- Apuestan porque sus jóvenes tengan minijobs de 400 euros para entrar en el mercado laboral en vez de empezar en el paro.
- La cultura alemana apuesta por el ahorro, allí pedir un crédito no está bien visto.
- Los alemanes son contrarios a dar dinero al sur de Europa.
Alemania es el segundo mayor exportador del mundo y el centro industrial de Europa. Europa se sostiene porque su economía, pese a la crisis sigue creciendo un 0,3% , mientras Francia se estanca. ¿Cuál es el milagro? Los holandeses (1.379) son los únicos europeos que trabajan menos que los alemanes (1413 horas al año). Los españoles, a los que se nos piden que trabajemos más horas y cobremos menos, o sea, que seamos más productivos, trabajamos 1690 horas al año. Mexicanos (2.250), chilenos (2.047) Americanos (1787) Italianos (1774) y Japoneses (1728) trabajan más horas que nosotros, según datos de Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Alemania, no obstante, es el sexto país más productivo de Europa, solo por detrás de Luxemburgo, Noruega, Bélgica, Holanda y Francia, pese a que trabajan menos horas. España, pese a ser constantemente criticada, está en el puesto 11 en cuanto a productividad, según datos de Eurostat
No hay duda de que Alemania se ha beneficiado enormemente con el euro. Con superávit en su balanza de pagos, Alemania se nutre de sus exportaciones, pero también necesita que Europa no se pare para que compre sus productos. A eso hay que sumarle su baja deuda privada y el hecho de que financiarse hoy le sale gratis (cuando no recibe dinero por ello).
Las diferencias culturales también han provocado que Alemania aguante mejor la crisis. A los alemanes les incomoda el concepto de pedir dinero prestado y prefieren vivir dentro de sus posibilidades, al contrario que en el sur de Europa, donde la gente pidió crédito y los bancos, para ganar dinero, se los concedieron para subir de escala social.
Minijobs y una moderación salarial que se cimentó desde la unificación.
Alemania inició un programa de reformas en el mercado laboral en 2003, a raíz de los excesos en los aumentos salariales de la era postunificación, que moderaron el aumento de los salarios. Una de las grandes normas en Alemania son los minijobs para jóvenes. Sí, estamos ante sueldos de 400 euros, pero ante tasas de paro de más del 50% entre los jóvenes. Los alemanes se han mentalizado en que es mejor trabajar menos horas y cobrar menos que estar en el parto. Y más productivo. Inglaterra ya piensa en los minijob para ayudar a sus jóvenes. Alemania ha implantado también la idea de que trabajar en empresas para formarse y no estar encerrado en las aulas es vital para poder acceder al mercado de trabajo o fundar tu propia empresa. Y les funciona. Los libros y el trabajo se han convertido en algo complementario. Aquí en España se habló de minijobs, pero nadie se atrevió a dar el paso. Y el paro juvenil supera el 50%.
Alemania tiene en sus manos salvar a Europa.
Con estos preámbulos, la canciller alemana, Angela Merkel, se prepara para una semana considerada clave para el futuro del euro, en la que se reunirá con el presidente francés, Francois Hollande, y con el primerministro griego, Antonis Samaras. El comienzo de las reuniones lo protagonizan hoy el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, que recibe a su homólogo griego Dimitris Avramopoulos, para preparar la visita de Samaras.
La situación de Grecia sigue siendo dramática y, según informaciones que publica la revista «Der Spiegel» en su edición de esta semana, sus necesidades presupuestarias para los próximos dos años están cerca de 2.500 millones de euros por encima de lo presupuestado inicialmente. Las necesidades financieras de Grecia se estimaban hasta ahora en 11.500 millones de euros para los próximos dos años y «Der Spiegel» asegura que en realidad estás podrían alcanzar los 14.000 millones. Esa situación ha avivado la discusión sobre un posible tercer paquete de ayuda a Grecia, eventualidad que el Gobierno alemán rechaza.
Aún en el caso de que Merkel, tras sus encuentros con Hollande, el jueves, y con Samaras, el viernes, mostrase disposición a ceder en ese punto, es difícil que lograse encontrar una mayoría en sus propias filas parlamentarias para una nueva ayuda a Grecia.
Los alemanes no quieren dar ayudas a Grecia
También la opinión pública en Alemania, que se refleja en los editoriales de los principales diarios e incluso en algunas caricaturas, está mayoritariamente en contra de nuevas ayudas a Grecia.»No más dinero para Grecia», titula hoy, por ejemplo, un comentario el diario «Bild», el más leído del país, siguiendo la misma línea que ha mostrado en los últimos meses.
En los casos más extremos, la discusión apunta a si se debe desembolsar el tercer tramo de la ayuda a Grecia, en caso de que el el informe de la troika formada por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no sea claramente positivo.
Oficialmente, el viaje de Samaras a Berlín será la tradicional visita de presentación tras asumir el cargo, al igual que la visita que hace hoy Avramopoulos a Westerwelle. Sin embargo, es claro que, en el marco de la crisis actual, la reunión del primer ministro griego con Merkel tiene otro sentido. Algunos esperan que Samaras examine las posibilidades de que Alemania ceda en su resistencia a un eventual tercer paquete de ayuda. Otros creen que simplemente procurará exponer a Merkel sus planes de ajuste y, al menos, tratar de convencerla de que Grecia está haciendo sus deberes.
El Gobierno alemán ha procurado hoy frenar las expectativas que genera la visita de Samaras y el secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas, Steffen Kampeter, aseguró que no se podía esperar que de la reunión del viernes salga decisión alguna. Kampeter insistió además en que las decisiones tendrán que tomarse en el marco europeo y después de que se conozca el informe de la troika.
Entre tanto, en Alemania se discute ya abiertamente acerca de una posible salida de Grecia del euro lo que ha suscitado reacciones del presidente del eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, y del comisario europeo Günther Öttinger que rechazan esa opción.
La visita de Samaras a Berlín -que ha sido llamado por la prensa griega «el viaje de la agonía»- estará precedida de la reunión entre Merkel y Hollande el jueves. Aunque esa reunión con seguridad también incluirá un intercambio de opiniones sobre la estrategia para combatir la crisis de la eurozona a largo plazo, sin duda alguna el tema griego y la búsqueda de una solución inmediata formará parte clave de la agenda