Arabia Saudí, al frente de una guerra petrolera al servicio de Estados Unidos

Bits rojiverdes.org

Cada vez está más claro qué está sucediendo en los mercados internacionales del petróleo. Durante algún tiempo, la falsimedia pretendía hacer ver que la caída de precios era un ataque de Arabia Saudí contra Estados Unidos para que no desarrollase las plantas de fracking, un sistema de extracción no convencional de hidrocarburos sólo rentable cuando los precios del barril están bien altos, por encima de los 100 euros de media. Sin embargo, si bien es cierto que se van a paralizar temporalmente algunos campos petroleros en EEUU, sólo es un pequeño daño colateral de una guerra mucho más importante: la guerra económica contra los países que practican una política autónoma e independiente del imperio.

¿Cuáles son los objetivos geopolíticos que Estados Unidos persigue con el hundimiento del precio del petróleo? Como suele suceder, no hay un único motivo para explicarlo, sino más bien suele ser un cúmulo de razones las que impulsan este proceder. Veámoslo:

– Por una parte, EEUU ha movilizado a las divisiones petroleras saudíes para tratar de lograr lo que no ha conseguido ni con las divisiones mediáticas ni con los batallones de mercenarios y terroristas. Siria sigue en el punto de mira y, como en el terreno militar lo tienen todo perdido, es necesario debilitar a sus principales aliados que, casualmente, dependen en buena parte del petróleo y están sometidos a sanciones económicas, como corresponde a los integrantes del selecto club aquel manido pero aún vigente «eje del mal». Arabia Saudí reconoció hace unos pocos días que derrocaría a Bashar el Assad aunque tuviera que destruir toda Siria. Y en esas está con el inestimable apoyo norteamericano. Si Rusia e Irán abandonan a Siria, es posible que la situación militar sobre el terreno podría revertirse, esa es la apuesta a la que están fiando esta nueva fase de la agresión externa contra el único país laico que queda en la región.

– Pero eso no es todo. Venezuela y Ecuador son otra presa que pretenden cobrarse gracias al petróleo. Venezuela acaba de superar el enésimo intento de golpe de estado de la oligarquía con el apoyo gringo. Aunque la popularidad de Maduro haya quedado muy tocada internacionalmente por mor de la campaña mediática lanzada contra su país, que hoy mismo intentan contrarrestar en el Parlamento Europeo con declaraciones de las víctimas de las guarimbas de ultraderecha, a las que instrumentalizan en Europa pintándolas como víctimas del gobierno legítimo venezolano. Sin los ingresos del petróleo y con un desabastecimiento programado por parte de un empresariado en complot abierto con sus enemigos externos, van a tratar de provocar revueltas populares usando a agitadores a sueldo e incluso a mercenarios paramilitares colombianos. En Ecuador no se atisban nuevos planes de desestabilización, pero sí que les resultará interesante frenar el desarrollo económico y social y el reparto de la riqueza entre los más necesitados para dificultar la reelección de Correa y de los candidatos del Movimiento Alianza Pais.

– Pero el enemigo fundamental a batir con esta operación es Rusia, que está en el eje de toda la operación. Como las sanciones no han sido suficientes como para doblegar sus ansias de independencia, como el boicot a sus redes de distribución de gas hacia Europa ha sido sorteado a través de un posible acuerdo con una impredecible Turquía, lo que resta es tratar de hundir su economía mediante la devaluación del rublo y el vaciado de sus reservas económicas. Sin capacidad para ayudar a Siria, de presionar para llegar a acuerdos con Irán, para enfrentar a los nuevos retos militares que la acorralan por toda su geografía, con los lazos con Europa cercenados, tendrá que volverse hacía sí misma y renunciar a responder a los planes de dominación de la OTAN.

En general a Estados Unidos y a Europa les puede convenir un periodo de precios bajos del petróleo, se estima que puede ser responsable del crecimiento de hasta un 1% del PIB, aunque puede tener efectos desestabilizadores indeseados sobre los mercados, no hay más que ver qué está sucediendo con el IBEX estos días al calor de la devaluación del rublo. Sin embargo, parece que hay unanimidad en que no deja de ser parte de la «conjunción planetaria» de la que hablaba nuestro ministro de economía que se está alineando para sacarnos de la crisis. La cuestión es cuánto dinero está dispuesta Arabia Saudí a perder en esta operación. Es cierto que saca más millones de barriles al mercado, pero al venderlos a mitad de precio está hipotecando su futuro. Algunos analistas hablan de hasta dos años de capacidad de aguante, aunque otros lo fían sólo a cuestión de meses. Pero con la economía del mundo a medio gas, con la Unión Europea al borde de la recesión, es improbable que el consumo de petróleo se recupere pronto. Sólo la presión contra Arabia Saudí por parte de los damnificados podría frenar esta modalidad de guerra, habrá que estar atentos…

http://www.diario-octubre.com/2014/12/17/arabia-saudi-al-frente-de-una-guerra-petrolera-al-servicio-de-estados-unidos/

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