El trabajo se ha convertido en un bien escaso en el primer mundo y aún más escaso si la falta de calificación sólo permite buscarlo en ámbitos poco especializados y sin vinculación con el conocimiento, a no ser que nos resignemos a trabajar en el sector informal de la economía, con muy bajos salarios y condiciones draconianas. El antiguo trabajo protegido, seguro y para toda la vida ya hace tiempo que es una utopía, tanto en las pocas ocupaciones industriales o en los servicios, como en aquellas más vinculadas a la tecnología y al saber. Se ha impuesto la cultura que cada uno es su propia empresa y ninguna empresa ni corporación es ni será un habitáculo donde sentirse seguro y protegido. Predomina el concepto de «empleabilidad», es decir, el conjunto de habilidades, experiencias, conocimientos y conexiones a la red, del networking que hayamos sido capaces de adquirir, además del grado de humillación y maltrato que estemos dispuestos a aceptar. Probablemente el trabajo nunca más será lo que fue y, lo que es seguro, que en las condiciones horarias actuales no habrá para todos. La mecanización y la tecnología actuales y futuras irán reduciendo sin duda el papel de la mano de obra en muchos ámbitos. Se repite el mantra que la economía digital va a generar nuevos trabajos que ahora ni tan solo somos capaces de imaginar, pero la realidad es que crea muy pocos y en muy peores condiciones en relación a los que destruye. El balance resulta muy claro.
Seguir leyendo Trabajo insuficiente →