Miles de marroquíes volvieron a salir de forma pacífica a la calle este domingo para pedir profundas reformas políticas y sociales y exigir la liberación de los presos, a pesar de que el rey Mohamed VI anunció una remodelación constitucional y concedió la semana pasada medidas de gracia a 190 reos.
«No a los centros de detención secretos» rezaba el texto de una de las pancartas que se podía leer en la manifestación de Casablanca, a la que según pudo comprobar Efe asistieron unas 5.000 personas, lo que supone una participación bastante menor que la registrada en marzo cuando acudieron 15.000 marroquíes.
Esta semana en una sesión del Consejo de Representantes (Primera Cámara del Parlamento marroquí), el partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD) pidió al Ministerio de Interior que abra una investigación sobre un supuesto centro secreto de detenciones ilegales en la localidad de Temara, cercana a Rabat.
Por su parte, el secretario general del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Mohamed Sebar, dijo a Efe que «hablará sobre este tema muy pronto», y rechazó dar más explicaciones sobre el asunto.
A las protestas de este domingo se han sumado Mohamed Meruani y Mustafa Moatasim, líderes de dos pequeños partidos políticos islamistas ilegalizados, «Al Uma» (Nación) y «Al Badil Al Hadari» (Alternativa de Civilización). Ambos dirigentes forman parte del centenar de presos políticos que salieron a la calle la semana pasada tras recibir el indulto del monarca alauí.
«Hay gente inocente que sigue en las prisiones ¿dónde están los derechos humanos?» gritaban en el barrio popular de Yakub Al Mansur de Rabat los manifestantes, que seguían las consignas coreadas por el Movimiento 20 de Febrero, organizador de todas las protestas que han tenido lugar hoy en Marruecos.
El Movimiento 20 de Febrero, que surgió de la iniciativa de unos cuantos jóvenes a través de la red social Facebook, ya protagonizó movilizaciones masivas en las ciudades marroquíes los días 20 de febrero y 20 de marzo para reclamar reformas políticas, económicas y sociales en el país.
«Manifestaos por la dignidad, por los derechos, por todos los derechos, por el cambio. Manifestaos contra la marginación, la exclusión, contra los ladrones» vitoreaban los presentes en el barrio de Yakub Al Mansur, donde la concentración estuvo caracterizada por una gran presencia de islamistas.
Mujeres y hombres de todas las edades volvieron a levantar en decenas de urbes del país letreros contra la corrupción, el fin de la política del monopolio económico, el deterioro de los servicios públicos, y reivindicaron el derecho al empleo, la reducción del coste de la vida o el aumento del salario mínimo.
«El cambio no puede ocurrir a través de una constitución otorgada. Apoyo el Movimiento 20 de Febrero porque pide la caída de la corrupción y del totalitarismo», sentenció Sion Asidon, militante de izquierda que estuvo preso durante la época de Hasán II.
En las protestas de Marraquech y Tánger participaron alrededor de 10.000 personas, mientras que en Sefru y Taza alcanzaron los 1.500 y 3.000 manifestantes, respectivamente.
Por otro lado, en la ciudad norteña de Alhucemas salieron a la calle cerca de 2.000 personas y en Fez hubo una concurrencia de al menos 3.000, según los organizadores.
«Hemos tomado las calles porque todavía no se ha respondido a nuestras reivindicaciones. Reclamamos una constitución popular y democrática que represente la voluntad del pueblo y no una reforma que se hace a través de una comisión consultiva designada por una sola persona», apuntó a Efe un miembro del Movimiento 20 de Febrero.
La Comisión Consultiva sobre la Reforma Constitucional (CCRC), designada personalmente por el rey y encabezada por el profesor Abdelatif Menuni, está encargada de redactar las enmiendas constitucionales y deberá entregar sus trabajos el próximo mes de junio.