Por Gil Fronsdal.
La paz y la búsqueda de la paz, están en el centro de la práctica budista. El Buddha señaló la posibilidad de una paz interior transformadora: No tenemos que vivir con conflicto interno, miedo ni agresión. La desaparición gradual de este conflicto da lugar a una paz que él llamaba la forma más elevada de felicidad.
Algunos maestros budistas dicen que la paz es inherente a lo que somos. La tranquilidad yace en nuestra esencia. La agitación, el miedo, la ansiedad y la ira son como las olas superficiales que nos impiden ver la inmensa paz de nuestras profundidades.