El último post de la bloguera siria, Razan Ghazzawi, celebra la liberación del bloguero Hussein Ghrer. Ahora es ella la que ha sido detenida cuando trataba de viajar a Jordania para participar en una conferencia sobre la libertad de expresión y prensa en el mundo árabe. Seguían sus pasos. Lo intuía: “Si algo me pasa, sabed que el régimen no teme a sus prisioneros, sino a aquellos que no les olvidan”, comentó a sus amigos antes de partir.
La bloguera Razan Ghazzawi es la coordinadora del Centro Sirio para Medios y Libertad de Expresión y una de las pocas blogueras sirias que escribe con su nombre real para defender la expresión en libertad y denunciar las arbitrariedades del régimen criminal en el que según el representante de la UE en la zona, el inquietante Bernardino León, “hay reformistas”.
Una Europa que permite a empresas europeas la venta de dispositivos que sirven para seguir los pasos de los opositores al régimen sirio. Es el caso de la francesa Qosmos, la italiana AREA, Nokia Siemens y Utimaco, una filial alemana de la británica Sophos.
Los gobernantes europeos que financian sistemas de control y vigilancia de las redes sociales tienen que aligerar el stock del lobby de la Seguridad al que sirven, dignidad no les queda. Los nobles esfuerzos de muchos eurodiputados chocan con la realidad de las cloacas del poder gubernamental de los Estados europeos.
Todos recordamos a la ministra del Interior francesa, una de las políticas más destacadas de la derecha francesa, ofreciendo antidisturbios al dictador tunecino cuando comenzó la revuelta. Ojo al mimbre que teje la Europa que viene. Quién, por cierto, sancionará a los países europeos del déficit democrático (que incluye el inquietante descontrol de sus servicios secretos).
A los cómplices y socios de un régimen que hace desaparecer a los blogueros y condena a la bloguera encarcelada más joven del mundo con la misma determinación que asesina y tortura, ya lo hacía cuando era recibido en Moncloa , a todo opositor que se cruce en su camino.
Quedan los “cuatro tuiteros” que claman #FreeRazan. El régimen no teme a sus prisioneros, sino a aquellos que no les olvidan. No olvides a la bloguera detenida ni a todos los que ponen en juego su vida por la libertad de todos.
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