Una de cada seis familias que durante la crisis económica en España cayó en la pobreza no se ha recuperado, según el último informe publicado por Oxfam Intermón. La clase media española tiene hoy 10 puntos menos de la renta nacional en comparación con la que ostentaba en el año 2000.
«La inmovilidad social y la condena de la pobreza», en el que denuncia que la desigualdad en España se disparó durante la última crisis y no se ha conseguido revertirla pese a la recuperación. Además, la inmovilidad social dentro de nuestras fronteras hace que quienes son ricos y pobres se perpetúen y las personas más empobrecidas tengan más difícil cambiar su situación a lo largo de su vida.
En España, la pobreza aumentó durante la crisis 4 veces más de lo que se ha reducido con la recuperación. Esta polarización es el reflejo de la grave crisis de desigualdad que vive el planeta. La creciente brecha entre las personas ricas y pobres está poniendo en peligro la lucha contra la pobreza y castiga sobre todo a mujeres y niñas.
En el mundo, la fortuna de los milmillonarios -9 de cada 10 son hombres- aumentó en un 12% en el último año, es decir, 2.500 millones de dólares diarios. Sin embargo, la riqueza de la mitad más pobre de la población -3.800 millones de personas- se redujo en un 11%, según detalla el informe con el análisis internacional «¿Bienestar público o beneficio privado?», que publica también este lunes la organización.
Dentro de nuestras fronteras, desde el inicio de la recuperación, el crecimiento económico ha beneficiado desproporcionadamente a las rentas altas. Así, el año pasado aumentaron en 16.500 los hogares en los que no entró ningún tipo de ingreso, alcanzando los 617.000. Mientras los ultramillonarios –personas cuyos activos netos equivalen o superan los 40 millones de euros- aumentaron en un 4%, llegando a la cifra récord de 1.690 personas.
«Esta alarmante crisis global de desigualdad es el reflejo del fracaso del sistema económico actual. Los Gobiernos deben actuar inmediatamente para lograr cambios reales y un futuro digno para todas las personas y no solo para una minoría privilegiada», señala el director general de Oxfam Intermón, José María Vera.
Pobreza y riqueza heredada
Cuanto más desigual es una sociedad, más condicionado estará el futuro de niños y niñas por el nivel de ingresos del hogar en el que nacieron y menos igualdad de oportunidades habrá entre unos y otros. Si no se reducen los actuales niveles de inequidad, la OCDE estima que en España se necesitarán 120 años, cuatro generaciones, para que una familia del 10% más pobre alcance los ingresos medios.
En esta línea, el informe detalla cómo la pobreza y la riqueza en España se heredan. Si se nace en una familia de ingresos altos se ganará un 40% más que si se crece en un hogar con ingresos bajos. Además, el sistema educativo es ahora más inequitativo que antes de la crisis. De todas las personas que abandonan prematuramente sus estudios, 1 de cada 2 pertenece al 20% de hogares con menos ingresos.
«La desigualdad afecta a los derechos y oportunidades que tengamos en nuestra vida relacionados con la salud, esperanza de vida o la participación ciudadana, entre otros. Por ejemplo, si vives en un barrio rico de Barcelona tu esperanza de vida será de 11 años más que si tu casa está en un barrio pobre. En Madrid, esta diferencia alcanzaría los 7 años. En España y en el mundo el sistema no solo no es capaz de reducir la pobreza, sino que ahora es más aguda. Reducir la desigualdad y mejorar la movilidad social es condición sine qua non para garantizar la igualdad de oportunidades», resalta el director.
La sanidad y la educación, un lujo solo para ricos
Según el informe internacional, el sistema actual es incapaz de reducir la desigualdad y la pobreza, y de mejorar la igualdad de oportunidades para que todas las personas puedan disfrutar de sus derechos. Muchos gobiernos están alimentando esta crisis con sus políticas. Gravan de manera insuficiente las grandes empresas y fortunas y no consiguen recortar la evasión fiscal.
En 2015, tan solo cuatro centavos de cada dólar de ingresos fiscales recaudados en el mundo provenían de impuestos sobre la riqueza, como la herencia o la propiedad. Las tasas fiscales a la riqueza se han reducido o eliminado en muchos países ricos y apenas se implementan en los países pobres.
El resultado es que se pierde mucho dinero que podría usarse para financiar servicios públicos vitales como la educación y la salud. Los países pobres pierden 170 mil millones de dólares en ingresos fiscales cada año como resultado de la evasión de impuestos por parte de las grandes fortunas y las grandes empresas. En Nepal, un niño de una familia pobre tiene tres veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años que uno de una familia rica.
En India, donde el Gobierno apenas aplica impuestos a los más ricos y presenta uno de los niveles de gasto en salud más bajos del mundo, Pratima perdió a sus gemelos durante el parto debido a la precariedad del centro de salud público que tenía más cercano a su casa. Su historia es la de millones de mujeres en todo el mundo, que se ven obligadas a arriesgar sus vidas para dar a luz sin la atención médica adecuada.
«Si el 1% más rico pagase solo un 0,5% adicional de impuestos sobre su riqueza, podría recaudarse más dinero del que costaría educar a los 262 millones de niños que no asisten a la escuela y brindar atención médica que podría salvar la vida a 3,3 millones de personas», insiste Vera. «En España, tampoco hay un sistema fiscal progresivo. Se recauda poco y mal para poder contar con un sistema de protección social eficaz contra la pobreza. La presión fiscal sobre el PIB es del 34,5%, 6,9 puntos inferior a la media de la zona euro», añade.
Precariedad laboral e insuficiente protección social
Para la organización, otros claros aliados en España para alimentar la desigualdad y no reducir la pobreza son la precariedad laboral y un sistema de protección social ineficaz, que no garantizan una vida digna a las personas más vulnerables. El 13% de las personas trabajadoras viven por debajo del umbral de la pobreza. En 2017, el 51,65% de las personas asalariadas inscritas al Régimen General de la Seguridad Social tenían un contrato temporal, parcial o ambas cosas. En cuanto a la protección social, una de sus principales debilidades es la infradotación de las transferencias públicas que no son las pensiones como, por ejemplo, rentas de inserción, ayudas a la crianza, a la vivienda… El resultado es que no consiguen sacar de la pobreza ni a una de cada cuatro personas frente a Dinamarca, Irlanda o Finlandia que lo logran con una de cada dos personas. La falta de inversión en protección social es un nuevo obstáculo para la movilidad social que iguale oportunidades y derechos.
Mujeres y niñas, las más perjudicadas
Oxfam Intermón alerta de que la creciente desigualdad económica en el mundo afecta especialmente a las mujeres y las niñas. Las bajadas de los tipos impositivos en el impuesto sobre la riqueza benefician sobre todo a los hombres, quienes poseen un 50% más de riqueza que las mujeres a nivel global y controlan más del 86% de las grandes empresas. En cambio, la falta de inversión en servicios públicos, perjudica desproporcionalmente a las mujeres y las niñas en situación de pobreza.
La organización estima que, si una única empresa se encargase de realizar el trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo las mujeres de todo el mundo, su facturación anual ascendería a 10 billones de dólares, 43 veces más que la de Apple, la mayor empresa del mundo.
En nuestro país, el escenario no es diferente. Las mujeres sufren una peor situación en el empleo: el 70,8% de las personas con un contrato parcial no deseado son mujeres y 7 de cada 10 personas que reciben el Salario Mínimo Interprofesional también. Asimismo, el hecho de que muchas no estén en el mercado laboral y no coticen en la Seguridad Social hace que los hombres cobren pensiones un 41,37% más que las mujeres. Por el contrario, la mayoría de las pensiones no contributivas, escasamente dotadas con 380,10 euros al mes, van a manos de mujeres. Nada menos que el 76,85 % en 2017.
La desigualdad debe ser prioritaria
«Dado el impacto social y económico de la desigualdad, la reducción de la misma debería ser un objetivo prioritario de cualquier proyecto político y tener un lugar relevante en las primeras páginas de los programas electorales. El Gobierno de España ha adquirido una serie de compromisos internacionales al firmar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo que pedimos su cumplimiento de forma urgente», afirma el director.
Para ello, la organización destaca como imprescindible recuperar el peso que los salarios tenían sobre el Producto Interior Bruto antes del estallido de la crisis, con medidas que incrementen los sueldos más bajos y reduzcan la precariedad de miles de puestos de trabajos, prestando especial atención a las mujeres como mayores afectadas por un mercado laboral desigual.
En materia fiscal es fundamental avanzar en la lucha contra los paraísos fiscales asegurando que las grandes empresas y las personas más ricas paguen lo que les corresponda, así como alcanzar como objetivo recaudatorio, la media de presión fiscal de la zona euro y hacerlo sin olvidar los principios de equidad del diseño tributario. Asimismo, es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las personas con menos recursos, dotar con más fondos el sistema de protección social hasta alcanzar la media europea, así como establecer un sistema de garantía de ingresos para todas las personas.
La organización anima a la ciudadanía a reforzar esta petición dirigida a todos los partidos políticos sumándose a la campaña pública que pone en marcha este lunes en «El privilegio de decidir«, una experiencia interactiva que aborda el concepto de desigualdad más allá de los datos.
https://www.publico.es/economia/seis-familias-clase-media-cayo.html