«Cuando penetréis en un bosque, tratad de tomar conciencia de que este bosque está habitado. Una multitud de criaturas invisibles están ahí, van y vienen, ocupadas en diferentes actividades y notan vuestra presencia, entonces ¿por qué no tratar de entrar en relación con ellas?
Podéis también acercaros a un árbol y encargarle que transmita vuestros mensajes a todos los demás árboles del bosque. Que les diga que los encontráis magníficos, que los amáis. Y besáis al árbol pidiéndole que les transmita también vuestro beso. Entonces las entidades que lo habitan van a llevar vuestro amor a través de todo el bosque. Y mientras vosotros seguís paseándoos, las entidades que han recibido este mensaje salen de los árboles para miraros. Están maravilladas, danzan a vuestro paso y cuando volvéis a vuestra casa, os sentís felices, sentís que habéis saboreado algo de la verdadera vida.»
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