«¡Cuántas personas se lanzan a una aventura sentimental sin preguntarse verdaderamente a dónde les va a llevar! No piensan que una relación amorosa sólo tiene sentido si pueden construir algo sólido.
Deseáis uniros de forma duradera con un hombre o una mujer… Eso está muy bien, pero preguntaos primero si existe entre vosotros una armonía en los tres planos, físico, afectivo y mental o si cedéis solamente ante una seducción pasajera, ante la atracción del placer. Si no tenéis afinidades en el dominio de los gustos y de las ideas, no digáis que eso no tiene ninguna importancia, que con el tiempo las cosas se arreglarán. En absoluto, al contrario: al cabo de algún tiempo, una vez agotada la novedad de ciertos placeres, os daréis cuenta precisamente de que las afinidades psíquicas e intelectuales son extremadamente importantes. Si estas afinidades no existen, la discordia y los malentendidos se instalan y allí donde creíais que ibais a encontrar gozo y alegría, no encontraréis más que desilusiones, amarguras y tormentos.»
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