Entre 1969 y 1972, cinco misiones Apolo instalaron estaciones sísmicas en sus respectivos sitios de alunizaje, en distintos lugares de nuestro satélite. Dado que se pensaba que la Luna estaba sísmicamente muerta, los instrumentos fueron dejados allí para detectar futuros impactos de meteoros. Sin embargo, desde que se encendieron los dispositivos hasta 1977 cuando fueron desconectados, se registraron cientos de terremotos internos, algunos tan fuertes como 5.5 en la escala de Ritcher.
Buzz Aldrin coloca un sismómetro en el Mar de la Tranquilidad.
Ahora, gracias al desarrollo de un nuevo algoritmo de detección, investigadores del Instituto Max Planck que reanalizaban los datos recogidos por las misiones Apolo han descubierto 210 nuevos temblores que no habían sido notados antes. El hallazgo le da nueva vida al complejo tema de la geología lunar. Tipos de sismos lunares Por 40 años, los expertos han escudriñado en los datos sísmicos de las misiones Apolo con mucho interés, interés debido principalmente a que la Luna carece de actividad tectónica como la de nuestro planeta, por lo que los terremotos son desatados por otras causas. Hay cuatro tipos diferentes de temblores registrados en los ecos de los sismómetros. Tipo 1: Ocurren a cerca de 700 km bajo la superficie, y se cree que son provocados por la atracción gravitacional ejercida por la Tierra. Tipo 2: El resultado de impactos de meteoritos en la superficie lunar y sus vibraciones. Tipo 3: De naturaleza termal. Luego de un par de semanas de noche lunar —y temperaturas extremas bajo cero—, el amanecer causa una expansión y, como consecuencia, un particular restallido de la frígida corteza. Tipo 4: El cuarto tipo es un terremoto superficial que sucede a 20 o 30 km debajo de la superficie. El origen exacto de este tipo de terremoto es un misterio. Los primeros tres tipos de temblores son considerados como leves, pero el enigmático cuarto tipo es capaz de registrar 5.5 en la escala de Ritcher, lo que lo convierte en un terremoto con la capacidad de dañar severamente estructuras y edificios —si los hubiera en la superficie de la Luna—. El nuevo algoritmo demostró poder detectar eventos raros y exponer a aquellos que anteriormente habían pasado desapercibidos. Pero… ¿servirá para arrojar algo de luz sobre el cuarto tipo de sismos lunares? Lo cierto es que si alguna agencia espacial tiene planes para colocar bases en la la Luna, ¡éstas tendrán que ser definitivamente a prueba de sismos!
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