DAKAR, ene (IPS) – Una madre de 25 años, originaria de la oriental provincia senegalesa de Tambacounda, cree que los anticonceptivos dañan el útero y causan problemas a la salud en el largo plazo, como aumento de la presión arterial y jaquecas crónicas.
“Eso es lo que escuché a algunas mujeres en un autobús, que abordé”, dijo a IPS esta madre de cinco hijos, radicada en Dakar desde su divorcio.
Tenía solo 16 años cuando fue obligada a casarse con su primo de 35, quien la golpeó y amenazó por tan solo haber sugerido el uso de métodos anticonceptivos. “Me pegó y juró que me mataría si volvía a hablar de eso. Así que seguí teniendo hijos”, contó.
Debido a ideas equivocadas sobre planificación familiar, los dogmas religiosos y falta de servicios de salud reproductiva, miles de mujeres por todo Senegal sufren.
Rompiendo los estereotipos
Tener hijos es una señal de riqueza en este país de África occidental con 12 millones de habitantes, un concepto que ha fomentado el “baby boom” (auge de la natalidad), dicen expertos.
“Esta antigua creencia implica que tener más niños significa más mano de obra para trabajar la granja, o la posibilidad de ver a tu hijo convertirse en un hombre rico o en ministro o presidente de la república”, explicó a IPS la consejera matrimonial Fatoumata Sow.
“Mientras, muchas hijas traen a sus padres dinero o ganado como dote cuando se casan”, añadió.
“Desde que (las mujeres) se casan, comienzan a tener hijos”, dijo Sow, ella misma madre de nueve. “Pese a que estoy usando a Senegal como caso de estudio, esta es una tendencia en toda África occidental”, señaló.
La experta explicó que la planificación familiar es un tabú en muchas partes de la región, sobre todo en comunidades rurales donde el analfabetismo es grande y lo servicios de planificación familiar son inexistentes.
“La falta de políticas efectivas sobre planificación familiar y la idea de que los hijos son símbolo de riqueza han dañado seriamente la fábrica social de Senegal”, dijo a IPS un médico de uno de los hospitales públicos del país, que prefirió no dar su nombre por temor a represalias de las autoridades.
“Pregunto a cada mujer embarazada que viene a consultarme si alguna vez usó anticonceptivos, y la respuesta que recibo siempre es que no”, indicó.
Solo 12 por ciento de las senegalesas usan contraceptivos, según indicó la ministra de Salud y Acción Social, Awa Marie Coll-Seck, en una conferencia en Londres el año pasado.
Intervención gubernamental
Coll-Seck, quien confesó que la tasa de uso de anticonceptivos de su país era una de las más bajas del mundo, señaló que el gobierno procura hacer que esta aumente del 12 por ciento actual a 27 por ciento para 2015.
Esto significa lograr un aumento de cinco puntos porcentuales al año. “Es posible”, dijo optimista la ministra a la prensa en Dakar.
En un esfuerzo por crear conciencia y romper con los estereotipos, el gobierno lanzó el año pasado un plan de acción nacional por la planificación familiar.
La iniciativa llega justo a tiempo. Según Coll-Seck, una de cada dos mujeres desea espaciar sus embarazos, pero no tiene accesos a métodos seguros para hacerlo.
La campaña también tendrá el objetivo de sensibilizar a los hombres sobre la importancia de la planificación familiar como asunto de la pareja, y no solo de las mujeres.
El gobierno se trazó la meta de asistir a 350.000 mujeres en los próximos tres años, y para lograrlo dividió la campaña en tres fases, según explicó el director nacional de Salud Reproductiva y Supervivencia Infantil, Bocar Mamadou Daff.
La primera de ellas es crear conciencia a través de medios masivos de comunicación, con mensajes a sectores específicos de la población e integrando a líderes políticos para que apoyen públicamente la planificación familiar.
La segunda implica la creación de un sistema de distribución de anticonceptivos desde las comunidades, integrando también al sector privado, señaló Daff.
La tercera y última etapa consiste en verificar y asegurar que los métodos de planificación familiar sean accesibles a todas las personas que los necesitan.
Según Sow, una mejor planificación familiar puede ayudar también a que el gobierno resuelva problemas relacionados con los que ha luchado muchos años, como la desnutrición o la falta de viviendas.
En diciembre, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó haber brindado tratamiento vital a más de 850.000 niñas y niños severamente desnutridos en la región de Sahel, zona afectada por una hambruna en 2012.
Senegal presenta una de las tasas más altas de desnutrición aguda del mundo. En la norteña provincia de Matam llega a 19 por ciento, según del Programa Mundial de Alimentos.
“Donde hay muchos niños que alimentar, el jefe de familia debe tener mucho dinero para atenderlos, de otra manera se enfermarán por el hambre y morirán, o terminarán en las calles mendigando”, dijo Sow.
Pero no todos apoyan la nueva campaña del gobierno. Muchos líderes musulmanes conservadores como Al-Hajj Ibrahima Dieng creen que los anticonceptivos son prácticas “antiislámicas”.
“Alá es el que nos da hijos, y él está a cargo de proveerles todo lo que necesitan para permitir que crezcan saludables y fuertes”, dijo a IPS el religioso, padre de 15 hijos. “¿Quiere que eso no sea así? Juro por Alá que nunca seré parte de ese absurdo”.
Pero otros, como el respetado imán Mbara Segnane, están muy preocupados por el “baby boom”.
El religioso planteó en 2012 que el gobierno debía resolver el problema. Incluso sugirió que las propias autoridades impusieran un límite de hijos por familia.
Sin embargo, algunos expertos como Sow creen que el cambio solo se logrará paulatinamente.
“Creo que como sociedad aún no estamos listos para una evolución así”, dijo a IPS. “Las tradiciones y las creencias culturales afectaron tanto nuestra mentalidad y nos lavaron el cerebro de tal forma que estamos ciegos. Pero todavía hay esperanza”.
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