Archivo por días: febrero 5, 2011

El hallazgo de unos fósiles en Libia trastoca la teoría y sugiere que monos y hombres pudieron originarse en Asia

Ahora parece que ni siquiera los primates antropoides, antepasados de los homínidos que los annunakis transformaron en el homo sapiens, proceden de Africa.
El descubrimiento de varias especies de primates antropoides del Eoceno en Libia desafía la teoría de que los primates superiores (entre los que se incluyen los monos y los hombres) se originaron en África. El espectacular hallazgo se ha publicado en Nature.

Mark A. Klinger (Carnegie Museum of Natural History)
Receación artística del Afrotarsius (arriba, izquierda), Karanesia (arriba, derecha), Biretia (abajo, izquierda), y Talahpithecus (abajo, derecha)
El origen de los antropoides, primates superiores entre los que se incluye la especie humana, es una cuestión de permanente debate entre los paleontólogos. Pero el descubrimiento del equipo dirigido por Jean-Jaques Jaeger de varias especies hasta ahora desconocidas de pequeños primates antropoides de 38-39 millones de años de antigüedad en la región central de Libia reduce la cuestión a dos únicos escenarios posibles: que los antropoides se desarrollaran antes de esa fecha en África (aunque no existen restos fósiles que lo demuestren) o que ese desarrollo y diversificación sucediera en Asia y los representantes de ese clado colonizaran después África igual que hicieron los roedores y otros mamíferos.
Diversidad de especies

MPFL
Vista panorámica de la formación Dur At-Talah, donde aparecieron los fósiles
Según el estudio publicado en Nature, lo que resulta excepcional en este descubrimiento es la diversidad de las especies encontradas: tres familias diferentes de primates antropoides que, además, vivieron también en el norte de África aproximadamente al mismo tiempo. Lo cual sugiere que los antropoides, en ese momento, ya se habían diversificado. Y eso implica a su vez que debieron existir primates antropoides anteriores al tiempo al que pertenecen los nuevos fósiles.
La pregunta, ahora, es la siguiente: ¿Dónde están esos restos más antiguos? Hasta ahora, los paleontólogos no tenían dudas de que, antes o después, los ancestros de los primeros primates aparecerían en cualquier momento en África. Pero los nuevos hallazgos abren la posibilidad de que no sea así. De hecho, la presencia en África de varias familias diferentes de antropoides de hace 39 millones de años es una clara muestra de que debió de existir un antepasado común. Un ancestro del que, sin embargo, no se ha encontrado el más mínimo rastro en el continente negro.
Pero, ¿y si los investigadores hubieran estado buscando en el sitio equivocado? ¿Y si los fósiles de antropoide que preceden a los hallados en Libia estuvieran, también, en Asia? Los autores del estudio así lo creen, y abogan decididamente por Asia como continente de origen de los primates antropoides.

 

«Si nuestras ideas son correctas -afirma Christopher Beard, del Museo Carnegie de Historia Natural y coautor del estudio- esta colonización de África por parte de los antropoides fue un evento realmente crucial, uno de los puntos clave de nuestra historia evolutiva. En aquel tiempo, África era un continente-isla. Y cuando esos antropoides aparecieron, no había nada en esa isla que pudiera competir con ellos, e iniciaron un periodo de florecientes divergencias evolutivas entre los antropoides, uno de cuyos linajes desembocó en los seres humanos. Si nuestros primeros antepasados antropoides no hubieran tenido éxito en su migración de Asia a África nosotros, sencillamente, no existiríamos».
«Este extraordinario nuevo yacimiento de Libia -prosigue el paleontólogo- nos muestra que en el Eoceno medio, hace 39 millones de años, ya existía una sorprendente diversidad de antropoides viviendo en África, y no se conoce ningún antropoide africano anterior a ese tiempo. Esta súbita aparición de una tal diversidad sugiere que esos antropoides probablemente colonizaron África desde cualquier otro lugar. Sin evidencias de fósiles más primitivos en África, hemos desviado nuestra mirada hacia Asia, como el lugar más probable en el que esos animales evolucionaron».

El hombre lleva surcando las aguas desde hace 130.000 años CIVILIZACIÓN MINOICA

Otro descubrimiento que deja en ridículo las teorías de la historia oficial que decía que el hombre no dejó África hasta hace 40.000 años.

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, informó hoy el Ministerio de Cultura helénico.

Los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra que avalarían estas conclusiones.
Se trata de hachas con rasgos de estilo «Achelean», relacionada con el «homo heidelbergensis» y el «homo erectus», dos «antepasados» del actual ser humano. Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años, pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima». «Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio.

NOTICIAS RELACIONADAS

Unos ejemplos de hachas paleolíticas de Préveli, descubiertas por arqueólogos griegos y estadounidenses en la isla griega de Creta.

EFE ATENAS

Arqueólogos griegos y estadounidenses han hallado hachas que podrían suponer el indicio más antiguo para la navegación

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, informó hoy el Ministerio de Cultura helénico.

Al respecto, los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra.

Se trata de hachas con rasgos de estilo «Achelean», relacionada con el «homo heidelbergensis» y el «homo erectus», dos «antepasados» del actual ser humano.

Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima».

«Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio.

El hombre ya navegaba hace 130.000 años

  • Encuentran restos de hachas en Creta que demuestran esta teoría
  • Nuestros antepasados surcaban los mares mucho antes de lo pensado

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, según ha informado el Ministerio de Cultura helénico.

Los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra.

Se trata de hachas relacionadas con el Homo heidelbergensis y el Homo erectus, dos «antepasados» del actual ser humano.

Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima».

Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio

El hombre lleva surcando las aguas desde hace 130.000 años

Otro descubrimiento que deja en ridículo las teorías de la historia oficial que decía que el hombre no dejó África hasta hace 40.000 años.

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, informó hoy el Ministerio de Cultura helénico.

Los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra que avalarían estas conclusiones.
Se trata de hachas con rasgos de estilo «Achelean», relacionada con el «homo heidelbergensis» y el «homo erectus», dos «antepasados» del actual ser humano. Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años, pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima». «Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio.

NOTICIAS RELACIONADAS

Unos ejemplos de hachas paleolíticas de Préveli, descubiertas por arqueólogos griegos y estadounidenses en la isla griega de Creta.

EFE ATENAS

Arqueólogos griegos y estadounidenses han hallado hachas que podrían suponer el indicio más antiguo para la navegación

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, informó hoy el Ministerio de Cultura helénico.

Al respecto, los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra.

Se trata de hachas con rasgos de estilo «Achelean», relacionada con el «homo heidelbergensis» y el «homo erectus», dos «antepasados» del actual ser humano.

Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima».

«Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio.

El hombre ya navegaba hace 130.000 años

  • Encuentran restos de hachas en Creta que demuestran esta teoría
  • Nuestros antepasados surcaban los mares mucho antes de lo pensado

Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, según ha informado el Ministerio de Cultura helénico.

Los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra.

Se trata de hachas relacionadas con el Homo heidelbergensis y el Homo erectus, dos «antepasados» del actual ser humano.

Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.

Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana).

Según el ministerio, los nuevos hallazgos son «el indicio más antiguo para la navegación marítima».

Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre», agrega el ministerio

 

La Resonancia de la Pirámide Infrasónica de Orión

Los bloques de piedra caliza de las pirámides de Orión están constituidos principalmente de mineral calizo, cuya estructura puede ser triangular u octaédrica en diversas formas. Cada una de las pirámides de Gizeh parece estar diseñada como la mitad superior de una formación monumental octaédrica de calcita. En breve nos referiremos a las matemáticas angulares del diseño piramidal de Orión, sin embargo, sus bloques de piedra caliza contienen información concerniente a los métodos de construcción de quienes construyeron la pirámide.

La investigación de J. Davidovits sobre geopolímeros antiguos ha demostrado, a través de análisis químicos de rayos X, que las piedras de recubrimiento de las pirámides de Gizeh son sintéticas, siendo de una densidad menor que cualquier piedra extraída de una cantera debido a las burbujas de aire atrapadas, consistiendo de un 85-90% de calcita más otros componentes minerales exóticos como el ópalo CT, hidróxido de apatita y silicoaluminatos. Estudios con tomografía axial computarizada (TAC) de las piedras centrales han registrado pelos incrustados profundamente en el molde de la piedra, otra pista de que los bloques de las pirámides fueron vaciados utilizando piedra líquida, sin embargo, no se han fechado muestras de pelo mediante el carbono-14. Este tipo de prueba podría proporcionar fechas precisas para la construcción de las piedras, aunque es muy probable que la fachada haya sido reconstruida en fechas posteriores. La evidencia proveniente de Mesopotamia corrobora el uso en la antigüedad de polímeros avanzados, en donde la manufactura de basalto ha sido ampliamente documentada. Es de anotar que las piedras sintéticas tiene un alto contenido de cristal piezoeléctrico.

Diversas tecnologías nuevas han incorporado el modelado fractal para mejorar la calidad de señal, la compresión de datos y la encriptación. Experimentos recientes de resonancia acústica han revelado una conexión entre la proporción de phi y una estructura de onda acústica estacionaria no lineal. Cervenka, Bednarik y Konicek en la Universidad Técnica Checa de Praga han modelado la estructura de una onda estacionaria no lineal, excitada en un resonador cilíndrico. Una cavidad resonante, impulsada por oscilaciones periódicas, puede ser estimulada hasta su frecuencia resonante fundamental, produciendo tanto harmónicos como sub-harmónicos. Cuando la onda estacionaria es llevada a amplitud alta los efectos no lineales acoplan energía de los modos de baja frecuencia con los de alta frecuencia. Este incremento de los harmónicos puede crear una onda de choque, disminuyendo drásticamente la calidad del resonador. La estimulación simultánea con diferentes frecuencias de la cavidad resonante ha sido utilizad para aumentar el almacenamiento de energía. Si la energía es acoplada a frecuencias más bajas, o sub-harmónicas, se observa una menor disipación acústica permitiendo un sistema más eficiente. Bednarik describe así la Síntesis Macrosónica Resonante:

«Las interacciones de ondas acústicas en ciertas frecuencias fijas sin las pérdidas de energía de las harmónicas más altas es de un considerable interés en acústica. Tales interacciones crean la posibilidad de una transformación directa de sonido coherente al nivel de la frecuencia dada por un sonido de otra frecuencia sin una fuente de energía electro-magnética. Para una región de tres modos con frecuencias angulares dadas, si la suma de dos de ellas es igual a la restante, las interacciones de estos modos pueden ser obtenidas de la ecuación no homogénea de Burger para ondas estacionarias no lineales.»

La proporción de phi describe las proporciones relativas de las tres frecuencias que estimulan la onda estacionaria no lineal y es también evidente en la distribución modelada de la presión acústica a lo largo de la cavidad resonante resultante. La estructura coherente no lineal fue lograda a través de la estimulación periódica de un medio de límites geométricos precisos, diseñado para inducir la interacción de tres modos de resonancia diferentes dentro de la proporción de phi. Esta estructura de onda estacionaria replica la geometría de las pirámides de Orión, elucidada por la superposición del patrón sobre el corte trasversal de la Gran Pirámide, tomando el eje norte-sur. La transducción de amplitud alta de la piedra caliza piezoeléctrica de las pirámides, crea un campo electromagnético alrededor de sus estructuras, haciendo que el movimiento de los electrones adquiera una forma toroidal o de donut.

La longitud de la base de la Gran Pirámide replica el tono resonante fundamental creado por las estructuras. Cada lado de la base de las pirámides ha sido calculado en aproximadamente 228m, lo cual crea una frecuencia fundamental de alrededor de 1.5 Hz, cuando las pirámides son estimuladas a alta amplitud. La pulsación periódica de las pirámides, funcionando a nivel de resonancia, crea un conjunto Fibonacci de ondas estacionarias centrado en la longitud de onda de 228m, delimitado por la base de la pirámide. Los ángulos de las ondas estacionarias se corresponden exactamente con la inclinación de las caras de la pirámide: en el ángulo phi de 51.85 grados. Esta frecuencia base de 1.5 Hz ha sido descrita como «la frecuencia de entrañamiento1 tritalámica» Se ha mostrado que esta frecuencia sincroniza la pulsación del hipotálamo y las glándulas pineal y pituitaria consiguiendo un funcionamiento unificado. Esta frecuencia es a su vez la frecuencia más baja de la Resonancia de Schumann, por tanto la función de las pirámides puede ser, de hecho, la de cambiar la frecuencia terrestre, fluctuante en torno a los 7.3 Hz, a la frecuencia tritalámica de 1.45 Hz.

Esta estructura de resonancia es reconocida como un oscilador global de estado sólido que funciona en longitudes de onda de conciencia pura, sincronizando la mente humana mediante la redistribución y el enfoque de la mente global. Las culturas indígenas alrededor del mundo reconocen a la tierra misma como un ser consciente. Y como conciencia tiene una frecuencia que puede ser medida como el encefalograma, por tanto, la Resonancia de Schumann puede verse como el pulso vital de la tierra. La antigua sabiduría transmitida por medio de las tradiciones de las culturas yaqui y toltecas del actual México, describe explícitamente las emanaciones de la tierra y el alineamiento correspondiente de las emanaciones humanas, un concepto descrito por la ciencia moderna como «Respuesta a la frecuencia» [Frequency Following Response2]. La glándula pineal contiene bio-mineralizaciones de calcita microcristalina (Bacconier, Lang y otros) que inducen el efecto de entrañamiento de la conciencia.

Otra antigua tradición de sabiduría, la de los aborígenes australianos, probablemente la cultura viva más antigua de la humanidad cuyos orígenes se remontan por lo menos 70.000 años, describe la naturaleza de la conciencia unificada como ‘La serpiente del arco iris’: «La unicidad es esencia, pureza, creatividad, amor, energía libre, ilimitada. Muchas de los relatos tribales se refieren a ‘La serpiente del arco iris’, cuya línea sinuosa representa la energía o la conciencia que empieza como paz absoluta, cambia la vibración y se convierte en color, sonido y forma» (Morgan, «Mutant Message Down Under» p 149). La biología cuántica y la acústica no lineal poseen actualmente las herramientas para comprender los conceptos aparentemente abstractos de la cosmovisión indígena en términos cuantitativos. La estructura octagonal de la conciencia terrestre es cuantificada en este trabajo. La forma misma del inconsciente colectivo con el cual se armonizan los seres sensibles. El efecto de las pirámides de Orión probablemente induce un cambio en la frecuencia fundamental de la tierra hasta la frecuencia más baja de la Resonancia de Schumann: 1.5 Hz. Esto permite un cambio paralelo en la conciencia humana sincronizada. Los guardianes del conocimiento yaqui describen precisamente este cambio en la alineación de la percepción humana como el volverse conciente de frecuencias infrasónicas previamente inaudibles:

«La parte de las emanaciones dentro del capullo del hombre esta allí únicamente para la conciencia y esa conciencia está emparejando esa parte de las emanaciones con la misma parte de las emanaciones en grande. Son llamadas emanaciones en grande porque son inmensas… dentro del capullo del hombre lo desconocido corresponde a las emanaciones no alcanzadas por la conciencia. Cuando el resplandor de la conciencia las toca, se iluminan y pueden ser alineadas con las correspondientes emanaciones en grande.» (Castenada, «The Fire Within» p 207)

Este proceso de alineamiento que permite una percepción acrecentada de infrasonido de otro modo inaudible, aparece claramente en las enseñanzas indígenas como la clave para comprender lo desconocido; fenómeno que, para la moderna humanidad desalineada, permanecen como «paranormales.»

Las cámaras internas de la Gran Pirámide están hechas de enormes bloques de granito rosa, cortados en precisos ángulos rectos y caras perfectamente planas, traídos de la cantera de granito más cercana en Aswam justo al sur. La superficie de la piedra está recubierta de una delgada capa de cuarzo, el componente principal del granito, la cual es típica de una técnica de corte de rocas conocida actualmente como ‘desagregación térmica.’ El profesor de ciencias geológicas, I. Watkins de la St. Cloud State University de Minnesota, ha diseñado un «aparato solar de dirección y enfoque para cortar, moldear y pulir» – patente de los EE.UU No. 4,611,857 (1986) – para la desagregación térmica de la piedra. La unidad de peso ligero es un reflector parabólico que enfoca solamente unos cientos de vatios de luz en un punto de 2mm, capaz de derretir el granito a una profundidad de 2mm en cada paso repetido lentamente. Las notas de Garcilaso de la Vega describen los descubrimientos de los conquistadores a su llegada a Los Andes, detallando los enormes cuencos parabólicos de piedra incas, recubiertos de oro, de más de 10ft [3m] de diámetro, que fueron destruidos y convertidos en lingotes. Existen grandes similitudes entre el corte poligonal de las piedras de Los Andes y de la región pre-egipcia de Gizeh, específicamente la típica superficie glaseada de cuarzo y las complejas geometrías perfectamente logradas, sugerente de que una idéntica tecnología solar avanzada fue utilizada en los complejos trabajos de talla de la piedra.

El granito rosa fue utilizado para la construcción de las cámaras interiores debido a sus propiedades resonantes. La matriz de cuarzo de las piedras de granito es similar a un salón de espejos con miles de millones de caras paralelas que reflejan energía. El efecto de este recubrimiento de granito es que a los espacios aéreos se les puede dar dimensiones harmónicas para especificar las longitudes de onda, que resonaran a través de la formación de ondas estacionarias. Las dimensiones de la cámara superior reflejan una proporción de 1:2, lo que permite a las ondas estacionarias de múltiplos íntegros almacenar energía acústica. El ingeniero acústico J. Reid llevó a cabo experimentos acústicos que revelaron que la frecuencia de resonancia de la cámara superior es de 121 Hz. Se encontró que la resonancia en la caja de granito de la cámara superior (erróneamente llamada «el sarcófago») es de 117 Hz. La interacción de estas frecuencias resonantes ligeramente desfasadas era percibida con mayor claridad mientras se estaba en la caja de granito, creando una frecuencia de pulsación resonante muy similar a la del corazón humano. La investigación posterior de Reid sobre los ritmos cardíacos humanos mostró que las pulsaciones registradas en la caja de granito coincidían exactamente con aquellas de un recién nacido. Ya que los ritmos cardíacos de un individuo cambian a lo largo de su desarrollo, el latido de un adulto puede ser sincronizado [entrained] por medio de la pulsación acústica de la caja de granito para imitar el ritmo cardíaco de un bebé. Los aspectos más sorprendentes del trabajo de Reid en la Gran Pirámide están relacionados con experimentos cimáticos3, mejor descritos con sus propias palabras, que revelan el origen tonal de los símbolos jeroglíficos.

El HeartMath Institute ha mostrado que un ritmo cardíaco regulado es crucial para la formación del campo electromagnético coherente del corazón y para permitir la relajación intencionada de la hélice del ADN, asociada a las emociones positivas. La correlación directa entre las frecuencias de pulsación inducidas de la caja de granito y el latido de un bebé saludable señala el propósito del diseño de la cámara. Ya que el efecto es causado por las interacciones de las frecuencias resonantes ligeramente desfasadas de la cámara superior (121 Hz) y la caja de granito (117 Hz), las dimensiones de ambas deben haber sido calibradas de acuerdo al latido de un recién nacido saludable. Una voz humana baja crea una resonancia en la cámara superior que genera un biorritmo saludable en un recién nacido. La caja de granito pudo haber sido un baño natal: la superficie del agua ondulando en hermosos diseños cimáticos, rotos por el primer aliento del recién nacido. La esquina estropeada de la caja de granito anula su capacidad para almacenar líquidos, lo que sugiere que fue dañada intencionalmente, como es el caso de otras cajas de granitos que han sido descubiertas.

Más que una tumba para los muertos, parece que la cámara superior y la caja de granito fueron diseñadas y utilizadas como un lugar de nacimiento para estabilizar los biorritmos de la madre y su hijo durante la separación del nacimiento. La proporción de las dimensiones de la cámara superior, 1:2, pueden ser también consideradas un simbolismo acústico o matemático que apoya esta hipótesis. Se descubrió evidencia material de que las cámaras fueron diseñadas con este propósito durante las investigaciones de los fustes ascendentes a comienzos del siglo XX. Una herramienta tallada en piedra fue encontrada sellada en uno de los fustes ascendentes de la cámara intermedia. Se piensa que el artefacto es un «peshesh khaf», utilizado en la antigüedad para cortar el cordón umbilical del recién nacido, en el acto ritual de separación de madre e hijo.

Los fustes ascendentes están directamente alineados con los polos geográficos norte-sur, diseñados específicamente como receptores de las frecuencias de infrasonido más bajas en los 0.5 Hz, que se alinean precisamente con las aberturas de los fustes. Los cambios de ángulo de los fustes oblongo-rectangulares son sutiles e intrigantes, afectando la propagación del sonido en formas aún incomprendidas. La ubicación de la herramienta natal en los fustes ascendentes sugiere una función resonante también relacionada con el entrañamiento biorrítmico del recién nacido. Las dimensiones de la parte horizontal de 2m de largo de los fustes, son del tamaño justo para acomodar un recién nacido. Parece entonces probable que los fustes fueron diseñados para enfocar ondas infrasónicas de 0.5 Hz sobre el recién nacido colocado en los fustes en donde se abren hacia la cámara superior. Al haber dos fustes ascendiendo tanto de la cámara superior como de la inferior, se podrían acomodar incluso mellizos para un ritual de sincronización natal involucrando resonancia psicoacústica. El incremento craneal observado en la antigua realeza egipcia puede ser un resultado directo de la gestación fetal y de la sincronización de biorritmos natales en la Gran Pirámide. El conjunto completo de ángulos de las cámaras interiores de la entrada a la pirámide están claramente alineados como receptores de acuerdo al entramado de ondas estacionarias Fibonacci (imagen anterior).

Se ha mostrado que un entorno equilibrado de espectro infrasónico completo, estimula tanto una relajación emocional como una relajación de la estructura helicoidal del ADN o «denaturación.» La investigación rusa en el campo vibratorio ha demostrado la existencia de un modo no local de comunicación del ADN por medio de un campo omnipresente. Esta interacción ha sido frecuentemente descrita como holográfica y basada en el emparejamiento no lineal del ADN con campos electromagnéticos, un tema a ser ampliado al final de este capítulo. Teniendo en cuenta que los primeros meses después del nacimiento son fundamentales para el desarrollo, tal vez la exposición, antes y durante el nacimiento, a campo infrasónico completo incremente el desarrollo del ADN y un biorritmo de conciencia equilibrada. Los volúmenes craneales de las familias faraónicas eran extraordinarios, especialmente aquellos de Akhenaton, Nefertiti y sus hijos. Debido a que los cráneos inusualmente alargados se han observado en representaciones estatuarias tanto de adultos como de niños, se ha asumido como algo relacionado genéticamente. Tal vez, a la luz de los nuevos conocimientos de la acústica de las cámaras de la Gran Pirámide, esta suposición pueda ser confirmada y comprendida como el resultado de la estimulación infrasónica, el arte avanzado del mejoramiento genético. Los cráneos alargados de las familias gobernantes de las antiguas civilizaciones pudieron haber sido desarrollados mediante técnicas de entrañamiento gestacional bajo el paraguas magnético de la Gran Pirámide.

Conocidas técnicas ayurvédicas de incremento de los niveles energéticos del agua han sido asociadas con las vibraciones de ciertos aceites, sin embargo, es muy probable que la caja de granito en la cámara superior de la Gran Pirámide haya sido utilizada para energizar no sólo el agua dentro del cuerpo del bañista (durante la gestación por ejemplo), sino que tal vez fue empleado como un sistema para energizar el agua que podía ser transportada y consumida en otros lugares. Se hablará ampliamente acerca de las tecnologías de energetización de agua más avanzadas, ya que se han realizado descubrimientos únicos en relación con antiguos artefactos que incluyen simbolismo sánscrito sagrado, escrituras y representaciones de la Gran Pirámide de Gizeh a miles de kilómetros. La antigua noción de hacer un templo del cuerpo puede de hecho referirse a la cristalización del cuerpo líquido para beneficio del ADN humano.

 

 

OBJETOS ATLANTES, Mandalas Resonantes de La Maná

En 1984 fue descubierto un enorme escondite que contenía más de 300 artefactos, por un pequeño grupo de buscadores de oro, liderados por el ingeniero Dr. Elías Sotomayor. El hallazgo fue hecho en un túnel 100mts bajo las montañas selváticas de La Maná en Ecuador. Un fechado preciso de los artefactos es aún imposible con los métodos más recientes, ya que la técnica de la termoluminiscencia sería poco fiable debido a los años de exposición a la luz solar desde su descubrimiento.

La tecnología lítica y la geometría presentes en los artefactos imposibilitan su ubicación dentro de los contextos culturales de la región, lo cual sugiere que podrían predatar las culturas conocidas de tal región. El simbolismo presente en las formas y en los diseños y escritura incrustados en los artefactos de La Maná se relaciona más estrechamente con aquellos de la cultura sánscrita más conocida en los contextos del sureste asiático. Este sorprendente hallazgo ha viajado internacionalmente con la Exposición de Misterios sin resolver. La escritura es congruente con la forma logográfica del sáncrito, la lengua madre de la cual los glifos mayas y egipcios han descendido.

El análisis geométrico aquí presentado sugiere que los artefactos de La Maná contienen información fractal referente a las propiedades resonantes de la calcita, replicando la función del diseño de las pirámides de Orión en Gizeh, Egipto.

La Maná (0.95°S 79.18°W) se ubica a 7,470 millas de Gizeh, una distancia que es exactamente el 30.0% de la circunferencia de la Tierra. Los hallazgos han cuestionado su categorización dentro de cualquier cultura conocida en Suramérica, mostrando una iconografía congruente con las tradiciones sánscritas, foráneas a la región. El nombre mismo del lugar es de por sí antiguo, probablemente un remanente de los antiguos habitantes sánscritos para quienes la palabra «maná» significaba «mente» o «cuerpo mental».

El significado de este nombre puede aclararse al tiempo que los artefactos revelan su cifrada geometría psicoacústica. Lo más sorprendente son las representaciones de la Gran Pirámide de Gizeh, una cobra rey (una serpiente que se sabe que sólo existe en el sureste de Asia) y un mapa tallado del globo con los continentes actuales y otras zonas ahora sumergidas. Aspectos tecnológicos avanzados están presentes en la talla, incluyendo efectos magnéticos de punto cero y líneas incrustadas que fluorescen bajo luz ultravioleta. Los artefactos desafían cualquier explicación simple, mostrando que las capacidades tecnológicas del hombre antiguo estaban miles de años por delante de aquellas del hombre industrial.

https://www.youtube.com/watch?v=Ioun7SWU5Kw

El grupo de más de 300 artefactos ha permanecido en Ecuador en la colección privada de Germán Villamar durante más de una década después de haber sido descubiertos por Sotomayor, un regalo de conocimiento cifrado de maestro a discípulo. Este análisis de los enigmáticos artefactos se centrará principalmente en las implicaciones de la geometría representada por sus formas y diseños incrustados, intentando así resolver el misterio velado por la diáspora cultural que precedió a la genialidad de la cultura madre sánscrita que floreció bajo la superficie terrestre.

La fluorescencia ultravioleta es una conocida propiedad de la calcita y otros minerales encontrados abundantemente en estado natural. La calcita ha sido mezclada como mortero e incrustada en las líneas grabadas en las facetas de la talla. La luz visible es emitida bajo la exposición a luz ultravioleta de onda larga (longitudes de onda de 365nm) cuando los electrones regresan a sus estados iniciales o de base, provocando que parte de la energía liberada se pierda en forma de calor. Lo cual resulta en un cambio en la longitud de onda de la energía hacia luz visible de energía menor (longitudes de onda mayores). Muchos minerales poseen esta cualidad, también observada bajo la exposición a luz ultravioleta de onda corta (255nm). Al parecer diversas mezclas han sido utilizadas para especificar el espectro lumínico emitido por los morteros de diferentes colores usados para lograr las incrustaciones. Probablemente el magnesio está entre estos aditivos minerales de la mezcla de calcita, sin embargo, no se han determinado las combinaciones específicas generadoras del color.

La calcita puede emitir una amplia gama de colores bajo luz ultravioleta, incluido el blanco, azul, rojo, naranja, amarillo y verde y los antiguos artistas de La Maná usaron la paleta entera en sus diseños geométricos. Este efecto fluorescente ha sido descrito como una dispersión cuántica y ha sido también empleado en la creación de brillantes pigmentos por los ceramistas mayas de la península de Yucatán. El barro usado por los mayas contenía nanopartículas de hierro y magnesio que al ser hervidas con índigo producen el azul maya. Las nanopartículas de metal dispersan la luz de una forma no-lineal y cuántica ya que la vibración de los átomos en los metales es cercana a la luz azul re-emitida (José-Yacamán et al, Hubbard et al). Esta resonancia amplifica la luz reflejada tal como en los artefactos fluorescentes de La Maná, probablemente los mayas heredaron numerosas técnicas no-lineales de la precedente cultura madre sánscrita.

También se recuperó un conjunto de discos de piedra incisos finamente labrados, de los túneles cerca de La Maná. Su complejo diseño, estrictamente geométrico, está basado en el círculo, o mandala en sánscrito, un símbolo sagrado utilizado durante la meditación. El disco de piedra con el mandala en espiral tiene incrustado un diseño en espiral que al parecer describe un sendero orbital hacia el centro gravitacional, el sendero hacia adentro del punto de la quietud. El camino espiral que se expande es una incrustación en azul fluorescente, mientras que el círculo exterior es de un rojo-naranja a la luz del día y de un blanco brillante bajo la luz ultravioleta. El diseño en espiral es, aún hoy en día, culturalmente simbólico del viaje interior mediante la meditación y es usado con efectos hipnóticos en rotación perpetua para inducir estados hipnagógicos. Este disco muestra una región de cero magnético en su centro que ha sido comprobada consistentemente, haciendo que cualquier imán colocado sobre el centro del disco como un péndulo, gire en el mismo sentido de las líneas incisas. La magnetización del disco se debe muy probablemente a su exposición a fuertes campos magnéticos, como aquellos observados en la arquitectura psicoacústica resonante descritos previamente. El disco circular de piedra revela sorprendentemente la antigua sabiduría concerniente a la relación entre magnetismo y gravedad, fuerzas planetarias que pueden ser enfocadas.

Un par de discos octagonales de piedra, del tamaño de una mano, encontrados juntos, pudieron haber sido colocados sobre cada mano durante la meditación. Una de estas piedras octagonales tiene incrustados siete círculos concéntricos y la otra tiene tanto círculos concéntricos como excéntricos. Este patrón de círculos concéntricos es una expresión matemática de la estructura de los números primos, descrita más adelante como un diseño unificador del cosmos. Los anillos concéntricos son también idénticos a aquellos generados por la refracción de la luz a través de cristales de calcita. Se encuentra este mismo patrón de anillos concéntricos en el centro de las imágenes cristalográficas de la calcita. Sorprendentemente, los antiguos artistas de La Maná representaron con exactitud la simetría refractiva del cristal de calcita, la misma propiedad que produce el efecto observado en la luz ultravioleta fluorescente. De hecho, el diseño mismo es una explicación visual completa del fenómeno fluorescente del mineral de calcita incrustado, el cual es también el principal constituyente de la piedra caliza con la que fue construido el complejo piramidal de Orión.

No sólo los efectos fluorescentes de los materiales de mortero usados, sino, de hecho, las formas enteras de las tallas en piedra, fueron diseñados para transmitir la estructura de onda estacionaria de la resonancia magnética. Las longitudes de onda corta de la luz producidas por los círculos incisos de calcita se ordenan a sí mismas en el mismo tipo de patrón en el que lo hacen las longitudes de onda larga de sonido resonante a través de las pirámides de Orión. Estos mandalas representan la resonancia de la Tierra, un patrón de refracción observado en todas las longitudes de onda de energía.

Un principio fundamental subyacente a la hipótesis de la resonancia magnética es que el polo Norte magnético es el centro del cual emanan las frecuencias del murmullo de la Tierra, lo que presenta una interesante posibilidad. Tal vez la variación entre los diseños de los dos discos octagonales puedan ser vistos como una descripción de la estructura resonante de la Tierra en dos estados cuánticos diferentes, asociados a diferentes ubicaciones del polo Norte magnético.

La ubicación actual del polo Norte magnético fluctúa más de 11º fuera del polo geográfico, lo cual ha sido la norma durante los últimos 12.000 años de tendencias de calentamiento global. La anterior era glacial del pleistoceno terminó abruptamente debido a un evento catastrófico que probablemente involucró el desfase de los polos a su ubicación actual. El disco octagonal con los círculos multicolores descentrados puede ser simbólico de la actual desalineación del polo Norte magnético y la resultante asimetría en los patrones de onda estacionaria de la resonancia terrestre. La anterior alineación de alta resonancia es representada por los artistas de La Maná como círculos perfectamente concéntricos en la simetría octagonal de la calcita, los siete círculos son primos. Esta cruz octagonal fue una vez llamada la «cruz rosa» por los coptos, y a la cual se refieren las culturas indígenas americanas como el aro de cuatro cuartos de la nación y es una compleja estructura subyacente al significado detrás de las referencias de los números primos codificados en cientos de artefactos de La Maná. En su presentación colectiva del orden sagrado de los números primos, se revela el significado holístico más profundo de estos artefactos.

La antigua escritura sánscrita ha sido documentada en algunos de los artefactos de La Maná, aunque la complejidad de los símbolos geométricos utilizados supera en mucho los textos básicos, sugiriendo que su lenguaje global definitorio es el de las matemáticas de los números primos, el lenguaje universal de la conciencia. La estructura de los números primos ha sido de profundo interés para las matemáticas puras. La pregunta esencial ha permanecido sin respuesta: si los números primos aparecen de una manera aleatoria o no en la secuencia de los números enteros. Mientras que los números primos generalmente muestran un ciclo basado en el seis de pares primos, no parece haber un patrón repetitivo subyacente al orden cíclico. Las incrustaciones geométricas fluorescentes presentes en las tallas en piedra de La Maná refieren los números primos 3, 5, 7, 11, y 13 repetidamente.

Los números primos se definen como números que sólo son divisibles por sí mismos y por la unidad. La organización de los números primos dentro de la serie de los números enteros ha sido un misterio para la matemática moderna hasta la obra de Peter Plichta, un químico de Dusseldorf. En 1997 presentó su teoría de la estructura de los números primos basándola en un ciclo de 6, un producto de los números indivisibles 1, 2 y 3. Aunque no es el único matemático en reconocer el ciclo de 6 en la secuencia de los números primos, su trabajo ha extendido esta concepción a la importancia de los números primos en todas las estructuras subyacentes al universo físico.

Aparte de los números 2 y 3 todos los números primos aparecen en un ciclo de 6. 6 n ±1 donde n= 1, 2, 3, … Por razones de combinación, este ciclo produce una serie de números pares gemelos, [5, 7], [11, 13], [17,19], 23, aunque con el número 25 inevitablemente obtenemos la primera raíz cuadrada de un número primo a partir de la función 6 n ±1 (el siguiente número compuesto es el producto de 5 x 7 = 35) que no es primo. La razón por la cual el número 6 tiene un papel tan elemental en la complejidad de los números enteros es que los números 1, 2 y 3 son indivisibles. Como resultado, el número 6 debe ser rodeado por la expresión: 6 – 1 = 5 y 6 + 1 = 7 y de ahí el primer par de números primos.

 

La búsqueda de Plichta del significado de los números primos se extiende hasta las estructuras esenciales de la química y bioquímica nucleares, específicamente aquella de los átomos y la tabla periódica de los elementos, así como también los aminoácidos y la hélice del ADN. La estructura del ciclo de 6 de los números primos puede ser visualizada como una cruz octagonalmente simétrica, con siete círculos concéntricos divididos en 24 puntos radiales. Al ser una constante universal «la cruz de los números primos no es una invención humana. Es, de hecho, un modelo del plan de construcción con el cual el infinito fue hecho finito en la estructura de los átomos.» Este mismo modelo también ha sido obtenido a partir de algoritmos de la mecánica cuántica del físico teórico Arkadiusz Jadczyk en una expresión más compleja: la función iterada cuántica octagonal (FIC). La cruz de los números primos y la FIC octagonal son patrones sincrónicos que reflejan la estructura de resonancia inherente a las estructuras atómicas, moleculares, planetarias y galácticas.

El artefacto más desconcertante del grupo es una representación de una pirámide (arriba) con 13 divisiones horizontales o escalones, 3 lados sobre la cara triangular incisa y 1 ojo símbolo. El único ojo fluorescente tallado e incrustado es un símbolo espiritual sánscrito de la visión psíquica: el tercer ojo. Al no haber verdaderas pirámides conocidas en América, sólo una multitud de pirámides escalonadas, ésta debe ser considerada como una representación de la Gran Pirámide de Gizeh, ubicada a miles de kilómetros de La Maná. Es interesante el hecho de que este artefacto ecuatoriano registre el símbolo del tercer ojo de la fachada original cuyas piedras de revestimiento ya no existen. En el lado anterior del artefacto triangular aparece una inscripción dorada de la constelación del cinturón de Orión y una serie de glifos sánscritos arcaicos aún sin interpretar.

La palabra sánscrita «naga» quiere decir culebra mientras que kundalini significa «serpiente» y es usado como una metáfora espiritual de un cordón anillado de energía presente en el cuerpo humano, simbólicamente encarnado en la cobra con el cuello expandido, endémica de las zonas al sur del Himalaya en Asia. La energía creativa kundalini puede ser estimulada para elevar la conciencia a través del sistema natural de chakras («rueda» en sánscrito), una alineación de siete centros vibratorios y rotatorios del cuerpo. Los niveles energéticos de los chakras se corresponden con el espectro de luz y sonido, cada uno con una frecuencia y un color propios, la frecuencia más baja es la del chakra raíz o basal y le corresponde el color rojo y continúa en orden ascendente a través del naranja, amarillo, verde, azul, índigo hasta el violeta del chakra corona, el de más alta frecuencia. Este hilo de ruedas energéticas puede ser visto como el centro convergente a través del cual escala la conciencia humana.
El lingam es un instrumento fálico utilizado analmente durante la meditación para liberar los anillos de la serpiente Kundalini, en un movimiento ascendente a lo largo de la espina dorsal a través de todos los siete chakras hasta aflorar en la corona. Se entiende que esta estimulación del flujo energético provoca la expansión de la conciencia con efectos poderosos. Estos conceptos sánscritos están encapsulados en los diseños incisos en la piedra de La Maná: el lingam de la cobra Kundalini (arriba), describe geométricamente este movimiento de energía desde el centro punteado en la punta del falo, siguiendo las líneas ventrales, a través de los siete chakras representados a cada lado del cuello expandido de la cobra. Los números primos son representados con incisiones fluorescentes, un punto en la cabeza del falo, dos puntos en los ojos y dos en las fosas nasales y siete puntos conectados a cada lado del cuello de la cobra. El número 33, un producto de los números primos 3 y 11, está también presente en las bandas incisa horizontales rosa y azul en el lado ventral de la cobra. El número 7 está cifrado por las fosas nasales y la boca formando en conjunto el numeral maya y sánscrito.
Un par de mapas de constelaciones también fueron precisamente representados en piedra hace mucho tiempo para ser luego descubiertos en los túneles bajo La Maná. Dos figurillas de piedra fueron encontradas sobre un disco de piedra con puntos incrustados formando numerosas constelaciones que brillan bajo la luz ultravioleta como estrellas en el cielo nocturno. Las constelaciones representadas en la base no se corresponden exactamente con las observaciones actuales, lo que habla de su gran antigüedad. Aun así se pueden identificar fácilmente como una representación del área del cielo nocturno alrededor de Orión, el cazador. También está representada la estrella solitaria de Aldebarán, Las Pléyades o siete hermanas y Castor y Pollux de los Gemelos y Proción. La base es un reflejo simbólico terrestre del cielo nocturno con el cual las dos figuras de pie están transpuestas. Las figuras llevan abultados trajes, como de robots, reclinándose para observar las estrellas, sus enormes ojos ovalados y vestidos fluorescen junto con las constelaciones bajo los rayos ultravioleta. Estas enigmáticas figuras simplemente observan en silencio la misma región del cinturón de Orión repetidamente reflejado en la arquitectura psicoacústica.

También fue descubierto un juego de 13 copas de piedra con incrustaciones fluorescentes, otra referencia numérica prima. La perfeccionada geometría de las copas, hechas en jade, sugiere el uso de avanzadas técnicas tardías para rotar la piedra mientras era cortada. Una de las copas resalta por su tamaño y un diseño de puntos incrustado que representa el mismo grupo de constelaciones señalado en el mapa de los observadores de estrellas. La copa grande de piedra también tiene incisos doce puntos fluorescentes azules alrededor de su pie, un conjunto de doce puntos naranja más grandes alrededor de la base y del fondo en el interior de la copa. Cada una de las doce copas pequeñas tiene un punto inciso y un numeral en el exterior y el contenido de líquido total de las copas pequeñas llena exactamente el volumen del recipiente mayor. La numeración de las copas pequeñas, de 1 a 12 está asociada con el zodiaco y los cálculos calendáricos de los ciclos de precesión terrestres. Los numerales de La Maná se asemejan a los de la cultura maya cuyos complejos cálculos astronómicos se preservan en sus veinte calendarios sagrados.

 

Se ha sospechado desde hace mucho que el profundo conocimiento astronómico y la precisión de las observaciones de los mayas, sumerios y egipcios son la herencia dejada por una avanzada civilización anterior, al igual que sus numerales y escritura logográfica. La cultura maya habla de sus antecesores como una civilización avanzada de gente de piel blanca, una complexión que puede ser el resultado de vivir bajo tierra, el tipo de lugar en el cual fueron descubiertos los técnicamente complejos artefactos de La Maná. El comienzo del calendario baktún maya cósmico antecede a la cultura maya misma en milenios, un hecho que sugiere la continuidad del conocimiento de los ciclos cósmicos desde un fuente más antigua y avanzada. Las complejas enseñanzas sagradas han sido meticulosamente transmitidas por los Guardianes del tiempo, sacerdotes como Gerardo Barrios Kaanek quien comenzó su peregrinaje espiritual a los 13 años de edad con un maestro maya, Ajq’iij. Dice Kaanek que estamos viviendo los tiempos de las profecías del Ox Lahuj Baktún. Este calendario cósmico abarca 5,200 años y finalizará el 21 de diciembre de 2012, en el calendario gregoriano.

 

El final de este ciclo del calendario se profetiza como un período de gran destrucción y renovación para la humanidad, un cambio cataclísmico que involucra al sistema solar entero. El calendario planetario es llamado el Ha´ab. Existen cuatro calendarios proféticos de los cuales uno tiene un lapso de 9 veces 52 años, conocido como el Belajeb Bolamtiku o «las nueve oscuridades». Este calendario habla de la oscuridad prevista que llevaron los españoles en la forma de epidemias, armas y catolicismo. Su duración es de 468 años, habiendo empezado el mismo día y hora en que Hernán Cortés desembarcó en Veracruz, México. El ciclo del Belajeb Bolamtiku ya ha transcurrido y ha sido precedido por un ciclo de nueve años de gestación que terminó en el año 2001, del calendario gregoriano. Los calendarios mayas más importantes son el Tzolk´in y el Tzolk´ij. El Tzolk´in es para la observación del tiempo y las distintas energías que se interrelacionan con el ser humano, tiene ciclos de 260 días igualando el ciclo de gestación humano. Un período de nueve meses en el calendario gregoriano, el ciclo del Tzolk´in forma una proporción áurea de 3:2 con el ciclo equinoccial de 6 meses. Se ha descubierto que existen relaciones y números Fibonacci subyacentes a la interacción del Tzolk´in con los otros calendarios, basadas en los números 5, 8, 13 y (la suma de los primeros seis números Fibonacci) 20. La observación de ritmos temporales interrelacionados por los mayas está ligada a su concepción de k´ulthanlilni y chacla, correspondientes directamente con la energía sánscrita kundalini y los centros de los chakras. La moderna concepción superficial y lineal del tiempo contraste fuertemente con la concepción maya cíclica del tiempo y la primacía del círculo.

La sabiduría indígena se hace eco de esta penetrante verdad, como en las palabras del sioux Oglala Alce Negro, nacido en 1863:

«Usted se habrá dado cuenta de que todo lo que un indio hace es un círculo y eso es así porque el poder del mundo siempre opera en círculos y todo tiende a ser redondo. En los viejos tiempos cuando éramos un pueblo fuerte y feliz, todo nuestro poder procedía del aro sagrado de la nación y mientras el aro permaneciera unido la gente prosperaba. El árbol floreciente era el centro del aro y el círculo de los cuatro cuartos lo alimentaba… Todo lo que El poder del mundo hace, es hecho en un círculo.»

Los hopi del sureste norteamericano se referían a su paisaje sagrado como «las cuatro esquinas», mientras que los incas de Los Andes ocupaban el Tawantisuyu: «tierra de los cuatro cuartos». Estas potentes descripciones de la estructura de la Cruz Prima es también descrita con precisión por otros numerosos artefactos encontrados en las cámaras subterráneas de La Maná, especialmente un conjunto de discos de piedra cuidadosamente pulidos con incrustaciones circulares que también describen el aro sagrado de la nación tanto en su estado completo como en su actual estado «roto» y desalineado.

El objeto más grande encontrado en La Maná es una piedra tallada de granito, del tamaño de un torso humano, con líneas talladas y rellenas con mortero, además de piedras pulidas incrustadas. Los contornos tallados son al tiempo sorprendentemente familiares y extraños: representan los continentes de la Tierra en lo que debe ser el mapa más antiguo conocido por la humanidad, una representación global del Pleistoceno. Las líneas incisas en la piedra y rellenas con mortero describen las antiguas líneas costeras en rosa y otro conjunto de líneas rectas y caminos curvilíneos en blanco. Cualquiera que esté familiarizado con la forma de los continentes actuales del globo puede reconocer una enorme similitud en el complejo entramado de líneas rosas del objeto. Por ello ha sido denominado «la piedra del mapa del mundo». Los continentes son inconfundibles, un lado muestra claramente a Italia, Grecia, el Mar Muerto, el Golfo Pérsico e India. La zona costera del sureste asiático es delineado de un modo un poco diferente a como lo hacen los mapas modernos, mostrando una masa terrestre actualmente sumergida en el área que ha sido nombrada por R. Schoch como Sundaland.

 

El otro lado de la piedra-mapa muestra las Américas de una manera un poco diferente, sin las islas del Caribe ni la península de Florida, pero revelando enormes masas terrestres ahora bajo las aguas del Atlántico y el Pacífico. En medio del Atlántico Norte se ve un pequeño continente que se asemeja a la descripción del filósofo griego Platón de la Atlántida, en los diálogos Timeo y Critias que datan del 400 a.c. Se ve en el área del Pacífico una enorme isla justo por debajo de la línea ecuatorial, probablemente del tamaño del actual Madagascar. También está representada una masa terrestre, al sur de lo que es hoy Japón, desde hace mucho sumergida cuya existencia ha sido propuesta por M. Kimura, cuyos investigaciones arqueológicas submarinas en Okinawa y en el monumento de Yonaguni han contribuido a la hipótesis de que la antigua civilización de Mu una vez habitó esta tierra perdida. Esta diferencia significativa sugiere la gran antigüedad del mapa, ya que deben haber ocurrido colosales eventos catastróficos de subducción y de elevación del nivel del mar desde la creación de la talla, ubicándola probablemente en una antigüedad superior a los 12.000 años.

Intervención extraterrestre – Mundo Desconocido 1988

Una civilización extraterrestre recibe una comunicación de un barco noruego. Vienen al planeta y como son similares a nosotros, se infiltraron en Francia.

Nos estudian y emiten un informe que ahora se publica.

Todo esto sucedió en la segunda mitad del siglo XX.

Muchos de vosotros habéis oído hablar de la llegada de esos seres extraterrestres mesiánicos que pretenden llegar a la tierra en un plan de rescate espiritual, ese tipo de intervenciones gloriosas jamás se producen para escarnio de los contactados, pero en esta ocasión, os hablo de un extraordinario documento recibido el 7 de febrero de 1988 (hace 23 años) en el que unos seres procedentes de un planeta situado en la constelación de virgo e infiltrados entre nosotros debido a su extraordinario parecido físico emiten un informe entregado a diversas personas en las que afirman que en caso de conflicto nuclear o posible autodestrucción humana, ellos intervendrían..

Fuente: Mundo Desconocido

Ir a descargar

Documento en PDF íntegro del contenido del informe

[click para verlo]

¡¡¡¡ Y LOS DE SETI, ¿DÓNDE ESTARÁN BUSCANDO?!!!!