Me senté en la víspera de Navidad para ver ‘It’s a Wonderful Life’, ha pasado un tiempo, esperando una porción reconfortante de sentimentalismo navideño con queso extra. Lo que vi fue una polémica sobre la banca y una parábola sobre el karma y la interconexión. Puede que estés pensando: ‘Recuérdame que no celebre Navidad con Vishvapani’, pero ten paciencia conmigo.
George Bailey, interpretado por James Stewart, hereda a regañadientes Buildings and Loans, una cooperativa de ahorro y crédito en Bedford Falls que su padre ha trabajado para desarrollar frente a la institución financiera depredadora y lucrativa de Potter (es decir, lo que en estos días llamaríamos ‘una banco’). George quiere ver el mundo y hacer grandes cosas, pero su padre muere y la única forma de mantener la cooperativa de ahorro y crédito fuera del alcance de Potter es administrarla él mismo. Es una postura moral y esto es lo que le dice a Potter: