Cuando hablamos de corrupción todos estamos de acuerdo, desde la izquierda hasta la derecha, coincidimos en valorarlo como inadmisible e intolerable el enriquecimiento ilícito de estos trufianes.
Pero ¿por qué nos solivianta tanto si «al fin y al cabo, sólo se han llevado el dinero de esa gran caja llamada erario público»? La respuesta es bien sencilla, porque es nuestro dinero, el dinero de todos, y por eso lo consideramos un robo. Alguien, aprovechando los contactos entretejidos entre Administración y empresas, de una u otra forma, mete sus manos en las arcas públicas, llevándose el dinero que estaba destinado para otros fines.
Dicho de otra manera, lo consideramos un robo porque es la propiedad de todos nosotros. Se trata de un dinero proveniente de la barbaridad de impuestos que pagamos y que, supuestamente, sirve para pagar una contraprestación que nos debería devolver el Estado materializado en servicios varios.
Así pues, se trata de un atentado a nuestra propiedad, la violación de un derecho fundamental. Pero, aquí no para la cosa, dicho sea de paso, también atenta contra nuestra libertad.
Me explico, la libertad, en su sentido social y material, no es otra cosa que la intención y las opciones de realización de cosas que en un marco jurídico-político podemos las personas llevar a cabo. Un ejemplo para aclarar esto, si nos dicen que somos libres para escribir lo que queramos, pero no tenemos un euro para comprar papel y lápiz, dificilmente podremos ejercer dicha libertad, será como ‘papel mojado’. Así que, la capacidad de ejercer la libertad depende radicalmente de nuestras propiedades y la interacción con las propiedades de los demás. Si alguien nos roba, no sólo atenta contra nuestra propiedad, a su vez, está limitando nuestra capacidad de movimiento y decisión sobre nuestro presente y futuro, es decir, nuestra libertad.
Dado que el fin de ese dinero público era pagar unos servicios, resulta que alguien le ha dado otro destino, ya sea para engordar su propio patrimonio o el de su club de compinches. Y puesto que la intención y finalidad de todos no era enriquecer el patrimonio de tales indeseables, su acción va en contra de nuestras decisiones y, de hecho, ha mermado nuestra capacidad de tomar decisiones sobre nuestro patrimonio público.
Por lo tanto, podemos entender que la corrupción viola nuestros dos derechos más fundamentales: la propiedad y la libertad.
Ahora bien, cuando los políticos llevan a cabo regulaciones que afectan y privilegian sólo a determinados sectores, cuando se aprueban ‘derechos’ que privilegian a grupos de presión en detrimento de otros y cuyo establecimiento vía presupustos todos debemos pagar; cuando los gobiernos gastan en estructuras inútiles, ya sea en proyectos de obras faraónicas que sepultan ese dinero público o lo denefestran en estructuras administrativas paralelas donde meter a sus acólitos; cuando dilapidan el dinero en los llamados «planes E» (empleos públicos), que son una mera ficción de empleo …
En todos estos casos y algunos más largos de contar, se está produciendo el mismo mecanismo de latrocinio, de robo, puesto que atentan a la propiedad de todos los ciudadanos malversando su dinero, y asimismo contra su libertad, precisamente porque se le está dando una finalidad que nada tiene que ver con la debida contraprestación a los ciudadanos, empobreciéndonos cada vez más.
– Imagen, Ejemplo de dilapidación de dinero público. Ciudad de la Cultura de Galicia, Santiago de Compostela. El proyecto comienza en 1999, sin nada hecho en 2011, paralizado definitivamente en Marzo de 2013. Responsable: Junta de Galicia. Coste: 300 millones de euros. Imagen de Despilfarro público.com . – See more at: http://bitnavegante.blogspot.com.es/2014/11/una-reflexion-sobre-la-corrupcion.html#sthash.oPTDym77.dpuf
Todo este tinglado de la corrupción es inadmisible lo peor es que me parece que sólo será mucho ruido y pocas nueces…
Lo peor de esta banda de corruptos es que meterlos en la carcel cuesta una barbaridad . Estan tan acostumbrados a mentir que cuando dan una rueda de prensa salen indignados en vez de avergonzados .
Pero cuando una persona humilde comete un robo para dar de comer a su familia ,le cae todo el peso de la justicia .
Son tantas y tantas las tropelias de esta casta de delincuentes , que me parece imposible que puedan volver a engañar al pais en unas elecciones.
Volveremos a dejarnos engañar y volveremos a admitirlos.
Y…..si, pues el poder es uno y en odos los paises sucede lo mismo, las elecciones no solucionan NADA.