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Las pirámides de Giza se construyeron durante el periodo del Imperio Antiguo, por los faraones de la IV Dinastía (2.613 a 2.498 a. C.).
No se sabe el motivo de la forma triangular de estas construcciones, aunque podría ser una manera de reproducir la forma de las montañas, donde, para los antiguos egipcios, habitaban los dioses, o también podrían entenderse como escaleras por las que el espíritu del Faraón llegaría hasta el cielo.
Están situadas en una zona rocosa, encima de la propia cantera de la que se extrajeron los bloques de caliza, de menor calidad, empleados para el núcleo de las pirámides. El revestimiento de caliza blanca procede de las canteras de Tura; remontando el Nilo hacia el Sur y el granito utilizado en la construcción de los pasadizos y las cámaras funerarias procede de Asuán, a 800 kilómetros. Las pirámides están situadas en el margen occidental del río Nilo y todas estaban comunicadas con el río por medio de caminos elevados de piedra, construidos para facilitar el transporte de las piedras que llegaban de las canteras.
Se ha comprobado que con los bloques empleados para la construcción de las tres pirámides de Giza se podría hacer un muro de tres metros de alto por 30 cm de grosor que daría la vuelta a Francia. En la mayor de todas, la Gran Pirámide de Keops, se emplearon 2.300.000 bloques de piedra caliza, de un peso que va desde dos toneladas hasta quince. Tiene una anchura de 230 metros en cada una de sus cuatro caras y su altura es de 146 metros. La pirámide de Kefrén, hijo de Keops, es un poco más pequeña: 215 metros de ancho por 143 de alto, y la de Micerinos, nieto de Keops, es la menor: 103 metros de ancho por 66 metros de altura.
La pirámide de Keops es el monumento de piedra más grande que se ha construido. Dentro de la pirámide cabrían cinco catedrales: la de Florencia, la de Milán, la de San Pedro (Roma) y las londinenses de San Pablo y Westminster. Probablemente antes de la construcción de las pirámides se hicieron pruebas a escala, ya que se han encontrado maquetas en piedra. La primera fase de los trabajos consistía en alisar el terreno. Algo que llama poderosamente la atención en la precisión geométrica que permitió la perfecta alineación de los bloques en el vértice (algo que no ocurrió con la pirámide de Sneferu, como ya hemos visto). Cada lado mide 230 metros de largo y están orientados perfectamente hacia los cuatro puntos cardinales.
Se cree que para construir la pirámide de Keops emplearon 20 años para preparar los bloques y 10 años para colocarlos. Sólo trabajaban durante la época de las crecidas del Nilo, ya que no se podía atender el campo en esos periodos. Hay distintas teorías sobre quiénes y en cuánto tiempo construyeron las pirámides. Según el historiador Herodoto (que visitó Egipto en el siglo V a. C.) en la construcción de la Gran Pirámide trabajaron 100.000 personas en jornadas de 3 meses al año, pero las teorías más recientes sostienen que fueron 4.000 personas.
Los bloques de las pirámides encajan entre sí con gran precisión. Esto hace suponer que el pulido de los bloques se realizara después de su colocación. Las canteras estaban cerca del río, así que el transporte se hizo en balsas a través del Nilo. El traslado hasta la pirámide se hacía a través de un camino elevado de piedra, camino que después se utilizaba en las procesiones funerarias.
Las filas de bloques parece ser que se colocaron de dentro hacia afuera. Para levantar los bloques, lo más probable es que se utilizara un sistema de rampas y que las piedras se arrastraran por ellas por medio de patines. Es posible también que se emplearan andamios para colocar el revestimiento calizo. De este revestimiento sólo queda constancia en la parte alta de la pirámide de Kefrén. Se cree que el pulido del revestimiento se hizo desde el vértice hasta la base. Lo que sí parece seguro es que en las construcciones de estas pirámides no se emplearon herramientas de hierro, motores ni ruedas.
Casi cinco mil años después, el complejo funerario de Giza, con la enigmática esfinge construida en una montaña de piedra caliza de 5 x 4 metros, presidiéndolo (se supone que representa al faraón Kefrén, aunque es sólo una teoría) sigue siendo testigo de toda la historia de la Humanidad.
Cada vez resulta más real la afirmación de que «El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides».