Benedicto XVI sorprendió al mundo entero con su renuncia y de ello se habla sin parar en todos los foros de comunicación en las últimas 24 horas. Pero hay una vertiente del ‘notición’ que conviene destacar: el anuncio por sorpresa del Papa en un consejo vaticano ordinario deja poco más de un mes para las luchas internas de poder, las alianzas y las conspiraciones.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Rouco Varela, afirmó en rueda de prensa que los papados son “lineales” y que nadie espere “movimientos bruscos” en la fumata de finales de marzo. Para empezar ya ha habido un sorpresón mayúsculo: la renuncia de Benedicto XVI, y también hay algún detalle inquietante, como la sorprendente cara de felicidad que tenía ayer Rouco Varela en su comparecencia ante los medios.
Cuatro semanas de infarto
El 28 de febrero, a las ocho de la tarde, la renuncia del Papa será real y oficial. En un plazo máximo de 20 días debe haber un nuevo Papa, por tanto en Semana Santa ya habrá un nuevo líder espiritual en la Iglesia católica. Son cuatro semanas. Cuatro semanas de infarto para la jerarquía católica.
¿Cuál es la diferencia con otros relevos papales? La fundamental es que no había que elegir Papa por sorpresa: o bien la avanzada edad o la delicada salud daban años de margen para alianzas y contra alianzas o bien los movimientos políticos y las guerras en siglos anteriores marcaban la elección.
Hay una excepción: la repentina muerte de Juan Pablo I apenas un mes después de ser elegido Papa. No se saben las causas de su fallecimiento porque a los Papas no se les practica la autopsia, pero ríos de tinta y especulaciones han corrido sobre aquel breve Papa.
La hegemonía del Opus en juego
El fallecimiento de Juan Pablo I y la llegada del carismático Juan Pablo II supuso una revolución –o mejor dicho contra revolución- en la Iglesia Católica. Juan Pablo II silenciosamente, pero con un apoyo mediático y propagandístico como nunca se vio en el Vaticano, no solo utilizó su carisma y su olfato político para sacar al Vaticano en los informativos de todo el mundo, sino que supuso un hecho fundamental: El Opus Dei se hizo con el control total y absoluto de la Iglesia Católica.
Cabe recordar que Juan Pablo II laminó a la “teología de la Liberación” de la que no queda ni rastro en América Latina y metió en cintura a los Jesuitas. El poder de esta orden religiosa era tal que al superior de los jesuitas se le conocía como “el papa negro”. Juan pablo II los arrinconó.
Laminados o reducidos a la mínima expresión los grupos de ‘disidencia’ interna, Juan Pablo II no ocultó su cercanía (pertenencia) a la ‘Obra’, canonizó a su fundador y concedió al Opus Dei un estatus dentro de la Iglesia Católica de absoluta prevalencia.
La agonía de Juan Pablo II fue lenta y dolorosa y durante esos años de agonía se pergeñó la sucesión. El cardenal Ratzinger había sido su mano derecha y prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición) desde donde se puso en marcha la estrategia para acabar con la Teología de la Liberación que amenazaba con hacerse demasiado popular en América Latina, y desde donde se metió en cintura a los Jesuitas. Todo estuvo atado y bien atado… hasta su dimisión sorpresa.
La curia italiana quiere el trono
Lo cierto y verdad es que, hasta el momento, no hay ni una pista clara y certera de quien puede ser el nuevo Papa dentro de un mes. La historia demuestra que la mayoría de los Papas han sido italianos, los dos últimos han venido del Este europeo (Polonia y Alemania) y la poderosa curia italiana considera que se debe volver a la tradición.
Pero entre ellos están divididos y en el resto del mundo no se les reconoce más puntos por el mero hecho de ser italianos. Esos tiempos han pasado, lo que no quiere decir que no elijan a un italiano. El Vaticano es así.
Los dilemas
La jerarquía católica se mueve en un dilema global: la Iglesia no puede centrarse en Europa. La religión católica puede parecer demasiado europea y demasiado blanca, mientras en América Latina y África avanzan con fuerza otras religiones, como la evangélica.
Y en un dilema moral: adaptar su credo a los nuevos tiempos o no, aceptar los avances científicos o no, apertura o ultra ortodoxia. Esto último es fundamental para el Opus Dei, movimiento ultra conservador , defensor de las posturas más duras y radicales.
Conclusión, en marzo puede que cambie todo o que no cambie nada. O como gusta en el Vaticano, un poco de las dos cosas. No hay experto vaticanista, estudioso papal o adivino que sepa, a día, de hoy que ocurrirá. Dentro de un par de semanas puede haber alguna pista.
Fuente: http://www.elplural.com/2013/02/12/eleccion-de-papa-el-opus-se-juega-el-control-del-vaticano/
El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, ha señalado que la renununcia del Papa no ha tenido que ver con algún suceso puntual de este último año, como pueda haber sido el caso Vatileaks sobre filtraciones de documentos secretos de la Santa Sede. El caso fue juzgado en los últimos meses y concluyó con la condena del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, al que posteriormente el Papa indultó públicamente.
Lombardi no ha confirmado si Benedicto XVI estará presente en la toma de posesión del nuevo Papa, “es algo que por el momento no está decidido”. También ha señalado que no está previsto que haya algún tipo de encuentro con líderes mundiales para que le despidan, a excepción de los presidentes de Rumanía y Guatemala, “que ya estaban aquí y ya estaba prevista la audiencia”.
Cómo se le llamará cuando deje de ser Papa
En cuanto al nombre que Joseph Ratzinger eligió como Papa, Benedicto XVI, “a esto no puede renunciar, esto no puede cambia”, ha señalado Lomabrdi sobre cómo será llamado el Papa cuando deje de ser Papa: “Otra cosa es que cuando nos lo encontremos no le digamos ‘Santidad Benedicto XVI’, pero su nombre como Papa es un título inalienable en la historia de la iglesia”.
El padre Lombardi tampoco ha querido aventurar qué cargo tendrá Benedicto XVI cuando sea efectiva su renuncia. Lo que no hay duda es que seguirá siendo obispo puesto que este puesto imprime carácter, “es para toda la vida”, sin embargo cardenal “es un título” que no es para siempre. “No le puede decir si se le llamará cardenal, Papa emérito u Obispo emérito de Roma”.
http://www.teinteresa.es/religion/Vaticano-desmiente-renuncia-Papa-Vatileaks_0_865713884.html