«En situaciones idénticas, no todos los hombres reaccionan de la misma manera, ¡cuántas veces lo hemos podido constatar!

Se produce un atasco en una calle… ¿Cuáles son las reacciones de los automovilistas? Uno se pone nervioso, toca el claxon e insulta a sus vecinos; otro lee el periódico o escucha la radio; otro charla con su acompañante o bien la besa, si es su amada. Y finalmente, uno que aprovecha esta parada para entrar en sí mismo, conectarse con el Cielo, enviar su amor y luz a todas estas personas que esperan como él, e incluso a todos los seres de la tierra. Este último caso es, ciertamente, mucho más raro, pero es el tipo de ajuste que hay que aprender a hacer para llegar a ser dueños de todas las situaciones. Probadlo: con un buen razonamiento, allí donde los demás se irritan, se carcomen y envenenan la vida de los que están a su alrededor, vosotros, por el contrario, os reforzáis, os enriquecéis y, gracias a vuestras experiencias, podréis después ayudar a vuestro entorno.»

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