domi COSMOLOGIA EGIPCIA

El Universo es una caja rectangular, alargada en el sentido Norte?Sur, como Egipto. La Tierra ocupa el fondo; es una llanura ligeramente cóncava, con Egipto en el centro. Altas montañas la rodean. Más allá, un río circunda la Tierra y el Nilo es uno de sus brazos. Picos muy elevados sostienen el cielo en los cuatro puntos cardinales. El cielo es una cubierta metálica, plana o combada, cubierta de agujeros por los que penden, al extremo de cables, como lámparas, las estrellas. Estas estrellas, invisibles o apagadas durante el día, se encienden por la noche.

En cada astro móvil se identifica un dios encargado de su marcha. Para desplazarse, los astros?dioses toman el mejor vehículo: una barca. De este modo el dios Ra, con el Sol, circula de día sobre el río celeste a paso regular, en una barca de formas parecidas a las usadas en el Nilo. Por la noche, se vuelve invisible en la parte del río que ocultan las montañas del Norte. En los primeros tiempos hasta imaginaban que cada mañana nacía un nuevo Sol, identificándolo como el huevo de un gigantesco pájaro divino.



La barca de Ra siempre costea la ribera más próxima a los hombres. Cada verano el río celeste desborda, como el Nilo; la barca celeste abandona el lecho del río y se aproxima a Egipto. Cuando las aguas se retiran, la barca lo hace con ellos; he aquí por qué el Sol tiene poca altura sobre el horizonte durante el invierno.

Los eclipses son atentados cometidos por animales fabulosos; el enemigo de Ra es una serpiente gigantesca, llamada Apopi, que con frecuencia se yergue en su camino y empeña la lucha. Ra desfallece, el Sol desaparece. Gritan, alborotan, hacen mucho ruido para espantar al monstruo. Pronto el Sol retoma su curso; Apopi, vencida, vuelve al abismo.

La Luna, ojo izquierdo del dios Horus, también boga sobre una barca. Sus fases y sus eclipses son también agresiones cometidas por sus numerosos enemigos; una marrana, especialmente, intenta devorarla y a cada lunación la precipita en el río, donde se extingue poco a poco. Pero el Sol, su hermano gemelo, la salva y la conduce junto a Horus.

La Vía Láctea, Nilo celeste, es el río del país de los muertos, que gozan de una felicidad perpetua junto a Osiris. Entre las constelaciones figuran un hipopótamo y un león, completamente distinta de la nuestra, de origen caldeo. Para los egipcios, la arena del desierto no es el elemento fundamental, como podría presumirse. Su cosmogonía, visiblemente emparentada con la caldea, toma como material primitivo el agua y las tinieblas.

http://www.losenigmas.net/posts/astronomia/230/Cosmologia-Egipcia.html

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.