Archivo por días: agosto 22, 2011

De película: Neurocientíficos que borran recuerdos

Carmen Inda se planta frente la puerta de su casa en el neoyorquino barrio de Williamsburg y me dice: “acabas de ver esta puerta por primera vez. En tu hipocampo se empieza a conformar un recuerdo. Si vienes dentro de una semana y ves la puerta de nuevo, tus neuronas recuperarán esa memoria y habrá un proceso de reconsolidación que la hará más firme. Esto es lo que yo estudio. Pero si en ese mismo momento te inhibo la síntesis de proteínas en el cerebro mediante fármacos, te bloqueo algunos genes, o te suministro un electroshock, podría ser capaz de extinguir ese recuerdo. De eliminar la puerta de mi casa de tu memoria”.

¡Toma ya! Os prometo que yo iba sólo a ver si Carmen me subalquilaba su piso mientras se iba de vacaciones a su Huelva natal. Ni siquiera sabía que estaba haciendo un postdoctorado en neurociencia en el Mount Sinai School of Medicine.

Tras insinuarme lo de la puerta Carmen dijo que se tenía que ir ¡Eso sí es dejarle a uno a medias frente la puerta de tu casa! Le pedí que me enviara bibliografía científica, y a los 4 días ya me tenía en su laboratorio interrogándola sobre cómo se puede emular al doctor de la gran película “¡Olvídate de mi!” (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Gondry 2004) y borrar para siempre recuerdos que puedan atormentarnos.

La película

Eternal Sunshine of the Spotless Mind” es un alegato al amor de verdad y a las segundas oportunidades. Kate Winslet y Jim Carrey se enamoran, al tiempo su relación decae, y deciden separarse. Pero sus cerebros todavía se aman.

El dolor del recuerdo de lo que pudo ser es tan grande que ambos deciden -cada uno por su lado- acudir a un doctor para que borre de sus memorias a su expareja y todo lo que pudiera recordarla. Reviviendo recuerdos con fotos y objetos y suministrando pequeñas descargas eléctricas consiguen ir eliminando todo rastro de suamor. O casi.

Carmen quiere dejar bien claro que si bien la idea básica de Gondry coincide bastante con el objetivo final de estas investigaciones (en una ocasión le llegaron a preguntar y el director reconoció que había concebido la historia como pura ficción sin tener ningún asesoramiento científico), hoy por hoy estas técnicas para borrar recuerdos no se pueden utilizar todavía en humanos. En su laboratorio Carmen sólo reconsolida memorias de ratas, e investiga métodos para eliminarlas. ¡Que no es poco!

El experimento

Pones una rata en una caja con luz. Dejas que explore. Entonces abres una puertecita que comunica con una habitación oscura. La rata, que es curiosa por naturaleza y en realidad prefiere la oscuridad, entrará casi de inmediato a la habitación. Entonces le suministras una pequeña pero dolorosa descarga eléctrica. Lo repites 4 veces. Y con varias ratas.

Dos días más tarde coges un tercio de esas ratas y vuelves a repetir el experimento. Estás reactivando y consolidando el recuerdo de que en la habitación oscura recibes descargas eléctricas. Si más adelante pones de nuevo las ratas en una caja con una puerta abierta hacia una habitación oscura, el tercio que ha repetido el experimento tardará más tiempo en entrar a la habitación que el otro tercio que actúa de control y no ha sufrido reconsolidación de memoria. Lógico hasta aquí.

¿Pero qué ocurre con el último tercio de las ratas? Con ellas también repites el experimento de las descargas eléctricas en oscuridad, pero con una diferencia: les inyectas un inhibidor de síntesis de proteínas llamado anisomicina en sus cerebros. Resultado: te acabas de cargar el recuerdo inicial de que en la habitación oscura dan descargas eléctricas. Cuando vuelves a poner a las ratas por tercera vez en la caja, entran significativamente más rápido a la habitación oscura que las ratas control que recibieron descarga sólo el primer día. Impresionante.

Dos consideraciones importantes para asumir esto:

1- A nivel molecular los recuerdos son lábiles; dinámicos. Esto es fundamental para entender la base fisiológica del proceso. Cuando tú reactivas la memoria, las neuronas en las que está codificado ese recuerdo se activan de nuevo; entran en un estado inestable en el que son susceptibles a cambios. Pueden reforzarse, modificarse… o eliminarse.

2- El carismático Eric Kandel recibió su premio Nobel de fisiología por sus estudios con un molusco marino llamado Aplysia, con el que demostró que la síntesis de proteínas era un paso imprescindible en la formación de memorias a largo plazo. Sin ella no hay recuerdo.

Uniendo ambos conceptos, si tú puedes reactivar las neuronas implicadas en un recuerdo e inhibir la síntesis de proteínas mediante anisomicina o propanolol, bloqueando la expresión de ciertos genes con ADN mensajero, o con electroshocks que saturen todas las vías moleculares, podrás quizás eliminar el patrón de actividad neuronal y por tanto extinguir el recuerdo asociado. En ratas se ha conseguido. Y en humanos, intentado.

Lento camino hacia la extinción de recuerdos traumáticos

A un humano no le puedes inyectar anisomicina porque es tóxica. Ni bloquearle tan alegremente la expresión de ciertos genes. Y los shocks electroconvulsivos para distorsionar memoria sólo estaban permitido en ciertos pacientes hace algunas décadas. Esta es la principal limitación para trasladar estos experimentos en ratas a humanos. De momento continúa siendo mucho más eficiente una terapia psicológica conductual, donde sin saber qué está pasando a las neuronas, también las reactivas y alteras modificando la experiencia asociada al recuerdo doloroso. Pero el propanolol que he citado en el párrafo anterior no es tóxico, y muchos tests en animales de laboratorio han demostrado que sí es capaz de borrar recuerdos. De aquí a que ya se hayan realizado algunos estudios con pacientes con trastorno de estrés postraumático. Los resultados iniciales fueron esperanzadores, pero Carmen Inda explica que las últimas revisiones en la bibliografía indican que el valor terapéutico del propanolol es prácticamente nulo. Se deberá buscar otra vía.

¿Para qué olvidar?, podrías estar pensando. Desglosemos la respuesta en dos partes. Primero en la propia comprensión básica de cómo reforzamos, modificamos o eliminamos los recuerdos. Carmen ya sabe que su vía de investigación no va a derivar directamente en un fármaco porque la anisomicina es un producto tóxico. Pero le puede acercar a comprender a nivel básico cómo funciona el sistema, y a partir de allí, explorar otras posibilidades. Por ejemplo, su jefa Cristina Alberini ha demostrado que haciendo lo contrario (estimulando la síntesis de proteínas con un factor de crecimiento llamado IGF-II), es capaz de reforzar la memoria en ratas; hacer que sus recuerdos sean más fuertes y tarden más a olvidar. Esto puede tener implicaciones en aprendizaje, y dicen que quizás en enfermedades neurodegenerativas o evitar el deterioro cognitivo con la edad. Muchas vías no previstas a priori se abren cuando vas experimentando y comprendiendo la ciencia básica detrás de los procesos naturales.

Lo segundo es más dirigido. Las aplicaciones que se vislumbran son, por ejemplo, adictos en fase de recuperación a los que eliminar recuerdos condicionados que les hacen recaer en el consumo de drogas. Pero la principal ventana son los pacientes con Trastorno de Estrés Postraumático: Intentar manipular el recuerdo de una traumática violación o el fatal accidente de un ser querido.

¿borrar como en la película el recuerdo de nuestro amado o amada porque nos amarga? No se llegará a eso, y posiblemente es una opción cobarde. La moraleja de “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” es clara: nunca querrás olvidar el amor de verdad. Y merece la pena luchar por él por mucho que te haga sufrir. Muá!

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Las dos caras de la ciencia

Es curioso Carl Sagan defendiendo a la astrología!!!!!!!

La ciencia tiene dos caras. Por un lado, el científico debe ser escéptico; esto es, debe exigir evidencias de las afirmaciones. Por otro lado, también tiene que tener mente abierta; o sea, estar abierto ante nuevas ideas y no quedar demasiado anclado en las ideas clásicas. Pero es que encontrar un punto medio es muy difícil. Podríamos decir que somos prudentes y por ello no podemos criticar ningún esotérico-taorod-homeópata, o denunciar que lo que se salga mínimamente del paradigma establecido es totalmente falso. En estas cosas, y en otras, Carl Sagan era un auténtico maestro. Veamos qué nos tenía que decir de este tema. Lo que leeréis a continuación está extraído de “El mundo y sus demonios”, de recomendada lectura para este verano.

A mediados de la década de los setenta, un astrónomo al que admiro redactó un modesto manifiesto llamado «Objeciones a la astrología» y me pidió que lo firmara. Después de lidiar con las palabras, al final fui incapaz de firmar… no porque pensara que la astrología tenía algún tipo de validez, sino porque me pareció (y todavía me lo parece) que el tono de la declaración era autoritario. Criticaba la astrología porque sus orígenes estaban envueltos en la superstición. Pero eso también ocurre con la religión, la química, la medicina y la astronomía, por mencionar sólo cuatro temas. Lo importante no es el origen vacilante y rudimentario del conocimiento de la astrología, sino su validez presente. Había también especulaciones sobre las motivaciones psicológicas de los que creen en la astrología. Esas motivaciones —por ejemplo, la sensación de impotencia en un mundo complejo, perturbador e impredecible— podrían explicar por qué la astrología no recibe generalmente el escrutinio escéptico que merece, pero no afecta para nada al aspecto de si funciona o no.

La declaración subrayaba que no se nos ocurre ningún mecanismo mediante el cual pueda funcionar la astrología. Es ciertamente un punto relevante, pero poco convincente por sí mismo. No se conocía ningún mecanismo para la deriva continental (ahora integrada en la tectónica de placas) cuando Alfred Wegener la propuso en el primer cuarto del siglo XX para explicar una serie de datos confusos en geología y paleontología. (Las vetas de rocas que contienen mineral y los fósiles parecían ir de manera continua desde la parte oriental de Sudamérica hasta el oeste de África: ¿eran contiguos los dos continentes y el océano Atlántico es nuevo en nuestro planeta?) La idea fue rechazada rotundamente por todos los grandes geofísicos, que estaban seguros de que los continentes estaban fijos, que no flotaban sobre nada y que, por tanto, era imposible que «derivaran». En cambio, la idea clave de la geofísica en el siglo XX resulta ser la tectónica de placas; ahora entendemos que las placas continentales flotan realmente y «derivan» (o mejor, son llevadas por una especie de cinta transportadora dirigida por el gran motor de calor del interior de la Tierra) y que aquellos grandes geofísicos, simplemente, estaban equivocados. Las objeciones a la pseudociencia basadas en un mecanismo del que no disponemos pueden ser erróneas… aunque si las opiniones violan leyes de física bien establecidas, las objeciones tienen un gran peso.

En unas cuantas frases se puede formular un buen número de críticas válidas de la astrología: por ejemplo, su aceptación de la precesión de los equinoccios al anunciar una «era de Acuario» y su rechazo de la precesión de equinoccios al hacer horóscopos; su ignorancia de la refracción atmosférica; su lista de objetos supuestamente celestiales que se limita principalmente a objetos conocidos por Tolomeo en el siglo II e ignora una enorme variedad de nuevos objetos astronómicos descubiertos desde entonces (¿dónde está la astrología de asteroides cercanos a la Tierra?); la incoherente demanda de información detallada sobre el momento del nacimiento en comparación con la latitud y longitud de nacimiento; la imposibilidad de la astrología de pasar el test de los gemelos idénticos; las importantes diferencias en horóscopos hechos a partir de la misma información de nacimiento por diferentes astrólogos, y la ausencia demostrada de correlación entre los horóscopos y los tests psicológicos.

Yo habría firmado encantado una declaración que describiera y refutara los dogmas principales de la fe en la astrología. Una declaración así habría sido mucho más persuasiva que la que realmente se publicó y circuló. Pero la astrología, que lleva cuatro mil años o más con nosotros, parece hoy más popular que nunca. Al menos un cuarto de todos los estadounidenses, según las encuestas de opinión, «creen» en la astrología. Un tercio cree que la astrología de signos del sol es «científica». La fracción de niños escolares que cree en la astrología aumentó del cuarenta al cincuenta y nueve por ciento entre 1978 y 1984. Quizá haya diez veces más astrólogos que astrónomos en Estados Unidos. En Francia hay más astrólogos que curas católicos romanos. El rechazo envarado de un coro de científicos no establece contacto con las necesidades sociales que la astrología —por muy inválida que sea— afronta y la ciencia no.

En el corazón de la ciencia hay un equilibrio esencial entre dos actitudes aparentemente contradictorias: una apertura a nuevas ideas, por muy extrañas y contrarias a la intuición que sean, y el examen escéptico más implacable de todas las ideas, viejas y nuevas. Así es como se avenían las verdades profundas de las grandes tonterías. La empresa colectiva del pensamiento creativo y el pensamiento escéptico, unidos en la tarea, mantienen el tema en el buen camino. Esas dos actitudes aparentemente contradictorias, sin embargo, están sometidas a cierta tensión.

Si uno es sólo escéptico, las nuevas ideas no le llegarán. Nunca aprenderá nada. Se convertirá en un misántropo excéntrico convencido de que el mundo está gobernado por la tontería. (Desde luego, hay muchos datos que avalan esta opinión.) Como los grandes descubrimientos en los límites de la ciencia son raros, la experiencia tenderá a confirmar su malhumor. Pero de vez en cuando aparece una nueva idea, válida y maravillosa, que parece dar en el clavo. Si uno es demasiado decidido e implacablemente escéptico, se perderá (o tomará a mal) los descubrimientos transformadores de la ciencia y entorpecerá de todos modos la comprensión y el progreso. El mero escepticismo no basta.

Al mismo tiempo, la ciencia requiere el escepticismo más vigoroso e implacable porque la gran mayoría de las ideas son simplemente erróneas, y la única manera de separar el trigo de la paja es a través del experimento y el análisis crítico. Si uno está abierto hasta el punto de la credulidad y no tiene ni un gramo de sentido escéptico dentro, no puede distinguir las ideas prometedoras de las que no tienen valor. Aceptar sin crítica toda noción, idea e hipótesis equivale a no saber nada. Las ideas se contradicen una a otra; sólo mediante el escrutinio escéptico podemos decidir entre ellas. Realmente, hay ideas mejores que otras.

La mezcla juiciosa de esos dos modos de pensamiento es central para el éxito de la ciencia. Los buenos científicos hacen ambas cosas. Por su parte, hablando entre ellos, desmenuzan muchas ideas nuevas y las critican sistemáticamente. La mayoría de las ideas nunca llegan al mundo exterior. Sólo las que pasan una rigurosa filtración llegan al resto de la comunidad científica para ser sometidas a crítica.

Debido a esta autocrítica y crítica mutua tenaz, y a la confianza apropiada en el experimento como arbitro entre hipótesis en conflicto, muchos científicos tienden a mostrar desconfianza a la hora de describir su propio asombro ante la aparición de una gran hipótesis. Es una lástima, porque esos raros momentos de exultación humanizan y hacen menos misterioso el comportamiento científico.

Nadie puede ser totalmente abierto o completamente escéptico. Todos debemos trazar la línea en alguna parte. Un antiguo proverbio chino advierte: «Es mejor ser demasiado crédulo que demasiado escéptico», pero eso viene de una sociedad extremadamente conservadora en la que se primaba mucho más la estabilidad que la libertad y en la que los gobernantes tenían un poderoso interés personal en no ser desafiados. Creo que la mayoría de los científicos dirían: «Es mejor ser demasiado escépticos que demasiado crédulos.» Pero ninguno de los dos caminos es fácil. El escepticismo responsable, minucioso y riguroso requiere un hábito de pensamiento cuyo dominio exige práctica y preparación. La credulidad —creo que aquí es mejor la palabra «apertura mental» o «asombro»— tampoco llega fácilmente. Si realmente queremos estar abiertos a ideas antiintuitivas en física, organización social o cualquier otra cosa, debemos entenderlas. No tiene ningún valor estar abierto a una proposición que no entendemos.

Tanto el escepticismo como el asombro son habilidades que requieren atención y práctica. Su armonioso matrimonio dentro de la mente de todo escolar debería ser un objetivo principal de la educación pública. Me encantaría ver una felicidad tal retratada en los medios de comunicación, especialmente la televisión: una comunidad de gente que aplicara realmente la mezcla de ambos casos —llenos de asombro, generosamente abiertos a toda idea sin rechazar nada si no es por una buena razón pero, al mismo tiempo, y como algo innato, exigiendo niveles estrictos de prueba— y aplicara los estándares al menos con tanto rigor hacia lo que les gusta como a lo que se sienten tentados a rechazar.

Carl Sagan, El mundo y sus demonios.

http://www.historiasdelaciencia.com/?p=901

Los botones del miedo

Los botones del miedo

“La autora [Joanna Bourke] concluye que el miedo es también un arma de dominación política y de control social. Son diversos los autores que denuncian el uso político del miedo como forma de control de la población, haciéndose hincapié en la creación de falsos escenarios de inseguridad ciudadana”.

“A lo largo de la historia ha habido todo tipo de movimientos sociales y culturales fundamentados en el miedo a algo: el milenarismo, en miedo al efecto 2000 o los movimientos apocalípticos. El miedo es también un arma de guerra, empleada con asiduidad en la guerra moderna gracias al desarrollo de la aviación”.

El miedo como construcción cultural‘ (Wikipedia)

A colación del retorno mediático, desde hace unos meses, de los dichosos botones rojos.

por mmeida

http://mangasverdes.es/2011/08/19/botones-miedo/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+mangas+%28Mangas+Verdes%29

APRENDIZAJE INDUCIDO MEDIANTE CREACIÓN DE ONDAS ALFA EN EL RANGO DE FRECUENCIA SHUMMAN ENTRE 7.5 Y 13 HERTZ

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Investigadores de la Universidad de Michigan realizaron diversos estudios para comprobar los efectos beneficiosos de interactuar con la naturaleza (Berman, Jonides & Kaplan, 2008; PDF) – y Los resultados mostraron que la gente mejoraba mucho en los tests de memoria, casi un 20 por ciento, después de dar un paseo por un entorno natural, mientras que las personas que paseaban por calles y edificios, no mejoraron nada … también comprobaron que mirar imágenes de paisajes naturales también mejoraba nuestra memoria, aunque en menor medida que dando un paseo por la naturaleza …

El contacto con la naturaleza nos lleva a la calma, a la armonía, también se relaciona con el bienestar, porque los espacios naturales aumentan nuestro potencial de salud y de buen carácter así mismo nuestra capacidad de aprendizaje aumenta considerable mejorando el funcionamiento cognitivo, además de potenciar más la auto-disciplina y el control de los impulsos. Por el contrario, aquellas personas que no conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención y síntomas de hiperactividad, trastornos de ansiedad y depresión.

Pero en el mundo actual nos encontramos en continuo estado de vigilancia, si caminamos por la calle tenemos que ir atentos constantemente para que ningún coche nos atropelle, evitando miles de peligros, si estamos realizando un negocio tenemos que estar vigilantes, la situación es tal que finalmente cuando se llega al hogar, vemos la en la TV una película de acción, de violencia, de tensión lo cual se añade a la tensión ya acumulada.
El resultado final es una explosión, estrés y ansiedad acumulada, que ni siquiera el sueño puede apaciguar porque incluso para muchos cada noche se convierte en una terrorífica pesadilla por no poder dormir bien.

No es de extrañar que Grandes maestros desde Platón a Aristóteles aprovecharan los beneficios del contacto con la naturaleza para enseñar a sus alumnos e inducirlos en contacto con la naturaleza y la frecuencia Schumman de esta que se relaciona con la frecuencia de la ondas Alfa de la mente humana en el rango de 7.5 a13 herz.

En esta frecuencia el ser humano se encuentra en un estado de relajación y tranquilidad y su aptitud hacia el aprendizaje y su capacidad para asimilar conceptos aumenta enormemente y es que el cerebro es la más potente de las computadoras y puede ser estimulada por diferentes medios, y llevada a ondas alfa, beta, theta, y delta.

TIPOS DE ONDAS CEREBRALES

TIPO DE ONDA y voltajes

FRECUENCIA

SITUACION MENTAL RELATIVA A LA QUE CORRESPONDE

DELTA
10-50 micro voltios
0,2 a 3,5 Hz Estado hipnótico, hemisferio cerebral derecho en plena actividad, sueño profundo , meditación
THETA
50-100 micro voltios
3,5 a 7,5 Hz Estado de vigilia, equilibrio entre los hemisferios izquierdo y derecho, plenitud, armonía,
ALFA
100-150 micro voltios
7,5 a 13 Hz Relajación, tranquilidad, creatividad inicio de actividad plena del hemisferio izquierdo y desconexión del hemisferio derecho.
BETA
150-200 micro voltios
13 a 28 Hz Estado de alerta máxima, vigilante, miedo, es la situación normal cuando estamos despiertos, conduciendo, o trabajando en donde estamos en estado de alerta, ansiedad.
RAM-ALTA
+200 micro voltios
+ de 28 Hz estado de stress y confusión.

DESCRIPCIÓN DETALLADA

ONDAS BETHA: Originan un campo electromagnético con una frecuencia comprendida entre 13 y 30 Hz (vibraciones por segundo). Se registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena actividad mental. Los sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la irritación, inquietud y temores repentinos pueden acompañar este estado.

ONDAS ALFA: Tienen una frecuencia de 8 –12 Hz y están asociadas con estados de relajación. Se registran especialmente momentos antes de dormirse. Sus efectos característicos son: relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente.

ONDAS THETA: Con una frecuencia de 4-7 hz., se producen durante el sueño (o en meditación profunda, entrenamiento autógeno, yoga…), mientras actúan las formaciones del subconsciente. Las características de este estado son: memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.

ONDAS DELTA: Con una frecuencia de 1-3 Hz, surgen principalmente en el sueño profundo y muy raras veces se pueden experimentar estando despierto. Sus estados psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Modificación de ondas Betha en ondas Alfa.

La actividad de los órganos sensoriales, se traduce en un estímulo eléctrico que llega hasta el cerebro a zonas concretas de su corteza. Allí, cada neurona responde con voltaje entre 1 y 5 micro voltios a los estímulos que le llegan. El conjunto global de neuronas produce un ruido eléctrico con un potencial de hasta 500 micro voltios.

En la actualidad llevar a nuestros alumnos a aprender a la naturaleza para llevarlos a un estado mental de relajación para inducirlos a un estado Alfa de frecuencias entre 7.5 y 13 hz se torna difícil especialmente en las grandes ciudades.

Pero podemos crear los efectos que produce la naturaleza en el individuo de forma artificial induciendo a este a un estado de producción de ondas Alfa.

Cuando llevamos al indivuo a un estado de frecuencia vibracional entre los 7.5 y 13 hz este esta en disposición de asimilación de aprendizaje máximo.

Si unimos a este estado inducido el aislamiento externo y la reproducción de datos e información de forma visual y auditiva podríamos aprovechar el máximo potencial de aprendizaje de un individuo.

Hoy en día ya disponemos de esta tecnología, los elementos para poner en práctica estos fundamentos son simples y sencillos de fabricar y producir.

Investigaciones recientes demuestran:

-El cerebro crece a causa del estímulo, ya sea natural o artificial
-El estímulo se traduce en una vibración eléctrica de frecuencia característica
-Es posible estimular artificialmente el cerebro mediante máquinas
-El cerebro se deja “arrastrar” por el estímulo, resonando con frecuencia igual a la de este
-Los estados de la mente presentan frecuencias de vibración eléctrica características
-Es posible reproducir los estados mentales, estimulando directa o indirectamente el cerebro, con la frecuencia de onda asociada a dicho estado.
-Lo anterior condujo a una revolución en el campo de las aplicaciones de esta técnica, ya que se puede interactuar directamente con la parte interior del individuo, sin invasión de su química corporal, produciendo efectos dramáticos al nivel de:

1.Incrementos del cociente Intelectual
2.Supresión de ansiedad, depresión y fobias
3.Terminación de adicciones
4.Aprendizaje y Superaprendizaje.

5.Mayor rendimiento pico en actividades mentales, físicas y de alta competencia
6.Estimulación de la creatividad.

Isaac Rodriguez Mesa para (StarViewerTeam International 2011).

APRENDIZAJE INDUCIDO MEDIANTE CREACIÓN DE ONDAS ALFA EN EL RANGO DE FRECUENCIA SHUMMAN ENTRE 7.5 Y 13 HERTZ

Hallan huellas de dinosaurios polares australianos

Los dinosaurios colonizaron todo el planeta durante el Cretácico, e incluso llegaron a la Antártida y otras zonas del hemisferio sur, donde se han encontrado algunos fósiles, cuando el ecosistema era más cálido que ahora. Ahora, un equipo de paleontólogos de la Universidad de Emory (Estados Unidos) ha encontrado más de 20 rastros de huellas muy bien conservados que aportan nuevas pistas sobre la forma de vida de aquellos reptiles hace más de 100 millones de años.

Las huellas fueron encontradas por el paleontólogo Anthony Martin, un experto buscador de rastros, huevos y refugios de estos animales, el pasado 14 de junio, en unas rocas sedimentarias de la costa de Victoria, la remota playa de Milanesia, dentro del Parque Nacional Otways (Australia).

Ya el día anterior había observado unas ondulaciones en las rocas caídas desde el acantilado, que formaban como el refugio de algún insecto. «Esas ondulaciones y madrigueras indicaban que era un terreno sedimentario de aluvión, un lugar propicio para encontrar rastros de dinosaurios polares», explica el investigador.

Distintos tipos de ictitas

Y así era. Uno de los bloques contenía cerca de 15 rastros, uno de ellos con tres huellas consecutivas dejadas allí por pequeños terópodos, no mayores que un pollo actual, que se consideran los ancestros de las aves actuales. Siguiendo por los acantilados, a unas tres horas de camino, encontraron un segundo bloque con ocho rastros más. Algunos eran también de ejemplares pequeños, como los anteriores, pero otros las hicieron terópodos tan grandes como grúas. «Ambos bloques creemos que estaban en el mismo nivel rocoso, que era la superficie por la que caminaron aquellos dinosaurios», apunta Martin.

En total, encontraron huellas de tres tamaños diferentes, que podrían pertenecer a tres especies distintas, pero que también podrían ser un macho, una hembra y su cría, aunque todo son hipótesis.

Esta parte de la costa australiana se sabe que estuvo en el pasado unida a la Antártida. Hace entre 115 y 105 millones de años, la temperatura media de la Tierra era de 10ºC más caliente que hoy, lo que significa que en algunas zonas sí que había meses de frío y oscuridad polar prolongada. En épocas de deshielo, también habría inundaciones torrenciales en los valles de los ríos.

Estas huellas se habrían hecho en verano, en el momento del deshielo, porque la tierra estaba congelada en invierno y no habrían podido dejar allí huellas.

En esta región ya se había encontrado la mejor colección de fósiles de dinosaurios polares del mundo, pero no había casi huellas. Además, en febrero de 2006, Martin encontró el primer rastro conocido de un carnívoro y en mayo de ese mismo año halló otro.

Un ecosistema hostil

«Es un descubrimiento muy importante porque nos da mucha información sobre las vidas de dinosaurios en ambientes polares hace más de 100 millones de años», apunta Martin a ELMUNDO.es. «También España es famosa por sus huesos y rastros de dinosaurio, pero allí estaban cerca del ecuador, mientras que los australianos del sur vivían con inviernos fríos y oscuros, así que igual tuvieron un comportamiento estacional [hibernando, como los osos]», especula el investigador.

Martin recuerda que los fósiles indican que fueron activos todo el año. «Como las huellas sólo se preservan si el suelo no está congelado, está claro que estos rastros demuestran que los terópodos bípedos eran activos en el verano. Podrían ser de la clase conocidos como Ornitomimosaurios«.

Estos Ornitomimosaurios, muy veloces y que podían ser omnívoros o herbívoros, tenían un aspecto similar a los avestruces y tenían patas con tres dedos, con huellas similares a la que han encontrado Martin y sus colegas.

El equipo de investigación ha estado formado pro Thomas Rich, del Museo Victoria; Michael Hall y Patricia Vickers-Rich, de la Universidad Monash, de Victoria; y Gonzalo Vázquez-Prokopec, de la Universidad de Emory.