Ciertos acontecimientos recientes que no vienen al caso, cayeron como anillo al dedo para decidir seguir con estos artículos dedicados a las energías y su manejo. También fueron un detonante para otras decisiones que estaba postergando por una extrema consideración hacia el prójimo, punto débil de mi plantilla, y que ahora no puedo darme el lujo de seguir considerando. Nada de la creación está fuera del diseño de la creación, no hay puntos sueltos en el tejido de la realidad general y, aunque muchos acontecimientos sean para nosotros inesperados, entrarán en alguna de las ecuaciones del diseño completo, sea en la ecuación de probabilidad, improbabilidad o superlatividad.
Tendemos a acotar todo a los niveles más bajos, intentando simplificar los acontecimientos sucedidos a su mínima expresión, esto pasa por un “instinto de supervivencia emocional” (ISE) regido por el centro instintivo y la esfera mental del preconsciente. Este Instinto de supervivencia primario de la consciencia artificial, necesario para la conservación de la energía, no deja percibir que ese acontecimiento particular, en su diseño primordial está delineado bajo normas superlativas, abarcando su máxima expresión para que todas las ecuaciones, sean las que sean, y sus resultados posibles, sean los que fuesen, estén considerados dentro del diseño. Este proceso donde los sucesos son cubiertos en su totalidad y apreciados en su particularidad por nosotros, limita las energías de los sucesos a un rango específico que se mueve entre el deseo y la necesidad, confundiendo casi siempre una y otra. Este movimiento acotado entre deseo y necesidad está contenido en la norma superlativa de la mínima expresión. Ésta asegura el menor gasto de energía posible para un acontecimiento probable o improbable, o sea que ante cualquier ecuación y su resolución, el universo se asegura que sea la energía mínima requerida para que el suceso tenga resolución. Un ave no gasta más energía para poder volar que la que necesita para mover sus alas, igualmente nosotros no debemos gastar más energía que la que necesitamos para un acontecimiento determinado. Esta NS de la mínima expresión está formada por una serie de leyes “variables” según el EM, como lo están todas las NS.
Estas leyes son:
1) Todo acontecimiento requiere una cantidad (x) de energía para ejecutarse
2) Esta energía será tomada del sobrante de otros acontecimientos
3) Si no hay sobrante será tomada del generador del suceso (sujeto)
4) El gasto extra de energía es consumido por otros acontecimientos o sujetos
5) El derroche de energía se paga
6) El deseo desequilibra la energía y la necesidad la equilibra.
7) El universo tiende a equilibrar la ecuación en su mínima expresión.
En el manejo de energías es necesario tener una clara situación de los acontecimientos dentro de la octava que se está recorriendo, y tener presentes estas leyes de la NS de la mínima expresión, pues el mal manejo puede resultar catastrófico, 5ª ley, tanto para el acontecimiento en sí, como para el generador del mismo, llevándolo al límite de sus fuerzas por estar alimentando el acontecimiento con su propia energía, 3ª ley, en vez de alimentarlo con el sobrante de otros acontecimientos, 2ª ley. También la 7ª ley es fundamental no contradecirla, pues forma parte de la influencia de la primera norma superlativa, la del “equilibrio de la ecuación”, para que esto esté manejado de forma correcta y no contradecir al universo, debemos poner suma atención en la 6ª ley que estabiliza la ecuación.
A veces he derrochado mucha energía por una consideración desmesurada hacia sujetos u objetos que no merecen mayor consideración que la de la mínima expresión. He intentado vanamente que vieran cosas que eran imposibles de que comprendieran, porque su ecuación tendía a ese instinto de supervivencia emocional que los limita. Estoy cansado de derrochar energía en quien no la merece (sujetos oscuros o inconscientes) para luego ver que ese derroche extra fue utilizado para alimentar acontecimientos que perjudican el propósito y lastiman a Seres queridos y valiosos, inundándolos con pensamientos y sentimientos que no son suyos y que terminan en reacciones nocivas para ellos y los demás. Hoy es un día de cambio, un punto de inflexión, donde la mínima expresión para la conservación y buen uso de la energía, será fundamental para ganar el juego, y por mi parte seré sumamente cauto de a quién entrego y cómo entrego esa energía. Recomiendo que ustedes también lo sean, y sigan las sabias palabras del mayor Amasterdamo, palabras que ahora toman una interpretación diferente al conocer su verdadero significado, y así poder observar de esta forma el buen manejo de las energías que José/Jesús/Christo hacía.
“No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen” Mateo 7:6
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detrasdeloaparente.blogspot.com
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