Desde el emblemático descubrimiento de la doble hélice del ADN por Watson y Crick en 1953, la representación de esta doble escalera entrelazada ha sido el estandarte de la visualización genética Se pensaba que, con el conocimiento del genoma humano, podríamos desvelar los misterios más ocultos de la vida y de las enfermedades, como si se tratara de un manuscrito cabalístico que nos otorgaría un poder adámico sobre la naturaleza.
Sin embargo, las expectativas iniciales se han visto moderadas por el reconocimiento de la intrincada complejidad de la vida. Las aserciones pasadas que apuntaban a «genes» específicos para la inteligencia o el cáncer hoy parecen simplificaciones. La vida, en su majestuosidad, no puede ser encapsulada en un solo código genético. Como señala Jamie Davies, profesor de anatomía de la Universidad de Edimburgo, la vida no puede ser reducida únicamente a interacciones entre moléculas simples. Seguir leyendo Más allá de la doble hélice: El uróboros y el ciclo eterno de la vida →