Lo único que importa es ¡tu despertar!

          «¿Qué es la infelicidad? La infelicidad es sentir que no estás siendo tú mismo. Es la brecha que se forma entre lo que eres y lo que crees que deberías ser. Y esa brecha es la infelicidad. Cuanto más grande sea, mayor será tu desdicha. Los idiotas son felices porque carecen de la inteligencia suficiente para darse cuenta de que esa brecha existe.
Las personas más inteligentes del mundo son las más desdichadas porque son tan conscientes de esa brecha que se ven incapaces de olvidarse de ella, de ignorarla. Hagan lo que hagan, la brecha sigue estando ahí, y eso les causa dolor: «¿Por qué no puedo ser yo mismo?».
Por eso estoy seguro de que si por desgracia consigues ser Cristo, Krishna o yo mismo, significa que ya no formas parte del mundo de los cuerdos y que te has vuelto completamente loco. Si no distingues entre el sueño y la realidad, y no ves la diferencia entre ambos, te encuentras en gran peligro; es un suicidio espiritual.
Los sueños no tienen inteligencia propia. Un sueño es una nube que te rodea y con la que te identificas porque estás dormido. Y cuando estás despierto, sigues sin estarlo del todo, y por eso persistes en identificarte con muchas cosas. Te haces hinduista; eso implica identificarse con algo. Te conviertes al cristianismo o al judaísmo; eso supone identificarse con algo, y demuestra también que no estás despierto. «Despierto» es una palabra. Estás despierto de un modo tan superficial que cualquier cosa puede afectarte y hacer que vuelvas a estar dormido. Si pasa una mujer hermosa, vuelves a dormirte. Y en ese sueño buscarás la manera de conseguirla o de poseerla. Te olvidas por completo de que no estás dormido…
Yo no estoy aquí para proponeros un sueño, sino todo lo contrario; he venido para destruirlos. Si aparezco en uno de tus sueños, córtame la cabeza inmediatamente, no dejes escapar la ocasión. Y no preguntes de dónde sacarás la espada. Si consigues que yo salga en tu sueño, también aparecerá la espada. Si puedes soñar conmigo, también puedes soñar con una espada…
Los sueños son una señal. Es tu ser interno que te avisa que no estás siendo como deberías, que tu destino sigue sin cumplirse y que ese ser no puede expresarse.
Ese es el único significado del sueño. Los sueños no dicen: «Ven. Sígueme. Conviértete en Cristo, en Buda, en Krishna».  No, eso sería ir en tu contra.
Sé tú mismo, únicamente tú. Y no te preocupes de qué tipo de flor llegarás a ser. Da igual que seas una rosa, una flor de loto o una caléndula. Lo que importa es que florezcas.
Lo diré de nuevo: lo importante no es la flor, sino florecer, y eso no cambia aunque seas una caléndula… La caléndula es una flor corriente. No sé cómo será aquí, en Estados Unidos, pero en la India es la flor más común. Las rosas son elegantes y la flor de loto aún más. Pero eso no importa.
La floración de una caléndula produce el mismo éxtasis que el de una rosa, porque ese éxtasis no lo produce el color, ni el aroma ni el tamaño. No, el éxtasis es el fruto del fenómeno en sí, del milagro de florecer, de abrirse. La caléndula se convierte en caléndula porque ese era su dentino. La rosa se convierte en rosa porque ese era su destino.  Ambos han cumplido su destino. Su realización es exactamente igual.
Cuando te conviertas en ti mismo no serás como yo, ni como Cristo, ni como Krishna; serás tú mismo. Pero te envolverá el mismo éxtasis que me envuelve a mí…
…el verdadero trabajo está en tu interior. Pero es algo que tienes que hacer tú. Si no lo haces, habrás estado en la Tierra sin saber qué es la auténtica existencia. La forma en que has vivido no puede llamarse vivir, sino vegetar.
No seas un vegetal, un repollo, una coliflor. Hay dos tipos de personas: los repollos son gente sin estudios; las coliflores son  repollos con estudios, pero no existe una gran diferencia entre ellos.
Lo único que importa es ¡tu despertar!».

Osho, Nacer con una pregunta en el corazón
http://osho-maestro.blogspot.com/

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