron en bikini o pequeños shorts, mientras otros lo hicieron cargando sus tablas de surf o practicando skate.
«Están saqueando Brasil», se lamentó Jorge Portugal, un jubilado de 63 años.
Los manifestantes piden la renuncia o el impeachment (juicio político en el Congreso) de la presidente de la séptima economía mundial, una opción que podría darse si el Tribunal de Cuentas juzga finalmente que la jefa de Estado utilizó de manera indebida fondos de bancos públicos para tapar agujeros en el presupuesto.
«Nuestro objetivo es cambiar Brasil. Ya no aguantamos más esta corrupción, los niveles de miseria y sufrimiento. No puede haber millones de reales desviados al año», dijo a periodistas en San Pablo Rogerio Chequer, líder de Vem pra Rua (Ven a la calle), uno de los organizadores de las protestas.
La Justicia brasileña examina asimismo si Rousseff financió su campaña con fondos ilegales provenientes del escándalo que estalló en la mayor empresa de Brasil, lo cual podría terminar con una anulación de las elecciones de 2014.
AFP
«No voy a caer»
«Está muy bien que la gente salga y proteste y hasta que pida la salida de la Presidente, pero ¿para poner a quién?», se preguntó André Perfeito, economista jefe de la consultora Gradual Investimentos en San Pablo.
«En el empresariado y en la élite hay una idea de que sería aún peor si ella saliera», estimó Perfeito.
La mandataria de izquierda fue electa por primera vez en 2010, cuando Brasil creció un espectacular 7,5% y cautivó al mundo sacando de la pobreza a más de 40 millones de personas. La población total de Brasil es de 202 millones de habitantes.
Pero en la actualidad, a siete meses de haber comenzado su segundo mandato, su popularidad ha caído a cifras de un dígito tras cuatro años de frágil o nulo crecimiento económico y la confabulación en Petrobras.
Rousseff, una ex guerrillera de 64 años que luchó contra la dictadura, se aferra a su silla en el Palacio de Planalto: «No voy a caer», asegura.
Arrestan a un hombre por destruir el microchip de identificación de su carnet de identidad metiéndolo en el microondas.
El joven alemán, de 29 años, fue detenido en el aeropuerto de Frankfurt después de que la policía se diera cuenta de que había destruido su chip identificativo friéndolo con un microondas.
la destrucción de los chips de identificación metiéndolos en el microondas, se está convirtiendo en una práctica cada vez más común entre los ciudadanos alemanes y otros de la UE que están preocupados por su privacidad.
El hombre, que aún no ha sido identificado, se enfrenta ahora a cargos de “modificación ilegal de documentos oficiales”, y se le acusa de manipulación de una propiedad estatal.
Según el Washington Post, una encuesta de 2014 reveló que casi el 40% de los alemanes dijeron consideran que el aumento de la digitalización y el papel de los servicios de inteligencia representan una amenaza para su privacidad.
Este rechazo al control gubernamental por parte de los alemanes, probablemente se debe al control excesivo que la población alemana ha sufrido a lo largo del siglo XX, primero con los nazis y después en la Alemania del Este comunista.
BEIJING (Reuters) — La policía de China dijo este martes que arrestó a cerca de 15,000 personas por delitos que «ponen en peligro la seguridad de internet», en momentos en que el gobierno busca reforzar los controles en la red.
Desde que asumió en 2013, el presidente Xi Jinping ha llevado una represión cada vez más dura sobre los usuarios de internet en China, que es visto por el Partido Comunista como un asunto que necesita ser controlado, dijeron académicos e investigadores.
La policía ha investigado 7,400 casos de delitos cibernéticos, dijo el Ministerio de Seguridad Pública en un comunicado publicado en su sitio web. No está claro en qué periodo se realizaron las detenciones, pero la fuerza se refirió a un caso que data de diciembre pasado.
En julio, China lanzó un programa de seis meses cuyo nombre en código es Limpieza de internet.
«Como siguiente paso, los órganos de seguridad pública seguirán aumentando su investigación y represión de los delitos cibernéticos», dijo el ministerio.
La campaña también se centrará en poner fin a los casos más importantes y disolver a las bandas criminales en internet, agregó. En total, la policía dijo que investigó 66,000 sitios web.
China tiene una de los más sofisticados mecanismos de censura en línea del mundo, conocido como el Gran Cortafuegos. Los censores mantienen un estricto control sobre lo que puede ser publicado, sobre todo material que podría socavar potencialmente al gobernante Partido Comunista.
El enviado especial de la ONU para Yemen, Yamal Benomar, advirtió del grave deterioro que ha sufrido la situación en el país y aseguró que el conflicto podría desembocar en algo similar a lo que se vive en Iraq, Siria y Libia.
«A no ser que se logre una solución en los próximos días, el país caerá en un conflicto aún más profundo», señaló Benomar en una intervención por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El diplomático, que trata de impulsar desde hace tiempo una solución negociada, aseguró que Yemen vive una «rápida espiral negativa» y consideró que el conflicto tiene cada vez más un carácter sectario.
Por ello, urgió a todas las partes a «darse cuenta de la gravedad de la situación», dejar las retóricas de confrontación y optar por el diálogo, sin el cual el país puede derivar en un escenario como el de «Iraq, Siria y Libia», señaló.
Según Benomar, existen además «temores de que Al Qaeda en la Península Arábiga explote la actual inestabilidad para causar más caos».
El enviado de la ONU informó al Consejo de la situación en el país al comienzo de una reunión de urgencia convocada tras los graves atentados registrados el viernes pasado, que dejaron más de 150 muertos en dos mezquitas chiíes, y la reacción de los rebeldes hutíes durante el fin de semana.
Este movimiento chií, que actualmente controla buena parte del país por la fuerza, lanzó hoy una ofensiva para controlar el sur de Yemen con un despliegue en la estratégica e importante ciudad de Taiz, al tiempo que envió fuerzas hacia Adén, aumentando los temores de una posible guerra civil.
Yemen está sumido en un profundo conflicto político, agravado desde que el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi se retractara el mes pasado desde Adén de su anterior dimisión y anunciara que es el presidente legítimo del país, en oposición a lo dictado por los hutíes.
Ha sido noticia esta última semana: las impresionantes explosiones en el puerto de Tianjin han dado la vuelta al mundo. Algo que todo el mundo ha interpretado como un “simple accidente industrial”.
El incidente ha provocado hasta el momento 112 muertos, 95 desaparecidos y 720 heridos.
Oficialmente, las potentes explosiones y un incendio posterior fueron provocadas por productos inflamables almacenados en un almacén junto con productos químicos peligrosos como el cianuro de sodio. El domingo, un funcionario chino de alto rango confirmó que varios cientos de toneladas de cianuro de sodio productos químicos altamente tóxicos fueron encontradas en la zona afectada por las explosiones.
Incluso algunas agencias como Reuters informaron que la propia acción de los bomberos podría haber provocado las explosiones:
Reuters informa que los bomberos que intentaron apagar el fuego inicial podrían haber agravado la situación por la pulverización de agua.
“El almacén, diseñado para albergar productos químicos peligrosos y tóxicos, estaba almacenando principalmente nitrato de amonio, nitrato de potasio y el carburo de calcio en el momento de las explosiones, según la policía. La agencia oficial de noticias Xinhua dijo que varios contenedores en el almacén se incendiaron antes de las explosiones.
Expertos en seguridad química afirman que el carburo de calcio reacciona con el agua creando acetileno, un gas altamente explosivo. Una explosión podría haberse producido si los bomberos rociaron el carburo de calcio con agua”
Pero a estas alturas, ya hay mucha gente que sospecha que este incidente tiene poco de casual. No hace falta ser un “genio conspiranoico” para verlo.
Los recientes acontecimientos económicos en China parecen demasiado cercanos como para ser ignorados.
Estas últimas semanas hemos vivido una crisis en la bolsa china, en la que el gobierno Chino llegó a prohibir las ventas de acciones a los directivos y grandes accionistas, principalmente en las bolsas de Shanghai y Shenzen. El gobierno de Pekin llegó a insinuar que las caídas de las bolsas se debieron a “interferencias externas”, acusando encubiertamente a EEUU.
Asimismo, y en gran parte como consecuencia del debilitamiento de su economía, el gobierno chino ha iniciado una devaluación de su moneda con el fin de aumentar sus exportaciones, que amenaza con provocar graves daños económicos sobre el resto de sus competidores.
¿No es mucha casualidad que enmedio de todo este embrollo se produzca un incidente tan “explosivo” y aparente?
Recordemos que desde hace meses, se suceden las acusaciones cruzadas de ciberguerra, especialmente de EEUU hacia China.
Recordemos que la explosión se produce pocos días después de que el Departamento de Defensa de Estados Unidos acusara al gobierno chino de piratear “los correos electrónicos personales de todos los altos funcionarios de seguridad nacionales”.
The Guardian informó que “estos ataques, entre los más de 600 ataques atribuidos por las autoridades norteamericanas a hackers que trabajan para el gobierno chino, buscaron información de correo electrónico personal de altos funcionarios del gobierno y comenzó en 2010”
El presunto hackeo chino se produce también después de otra infiltración masiva atribuida a hackers que trabajan para el gobierno ruso.
“Rusia lanzó un sofisticado ciberataque contra el sistema de correo electrónico no clasificado del Pentágono, utilizado por los Jefes del Estado Mayor Conjunto, que obligó al pentágono a cerrar el sistema de correos no clasificados hace dos semanas.
El ataque afectó a 4.000 empleados militares y civiles de la Junta de Jefes del Estado Mayor y ha sido considerado el ataque cibernético más sofisticado de la historia militar”
A ello debemos añadir, que poco después de las explosiones en Tianjin, se produjo “un fallo informático que causó retrasos en los vuelos de miles de viajeros en los principales aeropuertos de la costa noreste de EEUU, según informó la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA)”
Algo que mucha gente podría interpretar como una posible represalia china.
Otro suceso que ha sido considerdo también como una posible represalia, han sido una serie de entre tres y cuatro explosiones en una planta química en Conroe, Texas, que se produjeron el pasado viernes, apenas dos días después del incidente de Tianjin, aunque no se produjeron heridos, puesto que al parecer, no había nadie en las instalaciones cuando sucedió.
Oviamente, ya hay gente que ve una relación entre uno y otro suceso, aunque como siempre, no hay ninguna prueba de ello.
Lo cierto, es que parece que últimamente, los EEUU se ven abocados a todo tipo de “incidentes”, especialmente aquellos relacionados con fallos en sus sistemas informáticos.
Recordemos lo que sucedió el pasado 8 de julio en la Bolsa de Nueva York…
Un fallo informático ha obligado a detener este miércoles por completo la actividad en la Bolsa de Nueva York (NYSE) durante tres horas y 40 minutos. El parqué neoyorquino había comenzado con normalidad sus operaciones, con bajadas en los principales índices cercanas al 1%. La jornada de pérdidas seguía a una mala evolución anoche de los mercados asiáticos que había hecho cundir cierto nerviosismo entre los inversores. Una alerta advertía pocos minutos después de las 11.30 locales, tras hora y media de actividad, que por cuestiones técnicas se paraba la negociación. La negociación volvió al parqué a las 15.10 locales.
Recordemos que ese mismo día, se produjo un incidente previo con United Airlines, obligada a detener todos sus vuelos durante horas por otro fallo informático, sumado a la caída temporal de la web del diario Wall Street Journal al mismo tiempo que la Bolsa, lo que alimentó las sospechas de un posible ciberataque, que fue desmentido oficialmente.
Cuántos fallos informáticos masivos, ¿no?
Son demasiadas casualidades juntas, demasiados “accidentes fortuitos” y demasiado próximos entre sí como para no sospechar.
Cada vez parece más obvio que estamos inmersos en una auténtica guerra.
No es una guerra convencional, sino una guerra asimétrica y de baja intensidad entre las superpotencias, que quizás preceda a un estallido bélico mucho mayor en el futuro y que en artículos anteriores ya predijimos que podría iniciarse en el año 2020. ( EL INQUIETANTE AÑO 2020 )
En este contexto, las explosiones de Tianjin no parecen tener nada de casual ni de accidental.
Este mismo lunes, cuando escribimos este artículo, se ha producido “una nueva pequeña explosión en el almacén de sustancias peligrosas en el puerto chino de Tianjin, donde dos explosiones masivas tuvieron lugar el miércoles” , según ha informado la Televisión Central de China (CCTV).
“La explosión ocurrió a las 7:00 am hora local. Se reportaron llamas y el humo blanco al que se había observado en el sitio”.
Algunos medios alternativos apuntan, quizás de forma un tanto sensacionalista, que la explosión de Tianjin se debió a una bomba nuclear táctica instalada en el subsuelo (el recurso a las bombas nucleares tácticas empieza a ser recurrente en algunos medios alternativos que ven explosiones nucleares tácticas en cualquier indicente que se produzca: desde el accidente del vuelo de Germanwings en los alpes, las explosiones en el puerto de Tianjin, pasando por cualquier gran explosión reportada en cualquiera de los conflictos bélicos que azotan el mundo, desde Yemen a Ucrania)
Sea como sea, (y más allá del detalle de si ha sido una bomba nuclear táctica o no), lo cierto es que las sospechas de que estamos viviendo una guerra silenciosa y encubierta entre las 3 grandes potencias, que va aumentando de intensidad, se acumulan a nuestro alrededor y a estas alturas se ha de estar bastante ciego para no verlo.
LAS EXPLOSIONES DE TIANJIN Y LA SUPERCOMPUTADORA TIANHE
Otro elemento que ha salido a colación en relación con las explosiones de Tianjin, es el referente a la supercomputadora que China se vio obligado a cerrar por razones de seguridad. Aunque Liu Guangming, director del Centro Nacional de Supercomputación en Tianjin, dijo que el superordenador Tianhe-1A estaba funcionando sin problemas y protegido por una habitación blindada, fue temporalmente apagado por motivos de seguridad. El Tianhe-1A puede realizar 2,57 billones de operaciones de computación por segundo y fue reconocido como el sistema de computación más rápido del mundo en 2010.
Esto es algo interesante de observar si se tiene en cuenta que el gobierno de Estados Unidos le negó recientemente la venta a China de la tecnología necesaria para actualizar el superordenador Tianhe-2.
En abril de 2015, IEEE Spectrum informó que:
“Cuando China quería actualizar el Tianhe-2, actualmente el superordenador más rápido del mundo, pidió sus suministros al fabricante estadounidense de chips Intel. Pero el gobierno de Estados Unidos ha bloqueado la venta de los suministros de Intel a China, poniendo en la lista negra a varios centros de supercomputación chinos, bajo preocupaciones por su posible participación en el desarrollo de armas nucleares y actividades contrarias a los intereses de seguridad nacional y política exterior de EEUU.
Los expertos advierten de que a largo plazo, esta medida puede perjudicar el negocio de los fabricantes de chips de Estados Unidos y alentar a China a acelerar su desarrollo de chips de cosecha propia”
Aunque la negación de servicios a China podría ser vista como un intento de hacer daño a la superpotencia emergente, algunos expertos creen que en realidad va a tener el efecto contrario y ayudará a la economía china y perjudicará finalmente a la economía de Estados Unidos.
Pero a veces, los presuntos ciberataques de “enemigos” también tienen que ver con los propios intereses del gobierno de EEUU.
The Guardian señala que las reclamaciones de hacking son un buen augurio para los partidarios de la controvertida Ley de Intercambio de Información de Seguridad Cibernética (CISA), que probablemente se estudiará en Senado norteamericano el próximo mes. ¿Podría ser un caso de propaganda del gobierno de Estados Unidos diseñado para promover otro proyecto de ley autoritaria? ¿O estamos realmente asistiendo a una ciber-guerra entre Rusia/China y Estados Unidos? ¿O quizás el gobierno de EEUU aprovecha la existencia real de dicha ciber-guerra para impulsar sus medidas de control autoritario de la red?
Sea como sea, parece que todo lo que estamos presenciando últimamente (explosiones de Tianjin, los disturbios en las bolsas chinas, las extrañas caídas informáticas de los sistemas de control aéreo en EEUU u de sus bolsas, las continuas filtraciones de información sobre brechas de seguridad masivas, los repentinos accidentes de cohetes que transportan satélites al espacio por ambos bandos, etc….), tiene que ver con el creciente conflicto mundial entre los EEUU y sus alidados y el bloque Chino-Ruso de los BRICS y su intento de crear una alternativa al poder Occidental.
Parece que todos ellos quieren tener una posición preponderante en el Nuevo Orden Mundial globalizado.
El gran problema de estas guerras, es que los grandes perjudicados siempre son los mismos…nosotros, la gente de “la calle”…
Cuentan los últimos macuxíes (del norte del Amazonas), que hasta el año 1907 entraban por una caverna y andaban entre trece y quince días, hasta llegar al interior. Allí, “del otro lado del mundo”, viven los “hombres grandes”, que miden entre tres y 3,5 metros. Son muy buenos pero hay que respetar sus indicaciones. La consigna de los macuxíes del lugar, era custodiar la entrada de la caverna, impidiendo el acceso a todo otro ser que no fuera alguno de los autorizados de la tribu. Cuando el gran viento que recorría el enorme túnel empezaba a soplar hacia afuera, (tenía ritmos de cinco días hacia afuera y otros tanto hacia adentro) podían comenzar a descender las escaleras (de 82 cm. de altura cada escalón), y las escaleras terminaban al tercer día (contaban los días con el estómago y los períodos de sueño, lo que resulta sumamente exacto). Allí dejaban también los breos (antorchas hechas con palos embebidos en brea de afloramientos petrolíferos cercanos), y continuaban iluminados por luces que simplemente estaban colocadas allí, grandes como una sandía y claras como una lámpara eléctrica. Cada vez andaban más rápido, puesto que iban llevando menos peso e iban perdiendo el peso corporal. Atravesaban cinco lugares que estaban muy bien delimitados, en medio de unas cavidades enormes, cuyo techo no era posible ver. Allí habían -en una de las salas- cuatro luces como soles, imposible mirarlos, pero que seguramente no era tan altas como el sol. En ese sector crecían algunos árboles de buenos frutos, como cajúes, nogales, mangos y plátanos, y plantas más pequeñas. Por la descripción comparativa con ciertos lugares de la zona macuxí, esa sala tendría unos diez kilómetros cuadrados de superficie “transitable” y vegetada, y otros sectores inaccesibles y muy peligrosos, con piedra hirviendo, así como unos arroyos de azogue (mercurio, que los macuxíes conocieron en el presente siglo su uso para amalgamar el polvo de oro, merced a los garimpeiros que hoy contaminan con él las aguas amazónicas). Luego de estas cinco grandes cavidades, en un punto situado más allá de medio camino, debían tomarse de las paredes, y con cuidado impulsarse porque “volaban” (es decir que estaban ingrávidos como un astronauta).
El viento que había comenzado a soplar hacia afuera, no era obstáculo al iniciar el descenso, pero si lo intentaban al revés, la violencia del remolino les podía arrastrar al abismal túnel, y el cadáver -golpeado mil veces- no se detendría hasta un día de marcha, cueva adentro. Respetando este ciclo, iniciando la marcha con viento en contra (que era a favor de su seguridad) bajaban tres días por escaleras; y luego de dos días de marcha por túnel angosto, ya sin escaleras, el viento volvía hacia adentro, de modo que cuidaban los pasos desde el día de la partida, para no dejar arena removida o guijarros sueltos que luego se estrellarían en sus espaldas. Aún con viento a favor -ya en el séptimo u octavo día de marcha-, llegaban a la zona “donde todo vuela”, es decir al medio de la costra del planeta (el medio de la masa, magnéticamente hablando, que no es el centro geométrico de la Tierra, sino cualquier punto en medio del espesor de la corteza).
A veces el viento era muy fuerte, y en vez de tomarse de las paredes para impulsarse, debían hacerlo para frenarse y no ser golpeados. Generalmente duraba desde poco menos de un día hasta día y medio, la travesía sin gravedad. Algunas veces debieron aferrarse a las salientes pétreas o a hierros que habían “desde antes” clavados en la roca, y esperar dos días a que amainara el viento. Luego seguían el camino caracterizado por arroyos con aguas muy frías que atravesaban la caverna, y entraban a una especie de gran vacía, mayor que las anteriores, donde habían unas cosas brillantes, de forma similar a los panales de abejas, de unos diez metros de diámetro, situados sobre un vástago, como un tronco de árbol, a una altura imprecisable por la memoria de los últimos macuxíes que viven recordando aquello, aún con cierto temor a las represalias de “los hombres grandes”.
Los viajeros iban recobrando el peso, pero no llegaban a recobrarlo totalmente, porque aparecían en “la tierra del otro lado”, donde todo es un poco más liviano, el sol es rojo y siempre es de día, sin noche, ni estrellas ni luna. Allí permanecían unos días, disfrutando de unas playas cercanas, volviéndose más jóvenes. (Lo que recuerda a Apolo, que iba al Olimpo a rejuvenecerse) Los macuxíes conocían muy bien el Atlántico, pues estaban -“afuera”- a unos trescientos kilómetros de la costa, y no era éste el mar). Los gigantes les daban unos peces muy buenos y grandes, cuya carne no se descomponía hasta dos o tres meses de haber sido pescados. Con esa preciosa carga, manzanas más grandes que una cabeza y uvas del tamaño de un puño, además de mucha energía corporal, volvían acompañados de algunos gigantes que les ayudaban con el enorme peso que traían. El viaje de vuelta se iniciaba con viento a favor, para volver a tenerlo a favor también en la última etapa, al subir los tres últimos días por las escaleras, cuyos últimos restos existen actualmente.
La creencia -o conocimiento- de los macuxíes, es que si respetan las pautas dadas por los gigantes, luego de morir aquí afuera, nacerán entre ellos, allá adentro. Cuentan que algunos macuxíes no morían, sino que se transformaban (¿transfiguraban?) en casi-gigantes y se quedaban en el interior. Esto requería principalmente, no tener hijos aquí afuera.
La tragedia para los macuxíes sucedió en 1907. Tres exploradores ingleses, llegaron en nombre de su reina, buscando diamantes. La zonamacuxí es aún actualmente un poco diamantífera, pero ya se la ha explotado desde 1912 tan intensamente que casi no hay diamante, siendo poco o nada rentable su búsqueda. Cuando llegaron los ingleses, había lo suficiente como para conformar a la reina y a muchos ambiciosos que se enriquecieron luego, explotando a los nativos, pero uno de aquellos “viajeros autorizados al Centro de la Tierra” cometió la terrible imprudencia de violar la consigna de secreto, e indicó el lugar de entrada a los extranjeros. Uno de ellos envió una carta a Su Majestad, repitiéndole una narración como ésta, con algunos detalles más. En las arenas de las playas interiores, abunda el diamante, al igual que en algunos enormes bloques carboníferos de mineral de serpentina, de antiguos calderos volcánicos, que hoy son, justamente, esos túneles hacia el interior del mundo.
Los tres hombres salieron -o mejor dicho entraron- de expedición, pero no regresaron jamás. En vez de ello, salieron los gigantes, reprendieron a los macuxíes y les prohibieron para siempre el ingreso al interior. Luego de dos años de angustia y pobreza (esa zona, en esta superficie externa tenía diamantes -sin valor entonces para ellos-, pero no mucha fruta ni muchos peces), decidieron intentar un nuevo contacto con los gigantes, a pesar de la prohibición. Viajaron esperanzados durante dos días, pero llegaron a un punto del camino donde el viento venía de otra caverna que ellos no conocían. El camino original estaba derrumbado. Algunos volvieron inmediatamente, pero otros decidieron seguir el nuevo y desconocido túnel. Varios meses después, uno de ellos regresó y dijo al resto que podían entrar; los gigantes les autorizaban, pero sería para no volver nunca afuera, porque otros ingleses irían al territorio y les dañarían. Algunos se negaron a partir, porque el lugar asignado era una de aquellas grandes vacuoides. Otros aceptaron irse y no regresaron jamás.
Unos años después, comenzaron a llegar garimpeiros, a enturbiar los ríos con zarandas, resumidoras y mercurio, y a enturbiar los cerebros de los macuxíes que se quedaron “afuera”, con caña, caipiriña y macoña (droga). También les enturbiaban las espaldas -con látigos- y la raza, violando a sus mujeres. En junio o julio de 1946 hubo un enorme derrumbe en el túnel, cayendo casi toda la escalera. Hoy sólo quedan algunos escalones del inicio, y un enorme precipicio inescalable, donde el viento sopla con ritmos diferentes. Algunos viejos macuxíes que escaparon al látigo inglés, y aún viven contando su edad por lunas, no se resignan totalmente a olvidar el Paraíso Perdido. Nunca mejor expresado, pues ellos lo conocieron… Y lo perdieron.