En su más reciente libro, un reconocido exprofesor de Oxford sugiere una nueva visión del Big Bang y propone una concepción del tiempo distinta a la que conocemos.
La historia del comienzo del universo es bastante conocida, pero, quizás, no ocurrió exactamente como nos la han contado.
Según la teoría del Big Bang, hace 13.800 millones de años un punto más pequeño que un átomo produjo una gran explosión.
A partir de ahí, se creó toda la materia que compone nuestro universo, que aún hoy sigue expandiéndose.
Y también fue justo en ese momento que comenzó a correr el tiempo, que desde entonces también avanza imparable. Tic, toc, tic, toc…
La gran explosión lanzó partículas en todas las direcciones, que luego se fueron agrupando para formar estrellas, planetas y galaxias que viajan por el universo.
El tiempo, sin embargo, parece viajar en una sola dirección, siempre hacia adelante, como una flecha que vuela por el aire.
Pero, ¿por qué si el espacio y la materia se expanden en todas las direcciones, el tiempo solo se mueve hacia adelante?
Un veterano científico teórico desafía esta idea. De hecho, cuestiona la narrativa clásica del Big Bang y propone una nueva concepción del tiempo.
Su nombre es Julian Barbour, un profesor retirado que enseñó física en la Universidad de Oxford, que ha publicado sus investigaciones en las revistas científicas más prestigiosas, y a quien colegas reconocen como alguien con ideas profundas, originales y audaces sobre los asuntos fundamentales del universo.
Barbour es el autor de El punto Jano: una nueva teoría del tiempo, en el que propone un universo de dos caras, con un tiempo que avanza en dos direcciones y al que le augura un final más esperanzador que la muerte fría que algunas teorías le vaticinan a nuestro cosmos.
En BBC Mundo conversamos con Julian Barbour para entender de qué se trata su provocadora idea y cómo nos puede llevar a profundas preguntas sobre nuestra existencia.
Un universo con dos caras
En la mitología de la antigua Roma Jano era el dios de los principios y los finales.
Usualmente se le representaba como un hombre con dos caras mirando en direcciones opuestas.
La figura de Jano ilustra muy bien la idea de Barbour sobre el comienzo del universo.
Su propuesta es que en el Big Bang el tiempo no comenzó a transcurrir en un solo sentido, sino que también pudo comenzar a correr en la dirección exactamente contraria.