Tratamientos de la frialdad
La creencia popular señala que el equilibrio frío-calor corporal es una condición indispensable que refleja un buen estado de salud y al verse afectado por determinados factores externos, se traduce en enfermedad, según la medicina tradicional mexicana, cuyo caracteres solo cultural.
Entre los factores que pueden conducir a ese estado, esta una dieta desequilibrada por la ingesta excesiva de alimentos de calidad fría; recibir un impacto frío cuando el cuerpo está caliente, por ejemplo, una corriente de aire o un baño frío; someter al cuerpo o a alguna de sus partes a un prolongado contacto con elementos fríos, como acostarse en el suelo, caminar descalzo, dormir con el cabello húmedo o permanecer con la ropa mojada.
Esta se concentra en un órgano o región determinada y baja sus funciones. Por ejemplo, si se localiza en la matriz o en los ovarios, la mujer sufre irregularidades que la imposibilitan a concebir o llevar a buen término un embarazo, particularmente cuando no se han toman medidas preventivas durante la menstruación, parto o puerperio. Cuando se localiza en la región gástrica o abdominal, el frío puede provocar dolor de estómago, disentería, estreñimiento y en los bebés el cólico del recién nacido; dolores musculares, de aire, huesos y reumático. También afecciones respiratorias, como asma, anginas, bronquitis, gripa, pulmonía, tos y tos ferina.
En cualquiera de los casos, la terapéutica se basa en extraer el frío y dar el calor necesario para lograr un estado saludable. Para lograrlo, se administran infusiones herbolarias (generalmente preparadas con plantas calientes), baños de vapor o cocciones o macerados de plantas de la misma calidad, frotaciones o masajes con aceites, grasas o enjundias y aplicación de fomentos, parches, emplastos y ventosas. Es habitual que las terapias se acompañen de una dieta equilibrada o dirigida a recuperar el calor necesario.
Publicadas por Jose Manuel Lopez Castro