Los ataques se intensifican esta vez sobre el norte de Israel. Este viernes, el Ejército israelí ha respondido con fuego de artillería —25 proyectiles, según un portavoz citado por France Presse— a al menos dos ataques con cohetes lanzados desde Líbano. Aunque el sur de este país es un reducto de las milicias chiíes de Hezbolá, considerado grupo terrorista por la comunidad internacional y que el jueves hizo público un comunicado condenando los ataques con misiles teledirigidos desde Israel hacia la franja de Gaza, las Fuerzas de Seguridad israelíes sospechan que el ataque ha sido perpetrado por algún grupo palestino que opera en la zona. Los cohetes, según un portavoz citado por la agencia France Presse, han caído en Kfar Yuval, una pequeña localidad fronteriza, sin causar daños ni víctimas mortales.
Un cohete lanzado desde Gaza impacta en una gasolinera de Ashdod (Israel) y causa tres heridos, uno de ellos grave
La agencia de noticias estatal libanesa NNA afirmó que los cohetes —que se lanzaron a las 06.30am (05.30 hora peninsular española)— iban dirigidos hacia los «territorios ocupados». La radio pública confirmó que los artefactos (Kfarchuba) cayeron en una carretera que en ese momento estaba vacía. Pocas horas más tarde, Cúpula de Hierro, el escudo antimisiles israelí, ha interceptado al menos dos cohetes que iban dirigidos hacia el área metropolitana de Tel Aviv (a 80 kilómetros de la franja), según fuentes del Ejército citadas por France Presse.
Este repunte de violencia en la frontera líbano-israelí se produce en medio de la operación Margen Protector en la franja de Gaza en la que hasta el momento han muerto unos 88 civiles, al menos 22 de ellos niños. La ofensiva entra este viernes en su cuarta jornada en la que in cohete lanzado desde la franja ha impactado contra una gasolinera de Ashdod (a 28 kilómetros de Gaza) causando tres heridos, uno de ellos en estado grave, según el diario israelí Haaretz. Israel ha atacado desde el lunes por la noche varios centenares de blancos en el territorio palestino en el que viven hacinadas 1,8 millones de personas, más de un tercio de ellas, niños.