En verano de 1830, Víctor Hugo afrontaba una fecha límite: le había dicho a su editor que en febrero de 1831 habría acabado el libro, pero prácticamente no había escrito nada y solo faltaban 6 meses para que acabara el plazo de entrega.
Victor Hugo había estado perdiendo el tiempo, dedicándose a otros asuntos, evitando hacer el trabajo con el que se había comprometido. Sin embargo, finalmente el libro fue publicado en la fecha acordada. El libro en cuestión era “Nuestra Señora de París”. Seguir leyendo Efecto Akrasia: ¿por qué no hacemos lo que nos proponemos?