Una de las grandes confusiones que pueden existir cuando se habla del desapego, es pensar que optar por el mismo es, navegar por nuestra vida en la dirección que el viento marque, más sin embargo está bien dicho que nunca hay buen viento para quien no sabe para donde va.
Entonces buscamos unas palabras simples que nos digan que es el desapego, estas palabras podrían ser: “El fijarse una meta, caminar con decisión hacia esa dirección, pero caminar bien despiertos (concientes) atentos a los problemas pues estos cuando hay verdadero desapego no se convierten en obstáculos que nos frustren si no mas bien en oportunidades, con el fin de perfeccionar los detalles faltantes dentro de nosotros mismos”, pues la meta desde el desapego no es una competencia hacia afuera si no hacia adentro, hacia nosotros mismo.
En la película Carros de fuego (tema del vídeo de la semana), vemos el coste de ver hacia afuera (o compararse con otro), esa fracción de segundo en la que el competidor perfecto ve hacia atrás para compararse con el otro le cuesta la carrera. El ganador (el muchacho sonriente!) es simplemente alguien motivado por correr con el único fin de hacerlo bien para si mismo disfrutando de cada momento vivido en el camino sin imaginar que cada experiencia vivida forma parte de la misma meta.
En el desapego la meta no es el objetivo para la felicidad, es el camino la felicidad, se llegue o no a la meta.
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