“Mis compatriotas no nacieron para ser cobayas de laboratorio. Esto se lo debemos a personas codiciosas, como el Primer Ministro”.
El material radiactivo de los tres reactores en los que se produjo la fusión del núcleo permanece en su lugar, pero nadie sabe la cantidad de material radiactivo que hay, ni la cantidad de uranio y de plutonio que contienen, ni nadie sabe del peligro constante que esto supone.
Para evitar que el combustible nuclear sea utilizado en la fabricación de armas nucleares, la Agencia Internacional de la Energía Atómica de la ONU solicita a cada país un informe periódico sobre la cantidad de combustible nuclear que hay en sus centrales nucleares. En Fukushima esto resulta imposible actualmente, saber el combustible que hay en los núcleos de los tres reactores en los que se produjo la fusión.
La utilización de este material para la fabricación de armas resulta imposible, ya que los niveles de radiactividad son tan altos que producirían la muerte de cualquiera que se acercase a ellos, de modo que siguen en su lugar. Por otro lado, sería necesario saber su cantidad y saber si pueden retirarse de los reactores, pero no se dispone de una tecnología adecuada que permita esto.
El enfriamiento de los núcleos de los reactores impide que ardan, pero se produce agua radiactiva
La Agencia Japonesa de la Energía Atómica colabora con los Estados Unidos para desarrollar la tecnología necesaria. Se espera poder utilizarla dentro de una década. La Agencia Japonesa solicitó esta colaboración para desarrollar nuevas tecnologías después de que una iniciativa similar fuese llevada a cabo por los Estados Unidos para ver el estado del núcleo fundido del reactor de Three Mile Island, accidentado en 1979.
Mientras, la Empresa propietaria de la central de Fukushima, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), mantiene los tres núcleos fundidos y las barras de combustible sumergidos en agua de refrigeración para que el material radiactivo no se sobresaliente, y que por lo tanto no arda, residuos radiactivos son esparcidos por el viento y contaminan el agua.
En todo el mundo se utilizan unas piscinas estancas donde se acumula el combustible nuclear, algo que también se hacía en Fukushima antes del terremoto y tsunami de 2011. Pero ahora las estructuras del reactor no son estancas y TEPCO ha inyectado millones de litros de agua fría y menos contaminada en esas estructuras, y es algo que tiene que seguir haciendo.
El agua radiactiva supone un peligro y tiene que almacenarse en algún lugar
El agua utilizada para enfriar el combustible nuclear y los residuos radiactivos se vuelve radiactiva, como también queda contaminada el agua subterránea donde se infiltra el agua procedentes de las estructuras no estancas de la central. Esta agua radiactiva sigue llegando al Océano Pacífico en cantidades variables, que, según TEPCO, trata de contener.
El pasado 7 de mayo, Japan Times informó de que TEPCO había instalado 290 grandes estanques de almacenamiento en Fukushima, lo suficientemente grandes como para contener 78 millones de galones de agua radiactiva (290.000 toneladas), y otros 25 millones de galones de agua todavía no recogidos. Fukushima genera cada día 100.000 galones de agua radiactiva (400 toneladas de agua).
TEPCO estima que cada día se filtran en las aguas subterráneas unos 54.000 galones de agua. En mayo de 2012, el Gobierno japonés ordenó a TEPCO la construcción de un muro profundo en torno a la planta para mantener las aguas subterráneas a salvo, pero es un plan que no podría estar listo hasta principios de 2015.
TEPCO está ampliando la capacidad de almacenamiento a 1,9 mil millones de galones en las áreas cercanas a la central. Si bien esto puede ser suficiente para los próximos tres años, el lugar se está quedando sin espacio de almacenamiento. Además, algunos de los estanques de almacenamiento han comenzado a sufrir filtraciones de agua contaminada al suelo.
En el negocio nuclear, la verdad tiene una vida media limitada
Para hacer frente a estas dificultades, TEPCO ha propuesto el tratamiento del agua para eliminar la radiactividad, y a continuación enviarla al Océano Pacífico. Hay una fuerte oposición a este plan, en especial por parte de los pescadores.
En julio de 2012, ya algunas autoridades informaron a la gente de que los peces del Pacífico eran seguros para su consumo, pero los datos que recoge la Agencia de Pescad de Japón muestran todo lo contrario. Según se informa es una web canadiense, straight.com de Vancouver:
“Los datos muestran que, lejos de desaparecer la radiactividad con el tiempo, a pesar de lo dicho por las autoridades gubernamentales, los niveles de radicación en Fukushima se han mantenido obstinadamente altos en los peces.”
En julio de 2012, el promedio de contaminación en el pescado fue de 65 becquerelios de cesio por kg. Eso representa un nivel más alto que los 5 Bq/kg que se encontraron en el pescado en los días posteriores al accidente nuclear de marzo de 2011, antes de que el cesio se hubiese esparcido a través de toda la cadena alimenticia de la región. En algunas especies, los niveles de radiación son incluso más altos que el año pasado”.
Lo que sabemos queda eclipsado por lo que no sabemos sobre la radiactividad
En marzo de 2013, los investigadores de la Stanford University Hopkins Marine Station publicaron un informe sobre el atún rojo capturado en las costas de California y los niveles presentes de cesio radiactivo. En el informe se recoge que el atún rojo está contaminado en su totalidad, sin que ninguno de ellos esté libre de cesio radiactivo. El Informe no aborda cuestiones de cómo el cesio se acumula en el atún y de si aparecía también en otras especies.
Un aspecto importante de esta investigación es que: “El trabajo apoya la idea de que los isótopos radiactivos de Fukushima se pueden utilizar para determinar de manera fiable los movimientos transoceánicos, desconocidos hasta ahora, del atún de aleta azul del Pacífico. Esta información puede ser utilizada para prevenir la sobrepesca del atún”.
Atún contaminado, algas contaminadas
Según informaba Two Rivers Tribune:
“En la costa de California hay un bosque de algas situada en aguas profundas, Corona del Mar, que ahora presenta una concentración de radiación 250 veces más altas que los niveles encontrados en las algas antes del accidente nuclear. Un artículo de investigación publicado en Scientific American dice que la radiación se ha acumulado en el pescado que comía en las zonas cercanas a las algas… Actualmente no se está realizando ninguna investigación sobre el efecto en los peces y su descendencia y el incremento en los niveles de radiación que se está observando…
El Gobierno japonés ha prohibido tanto la venta en el interior como la exportación de la mayoría de las especies de peces que se capturan en las costas de Fukushima. Los niveles de radiación siguen aumentando dos años después del accidente nuclear. En enero de 2013 los niveles de cesio medidos sobrepasaban en 2450 veces el límite que se considera seguro para el consumo humano. Los niveles de estroncio superaban en 240 veces el límite legal”.
¿No se tratará de encubrimiento si las autoridades no dan una información útil?
Al parecer no se están realizando mediciones de la radiación global, ni por las Agencias estadounidenses ni canadienses, ni por ningún otro país que se ha visto afectado directamente por la radiación. Tampoco los organismos internacionales están realizando esta labor.
La Global Monitoring Division of the Earth System Research Laboratory of the National Oceanic & Atmospheric Administration (NOAA) del U.S. Dept. of Commerce, controla los niveles globales de “dióxido de carbono, monóxido de carbono, metano, óxido nitroso, el ozono en la superficie y en la estratosfera, compuestos halogenados, incluyendo los que reemplazaron a los CFC, gases de azufre, aerosoles, radiación solar e infrarrojos”.
La fabricación de armas nucleares y la generación de energía nuclear emiten radiación ionizante a la atmósfera de forma continua. El sitio web de la NOAA habla de cinco programa de seguridad diferentes relacionados con las radiaciones ionizantes. Pero si la NOAA da datos de la radiación ionizante en la atmósfera, esta información no es fácil de encontrar.
¿Qué pasa, que la Seguridad Nacional depende la inseguridad de los ciudadanos?
Buscando en el sitio web de la NOAA los datos de estroncio-90 o del cesio-37 ( productos más comunes y más graves que se generaron en el accidente de Fukushima, con una vida media de 30 años) encontramos algunos datos, y el comienzo son prometedores:
“El laboratorio de Mediciones Ambientales (EML) ha mantenido una red mundial de centros de control durante casi 40 años. Por medio del apoyo de CMDL, American Samoa (SMO) y Mauna Loa (MLO), la red se creó para investigar el transporte y destino de la radiactividad producida por las pruebas atmosféricas de las armas nucleares. El estroncio-90 era el radionucleótido de interés primario debido a la alta cantidad liberada y a sus propiedades físicas y químicas, de modo que se convirtió en una preocupación para la salud humana”.
Pero esta declaración de intenciones procede del año 1996 y no incluye datos posteriores a 1996.
Dice la ONU que las dosis de radiación no han sido perjudiciales hasta ahora
El mes de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) de las Naciones Unidas, publicó un Informe de evaluación de casi 200 páginas sobre los riesgos para la salud de las catástrofe de Fukushima, Primer análisis de los efectos globales sobre la salud por exposición a la radiación de Fukushima. En un comunicado de prensa emitido en Ginebra, la OMS llegaba a la siguiente conclusión: “para la población en general, de dentro y fuera de Japón, las previsiones de riesgo son bajas y no se prevén aumentos en la tasa de cáncer por encima de las tasas de referencia”.
Utilizando los datos de estimación preliminares para hacer sus predicciones, la OMS también dice: “el riesgo estimado de desarrollar cánceres específicos en ciertos grupos de la población en la prefectura de Fukushima ha aumentado, lo cual requiere un seguimiento a largo plazo y un examen continuo de la salud de estas personas”.
El comunicado cita a la Dra. Angelika Trischer, doctora interina de la OMS, especializada en alimentación y zoonosis, que dijo: “Además de reforzar los servicios médicos, se debe continuar con el control ambiental, en particular del agua y los alimentos, respetando las normativa existente, intentando reducir la exposición a la radiación en el futuro”.
Y el informe de la OMS, señala que ” el impacto psicosocial del accidente de Fukushima puede tener consecuencias para la salud y el bienestar. Esto no debe ser ignorado, como parte de la respuesta global”.
Y el desmantelamiento de Fukushima, si es que empieza alguna vez, llevará décadas.
De acuerdo con el periodista de Natural News Ethan Huff, la falta de una información fiable, por lo menos en Japón, puede no ser tanto culpa del Gobierno sino de los grandes medios de comunicación:
“Los nuevos datos publicados por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón (MHLW) muestran una vez más que el desastre nuclear de Fukushima está lejos de haber finalizado. A pesar del completo bloqueo informativo sobre la situación actual, los niveles de cesio-137 y de cesio-134 son lo suficiente altos a una distancia de unos 362 kilómetros de Fukushima como para que los residentes superen el límite anual de radiación en unos pocos meses, o incluso en sólo unas semanas.
Según Fukushima-diary.com, que informa diariamente sobre el desastre de Fukushima, el arroz y las mandarinas producidas en la prefectura de Shizuoka tienen niveles altos de cesio-137 y cesio-134″.
Mientras tanto, en las últimas semanas, presuntamente TEPCO ha vertido agua contaminada al Pacífico, anunciando que los niveles de radiación el agua del mar cerca de Fukushima ha alcanzado niveles récord, debido probablemente a la filtración de agua radiactiva.
En el sitio web Energy News, los trabajadores dicen que la situación de los cuatro reactores puede empeorar. Si bien hay planes de emergencia para tres de los reactores, el cuarto reactor, el número 2, tienes unos niveles de radiación tan intensos que un trabajador dijo que en caso de emergencia es probable que se pierda el control incluso antes de que un equipo esté preparado para afrontarla.
Otro dijo: “No tenemos ni idea de la situación del reactor número 2″.
Fuente: http://dissidentvoice.org/2013/07/more-than-two-years-after-the-initial-meltdowns-fukushima-is-still-snafu/#more-49701
William M. Boardman tiene más de 40 años de experiencia en el teatro, la radio, la televisión y la prensa escrita, y 20 años en el poder judicial, en Vermont. Ha recibido diversos honores, incluida la propuesta para la concesión de un Emmy de la Academia de Televisión, Artes y Ciencias.
http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2013/07/12/la-situacion-en-fukushima-la-seguridad-nacional-depende-de-la-inseguridad-de-sus-ciudadanos/