«Equilibrio entre la Materia y el Espíritu» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«En tanto que entidad consciente, el ser humano se sitúa en la frontera del mundo inferior y del mundo superior. Si no está vigilante, las fuerzas oscuras lo atraen para triturarle y devorarle; y una vez devorado, lo rechazan y no queda de él más que residuos. Mientras que si se deja atraer, absorber por las fuerzas del mundo superior, todo se ilumina en él y se convierte en un foco de corrientes luminosas, poderosas, benéficas.

Pero de la misma manera que debe esforzarse por escapar a la atracción del mundo inferior, el ser humano no debe tampoco abandonarse completamente a la atracción del mundo superior. Tiene por misión trabajar en la Tierra con los medios del Cielo y para ello, debe encontrar la forma de mantener el equilibrio entre la Tierra y el Cielo, la materia y el espíritu. No debe descuidar los deberes de la Tierra, ya que se encuentra en ella. Si rompe este equilibrio, es posible que viva en la inmensidad, en la luz, pero no habrá cumplido su misión.»


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