Archivo por días: junio 12, 2011

Unos emperadores muy habilidosos

Pingüinos Emperador

Sobrevivir al crudo invierno es una tarea audaz para cualquier especie. Los pingüinos Emperador han vivido por generaciones en la Antártida probando que, en efecto, pueden encontrar todo lo necesario para su existencia en un ambiente tan hostil y que son capaces de adaptarse al clima, no importa cuán bajas sean las temperaturas.

El hecho ha generado interrogantes en los estudiosos de estas simpáticas aves: ¿cómo logran los pingüinos vencer un frío tan intenso? ¿Cuáles son sus mecanismos adaptativos para estabilizar el calor de los cuerpos?

Es cierto que mientras mayor área de superficie tenga un animal mayor podrá conservar la temperatura, y los pingüinos ―concédanme eso― tienen grandes y rechonchos cuerpos a su haber. También han desarrollado una gruesa piel grasienta que les facilita la tarea. Por otra parte, cuando las temperaturas alcanzan los valores mínimos, los pingüinos Emperador se comportan de un modo característico: se acurrucan en grandes grupos muy apretados.

Uno puede imaginarlos pegados los unos a los otros en bloques compactos, tal cual hacemos los seres humanos. Sin embargo, ¿qué sucede con los individuos que quedan en las partes exteriores? Naturalmente, esa desfavorable posición podría llevarles a perecer por enfriamiento. ¿Cómo resuelve el asunto la colonia?

Ahora los expertos han logrado develar el enigma. Tras realizar diversas filmaciones en poblaciones antárticas de pingüinos, se ha verificado que las aves se mantienen en un movimiento que va cambiando cada cierto tiempo. Una suerte de ola que los redistribuye permite que estos ocupen distintas posiciones sin riesgo de morir congelados.

Como muestran los videos, el movimiento es coordinado e imperceptible, pareciera que se están quietos. Sólo con una contemplación paciente puede notarse el reajuste. Astuta y solidaria manera de defender a sus miembros tiene esta especie, que prueba una vez más que aún nos queda mucho por aprender de nuestra naturaleza.

Eurasia: Otra hipótesis sobre el origen humano

Homo Erectus

Durante mucho tiempo se ha considerado que el continente africano es la cuna de la humanidad. De ser esto cierto, el Homo Erectus se habría desarrollado allí para luego expandirse hacia el norte y noreste del planeta. Mas he aquí que nuevas excavaciones realizadas en las montañas caucásicas de Georgia, región euroasiática, cuestionan la validez de dicha teoría.

Los recientes hallazgos evidencian la creación de herramientas en etapas muy tempranas. Se trata de piezas de piedra, en algunos casos astillas posiblemente desprendidas mientras se confeccionaban los instrumentos.

Todo parece indicar que el sitio fue ocupado por largos períodos de tiempo. Los artefactos se encuentran esparcidos en varias capas de sedimento y no reducidos a una, como cabría esperar si la presencia hubiera sido un hecho fortuito. Las capas arrojan un período que va desde 1.85 millones hasta 1.77 millones de años atrás, lo cual sugiere una manera sostenida de habitar la zona.

Este hecho ha llevado a los antropólogos a reconsiderar sus primeras hipótesis a favor de una más novedosa: quizás, después de todo, nuestros primeros ancestros no se hayan originado en el África, sino que fuera la Europa septentrional el verdadero lugar de su nacimiento y evolución.

Lamentablemente para la investigación, los fósiles hallados se encuentran en estado de deterioro y no arrojan luz sobre la posibilidad de que los homínidos fueran los autores de las herramientas de marras. Los cráneos en especial muestran dimensiones menores que las asociadas al H. Erectus. No hay modo físico de probar que grupos de esta especie hayan estado viviendo en la región euroasiática y que construyeran sus propios instrumentos de trabajo.

Aun así, la incógnita sigue en pie. ¿Cómo es posible que algún homínido haya existido fuera del continente africano en tales fechas, si hasta este momento se creía que sólo había ocurrido un movimiento desde el África hacia otras partes del mundo? Las descripciones concebidas parecen hacerse añicos.

Para intentar posibles explicaciones, algunos científicos apuntan que algún antecesor temprano del H. Erectus pudo haber migrado hacia Asia y Europa para luego regresar, ya más evolucionado, a las tierras del sur. Pero otros colegas encuentran inexplicable esta ruta, aludiendo que los ancestros no podrían tener ni idea de que estaban abandonando África para volver a ella más tarde.

Por probabilidad, el equipo de expertos coincide en que los cambios ambientales y la búsqueda de alimentos debieron ser las causas que llevaron a los homínidos a realizar mudanzas tan radicales de hábitat. Próximos descubrimientos pueden brindar más información que complemente los datos actuales y permita corroborar o no las nuevas hipótesis planteadas.