Las autoridades temen que el cementerio tóxico de los submarinos de guerra soviéticos abandonados sea un desastre nuclear que se desarrolla lentamente.
La base de submarinos de la bahía de Murumansk Andreeva, en el Ártico ruso, dejó submarinos nucleares enteros, así como restos contaminados de submarinos nucleares soviéticos, reactores abandonados y desechos radiactivos, lo que convierte la zona en una de las más tóxicas de la Tierra para esta región.