La nueva ordenanza dejará definitivamente fuera de la normativa las viviendas que no tienen habilitación municipal “ni posibilidad de conseguirla” aunque estén inscritas en el registro de la Xunta de Galicia
Unas 600 viviendas de uso turístico (VUTs) tendrán que echar el cierre en Santiago tras la decisión del ayuntamiento de no legalizarlas. Eso o volver al mercado residencial. La ordenanza que establecerá la relación entre el alquiler vacacional y la vivienda habitual deja sin posibilidad de encaje a todos los negocios que venían funcionando sin la preceptiva habilitación municipal, pero que confiaban ahora en una regularización que, según el gobierno local, debían haber tramitado en su momento oportuno. “Nos eliminan del mapa”, se lamenta la presidenta de la asociación del sector mientras se prepara para una larga lucha jurídica. Por su parte, el concelleiro de Urbanismo, que presume de haber puesto a la capital gallega “a la vanguardia” de la regulación del sector, advierte: “Pretender seguir funcionando al margen de la legalidad es gravísimo”. El conflicto está servido.