Para que una sustancia sea considerada vitamina se debe demostrar su esencialidad para la vida humana, en el caso de la mal llamada vitamina D aún no sabemos por completo cuán importante es, ni el alcance de sus beneficios sobre la salud. Pero el estudio al que vamos a hacer referencia nos acerca a una nueva dimensión de lo imprescindible que puede llegar a ser.
En el estudio se investigaron los efectos de la vitamina D sobre los genes, analizando los leucocitos de la sangre de 8 voluntarios sanos que suplementaron con 400IU o 2000IU de vitamina D3 durante 2 meses. Lo que pudieron averiguar es que hay una gran necesidad de vitamina D en nuestro organismo que afecta hasta a 291 genes distintos, relacionados con inflamación, cáncer, respuestas autoinmunes, funcionamiento cardiovascular, respuesta al estrés, crecimiento y reparación celular. Convirtiendo a la vitamina D no solo en un nutriente con un complejo funcionamiento, sino en un regulador hormonal o una pre-hormona.
Una diferencia en los niveles de vitamina entre los niveles habituales en invierno de aproximadamente 16.2ng/ml (niveles inferiores a 20ng/ml indican deficiencia) y un nivel de 27.5ng/ml obtenido después de la suplementación significaba una diferencia en la expresión de 66 genes (función inmune, respuesta celular al estrés y regeneración en daño al ADN celular) lo que puede significar una mayor predisposición a sufrir cáncer y enfermedades autoinmunes aún siguiendo una dieta saludable.
Lo que se espera es que las actuales recomendaciones de cantidad diaria en vitamina D aumenten y se fomente la suplementación de vitamina D3 en dosis de 1000 a 2000 UI, dependiendo de la latitud donde se viva y al menos durante los meses de invierno.
Más información: Influence of Vitamin D Status and Vitamin D3 Supplementation on Genome Wide Expression of White Blood Cells: A Randomized Double-Blind Clinical Trial megustaestarbien.com