(Cuarta Parte)
3.4. La ilusoria permanencia del “yo”
Hay que recordar que para que se dé una percepción consciente es necesario que concurran estos tres aspectos: lo percibido, la percepción, y el percibidor. Este “yo” es el percibidor que comprende y da la sensación de presencia al acto de percibir.
Una percepción interna o externa no se acaba en el instante en el que lo que lo provocó termina, sino que deja una impronta que permite seguir percibiéndola por un tiempo adicional; es algo similar a lo que ocurre con la visión cuando, luego de haber estado mirando fijamente un objeto por un rato y luego se aparta la vista de él, se sigue viendo su imagen difusa donde quiera que se pose la mirada. Como las percepciones se producen con una profusión persistente (siempre estamos a la expectativa de percibir algo) y sus improntas se superponen unas a otras, la sensación de “yo” parece ser un continuo o algo imperecedero; pero no es así ya que ese “yo” solo se está reconstruyendo tenaz y permanentemente con cada percepción o su recuerdo y, sobre todo, con la mayoría de las actividades corporales. Seguir leyendo Comprendiendo el Advaita