A través del ventanal contemplaba la ciudad salpicada de luces y envuelta en el silencio nocturno. Conseguía entrar en un estado de paz y armonía que le devolvía, paulatinamente, la capacidad para reconciliar un sueño reparador.
Pero aquella noche ocurrió algo extraordinario. Estando sentada en posición meditativa, una ráfaga de luz la hizo abrir los ojos. Fue como un fogonazo que entrara por la ventana y la sacudiera con una sutil vibración.
Jaycee se incorporó y se acercó a observar. En la inmensa negrura del firmamento una llamarada rasgaba la oscuridad y se precipitaba hacia ella. En ese instante, con su corazón palpitando deprisa, exaltada por lo que estaba contemplando, una voz melodiosa se dirigió a lo más profundo de su ser.
-Ya estamos aquí. ¿Estás dispuesta a recibirnos?
Jaycee no podía salir de su asombro. Seguía mirando allá afuera, a través de la ventana. Esa luz, poderosa e intensa, estaba detenida frente a ella, inmóvil, …
imperturbable, espléndida…y de esa esfera brillante procedía la voz que estaba sintiendo en su interior.
Silencio. Sólo el latido constante de su corazón.
-No temas. Somos enviados especiales. Somos seres de Luz. Traemos la semilla de la esperanza para la humanidad. ¿Estás dispuesta a recibirnos?
Una música envolvente, cálida y amorosa le devolvió la consciencia del aquí y el ahora y encontró la capacidad de reacción.
-Estoy dispuesta.
-Has estado preparándote. Tu energía procede de nuestro mundo y dentro de ti se encuentra todo el conocimiento que ha sido secuestrado y manipulado. Sólo tienes que activarlo y despertar la memoria dormida.
Mientras se pronunciaban esas palabras, por la mente de Jaycee desfilaron imágenes nítidas y reveladoras sobre el verdadero origen de la humanidad, toda una intrusión genética y energética que ha influido sobre ella, pero, también, todo un plan cósmico de maduración espiritual que la está conduciendo a alcanzar un grado de visión y despertar consciente que le permita liberarse…
Como una presa que abriera sus compuertas, la mente de Jaycee quedó anegada por la Verdad y, por ósmosis, como si se tratara de una potentísima biocomputadora humana conectada con la mente cósmica o divina, se filtraría hacia todas las mentes despiertas.
Jaycee comprendió la misión para la cual había encarnado y que tanto tiempo había estado buscando. Ser canal de difusión para la liberación de la luz divina que entraba en la Tierra para conducirnos a una comprensión holística de todo lo creado. Supo que estábamos a la puerta de grandes transformaciones y cambios sin precedentes donde el pasaje era el desarrollo espiritual y el retorno a la tierra, madre de la Vida.