Archivo por días: agosto 15, 2016

Los secretos del crecimiento económico de la antigua Magdala, supuesta ciudad natal de María Magdalena

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En Magdala, los arqueólogos han descubierto un gran mercado con 28 tiendas, alrededor de 300 pesos para la pesca, 40 piscinas y más de 4000 monedas antiguas acuñadas en Jerusalén

 
Restos de la sinagoga de Magdala

Las excavaciones e investigaciones realizadas en torno al Mar de Galilea han dado mucha luz a la historia de los pueblos de esta región Galilea y de sus pobladores, sobre todo durante el siglo I d. C.

 

En Magdala, la ciudad natal de la bíblica María Magdalena, los arqueólogos han descubierto un gran mercado con 28 tiendas, alrededor de 300 pesos para la pesca, 40 piscinas y más de 4000 monedas antiguas, la mayoría de ellas acuñadas en Jerusalén. Observando todos estos datos, en su conjunto, los hallazgos apuntan a que pudo haber unas interacciones comerciales a gran escala entre Magdala y otras muchas ciudades antiguas, pero no sólo en Galilea sino también en Jerusalén y en otros puertos del Mar Mediterráneo, como Cesárea Marítima.

 

Las fuentes históricas, tales como Flavio Josefo, Cicerón, Suetonio y Estrabón, nos indican que la exportación de pescado salado fue tan exitosa que Magdala (también conocida como Taricheae) pronto se convirtió en una ciudad autosostenible. Estrabón, concretamente, elogia el excelente pescado de Taricheae, que estaba disponible y era muy apreciado en los mercados romanos. El nombre Tarichos («pescado salado») se convirtió en una «marca» internacional de la ciudad, que incluía productos como una especia de pescado en escabeche que se vendía a Roma.

En 2010, el doctor Luis Barba, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que trabaja en colaboración con la Universidad Anáhuac de México en una investigación científica y técnica sobre Magdala, hizo una exploración geofísica sobre esta zona, a lo largo de unos treinta mil metros cuadrados. El mapa digital resultante del sitio reveló unas estructuras y calles bajo el suelo y la suciedad. Hasta ahora, podemos ver que hay seis calles y seis estructuras, además de las que ya se han excavado.

Galilea es uno de los lugares más sugerentes del Nuevo Testamento. No hay que perder de vista que Galilea es la región en la que sucedieron muchas de las escenas que nos han llegado sobre la vida de Jesús de Nazaret. Así que, gracias a todo lo escrito sobre Jesús, conocemos aspectos como la forma de vida judía, los puertos y la industria pesquera de esa zona, en el siglo I d. C.

 
Piscina pesquera de Magdala

El puerto de Magdala cuenta con unos 700 metros de largo, de los cuales ya se han excavado unos 500 metros, y pudo albergar numerosos barcos en la antigüedad. Asimismo, había muchos otros puertos a lo largo del mar de Galilea, pero la gente del pueblo de Magdala pudo haber desarrollado una industria de salazones más próspera.

Geográficamente, Magdala se encuentra en el cruce de una importante vía romana que llevaba de la Baja Galilea a Damasco. Después de la fundación de Tiberíades, en el año 19 d. C., esta ciudad pudo haber establecido relaciones comerciales favorable con Magdala, al igual que los romanos a través de la vía que llevaba a Jerusalén.

La doctora Ruth Jackson, especializada en vidrio antiguo y asesora de los estudios de Magdala sobre este material, apunta que esta antigua ciudad también pudo haber producido recipientes de vidrio. De hecho, se han encontrado pruebas de fabricación de vidrio, tales como materiales de desecho de vidrio y más de 1800 piezas de este mismo material, algunas completas y muchas otras para ser restauradas. La producción del vidrio pudo haberse desarrollado gracias al uso de una serie de hornos móviles, que se colocaban debajo de la superficie del suelo. En la práctica, estos hornos pudieron haber sido transportados por los artesanos hacia cualquier lugar que fuera necesario para su uso.

 
Recipiente de vidrio descubierto en Magdala

Otras fuentes históricas nos hablan sobre la fabricación de metal en Magdala. Hasta ahora, los arqueólogos han encontrado residuos metalíferos, pero no han hallado evidencias de ningún taller del metal.

Las fuentes de ingreso de Magdala pudieron permitir a sus habitantes levantar edificios costosos y bien construidos, como la sinagoga y los baños rituales judíos abastecidos por aguas subterráneas, del siglo I d. C., hallados en las excavaciones arqueológicas. De hecho, Magdala es la única ciudad de Galilea, hasta el momento, en la que se ha encontrado una sinagoga del siglo primero con frescos, mosaicos y un modelo único de Segundo Templo tallado en piedra.

El mercado, los bancos de pesca, las pesas para pescar, los materiales del puerto y el vidrio demuestran que Magdala fue un lugar importante para el comercio. Su situación geográfica le dio ventaja sobre otros pueblos de Galilea, como Cafarnaún, Corazín y Betsaida. Junto con la sinagoga y los baños rituales judíos, el material encontrado en Magdala nos da testimonio de una comunidad que le daba un gran valor a sus tradiciones judías y que potenciaba su riqueza económica.

Historia y mito del unicornio

http://www.thecult.es/Ciencia/historia-y-mito-del-unicornio.html

 

Legend-Ridley-Scott

Particularmente seductor a la hora de analizar la figura del unicornio resulta el hecho de que su mitología tenga una base real. Es muy conocida la afición del ser humano a idear leyendas a partir de los vestigios del pasado y también a partir de sus propias lagunas en el campo de la ciencia. Todo esto queda de manifiesto cuando salimos en busca del famoso corcel blanco y de cuerno ensortijado.

«El unicornio –escribe Héctor T. Arita– es tal vez el animal mítico por excelencia. En los bestiarios de la Edad Media se le reconoce como un animal maravilloso con la habilidad suficiente para derrotar en combate a un elefante y capaz de purificar con su único cuerno las aguas contaminadas para volverlas potables para los demás animales».

Quien primero menciona a la criatura, llamándola monoceros, es el griego Ctesias. La descripción de Ctesias nos sitúa en el siglo V, y sitúa en nuestro imaginario un caballo que se oculta en la India, y que luce ese cuerno que permite la curación de toda suerte de males.

Unicornio

A lo largo de la Edad Media, nos encontramos con una fabulosa reliquia: el cuerno de unicornio con el que se tallaban diversos recipientes. Obviamente, el marfil no procedía de la bestia que nos ocupa, sino del cuerno de un hermoso pariente de la ballena y el delfín: el narval (Monodon monoceros).

«Hildegarda de Bingen y Tomás de Cantipré, entre otros –escribe Odell Shepard–, se explayan sobre la habilidad del animal para detectar una virgen a simple vista, y en algunos relatos se nos cuenta que cuando la cazadora no es realmente una virgen, el animal la mata, una intrusión bastante obvia del tema de la prueba de la virginidad. Además, algunos sostenían que la caza era más probable que tuviese éxito si la virgen estaba desnuda; y algunos insistían en que tenía que ser hermosa (…) Las connotaciones del relato de la captura del animal mediante una virgen son en realidad claramente eróticas, y la interpretación cristiana impuesta no armoniza exactamente con la historia sino que parece desviarla a la fuerza del curso natural de su desarrollo» (El unicornio, José J. de Olañeta, 2002)

Por lo demás, el alicornio era un antiveneno, y su poderío fue bien conocido en las boticas medievales.

«Unos cuantos renacentistas italianos –nos dice Willy Ley– fueron los primeros escépticos en atacar las supuestas virtudes medicinales del alicornio. La emprendieron contra todos los farmacéuticos que lo tenían junto al mostrador de su negocio. El boticario estaba muy orgulloso de su alicornio; pero no demasiado, por supuesto, para rehusar una venta provechosa, pues la creencia popular era todavía muy firme. Aun Gesner (como se recordará, era médico municipal de Zurich) no podía menos de prescribirlo si los pacientes insistían. Pero hizo la astuta observación de que en tal caso «no olvidaba ni descuidaba» prescribir simultáneamente otros medicamentos. Se necesitó mucho tiempo para que desapareciera el alicornio de las farmacopeas; la última lista de medicamentos «obligatorios» en las farmacias londinenses que contenía el alicornio se imprimió en 1741″ (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Unicornio

¿Existieron los unicornios?

«En lo que al mundo científico concierne –afirma Willy Ley–, el golpe mortal le fue inferido al unicornio en 1827, cuando el barón de Cuvier declaró que un animal unicorne con la pezuña hendida era imposible, porque un animal de este tipo tendría un hueso frontal dividido y, posiblemente, ningún cuerno podría crecer desde la comisura».

Sin embargo, podemos conjeturar diversos candidatos que nos permitirían comprender por qué, durante siglos, nuestros antepasados creyeron en la existencia real de estos animales.

Sabemos cómo llegó hasta los griegos la descripción del unicornio. «Ctesias –añade Arita– jamás vio a uno de esos seres míticos, y aparentemente oyó sobre los unicornios a través de los relatos de otros viajeros cuando el historiador griego vivía en Persia, sirviendo en la corte de Darío II«.

Si seguimos esta pista, nos llevará hasta uno de esos bajorrelieves en los que una bestia similar a los bóvidos, elre’em, enseña su mejor perfil, con un solo cuerno en su testuz. Hablo, por ejemplo, de la puerta de Ishtar, custodiada en el Pergamon Museum berlinés.

«El rimu (re’em) de los antiguos asirios y babilonios –escribe Herbert Wendt– no era ni rinoceronte ni asno salvaje: era simplemente un toro de gran tamaño, que a veces se representaba de manera que un cuerno tapaba al otro. Los egipcios solían representar de manera parecida, cuerno sobre cuerno, al antílope orix. Los árabes consideraban a este animal como muy peligroso, pero lo domaban y, quizá por motivos religiosos, le deformaban a veces los cuernos. De ahí se ha originado no poca confusión: muchos autores ven en el antílope orix al verdadero unicornio. Pero hoy día sabemos que el culto de este antílope sólo era uno de tantos de entre los que disfrutaban muchos animales y que sólo en época tardía se confundió con la veneración del unicornio. El origen del animal fabuloso, el rimu babilónico y elre’em hebreo es el Bos primigenius, la raza oriental del uro o toro salvaje, que el hombre domesticó durante el neolítico» (El legado de Noé. Historia del descubrimiento de los animales, Editorial Labor, 1963).

«Samuel Bochart –continúa Odell Shepard– dedicó veinte folios de asombrosa erudición a un intento por demostrar que tanto el re’em como el unicornio se derivaban del órix, basándose en la firme creencia (para la que contaba con la autoridad de Aristóteles y de Plinio) en que todos los órices eran unicornes. (Estos son los encantadores resultados de estudiar zoología en las bibliotecas). El profesor Martin Lichtenstein de Berlín, un hombre mucho menos culto pero más familiarizado con los antílopes, apoyó la teoría del órix citando monumentos egipcios» (El unicornio, José J. de Olañeta, 2002).

Entonces… ¿el unicornio era el órix que hoy pasta en nuestros zoológicos? ¿O quizá se trataba del re’em, ese toro persa de un solo cuerno?

«A pesar de todo –escribe Willy Ley–, no creo que Ctesias estuviera influido por los relieves persas. Después de Ctesias, las fuentes más importantes de la leyenda del unicornio apuntan en otra dirección. Estas fuentes son el romano Aeliano, que escribió en griego aunque vivía en Italia, y nuestro amigo el famoso y viejo coronel «gruñón»Plinio el Viejo. Aeliano habla de montañas inaccesibles en el interior de la India y de las bestias extrañas que podían hallarse allí. Entre ellas, dice, «está el unicornio, que ellos llaman cartázonos. Este animal es tan grande como un caballo completamente desarrollado, tiene melena, pelo tostado, pies como el elefante y cola como la cabra. Es extraordinariamente veloz». (…) En realidad, Aeliano estaba tratando solamente de describir el rinoceronte, sus pies pesados, su pequeña cola y sus otras características. El nombre cartázonos es probablemente una corrupción griega del término sánscrito kartajan, señor del desierto, o, mejor, señor de la selva» (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Rinoceronte de Java

Arita y otros autores citan una especie concreta a la hora de buscar el animal que dio origen a la leyenda del unicornio. Me refiero al rinoceronte de la India (Rhinoceros unicornis).

«Una hipótesis más aventurada –señala Arita– involucra una especie de rinoceronte ya extinto, el elasmoterio. (…) Del tamaño del rinoceronte blanco actual, el elasmoterio era considerablemente más esbelto y con las patas más alargadas y elegantes. Asimismo, su cuerno era bastante más largo que el de los rinocerontes actuales, llegando a medir hasta dos metros» («Unicornios al oeste de Java», Ciencias, Universidad Nacional Autómoma de México)

Elasmoterio

Con todo, puestos a defender una explicación plausible, nos quedamos con la que propone Ley. Quizá el unicornio fue un toro al que, por medio de oportunas incisiones, los pastores convertían en una bestia de un solo cuerno.

«De ordinario –afirma Willy Ley–, las antiguas descripciones se ajustaban mejor al rinoceronte que al buey unicorne. Pero al mismo tiempo los autores antiguos eran categóricos al asegurar que el unicornio y el rinoceronte no eran lo mismo. Es divertido, aunque excusable, que después procedieran a describir a uno de ellos en términos que sólo se ajustaban al otro. (…) En resumen, se conoce mejor la historia del unicornio si estamos enterados de la posibilidad de producir bueyes unicornes mediante una simple operación y si recordamos que el cuerno único no es sólo el símbolo del guía del rebaño, sino que realmente hace a tal guía» (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Particularmente seductor a la hora de analizar la figura del unicornio resulta el hecho de que su mitología tenga una base real. Es muy conocida la afición del ser humano a idear leyendas a partir de los vestigios del pasado y también a partir de sus propias lagunas en el campo de la ciencia. Todo esto queda de manifiesto cuando salimos en busca del famoso corcel blanco y de cuerno ensortijado.

«El unicornio –escribe Héctor T. Arita– es tal vez el animal mítico por excelencia. En los bestiarios de la Edad Media se le reconoce como un animal maravilloso con la habilidad suficiente para derrotar en combate a un elefante y capaz de purificar con su único cuerno las aguas contaminadas para volverlas potables para los demás animales».

Quien primero menciona a la criatura, llamándola monoceros, es el griego Ctesias. La descripción de Ctesias nos sitúa en el siglo V, y sitúa en nuestro imaginario un caballo que se oculta en la India, y que luce ese cuerno que permite la curación de toda suerte de males.

Unicornio

A lo largo de la Edad Media, nos encontramos con una fabulosa reliquia: el cuerno de unicornio con el que se tallaban diversos recipientes. Obviamente, el marfil no procedía de la bestia que nos ocupa, sino del cuerno de un hermoso pariente de la ballena y el delfín: el narval (Monodon monoceros).

«Hildegarda de Bingen y Tomás de Cantipré, entre otros –escribe Odell Shepard–, se explayan sobre la habilidad del animal para detectar una virgen a simple vista, y en algunos relatos se nos cuenta que cuando la cazadora no es realmente una virgen, el animal la mata, una intrusión bastante obvia del tema de la prueba de la virginidad. Además, algunos sostenían que la caza era más probable que tuviese éxito si la virgen estaba desnuda; y algunos insistían en que tenía que ser hermosa (…) Las connotaciones del relato de la captura del animal mediante una virgen son en realidad claramente eróticas, y la interpretación cristiana impuesta no armoniza exactamente con la historia sino que parece desviarla a la fuerza del curso natural de su desarrollo» (El unicornio, José J. de Olañeta, 2002)

Por lo demás, el alicornio era un antiveneno, y su poderío fue bien conocido en las boticas medievales.

«Unos cuantos renacentistas italianos –nos dice Willy Ley– fueron los primeros escépticos en atacar las supuestas virtudes medicinales del alicornio. La emprendieron contra todos los farmacéuticos que lo tenían junto al mostrador de su negocio. El boticario estaba muy orgulloso de su alicornio; pero no demasiado, por supuesto, para rehusar una venta provechosa, pues la creencia popular era todavía muy firme. Aun Gesner (como se recordará, era médico municipal de Zurich) no podía menos de prescribirlo si los pacientes insistían. Pero hizo la astuta observación de que en tal caso «no olvidaba ni descuidaba» prescribir simultáneamente otros medicamentos. Se necesitó mucho tiempo para que desapareciera el alicornio de las farmacopeas; la última lista de medicamentos «obligatorios» en las farmacias londinenses que contenía el alicornio se imprimió en 1741″ (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Unicornio

¿Existieron los unicornios?

«En lo que al mundo científico concierne –afirma Willy Ley–, el golpe mortal le fue inferido al unicornio en 1827, cuando el barón de Cuvier declaró que un animal unicorne con la pezuña hendida era imposible, porque un animal de este tipo tendría un hueso frontal dividido y, posiblemente, ningún cuerno podría crecer desde la comisura».

Sin embargo, podemos conjeturar diversos candidatos que nos permitirían comprender por qué, durante siglos, nuestros antepasados creyeron en la existencia real de estos animales.

Sabemos cómo llegó hasta los griegos la descripción del unicornio. «Ctesias –añade Arita– jamás vio a uno de esos seres míticos, y aparentemente oyó sobre los unicornios a través de los relatos de otros viajeros cuando el historiador griego vivía en Persia, sirviendo en la corte de Darío II«.

Si seguimos esta pista, nos llevará hasta uno de esos bajorrelieves en los que una bestia similar a los bóvidos, elre’em, enseña su mejor perfil, con un solo cuerno en su testuz. Hablo, por ejemplo, de la puerta de Ishtar, custodiada en el Pergamon Museum berlinés.

«El rimu (re’em) de los antiguos asirios y babilonios –escribe Herbert Wendt– no era ni rinoceronte ni asno salvaje: era simplemente un toro de gran tamaño, que a veces se representaba de manera que un cuerno tapaba al otro. Los egipcios solían representar de manera parecida, cuerno sobre cuerno, al antílope orix. Los árabes consideraban a este animal como muy peligroso, pero lo domaban y, quizá por motivos religiosos, le deformaban a veces los cuernos. De ahí se ha originado no poca confusión: muchos autores ven en el antílope orix al verdadero unicornio. Pero hoy día sabemos que el culto de este antílope sólo era uno de tantos de entre los que disfrutaban muchos animales y que sólo en época tardía se confundió con la veneración del unicornio. El origen del animal fabuloso, el rimu babilónico y elre’em hebreo es el Bos primigenius, la raza oriental del uro o toro salvaje, que el hombre domesticó durante el neolítico» (El legado de Noé. Historia del descubrimiento de los animales, Editorial Labor, 1963).

«Samuel Bochart –continúa Odell Shepard– dedicó veinte folios de asombrosa erudición a un intento por demostrar que tanto el re’em como el unicornio se derivaban del órix, basándose en la firme creencia (para la que contaba con la autoridad de Aristóteles y de Plinio) en que todos los órices eran unicornes. (Estos son los encantadores resultados de estudiar zoología en las bibliotecas). El profesor Martin Lichtenstein de Berlín, un hombre mucho menos culto pero más familiarizado con los antílopes, apoyó la teoría del órix citando monumentos egipcios» (El unicornio, José J. de Olañeta, 2002).

Entonces… ¿el unicornio era el órix que hoy pasta en nuestros zoológicos? ¿O quizá se trataba del re’em, ese toro persa de un solo cuerno?

«A pesar de todo –escribe Willy Ley–, no creo que Ctesias estuviera influido por los relieves persas. Después de Ctesias, las fuentes más importantes de la leyenda del unicornio apuntan en otra dirección. Estas fuentes son el romano Aeliano, que escribió en griego aunque vivía en Italia, y nuestro amigo el famoso y viejo coronel «gruñón»Plinio el Viejo. Aeliano habla de montañas inaccesibles en el interior de la India y de las bestias extrañas que podían hallarse allí. Entre ellas, dice, «está el unicornio, que ellos llaman cartázonos. Este animal es tan grande como un caballo completamente desarrollado, tiene melena, pelo tostado, pies como el elefante y cola como la cabra. Es extraordinariamente veloz». (…) En realidad, Aeliano estaba tratando solamente de describir el rinoceronte, sus pies pesados, su pequeña cola y sus otras características. El nombre cartázonos es probablemente una corrupción griega del término sánscrito kartajan, señor del desierto, o, mejor, señor de la selva» (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Rinoceronte de Java

Arita y otros autores citan una especie concreta a la hora de buscar el animal que dio origen a la leyenda del unicornio. Me refiero al rinoceronte de la India (Rhinoceros unicornis).

«Una hipótesis más aventurada –señala Arita– involucra una especie de rinoceronte ya extinto, el elasmoterio. (…) Del tamaño del rinoceronte blanco actual, el elasmoterio era considerablemente más esbelto y con las patas más alargadas y elegantes. Asimismo, su cuerno era bastante más largo que el de los rinocerontes actuales, llegando a medir hasta dos metros» («Unicornios al oeste de Java», Ciencias, Universidad Nacional Autómoma de México)

Elasmoterio

Con todo, puestos a defender una explicación plausible, nos quedamos con la que propone Ley. Quizá el unicornio fue un toro al que, por medio de oportunas incisiones, los pastores convertían en una bestia de un solo cuerno.

«De ordinario –afirma Willy Ley–, las antiguas descripciones se ajustaban mejor al rinoceronte que al buey unicorne. Pero al mismo tiempo los autores antiguos eran categóricos al asegurar que el unicornio y el rinoceronte no eran lo mismo. Es divertido, aunque excusable, que después procedieran a describir a uno de ellos en términos que sólo se ajustaban al otro. (…) En resumen, se conoce mejor la historia del unicornio si estamos enterados de la posibilidad de producir bueyes unicornes mediante una simple operación y si recordamos que el cuerno único no es sólo el símbolo del guía del rebaño, sino que realmente hace a tal guía» (El pez pulmonado, el dodo y el unicornio. Una excursión por la zoología fantástica, Espasa-Calpe, 1963).

Los Juegos Olímpicos entre el patriarcado y el elitismo

https://cronicasdeunainquilina.com

Los Juegos Olímpicos han sido elitistas desde sus inicios. ( Llamados Juegos Olímpicos de la Antigüedad desde 776 a. C., hasta 393 d. C)
 También fueron exclusivos para hombres, cosa que ha ido cambiando conforme van pasando los años y más mujeres incursionan en disciplinas que hace 120 (al inicio de los Juegos Olímpicos Modernos) años el mundo jamás hubiera imaginado.
Rompiendo paradigmas el género femenino ha demostrado que no hay nada en el mundo que sea absoluto de un género (salvo parir) como el patriarcado pretende que lo memoricemos.
Derribar las murallas en lo deportivo ha sido un trabajo arduo para las pioneras que tuvieron que enfrentarse a todo tipo de rechazos y humillaciones, para que hoy sean tantas las mujeres que puedan participar y encontrar la realización en algo que a las ancestras les fue negado.
 No olivemos que en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad las mujeres no podían participar siquiera como espectadoras mucho menos como protagonistas.
Sin embargo el trabajo por la equidad de género sigue siendo cuesta arriba, falta mucho para que la sociedad, el sistema y el mundo del deporte eliminen los patrones patriarcales y misóginos para darle espacio a una nueva humanidad: diversa y enriquecida por el respeto. Esto incluye también la participación de la comunidad LGBTI sin que sea insultada y discriminada desde los estereotipos y la misoginia.
Rechazados también en este tipo de competencias fueron los hombres que para el patriarcado mostraban debilidad física y mental. Fueron creados en exclusiva para el hombre con todas las características del macho alfa. Por esa razón era tan importante visibilizar a la mujer cuando las Olimpiadas regresaron a Atenas en el 2004. Quedará para la historia la imagen de aquella mujer vestida de blanco, como anfitriona de los Juegos Olímpicos, enviándole con esto un mensaje claro y directo al mundo patriarcal: la equidad de género nos engrandece como humanidad.
Los Juegos Olímpicos de París, conocidos también como la II Olimpiada, marcaron por primera vez la participación de las mujeres en tenis, golf y croquet (cabe destacar que son deportes elitistas también desde el estatus social, por la exclusividad de los recursos materiales y económicos para practicarlos. Con esto se sobreentiende que las participantes fueron mujeres de un estatus social probablemente burgués, pasarían muchos años para que la mujer de arrabal pudiera participar) hasta la fecha siguen siendo elitistas desde la clase social, no digamos el color de piel, la religión y lo cultural. No podemos engañarnos. Estamos derribando muros pero faltan muchos todavía.
Ubicándonos en Río 2016, hemos visto la forma en que Estados Unidos y sus aliados a través del Comité Olímpico Internacional ha politizado la participación de la delegación rusa, castigando a deportistas privándolos de participar, a consecuencia de las decisiones políticas de Putin. El antidoping es más político que otra cosa, tiene poco que ver con el espíritu del juego limpio.
Los Juegos Olímpicos de Río 2016 han hecho historia en la inauguración, por primera vez una persona transexual escolta a una delegación, tal fue el caso de la modelo Lea T, que pedaleaba un triciclo anunciando a la delegación de Brasil.
Esto gracias a las políticas de inclusión de los gobiernos de Lula y Dilma al hacer realidad el Matrimonio Igualitario y revalidar los Derechos Humanos de la comunidad LGBTI. Ejemplo que deben seguir todos aquellos países con sistemas misóginos. El cambio es necesario y urgente.
Pronto vendrá el tiempo también en el que se caigan las telarañas de la cabeza de la sociedad mundial y sea común ver como protagonistas en justas deportivas de nivel internacional como los Juegos Olímpicos o Mundiales, a personas transexuales, porque tienen todo el derecho del mundo. No se les puede privar en nombre de religiones misóginas, estereotipos y normas patriarcales.
Hemos visto de todo en lo que va los de los Juegos Olímpicos, desde comentaristas deportivos que exigen que las gimnastas usen escotes más pronunciados, hasta titulares de periódicos en Estados Unidos, como el caso del Chicago Tribune, que invisibilizó a la atleta Cory Cogdell quién ganó medalla de bronce en tiro, cuando se refirió a ella como la esposa de un jugador de los Osos de Chicago. “Esposa de jugador de los Osos de Chicago gana medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río”.
La vergüenza mundial tuvo que haber sido ver un equipo de refugiados participando, ¿A dónde hemos llegado como humanidad que tenemos el descaro de aceptar algo así? Con nuestra doble moral los aplaudimos, nos emocionamos, pero dejamos de ver la profundidad del mensaje que es la terrible situación de los refugiados alrededor del mundo, a causa de guerras impuestas por un grupo de políticos que nos manipulan a su antojo.
Lo personal es político, y se ha demostrado una y otra vez. La atleta brasileña Rafaela Silva, primera en ganar Oro para Brasil, nacida y crecida en la favela Ciudad de Dios (ajá, la de la película) pudo practicar deporte gracias a la Bolsa Atleta, proyecto impulsado por Lula. Mujer negra de arrabal que fue insultada y discriminada por su color en Londres 2012, le dio la gloria a Brasil en nombre las favelas que tanto odia Temer y la clase media brasileña. Rafaela tanto como Marta están con Dilma, por supuesto.
También hemos visto la forma en que la policía detiene y encarcela a cualquier persona que dentro de las instalaciones olímpicas donde se llevan a cabo los juegos, se manifieste en contra del gobierno golpista de Temer. Cosa que nunca sucedió con Lula y Dilma, dejaron que el pueblo se manifestara donde quisiera porque es su legítimo derecho.
La tristeza de las imágenes de niños de las favelas viendo la inauguración desde las afueras de la ciudad, porque para ellos no había entrada. Eso es en Brasil y en cualquier lugar del mundo. Los deportes tanto como las artes han sido exclusividad de una clase social y para el hombre blanco y patriarcal. Estamos derribando muros, hacen falta tantos.
Una sociedad que está más entusiasmada por la mención de Vogue a los uniformes de las delegaciones deportivas, que de la misma participación de los atletas y sus circunstancias y limitaciones impuestas por el Comité Olímpico de sus países para estar ahí.
 Tal es el caso del Comité Olímpico Guatemalteco que descontó salario a los atletas, pero eso sí, el personal administrativo con todo pagado y sus viáticos. La injusticia nos restriega en la cara sus andanzas y no hay forma que como sociedad reaccionemos.
La medalla de Oro en Judo que ganó la deportista Majlinda Kelmendi, para Kosovo. Un mensaje político en su totalidad cuando dedicó la medalla a la infancia de su país, que aún con consecuencia de una guerra atroz se atreve a soñar.
 No habrá nunca en la historia medallista de ningún país catalogado como potencia mundial que se le compare.
 La medalla ganada desde el sacrificio y la carencia siempre sabe a gloria, distinto es tener todos los recursos para lograrlo. No nos engañemos en nombre del amor al deporte.
Por eso es tan valiosa la participación de atletas de países en desarrollo porque fueron capaces de ganar plazas contra todo pronóstico.
El solo estar ahí los hace ganadores sin necesidad de podio ni medalla. Eso nos debe recordar como sociedad que debemos elegir gobiernos que inviertan en políticas de desarrollo. En salud, deporte, educación, cultura.
En infraestructura y en crear lazos que ayuden a reconstruir el tejido social de nuestros países fragmentados por el odio de unos cuántos.
El lema de Río 2016, es “un nuevo mundo” y no debemos dejar de lado el cambio climático del que todos tenemos culpa. Un nuevo mundo en integración, identidad, respeto, en sensibilidad. Un nuevo mundo que nos transforme de seres manipulados a partícipes de la realidad política y social de su entorno.
 Los Juegos Olímpicos siempre son el escenario perfecto por su visibilidad mediática, para que como seres políticos por naturaleza, pasemos de la pasividad a la acción. Son la ejemplificación de la magnitud de las mafias mundiales que corroen el deporte y la política. Del patriarcado, la misoginia y la discriminación de género.
 Son mejor exposición cultural que se puede dar en dos semanas de eventos, que si le ponemos atención nos escupe a la cara lo que somos como sociedad.
Lo imprescindible que es tener un sistema de educación que incluya a la actividad física y a las artes como médula espinal para el desarrollo integral de una sociedad sana, que no excluya por ninguna razón.
Y para terminar de lo más hermoso que ha sucedido en los Juegos Olímpicos es la declaración de amor de una voluntaria brasileña a su novia, seleccionada de rugby, para pedirle matrimonio.
Hecho que quedó impreso para la historia de los Juegos Olímpicos en un país que en crisis política debido a un golpe traidor a la democracia, demuestra al mundo que en las políticas de inclusión el amor siempre triunfa. Y eso se lo debe Brasil a Dilma y a Lula, a nadie más.
 Es obligación del pueblo brasileño defender esos logros.
Como ven hay mucho de qué hablar en torno a los Juegos Olímpicos, desde el patriarcado, la religión, la política, la cultura y el mismo deporte. No guardemos silencio, no pretendamos no ver, no tengamos la hipocresía de ignorar la crisis humanitaria de los millones de refugiados alrededor del mundo y se nos llenen los ojos de lágrimas al ver desfilar a 10 de ellos en un evento por demás elitista.
Que la atleta de Kosovo, las que están participando con su hijab puesto, las negras que han sido discriminadas, los atletas de la comunidad LGBTI, los deportistas que están participando desde el arrabal, sean nuestra motivación para crear sistemas incluyentes en nuestros países.
 No por los Juegos Olímpicos ni para que participen en ellos, sino para una vida sana, integral de niños felices que de adultos sean parte de una sociedad transformadora.
Siempre, siempre, el deporte como las artes debe ser político, como todo en la vida.