Archivo por meses: septiembre 2013

Figuras literarias y sus mascotas salvajes

Hay algo placentero en saber que los autores que leemos tuvieron mascotas a su lado, como si que tuvieran un gato en las piernas los acercara a nosotros, los humanizara. Recordamos que, al igual que nosotros, encontraron solaz en la suavidad del pelo de un perro, que como decía Emily Dickinson “sabe pero no dice”. Pero antes de que existirán normas y organizaciones que proclaman que tener animales salvajes como mascotas no es ético, algunos escritores cruzaron la línea y tuvieron compañeros salvajes a su lado. Charles Dickens vivía con un cuervo y Lord Byron tenía una colección que iba desde monos y zorros hasta cocodrilos. ¿Por qué? Quizá porque las mascotas exóticas eran un signo de excentricidad o los acercara a la naturaleza como una forma de inspiración. Las criaturas que estos escritores tuvieron pueden haber sido grandes compañeros, pero también un claro signo de una salvajez interna, una cualidad de la imaginación que frustraba la domesticación social.

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1. Beatrix Potter

Potter capturaba ratones salvajes y otros roedores y los metía en hermosas jaulas victorianas en su escritorio. Después de estudiar sus brillantes ojos y su pelaje, con frecuencia los disecaba para estudiar su estructura muscular. La ilustraciones de Potter pueden ser dulces, pero también son realistas y estudiadas.

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2. Lord Byron

George Gordon, Lord Byron le dio la vuelta a la prohibición de tener perros en los dormitorios de la universidad al hacerse de un oso domesticado que caminaba con él y disfrutaba de todos los lujos que Byron pudiera ofrecer.

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3. Sta. Teresa de Lisieux

Cuando era joven, Lisieux tenía una colección de golondrinas en el ático de su casa que ella misma cazaba.

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4. Charles Dickens

Dickens fue un compañero devoto de su mascota cuervo Grip the Knowing, el cual apareció como personaje en la  novela Barnaby Rudge. Cuando Edgar Allan Poe reseñó el libro para el Saturday Evening Post, la imagen del cuervo inspiró su poema epónimo. El cuerpo disecado de Grip se encuentra en exhibición en la Biblioteca Pública de Filadelfia.

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5. Flannery O’Connor

El ave de caza de O’Connor quizá no fue propiamente salvaje, pero algunas de las aves que tuvo en su finca en la Savannah eran realmente excéntricas.

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6. Dante Gabriel Rossetti

El poeta Prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti mantuvo a un vombátido llamado “Top” que mando traer en un barco desde Australia.

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7. Charles Baudelaire

Se sabe que el poeta Baudelaire tenía una tarántula en una jarra frente a su ventana mientras escribía.

 

[Huff Post]

 

El terremoto profundo del mar de Okhotsk en Rusia fue el más potente registrado hasta la fecha

Investigadores estadounidenses han determinado que el seísmo ocurrido en el fondo del Pacífico, y registrado en todo el mundo en mayo de 2013, emitió una energía 36 veces superior a la liberada por la bomba atómica de Hiroshima. Este fenómeno produjo una grieta de 180 kilómetros de largo.

El terremoto profundo del mar de Okhotsk en Rusia fue el más potente registrado hasta la fecha

Nubes sobre el mar de Okhotsk. / NASA

SINC |

Meses después del terremoto de 8,3 grados originado en el fondo del mar de Okhotsk (Rusia) el 24 de mayo de 2013, su causa sigue siendo un misterio. Sin embargo, un estudio publicado esta semana en Science revela que este fenómeno, ocurrido a unos 609 kilómetros de profundidad, es el más potente registrado hasta la fecha.

Los autores del trabajo, pertenecientes a la Universidad de California en Santa Cruz, el Instituto de Tecnología de California y la Universidad de Utah (EEUU), han revelado que el seísmo liberó la energía equivalente a la explosión de 36 millones de kilogramos de dinamita y produjo una grieta de 180 kilómetros, la más larga conocida.

Los investigadores analizaron las ondas sísmicas emitidas durante el evento. “Miles de estaciones de todo el mundo registraron el temblor de tierra al propagarse por la roca”, explica a SINC Thorne Lay, uno de los autores del trabajo.

Su velocidad de ruptura, de unos 9.000 kilómetros por hora, lo asemeja más a terremotos superficiales que a temblores profundos

A continuación, compararon los resultados con los datos de un terremoto de características similares ocurrido en Bolivia en el año 1994. “La energía liberada triplicó la de Bolivia”, indica Lay.

El área y la velocidad de ruptura también fueron mucho mayores que durante el fenómeno anterior. El enorme agujero que produjo el fenómeno constituye una falla, un deslizamiento de dos placas tectónicas –las piezas que constituyen la corteza terrestre–, con una velocidad de ruptura de unos 9.000 kilómetros por hora, datos que se asemejan más a terremotos superficiales que a temblores profundos. El terreno se movió hasta 10 metros.

“Aquel seísmo fue diferente, se produjo muy despacio y parece haber involucrado otro tipo de fallas, con una deformación en vez de una rápida rotura de la roca”, destaca el investigador.

Los expertos atribuyen las grandes diferencias entre los dos fenómenos a las variaciones en la edad y la temperatura de la lámina subyacente. La placa del Pacífico se hunde bajo el mar de Okhotsk y es mucho más fría que la placa donde se produjo el terremoto de Bolivia en 1994.

“Cómo ocurren estos sismos es una incógnita”, asegura Lay. Los expertos aún se preguntan cómo puede una roca deslizarse sobre otra tan rápido mientras está siendo comprimida por 609 kilómetros de material.

El investigador afirma que entender la naturaleza de estos fenómenos es clave para prevenir otros movimientos de tierra que puedan causar daños.

Movimientos a gran profundidad

Los movimientos de tierra profundos tienen lugar en la zona de transición entre el manto superior y el inferior, que se encuentra entre 400 y 700 kilómetros bajo la superficie. Son el resultado de la tensión ejercida sobre una placa subyacente cuando una lámina de la corteza terrestre se desliza bajo otra.

Normalmente, este tipo de terremotos no ocasionan un temblor suficientemente potente en la superficie para que pueda suponer ningún peligro, pero tienen un gran interés científico.

Referencias bibliográficas:

Lingling Ye, Thorne Lay, Hiroo Kanamori, Keith D. Koper. “Energy Release of the 2013 Mw 8.3 Sea of Okhotsk Earthquake and Deep Slab Stress Heterogeneity”, Science, 19 de septiembre de 2013.

http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-terremoto-profundo-del-mar-de-Okhotsk-en-Rusia-fue-el-mas-potente-registrado-hasta-la-fecha

domi EL MILAGRO DE LA VIDA

LOS ASPECTOS POSITIVOS QUE SE MANIFIESTAN EN LA ALEGRÍA DE VIVIR, ES LO QUE NOS PERMITEN SER CONSCIENTES DEL OBJETIVO TRASCENDENTE DEL SER HUMANO Y EL PORQUÉ DE LA EXPERIENCIA DEL ESPÍRITU EN EL MUNDO DE LA MATERIA.
 
El esfuerzo por la superación personal, la confianza en sí mismo, en las leyes universales en las fuerzas del espíritu para el trabajo y el esfuerzo en su evolución constante, tanto individual como en relación con los seres que nos acompañan en ese milagro que es la vida.
 
El proceso de evolución humano implica un constante análisis, reflexión de actitudes y posturas tomadas a fin de estudiar nuestra conducta y su proyección, individual, familiar, profesional y social. Si nos volvemos demasiado conformistas, frente a distintas situaciones, porque es esa una característica de nuestra personalidad, intentemos buscar luego, en los momentos de serenidad, la reflexión sincera, para paulatinamente debilitar con la fuerza creadora del pensamiento, las tendencias erróneas.  
Canalicemos la fuerza del pensamiento en el análisis de las propias actitudes, sin entrar en juicios y críticas por las acciones de los demás. Revaloricemos, lo que los demás aportan a nuestras vidas, cada uno desde su lugar: afecto, compañerismo, alegría, oportunidades para desarrollar nuestra comprensión, nuestra tolerancia.
 
Este balance interior de vida generará, sin duda, el desarrollo de fuerzas movilizadoras del pensamiento y la acción, susceptibles de generar cambios positivos que nos impulsen a una nueva concepción de la vida, con un enfoque más positivo, más feliz y un nivel cada vez mayor de comprensión, del objeto de nuestra vida.
 
Como seres humanos comprendemos que la vida está compuesta por momentos de plena felicidad, gratitud y otros en los que nos acompañan las luchas y los sinsabores. Aprender a apoyarse en los buenos momentos para enfrentar aquellos que no lo son tanto, debe ser nuestra actitud para sortear con fuerza estos últimos. PARA LOGRARLO ES NECESARIO TRATAR DE VER Y DE PENSAR CON CIERTA LUCIDEZ Y SERENIDAD, NO JUZGAR NUESTRAS ACTITUDES ERRÓNEAS, SINO RECAPACITAR SOBRE ELLAS PARA TRANSFORMARLAS EN EXPERIENCIAS DE PROGRESO Y EVOLUCIÓN.
 
Entendamos que el trabajo y el esfuerzo constante en la superación personal, en el estudio y la valoración de nuestras fuerzas son y serán el sostén para nuestra vida.
 
Todo esto requiere, sin dudas, de un sentimiento de entrega que nos predisponga a reconocer nuestras carencias y a desear superarlas para abordar la vida desde la perspectiva de la sencillez y la humildad.
 
Para favorecer la intuición como elemento que nos ayude a la comprensión de lo que debemos hacer, tenemos que anhelar y tratar de lograr un estado de humildad, comprendiendo que no sabemos tanto como creemos, respetando y reconociendo los conocimientos de los demás entendiendo esa frase de sabiduría que dice: “TODOS SOMOS MAESTROS Y ALUMNOS A LA VEZ” . TODOS TENEMOS ALGO QUE ENSEÑAR Y MUCHO QUE APRENDER.
 
CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE SER MAESTRO DEL OTRO EN ALGUNA CIRCUNSTANCIA PORQUE SIEMPRE PODEMOS DAR ALGO Y TAMBIÉN, RECIBIR DE LOS DEMÁS.
 
TODOS APRENDEMOS DE TODOS SI TENEMOS LA ACTITUD CORRECTA PARA ELLO.
 
La humildad es una de las virtudes más difíciles de conquistar en este plano evolutivo, ya que encierra en sí misma, la esencia del amor hacia nosotros mismos, los demás y a la vida facilitando la comprensión del milagro de la vida.
 
CUANDO PODEMOS ADMITIR CON CONFORMIDAD Y ALEGRÍA LAS VICISITUDES DE LA VIDA CON UN SENTIMIENTO DE TOLERANCIA Y COMPRENSIÓN, PODEMOS DECIR QUE ESTAMOS COMENZANDO A SENTIR CON HUMILDAD Y ESO NOS HACE ESTAR CADA VEZ MÁS CERCA DE PODER COMPRENDER QUE LA CREACIÓN ES PERFECTA.
 
LA HUMILDAD DEL ESPÍRITU EN SU CONCIENCIA UNIVERSAL DE EVOLUCIÓN, EL RECONOCIMIENTO DE SU IMPERFECCIÓN Y EL SABER QUE ESTÁN LATENTES EN ÉL TODAS LAS FACULTADES PARA VISLUMBRAR LA EXISTENCIA DE OTRA MANERA, CON UN ENFOQUE MÁS POSITIVO Y TRASCENDENTE. NOS CONDUCE A SENTIR CON TODA INTENSIDAD EL MILAGRO DE LA VIDA.
 
Les recomiendo que visualicen el vídeo, es magnifico, eso si háganlo cuando estén tranquilos y relajados, la música además induce a la meditación………….DISFRÚTENLO Y SAQUEN SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
 
 

domi Síntoma, Diagnosis y Régimen

Cuando el saber erudito, el saber metafísico y una aguda sensibilidad se concentran en una misma persona aparecen obras magistrales como la del anglo-hindú Ananda Coomaraswamy. 

Resulta reconfortante encontrarse con estudios eruditos que no estén afectados por la miopía intelectual imperante, a saber, los típicos prejuicios reduccionistas y provincianos del pensamiento europeo moderno. 

En este artículo Coomaraswamy hace un breve recuento de las patologías que distorsionan nuestro punto de vista moderno para luego indicarnos, siempre desde la perspectiva del arte, cuáles son los remedios intelectuales para poder curarnos. 


SÍNTOMA, DIAGNOSIS Y RÉGIMEN

Las características prominentes de nuestro mundo en un estado de caos son el desorden, la incertidumbre, la sentimentalidad, y la desesperación. Nuestra confortable fe en el progreso se ha desmoronado, y ya no estamos tan completamente seguros de que el hombre pueda vivir sólo de pan. Es un mundo de «realidad empobrecida», un mundo en el que nosotros seguimos viviendo como si la vida fuera un fin en sí misma y no tuviera ningún significado. Como artistas y estudiosos del arte, y como conservadores de museos, nosotros somos una parte de este mundo y en parte responsables de él. Nuestro punto de vista es uno de sus síntomas – una palabra siniestra, pues el síntoma implica la enfermedad. Sin embargo, los síntomas proporcionan una base para la diagnosis, nuestro único recurso cuando se ha descuidado la prognosis. Describamos los síntomas, preguntemos de qué condición mórbida son ellos un indicio, y prescribamos un remedio.
Las anormalidades sintomáticas según nuestro punto de vista colegiado incluyen la asumición de que el arte es un comportamiento esencialmente estético, es decir, sensacional y emocional, una pasión que se sufre más bien que un acto que se cumple; nuestro interés dominante en el estilo, y nuestra indiferencia hacia la verdad y hacia el significado de las obras de arte; la importancia que damos a la personalidad del artista; la noción de que el artista es un tipo especial de hombre, contraria a la de que todo hombre es un tipo especial de artista; la distinción que hacemos entre arte fino y arte aplicado, y la idea de que la naturaleza a la que el arte debe ser fiel no es la Naturaleza Creativa, sino nuestro propio entorno inmediato, y más especialmente, nosotros mismos.
Dentro y fuera de las salas de clase, nosotros usamos mal las palabras, tales como «forma», «ornamento», «inspiración», e incluso «arte». Nuestras preocupaciones naturalistas y nuestro prejuicio histórico nos hacen imposible penetrar las artes del pueblo y del hombre primitivo, cuyos diseños admiramos pero cuyos significados ignoramos debido a que los términos abstractos del mito son enigmáticos para nuestro acercamiento empírico. Nuestros artistas están «emancipados» de cualquier obligación hacia las verdades eternas, y han abandonado a los mercaderes la satisfacción de las necesidades presentes. Nuestro arte abstracto no es una iconografía de las formas trascendentales, sino la pintura realista de una mentalidad desintegrada. Nuestro jactancioso nivel de vida es cualitativamente indigno de consideración, por muy imponente que sea cuantitativamente. Y lo que es, quizás, el síntoma más significativo y la evidencia de nuestra enfermedad es el hecho de que hemos destruido los fundamentos vocacionales y artísticos de todas las culturas tradicionales que nuestro contacto ha infectado.
Llamamos anormales a estos síntomas porque, cuando se ven en su perspectiva histórica y mundial, las asumiciones de las que son una consecuencia son efectivamente peculiares, y opuestas casi en cada detalle a las de las demás culturas, y particularmente a las de las culturas cuyas obras más admiramos. Que nosotros admiremos la construcción románica – una «arquitectura sin desagüe» – al mismo tiempo que despreciamos el espíritu de la «Edad Obscura» es completamente anómalo; nosotros no vemos que puede ser la deficiencia de nuestra mentalidad el que nuestra construcción sea un «desagüe sin arquitectura».
Todos estos síntomas apuntan a una enfermedad profundamente arraigada: en primer lugar, la diagnosis debe ser la de ignorancia. Por ignorancia, por supuesto, nosotros no entendemos una ignorancia de los hechos, de los que nuestras mentes están atestadas, sino una ignorancia de los principios a los que todas las operaciones pueden reducirse, y deben reducirse si han de ser comprendidas. La nuestra es una cultura nominalista; para nosotros, nada que nosotros no podamos agarrar con nuestras manos, u «observar» de cualquier otro modo, es «real». Nosotros entrenamos al artista, no para pensar, sino para observar; el nuestro es «un rencor despectivo de la inmortalidad».
En el séquito de esta ignorancia fundamental sigue el egotismo (cogito ergo sum, ahamkara, oiesis), la codicia, la irresponsabilidad, y la noción de que el trabajo es un mal y la cultura un fruto de la ociosidad, mal llamada «pasatiempo». Los griegos distinguían muy acertadamente entre el «pasatiempo» (schole) y una «cesación» (pausis); pero nosotros, que confundimos estos dos, y que encontramos la noción de un «trabajo de pasatiempo», es decir, un trabajo que requiere nuestra atención indivisa (PlatónRepública 370B), muy extraña, estamos no obstante acertados al llamar a nuestras fiestas «vacaciones», es decir, tiempos de vacuidad.
La nuestra es, además, una enfermedad de esquizofrenia. Nosotros somos capaces de formular sobre una obra de arte dos preguntasseparadas, «¿Para qué es?» y «¿Qué significa?». Es decir, de separar la figura de la forma, el símbolo de la referencia, y la agricultura de la cultura. El hombre primitivo, cuyo trabajo manual muestra un «equilibrio polar de lo físico y lo metafísico», no hubiera podido formular estas preguntas por separado. Aún hoy día el indio americano no puede comprender por qué nos interesan sus cantos y su ritual, si nosotros no podemos usar su contenido espiritual. Platón consideraba indigno de los hombres libres, y la habría excluido de su estado ideal, la práctica de cualquier arte que sirviera sólo a las necesidades del cuerpo. Y hasta que nosotros no pidamos al artista y al manufacturero, que son naturalmente uno y el mismo hombre, productos diseñados para servir a las necesidades del cuerpo y del alma a uno y el mismo tiempo, el artista permanecerá un playboy, el manufacturero un proveedor, y el trabajador un snob que no anhela nada mejor que una porción más grande de las migajas que caen de la mesa del rico.
Pasamos ahora al régimen. Administrar una medicina puede requerir coraje cuando la tarea del médico depende de la buena voluntad del paciente. Cuestionar la validez de la distinción entre arte fino y arte aplicado, o entre el artista y el artesano, es cuestionar la validez de «ese monstruo de desarrollo moderno, el estado financiero-comercial», del que dependen ahora para su subsistencia tanto el artista como el maestro. No obstante, al dirigirse a un cuerpo de educadores y de conservadores, se debe insistir en su responsabilidad con respecto a la enseñanza de la verdad sobre la naturaleza del arte y la función social del artista.
Esto implicará, entre otras cosas, la repudiación de la opinión de que el arte es en algún sentido especial una experiencia estética. Las reacciones estéticas no son nada más que la «irritabilidad» del biólogo, que nosotros compartimos con la ameba. Pues mientras nosotros hagamos del arte una experiencia meramente estética o podamos hablar seriamente de una «contemplación estética desinteresada», será absurdo pensar en el arte como algo que pertenece a las «cosas más elevadas de la vida». La función del artista no es simplemente agradar, sino presentar un «algo que debe conocerse» de tal manera que deleite cuando se vea o se escuche, y expresarlo de tal modo que sea convincente. Debemos dejar claro que no es el artista, sino el hombre, el que tiene a la vez el derecho y el deber de elegir el tema; que el artista no tiene licencia para decir algo que en sí mismo no merece ser dicho, por muy elocuentemente que lo diga; y que sólo por su sabiduría como hombre puede el artista saber lo que merece ser dicho o hecho. El arte es un tipo de conocimiento con el que nosotros sabemos cómo hacer nuestro trabajo  (Summa Theologica I.2.57.3), pero no nos dice lo que nosotros necesitamos, y por consiguiente lo que debemos hacer. Así pues, debe haber una censura de la manufactura; y si nosotros repudiamos una censura ejercida por «guardianes», es incumbencia nuestra enseñar a nuestros pupilos, ya sean manufactureros o clientes, que es responsabilidad suya ejercer una censura colectiva, no sólo de las calidades, sino así mismo de los tipos de manufactura.
Nuestra obligación requiere al mismo tiempo un cambio de método radical en nuestra interpretación del lenguaje del arte. Nadie negará que el arte es un medio de comunicación mediante signos o símbolos. Nuestros métodos de análisis vigentes son interpretaciones de estos signos en su sentido invertido, es decir, como expresiones psicológicas, como si el artista no tuviera nada mejor que hacer que una exposición de sí mismo a su vecino o de su vecino a sí mismo. Pero las «personalidades» son interesantes sólo para sus poseedores, o, como mucho, para un estrecho círculo de amigos; y no es la voz del artista sino la voz del monumento, la demostración de un quod erat demonstrandum, lo que nosotros queremos escuchar.
El historiador del arte no es un hombre tan completo como el antropólogo. El primero es muy a menudo indiferente a los temas, mientras que el segundo está buscando algo que no está en la obra de arte como si estuviera en un lugar, ni en el artista como si fuera una propiedad privada, sino hacia lo cual una obra de arte es un indicador. Para él, los signos, que constituyen el lenguaje de un arte significante, están llenos de significados; en primer lugar, preceptivos, que nos mueven a hacer esto o aquello, y en segundo lugar, especulativos, es decir, referentes de la actividad hacia su principio. Esperar menos que esto del artista es construirle una torre de marfil. Un habitáculo tal puede convenirle por el momento; pero en tiempos de fuerza mayor nosotros ya no podemos proporcionar tales lujos; y si permanece en su torre, holgándose en su irresponsabilidad, e incluso si muriera de indigencia, puede ser que nadie lo lamente ni le honre. Pues si el artista no puede interesarse en algo más grande que él mismo o su arte, si el patrón no le pide productos hechos bien y verdaderamente para el buen uso de la totalidad del hombre, hay poca perspectiva de que el arte afecte alguna vez de nuevo a las vidas de algo más que esa fracción infinitesimal de la población que se preocupa del tipo de arte que tenemos, y que sin ninguna duda, merecemos. No puede haber ninguna restauración del arte a su posición verdadera, como el principio del orden que gobierna la producción de utilidades, si no hay un cambio de mente, tanto por parte del artista como por parte del cliente, suficiente para llevar a cabo una reorganización de la sociedad sobre la base de la vocación, esa forma en la que, como decía Platón, «se hará más, y se hará mejor, y más fácilmente que de cualquier otra manera».

domi ¿Que es el Signo de Voor?

Mano con signo de voor

Identificado como uno de los cuatro signos más potentes, el Signo de Voor fue un símbolo o mudra utilizado por los antiguos sumerios para invocar a sus dioses, especialmente a Ishtar, conocida también con el nombre de Inanna, diosa madre asociada además con la guerra, la sexualidad y la prostitución, de hecho, se creían que esta diosa era la cortesana de todos los dioses sumerios; esta diosa era representada con una estrella de ocho puntas y más tarde fue adoptada por otras religiones como es el caso de Isis, diosa madre y de la maternidad en Egipto; Artemisa, diosa de la caza en Grecia; y Diana, diosa virgen de la caza en Roma. Todas ellas eran diosas que en algún momento estuvieron relacionadas con la luna, que a su vez significa fertilidad y, llegado un punto en la edad media, la fertilidad resultado de la sexualidad comenzó a ser vista como pecaminosa; no es raro entonces que la luna pronto se convirtiera en cuernos y también que “el diablo” tenga cuernos.

A la llegada del cristianismo, la mayoría de las religiones paganas comenzaron a ser relacionadas con el mal y los dioses y diosas antiguos tuvieron que dar paso a un único y omnipotente dios, convirtiéndose muchos de ellos en demonios; el caso de Ishtar y el Signo de Voor no es la excepción, así que no es de extrañar que el antiguo culto a esta diosa y el mudra para invocarla comenzara a ser relacionado con “el maligno”.

Actualmente el Signo de Voor es interpretado como Yo te amo Satanás o Yo te amo Lucifer; uno de los primeros en retomarlo fue el escritor H. P. Lovecraft en El Necronomicón, el grimorio ficticio más famoso de la historia de la literatura, escrito supuestamente por el loco árabe Abdud Alhazred y donde se decía que era utilizado para invocar a los muertos.

El mudra en cuestión se forma con la mano izquierda (la mano que desde antaño se relaciona con la luna, a su vez con la fertilidad-sexualidad, maldad) con los dedos medio y anular doblados hacia la palma de la mano, formando así un cuerno. Se cree que los que forman esta señal, lo que están haciendo en realidad es abrir y/o cerrar portales dando paso a fuerzas malignas que, al no saber controlarlas, se pueden apoderar fácilmente de nuestros pensamientos y voluntad y comenzar a manipularnos. Razón por la cual los que creen en el poder de este signo, advierten que el uso del mismo sólo debe hacerlo las personas realmente preparadas para lidiar con distintas fuerzas.

http://lascosasquenuncaexistieron.com/2012/02/09/que-es-el-signo-de-voor

La Unidad Interna

 

 

Para nosotros es un objetivo lograr una creciente satisfacción en nuestra vida. Esto es posible en la medida que se vayan entendiendo los factores que se oponen a ello. Lo que llamamos felicidad es un estado en el que no hay sufrimiento; pero vemos diariamente que, a medida que avanzan los años, muchas personas van aumentando su sufrimiento.
Debemos tener claro lo que llamamos “sufrimiento”. Muchas personas no creen que sufran, sólo creen tener problemas con el dinero, con la familia, con las relaciones sexuales, con el trabajo, con otras personas, etc. Creen que simplemente viven con tensiones, angustias, inseguridades, temores, resentimientos y todo tipo de frustraciones. Es el paquete que hemos llamado, en nuestro Curso de Crecimiento, “emociones negativas”.
Casi todos los actos que realizamos a diario tienen un carácter rutinario y, en gran medida, se apoyan en hábitos adquiridos y repetidos durante mucho tiempo. También, en forma más esporádica, efectuamos actos que en lugar de dejarnos indiferentes como los anteriores, nos entregan una percepción de plenitud o de malestar.
Hay acciones que nos dejan una grata sensación y luego, al recordarlas, quisiéramos repetirlas nuevamente. Tienen además la característica de ser cosas que no hastían sino que, al revés, dejan un sabor de mejoría, de crecimiento interno. Otro tipo de acciones nos dejan una sensación agradable en el momento, pero, al recordarlas, nos traen malestar. Por ejemplo, llevados de un arrebato de ira agredimos a alguien, es posible que en el momento experimentemos el alivio de una fuerte tensión, pero luego, al recordarlo, surgirá algo que llamaremos arrepentimiento. Entonces comprenderemos que tal cosa no es bueno repetirla porque, además del daño que podemos causar a la otra persona, va en contra de nuestra unidad y crecimiento interno.
Los actos que nos dejan unidad interna tienen siempre estas tres cualidades:
– nos sentimos bien al efectuarlos
– se los quisiera repetir
– se sienten como un mejoramiento personal
Si alguno de estos tres requisitos está ausente. es porque estamos en presencia de acciones
habituales de sabor neutro, o de acciones placenteras momentáneas que nos dejan después un remordimiento, o de acciones contradictorias en las que no hay coordinación entre nuestros sentimientos y nuestra conducta.
Frecuentemente descubrimos que estamos divididos entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. En cambio, cuando logramos hacer algo de acuerdo a nuestras ideas y sentimientos, experimentamos esa integración que nos hace sentir que estamos centrados, en estabilidad dentro de nosotros mismos, lo que nos da una sensación de equilibrio interior en la quisiéramos vivir cotidianamente. Cuando esta unidad nos falta es cuando nos sentimos terriblemente descontentos sin comprender la causa. La buscamos externamente, culpando a la conducta de otras personas, a las circunstancias adversas, al destino, a la suerte, etc.
La disposición a llevar una vida de unidad interior, que nos conduce a la Observación de Sí, marca el comienzo de un verdadero sentido de la vida y de un nuevo enfoque en la conducta diaria. Entonces hacemos retroceder el sufrimiento en nosotros mismos y en los que nos rodean. Nos orienta un ideal que estimula y da alegría.

TIEMPO DE CAMBIOS (Relato Zen)

Se aconseja escuchar el vídeo mientras se lee

Maestro -le dice el atribulado aprendiz al viejo – Muchas cosas nuevas e inesperadas han ocurrido últimamente en mi vida ¿cómo puedo saber cuando ha llegado el momento de hacer cambios?

– Eres como un estudiante que desea rendir el examen final del 5to grado cuando la escuela está en receso y ya están a mitad de las vacaciones – dice el viejo sin mirar al joven aprendiz.

– ¿Cómo, maestro? Qué quiere decir con eso- pregunta el estudiante

– Quiero decir que ya lo sabes -le responde el viejo.

– ¿Ya lo sé? ¿Cómo es eso de que ya lo sé? – reacciona el aprendiz, entre perplejo e irritado.

– Claro, ya lo sabes, siempre lo has sabido. – insiste el sabio

– No lo sé, maestro. Y es por eso que vengo a buscar consejo.

– No tengo consejo alguno que darte. Pero en realidad es muy fácil. Tú puedes elegir cambiar sólo una palabra de dos letras en tu pregunta y allí mismo encontrarás la respuesta.

– ¿Cuál palabra?

– Búscala

– A ver-analiza el joven – sólo hay dos palabras de dos letras: “en” y “mi”. No sé por cual podría cambiar “en”. Pero, creo que sí podría cambiar “mi” por, por ejemplo “la”- razona el aprendiz.

– Hazlo.

El aprendiz repite:

– “Muchas cosas nuevas e inesperadas han ocurrido últimamente en la vida… en “la” vida! Eso suena diferente!”

– Exactamente -sentencia el sabio- los cambios no ocurren en “tu” vida o “mi vida”, si no en “la” vida. Y tú, siendo parte de ella, no estás viendo que en la vida el cambio es lo único que no cambia.

– Es cierto- asiente el aprendiz.

– Así que los cambios, esas cosas nuevas e inesperadas de las que hablas, no son ni nuevas ni inesperadas. Y ya ocurrieron. Y siguen y seguirán ocurriendo. El “momento de cambios” que buscas en lo que llamas “tu” vida, es sólo el ejercicio tardío, fuera de plazo, de ponerte al día con la existencia misma y con el universo.

Julio Alvarez.

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domi PARA APRENDER A ORAR

(De José Ignacio)

Cuando uno se   decide  orar,  conviene, es  indispensable   buscar  un lugar  y una  hora  determinada,  que  nadie  interrumpa, por ejemplo el dormitorio podemos sentarnos. Conviene cerrar  los  ojos, para que  nada  nos distraiga o   moleste,  hacer  una  relajación mental y física, así, nos   sentamos  de forma tranquila, y hacemos  tres  respiraciones  profundas  y  largas, cuando expiramos  imagínate  que  estás  largando toda clase  de tensión,  nos ordenamos  mentalmente, “aflójate”  dos  o tres  veces,  es lo que  en estas  disciplinas, se llama   respiración rítmica,  podemos agregar ordenarnos PAZ… PAZ…. PAZ sintiendo que nos “soltamos” de toda preocupación. Se terminó.

Cuando  ya  notamos que hay una tranquilidad mas o menos   5 minutos,  ponemos cuidado en los latidos del corazón y cuando ubicamos  nosotros nos decimos : Ahí está Dios me  está  haciendo latir  el  corazón  desde  donde El (Dios) está, a través  del  cordón de plata,  que entra por el centro de nuestra cabeza,   en esa  operación, que  nadie  moleste, se puede poner  una  música religiosa  o clásica,  bajito a  nuestro gusto.

Estando así, concentrado,  como si pareciera  que uno no estás  en la Tierra,   ESA ES  LA CONEXIÓN  con  Dios,  podemos   recitar: 

 Amada  y resplandeciente Presencia  de Dios  YO SOY,

sella a mi alrededor  tu tubo de Luz  Divina

para  iluminar mi camino en la vida,

para protegerme  de la  discordia  humana.

YO SOY la que está  invocando  la Llama Violeta,

para que transmute,  disuelva, consuma toda  discordia, todo lo que no sea de la Luz, del Amor, de la Paz, de la Verdad, en mis  cuatros  cuerpos  inferiores, producido en esta  encarnación y en encarnaciones   anteriores,  hasta que  yo sea  uno/a  con la Llama Violeta. Verse envuelto en una “nube” color violeta, por tres o cuatro minutos.

¡¡¡Gracia, Gracias, Gracias,   Padre porque sé  que me  has  oído. “

Aquí uno se concentra en esta idea hasta que no tiene conciencia de su alrededor, entonces podemos decir que estamos conectados con la Divinidad.

Si uno practica esto TRES VECES POR DIA es seguro que le llega la Paz y su alma se va limpiando, limpiando y cuando se va “al otro mundo” seguro que va a los lugares de Luz, donde los ángeles le van a guiar. Cuando uno ha conseguido esa Paz tan buscada, tan ansiada, se tiene que procurar de no mezclarse con cosas humanas, sentimientos humanos como la envidia, el odio, la ambición desmedida, y sobre todo equilibrarse emocionalmente, es decir nada de eufórico, con alegría, ni dejarse llevar por la pesadumbre. Los dos son malos. Frenarse. Equilibrarse. Dios es P A Z Y nosotros somos a imagen y semejanza de Dios. .

Si uno NO le hace caso a esto, y sigue la vida HUMANA, la PAZ se va.

http://www.actosdeamor.com/aprenderaorar.htm