La literatura y la propaganda anglosajona han exagerado los episodios de una guerra que ganó España. Entre 1540 y 1650, de los 11.000 buques que hicieron el recorrido América-España solo se perdieron 107 a causa de los ataques piratas
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Grabado de la época donde la Reina Isabel I nombra caballero al corsario Francis Drake
La historiografía inglesa ha insistido en repetir que la actividad pirata fue un constante quebradero de problemas, con corsarios de la bajeza moral de Francis Drake o John Hawkins a la cabeza, para el traslado del oro, plata y otras mercancías del Nuevo Mundo a España. Así, según la imagen todavía presente en el cine y en la literatura, Felipe II y el resto de monarcas españoles de la dinastía Habsburgo terminaron desesperados ante los ataques auspiciados por la Monarquía Inglesa y otros reinos europeos. Sin embargo, las cifras de barcos que llegaron a puerto español desdicen esta versión romántica y falseada de la historia. La Flota de Indias se reveló como un sólido sistema casi sin fisuras.
«El sol luce para mí como para otros. Querría ver la cláusula del testamento de Adán que me excluye del reparto del mundo», aseguró el Rey francés Francisco I tras el tratado de Tordesillas, donde españoles y portugueses se repartieron el Nuevo Mundo con el beneplácito del Papa Alejandro VI. Y desde luego los dos imperios ibéricos –más tarde unidos por Felipe II– no estaban dispuestos a compartir su herencia. Es por ello que la Monarquía francesa y otros enemigos del imperio comenzaron a financiar la expediciones piratas contra los barcos que usaban los españoles para transportar las mercancías.
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Los españoles aprendieron a defenderse de los piratas franceses a través de grandes galeones En 1521, piratas franceses a las órdenes de Juan Florin lograron capturar parte del conocido como «El Tesoro de Moctezuma», el grueso de las riquezas que Hernán Cortés envió a Carlos V tras la conquista de Tenochtitlan, abriendo toda una nueva vía para asaltos y abordajes. Sin embargo, los españoles aprendieron pronto a defenderse de los piratas franceses, a los que más tarde se unieron los ingleses y los holandeses, a través de impresionantes galeones, mucho más armados que los navíos piratas, y un sistema de convoys que, siglos después, serviría a las naciones aliadas en la Primera Guerra Mundial para vertebrar su defensa contra los submarinos alemanes.
Entre 1540 y 1650 –periodo de mayor flujo en el transporte de oro y plata– de los 11.000 buques que hicieron el recorrido América-España se perdieron 519 barcos, la mayoría por tormentas y otros motivos de índole natural. Solo 107 lo hicieron por ataques piratas, es decir menos del 1 %, según los cálculos de Fernando Martínez Laínezen su libro «Tercios de España: Una infantería legendaria». Un daño mínimo que se explica por la gran efectividad del sistema de convoys organizado por Felipe II.
Así, el Monarca estableció por Real Cédula nada más llegar al trono las condiciones para asegurar un sistema de defensa naval inmune a los ataques piratas. El viaje de la Flota de Indias se efectuaba dos veces al año. El punto de partida se emplazaba en Sanlúcar de Barrameda, donde la flota realizaba las últimas inspecciones, y desde allí partía hacia La Gomera, en las islas Canarias.
Tras la aguada –recoger agua en tierra–, la escuadra conformada por unas 30 naves navegaba entre veinte y treinta días, en función de las condiciones climáticas, hasta las islas Dominica o Martinica (Centroamérica) donde se reponían los suministros. Durante todo el trayecto el convoy era encabezado por la nave capitana y los galeones mejor artillados se situaban a barlovento –donde sopla el viento– para proporcionar escolta al grupo. El objetivo general era que ningún barco se perdiera de vista o se desviara del rumbo en solitario. Y por la noche, los bajeles encendían un enorme farol a popa para servir de referencia al que tenían detrás.
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Pintura que a un galeón español defendiendose del ataque de dos galeras
El sistema de convoy español, cuyo teórico fue el capitán Menéndez de Avilés, sería copiado por Inglaterra y EE.UU. en las dos guerras mundiales. Pero la auténtica prueba de que cumplió con su proposito es que solo dos convoys fueron por completo apresados en toda su historia: la primera, en 1628, a la altura de Matanzas (Cuba), a manos del almirante holandés Piet Heyn; y una segunda vez en 1656.
¿Quedó herido el Imperio por la piratería?
La actividad de Francis Drake se limitó al saqueo de las indefensas poblaciones del Caribe Sin embargo, tras el desastre de la Armada Invencible Felipe II se tomó en serio el problema de la piratería y destinó ocho millones de ducados para nuevas naves y fortificaciones en el Caribe. Estas, como la inexpugnable Cartagena de Indias, fueron reforzadas por los mejores arquitectos del Imperio. Un esfuerzo logístico que aceleró la decadencia de este tipo de piratería, aquella financiada e impulsada en las sombras por países como Inglaterra, Francia o Holanda. Cabe recordar que, aunque personajes como Drake contaban con patente de corso, España no reconocía a estos piratas como consarios sino como piratas, puesto que actuaban en tiempos de paz.
Es por todas estas razones que el historiador Germán Vázquez Chamorro resta importancia a la influencia que pudo tener la piratería en el proceso de decandecia del Imperio español. En su opinión, los más famosos piratas encumbrado a la fama, sobre todo por la literatura y la propaganda inglesa, realmente atacaban barcos pesqueros o chalupas de escaso o nulo valor para la Corona española. De hecho, los enemigos de España prescindieron de aliarse con los piratas cuando descubrieron otros métodos para ganarle terreno a este imperio. Así, en los siglos XVII y XVIII, todas las naciones se conjuraron para perseguir y castigar sin piedad a los piratas.
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El país que escribe la historia siempre tiende a exagerar.
No sólo es exagerar, en ocasiones la historia se inventa sin más.
Pues a la pirateria no le fue tan mal, segun tengo entendido el famoso pirata Morgan es un antepasado que da nombre a la Morgan Chese Bank, tambien su distintivo de la calaveras y huesos llego a nuestros dias como signo de poder en la gorra de los nazis, en los eskull and bones de los buhs y un poco disfrazado en el escudo del vaticano.
«Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia.»Un abrazo desde las colonias. . .
A España le cupo la gloria de desdoblar el Planeta, con lo que constituyó el imperio más grande hasta entonces. Piratas o emulación de Inglaterra, basándose en la plataforma que le había proporcionado España, construyó un imperio mayor aun, que todavía perdura en unión de EEUU, que también declinará.
Es ley de vida. Sic transit gloria mundi.
Piratería o no lo que realmente impresiona son los 11.000 buques llenos de oro y plata que se llevaban.