SIGUE EL EFECTO DOMINÓ, NUEVA VÍCTIMA DEL FMI.
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El objetivo de José Sócrates era resistir hasta las elecciones anticipadas del próximo 5 de junio y dejar la petición de ayuda externa para el próximo gobierno. Pero el deterioro sucesivo de las condiciones de financiación en el mercado ha obligado al primer ministro dimisionario a tomar la decisión que ha tratado de evitar a lo largo de todos estos meses.
«Teníamos una solución pero nos la echaron fuera», ha dicho este miércoles el socialista, responsabilizando a la oposición de que Portugal tenga que ser rescatado. «El rechazo del PEC y la apertura de la crisis política han fragilizado al país y han disminuido su capacidad de responder a las dificultades», ha descrito Sócrates, para justificar el recurso a la ayuda europea. De este modo, ya son tres los países que han tenido que recurrir a la ayuda europea para superar la crisis de deuda. Previamente, lo hicieron Grecia e Irlanda.
«El rechazo del PEC que había conseguido el apoyo de las instituciones europeas, es la señal más errada que el país podía dar a los mercados europeos y a las instituciones internacionales», ha dicho Sócrates esta noche, reconociendo que durante esta dos últimas semanas –desde que presentó la dimisión de su cargo- el país ha sido testigo del deterioro de las condiciones de financiación en los mercados.
En el mensaje televisado, Sócrates ha recordado que intentó evitar hasta el último momento esta decisión, pero que ha debido tomarla porque el agravamiento de la crisis financiera se ha vuelto una «amenaza para la economía del país».
Bruselas: un movimiento ‘responsable’
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, ha afirmado que la petición de ayuda se tramitará «lo más rápido posible». Por su parte, el Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha afirmado que la petición de ayuda es un movimiento «responsable para estabilizar la situación en el país y en Europa». El principal partido opositor de Portugal, el Social Demócrata (PSD, centro-derecha), anunció que respaldará al Gobierno socialista en funciones en la petición de una ayuda financiera porque se trata de «una medida de apoyo» que contribuye a la seguridad nacional.
Rehn ha añadido que la cifra de la ayuda se determinará en un plazo breve. La Comisión Europea había afirmado antes de que compareciera Sócrates que estaba lista para actuar en cuanto el país solicitara la ayuda.
El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, afirmó en la última cumbre que la ayuda a Portugal podría ascender a unos 75.000 millones de euros.
El rescate del país luso era muy esperado por los mercados por lo que no se prevén graves consecuencias para las Bolsas y el coste de la financiación de otros países, como España, que por fin parece haberse desprendido del halo de posible contagio que le acechaba hace meses.
El apoyo del FMI
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido un breve comunicado en el que aclara que no ha recibido la solicitud de ayuda financiera de Portugal, pero insiste en que el organismo está listo para prestar la ayuda que necesite.
«Hemos visto las declaraciones del primer ministro portugués José Socrates y el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durão Barroso sobre la intención de Portugal de pedir la activación de los mecanismos de apoyo financiero», afirma el FMI en un comunicado. «No hemos recibido una solicitud de ayuda financiera», indica el organismo que, al mismo tiempo, asegura que está «listo» para ayudar al país.
Culpa a la oposición
Antes del anuncio de Sócrates, el ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, hacía un giro en la política del Gobierno luso al afirmar que al final, y a pesar de todos los esfuerzos para evitar el rescate por parte del gobierno de Lisboa, «es necesario» recurrir a la financiación europea.
«Portugal ha sido irresponsablemente empujado hacia una situación muy difícil en los mercados financieros», ha afirmado Fernando Teixeira dos Santos, este miércoles, en declaraciones al ‘Jornal de Negocios‘.
El ministro de Finanzas consideró que el rechazo por parte de la oposición del cuarto Plan de Estabilidad y Crecimiento (PEC IV) votado por en el Parlamento luso el pasado 23 marzo ha sido el responsable del «deterioro de la financiación de Portugal».
Con intereses próximos al 10% en el plazo a 5 meses –muy por encima del 7% que en octubre significaba para el ministro luso tener que recurrir a la ayuda- era insostenible que Portugal se siguiera financiando en los mercados.
Además, los bancos portugueses decidieron dejar de prestar dinero al Estado portugués, instando al gobierno a pedir la ayuda con carácter de urgencia.