Una vez analizados, diferentes puntos de vista, criterios, pruebas arqueológicas, documentación histórica y la información de los videntes más destacados. Actualizaremos en esta conclusión todas las nuevas informaciones investigadas y veremos cómo quedan, con la información recogida hasta el momento, las diferentes etapas de «La Historia Verdadera» que poco a poco vamos desentrañando en el blog.
1ª En la Primera etapa y siguiendo la información aportada por (Helena Petrovna Blavastsky), situaremos en el planeta a diferentes razas terrestres, y visitantes extraterrestres que han dejado sus huellas en La Tierra desde el principio de los tiempos (como pruebas arqueológicas los Oopart)
2º En la segunda etapa nos encontramos con la cultura de los Atlantes. No tenemos información del tiempo en que se originó esta cultura (Según los pleyadianos fue posterior y hace 500.000 años fueron otras razas las que consiguieron una evolución y desarrollo importante), sea como fuere la razón principal para colocarlos aquí es lógica.
Si los Atlantes no hubieran estado antes de la llegada de los Nefilim, estos no hubieran permitido bajo su dominio que ninguna civilización terrestre progresase y se pudiera enfrentar, incluso con éxito a ellos tal y como veremos más adelante.
3º En la tercera etapa 445.000 a C. Los nefilim, liderados por Enki, llegan a la Tierra desde el Duodécimo Planeta. Se funda Eridú -Estación Tierra I- en el sur de Mesopotamia. (Libro de Enki de las tablillas de Barro de Babilonia) (Según los Pleyadiano su llegada habría sido más tarde en torno a 300.000 a. C).
415.000 Enki se traslada tierra adentro y funda Larsa.
400.000 El gran período interglaciar se expande por todo el globo. Enlil llega a la Tierra, funda Nippur como Centro de Control de la Misión. Enki establece rutas marítimas hacia el sur de África y organiza operaciones mineras de extracción de oro.
(Es increíble lo que hemos conseguido nosotros en 2.000 años y lo poco que exploran los anunakis)
· 360.000 Los nefilim fundan Bad-Tibira como centro metalúrgico de fundición y refinado. Se construye Sippar, el espaciopuerto, así como otras ciudades de los dioses.
- 300.000 El motín de los anunnaki. Enki y Ninhursag crean al Hombre -el «Trabajador Primitivo».
- 250.000 El «Homo sapiens primitivo» se multiplica y se propaga por otros continentes.
- 200.000 La vida en la Tierra se retrae durante un nuevo período glacial.
Se establecen en la antigua Sumer. La razón es que La Tierra por entonces estaba helada, y esta es una de las zonas más cálidas posibles. (La línea del Ecuador, en torno a la Tierra tendría temperaturas más cálidas??)
Establecen explotaciones mineras en África en la parte Central (Etiopía),
4ª En la cuarta etapa EVA es creada, nuestro primer antepasado homo sapiens sapiens hace 200.000 (secuenciación de ADN mitocondrial), la creación de EVA se eleva incluso hasta los 300.000 a.C. por parte de otras fuentes; no obstante consideramos las pruebas de ADN como determinantes.
Con respecto a quién crea a EVA, la minuciosidad y calidad de la explicación científica del Libro de Enki con una antigüedad de 6.000 años resulta la más elocuente.
Así pues todos nosotros descenderíamos de un homínido que habitaba en África hace 200.000 años (según los pleyadianos elegido por los seres creadores de la familia de la luz, al que infundieron un ADN DE 14 hebras que los Nefilim alteran dejando sólo dos).Según los Nefilim dan al hombre parte de sí mismos, lo que nos da nuestra conciencia y nos permite progresar y sentir, no obstante la razón de nuestra creación fue trabajar en las minas.
Para ello los humanos se reproducen y habitan en la zona de Influencia Nefilim. Estas zonas de influencia a tenor de los informes y la documentación consultada (El libro de Enki), está muy limitada. Se refiere a la península arábiga como centro y a las minas ubicadas desde Etiopía hasta Tanzania. (Libro de Enki).
- 77.000 Ubartutu/Lámek, un humano de parentesco divino, asume la corona en Shuruppak bajo el patrocinio de Ninhursag.
- 75.000 Comienza la «maldición de la Tierra» -una nueva glaciación. Tipos regresivos de Hombre vagan por la Tierra.
- 49.000 Comienza el reinado de Ziusudra («Noé»), «fiel servidor» de Enki.
- 38.000 El duro período climático de los «siete pasos» empieza a diezmar a la Humanidad. El Hombre de Neanderthal desaparece en Europa; sólo sobrevive el Hombre de CroMagnon (establecido en Oriente Próximo).
Enlil, desencantado con la Humanidad, busca su exterminio.
- 13.000 Los nefilim, al tanto de la inminente inundación que se desencadenará con la aproximación del Duodécimo Planeta, se conjuran para dejar perecer a la Humanidad. El Diluvio arrasa la Tierra, dando fin súbitamente a la glaciación.
Se diría que esta constricción del espacio, sólo podría obedecer a que había una cultura con tecnología equivalente a los Nefilim, que ocuparía el Mediterráneo y el Atlántico así como el Norte y centro de África.
Una cultura que al contactar con los Nefilim entró en Guerra y los combatió. Se han encontrado pisadas humanas de hace 130.000 años (Vasilikis, Grecia central, se ha encontrado una gruta con restos arqueológicos importantes, como una joya de oro) .El oro era utilizado sobre todo por los Nefilim, además los humanos eran de los Nefilim. Los Atlantes no eran humanos.
Después este sitio fue colonizado por Homo Sapiens Neanderthalensis 40.000 a. C. Esto sugiere claramente que los Nefilim dejaron esta zona
Posteriormente en este mismo sitio, que como vemos se encontraría en la frontera entre las dos culturas, es construida la muralla más antigua conocida, 23.000 años a C. Las murallas se construyen no contra el hielo, sino contra un enemigo en una zona fronteriza de conflicto.
Con esa Ubicación la cultura de la que hablamos sólo podría ser La Atlántida. Pero algo cambió y el equilibrio entre las dos culturas se rompió.
5º etapa El Diluvio. En torno al 13.000 10.000 a. C.
En el libro el 12 planeta de por Zecharia Sitchin, queda muy claro como Los Nefilim saben de antemano que una gran catástrofe va a ocurrir.
Los expertos tenían la teoría de que los textos en los que Atra-Hasis es el héroe podían formar parte de una historia anterior del Diluvio, concretamente sumeria. Con el tiempo, se descubrieron las suficientes tablillas babilonias, asirías, cananeas e, incluso, sumerias originales como para permitir un importante reensamblaje de la epopeya de Atra-Hasis, un trabajo maestro cuyos principales artífices fueron W. G. Lambert y A. R. Millard (Atra-Hasis: The Babylonian Story of the Flood).
Tras describir el duro trabajo de los anunnaki, su motín y la subsiguiente creación del Trabajador Primitivo, la epopeya relata cómo comenzó el Hombre a procrear y a multiplicarse (cosa que también sabemos por la versión bíblica). Con el tiempo, la Humanidad empezó a disgustar a Enlil.
La tierra se extendía, la gente se multiplicaba;
en la tierra, como toros salvajes yacían.
El dios se molestó con sus uniones;
el dios Enlil oía sus declaraciones,
y dijo a los grandes dioses:
«Las declaraciones de la Humanidad se han hecho agobiantes;
sus uniones no me dejan dormir».
Entonces, Enlil -una vez más, en el papel de perseguidor de la Humanidad- ordenó un castigo. Ahora, uno esperaría leer algo sobre la llegada del Diluvio, pero no. Sorprendentemente, Enlil no llegaba siquiera a mencionar un Diluvio ni ninguna ordalía acuática similar. En vez de esto, pidió que se diezmara a la Humanidad con la peste y otras enfermedades.
Las versiones acadia y asiria de la epopeya hablan de los «dolores, mareos, resfriados, fiebre», así como de las «enfermedades, plagas y peste» que afligieron a la Humanidad y a su ganado después de la petición de Enlil de un castigo. Pero los planes de Enlil no funcionaron. Resultó que «el que era extremadamente sabio» -Atra-Hasis-era alguien especialmente cercano al dios Enki. Contando su propia historia en algunas de las versiones, dice: «Yo soy Atra-Hasis; vivía en el templo de Ea, mi señor». Con «su mente atenta a su Señor Enki», Atra-Hasis apeló a él para que desmontara el plan de su hermano Enlil:
«Ea, Oh Señor, la Humanidad gime;
la furia de los dioses consume la tierra.
¡Y, sin embargo, tú eres el que nos ha creado!
¡Que cesen los dolores, los mareos,
los resfriados, la fiebre!».
Hasta que no se encontraron más tablillas rotas, no supimos cuál había sido el consejo de Enki. Éste dijo algo de «…que aparezca en la tierra». Fuera lo que fuera, funcionó. Poco después, Enlil se quejó amargamente a los dioses de que «la población no ha disminuido; ¡son más numerosos que antes!».
Entonces, se puso a esbozar el exterminio de la Humanidad a través del hambre. «¡Que se le corten los suministros a la gente; que sus vientres carezcan de frutas y vegetales!» La hambruna tenía que acaecer a través de las fuerzas de la naturaleza, por escasez de lluvia y falta de irrigación.
Que las lluvias del dios de la lluvia se retengan arriba;
abajo, que las aguas no salgan de sus fuentes.
Que el viento sople y reseque el suelo;
que las nubes se espesen, pero que retengan su aguacero.
Incluso las fuentes de alimentación marinas tenían que desaparecer. A Enki se le ordenó que «pasara el cerrojo y atrancara el mar», y que «guardara» sus alimentos lejos de la gente.
La sequía no tardó en difundir la devastación.
Desde arriba, el calor no era…
Abajo, las aguas no surgían de sus fuentes.
La matriz de la Tierra no daba frutos;
la vegetación no crecía…
Los negros campos se hicieron blancos;
la amplia llanura se asfixió con sal.
La hambruna resultante causó estragos entre la gente, y la situación fue empeorando con el paso del tiempo. Los textos mesopotámicos hablan de una devastación creciente a lo largo de seis sha-at-tam’s -un término que algunos traducen como «años», pero que literalmente significa «pasos»-, y, como la versión asiria aclara, «un año de Anu»:
Durante un sha-at-tam ellos comieron la hierba de la tierra.
Durante el segundo sha-at-tam sufrieron la venganza.
El tercer sha-at-tam llegó;
sus rasgos se vieron alterados por el hambre,
sus rostros estaban incrustados…
estaban viviendo al borde de la muerte.
Cuando el cuarto sha-at-tam llegó,
sus rostros parecían verdes;
caminaban encorvados por las calles;
su ancho [¿hombros?] se hizo estrecho.
Para el quinto «paso», la vida humana comenzó a deteriorarse. Las madres cerraban las puertas a sus propias hijas hambrientas. Las hijas espiaban a sus madres para ver si ocultaban comida. Para el sexto «paso», había un canibalismo desenfrenado.
Cuando el sexto sha-at-tam llegó
se preparaban a la hija para la comida;
al hijo se preparaban como alimento…
Una casa devoraba a la otra.
Los textos hablan de la insistente intercesión de Atra-Hasis ante su dios Enki. «En la casa de su dios… puso el pie;… todos los días lloraba, trayendo oblaciones por la mañana… invocaba el nombre de su dios», buscando la ayuda de Enki para detener la hambruna.
Sin embargo, Enki debía sentirse ligado a la decisión de las otras deidades, pues, en un primer momento, no respondió. Es bastante posible que, incluso, se ocultara de su fiel adorador, que dejara el templo y saliera a navegar por sus amados pantanos. «Cuando el pueblo estaba viviendo al filo de la muerte», Atra-Hasis «puso su lecho de cara al río». Pero no hubo respuesta.
La visión de una Humanidad hambrienta y desintegrada, de padres que se comían a sus propios hijos, trajo finalmente lo inevitable: otro enfrentamiento entre Enki y Enlil. En el séptimo «paso», cuando los hombres y las mujeres que quedaban eran «como fantasmas de los muertos», recibieron un mensaje de Enki. «Haced un gran ruido en la tierra», dijo. Enviad heraldos que ordenen a toda la gente: «No veneréis a vuestros dioses, no recéis a vuestras diosas». ¡Que haya desobediencia total!
Bajo la tapadera de este alboroto, Enki planeaba una acción más concreta. Los textos, bastante fragmentados en este punto, desvelan que Enki convocó una asamblea secreta de «ancianos» en su templo. «Ellos entraron… tomaron consejo en la Casa de Enki». En primer lugar, Enki se exoneró contándoles lo mucho que se había opuesto a los actos de los demás dioses. Después, esbozó un plan de acción que, de algún modo, tenía que ver con su mando sobre los mares y el Mundo Inferior.
Podemos recoger los detalles clandestinos del plan a partir de unos versículos fragmentarios: «Por la noche… después de que él…» alguien tenía que estar «a la orilla del río» a determinada hora, quizás para esperar el regreso de Enki desde el Mundo Inferior. De allí, Enki «trajo a los guerreros del agua» -quizás también algunos de los terrestres que eran Trabajadores Primitivos en las minas. En el momento acordado, se cursaron las órdenes: «¡Vamos!… la orden…»
A pesar de todas las líneas que se han perdido, podemos suponer lo que sucedió a partir de la reacción de Enlil. «Estaba lleno de ira». Convocó la Asamblea de Dioses y envió a su alguacil para que trajera a Enki. Después, se levantó y acusó a su hermano de romper los planes de vigilancia y contención:
Todos nosotros, Grandes Anunnaki,
llegamos juntos a una decisión…
Ordené que, en el Pájaro del Cielo,
Adad vigilaría las regiones superiores;
que Sin y Nergal vigilarían
las regiones medias de la Tierra;
que el cerrojo, la barrera del mar,
tú [Enki] vigilarías con tus cohetes.
¡Pero tú has dejado pasar provisiones para la gente!
Enlil acusó a su hermano de romper el «cerrojo del mar». Pero Enki negó que aquello hubiera ocurrido con su consentimiento:
El cerrojo, la barrera del mar,
guardé con mis cohetes.
[Pero] cuando… escapó de mí…
una miríada de pescado… desapareció;
ellos rompieron el cerrojo…
ellos mataron a los guardianes del mar.
Enki afirmó que había capturado a los culpables y que los había castigado, pero Enlil no se dio por satisfecho. Pidió que Enki «dejara de alimentar a su gente», que ya no suministrara «raciones de cereales con las que la gente rebosa de salud». La reacción de Enki fue asombrosa:
El dios se hartó de la sesión;
en la Asamblea de los Dioses,
la risa le venció.
Podemos imaginarnos el pandemónium que se organizó. Enlil estaba furioso. Hubo acalorados intercambios con Enki y gritos. «¡No deja de calumniar!» Cuando la Asamblea recuperó por fin el orden, Enlil recuperó la palabra de nuevo. Les recordó a sus colegas y subordinados que había sido una decisión unánime. Hizo un repaso de los acontecimientos que habían llevado a la creación del Trabajador Primitivo, y recordó las muchas veces que Enki había «roto la norma».
Pero, dijo, aún había una posibilidad para condenar a la Humanidad. Una «inundación exterminadora» estaba al caer. La catástrofe que se avecinaba debía mantenerse en secreto, a resguardo del pueblo. Pidió a los miembros de la Asamblea que se comprometieran a guardar el secreto y, lo que es más importante, que «el príncipe Enki se comprometa con un juramento».
Abandonan la Tierra dejando al hombre a su suerte (A Noé Enki le da instrucciones para fabricar un arca y salvarse.)
Así pues vemos como los Nefilim provocan parte de los desastres que anteceden al diluvio con el fin de exterminar al hombre.
Sería lógico pensar que los Nefilim también provocaron el Diluvio, mediante la detonación de varias bombas nucleares en lugares estratégicos (Fundiendo enormes glaciares que estaban empezando a deshacerse).Es preciso acordarse de los cristales verdes (indicio de prueba nuclear), encontrados en diferentes zonas del planeta.
Perforando las cubiertas de hielo del Ártico y el Antártico, los científicos han podido medir el oxígeno atrapado en las distintas capas y han podido valorar, a partir de ello, el clima que ha imperado en los últimos milenios. Las muestras recogidas del fondo de los mares, como, por ejemplo, las recogidas en el Golfo de México, en las que se mide la proliferación o la disminución de vida marina, les permite estimar también las temperaturas de las distintas épocas del pasado.
Basándose en estos descubrimientos, los científicos aseguran ahora que el último período glacial comenzó hace unos 75.000 años y experimentó un minicalentamiento hace unos 40.000 años. Hace alrededor de 38.000 años, sobrevino un período más duro, más frío y seco. Y después, hace unos 13.000 años, el período glacial terminó abruptamente, dando entrada a nuestro actual clima suave. (Terminó abruptamente, no naturalmente como cabría)
De esta forma Los Nefilim dieron un golpe mortal a la civilización Atlante.
Sólo así se explica que necesitasen huir en sus naves para escapar de las nubes radiactivas y los efectos de las explosiones en cadena. (Todas las grandes exterminaciones de la tierra han sesgado al 95 o 70% de la vida que existía en cada una. Sin embargo La exterminación del Holoceno apenas acabó con los grandes mamíferos. Un tanto por ciento insignificante en comparación con las otras. La causa es que las otras fueron naturales pero esta fue provocada)
6ª Etapa. Los focos de civilización.
Tres son los focos de civilización que se establecen después del Diluvio:
6.1 Egipto.- Aquí nos encontramos con una paradoja.
Hay diferentes teorías para explicar las pirámides de Egipto:
a) Sitchin es uno de los seguidores más famosos de la teoría Nefilim
Después de ser concedido el conocimiento de la agricultura, «Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña»; es decir, se convirtió en el primer labrador postdiluviano que se involucró en la deliberada y complicada labor agrícola.
Los textos sumerios también atribuyen a los dioses la concesión de la agricultura y de la domesticación de animales a la Humanidad.
Siguiendo el rastro de los comienzos de la agricultura, los expertos modernos han descubierto que ésta apareció en Oriente Próximo, pero no en los fértiles llanos y valles de fácil cultivo, sino en las montañas que bordean en semicírculo las llanuras bajas. ¿Por qué aquellos primitivos agricultores evitaron los llanos y limitaron sus labores a los difíciles terrenos montañosos?
La única respuesta plausible es que las tierras bajas eran, en el momento en el que comenzó la agricultura, inhabitables. Hace 13.000 años, después del Diluvio, las zonas bajas aún no estaban suficientemente secas. Pasaron milenios antes de que llanos y valles se secaran lo suficiente como para permitir que la gente bajara de las montañas que rodean Mesopotamia y se establecieran en las llanuras. Y esto es, ciertamente, lo que nos cuenta el Libro del Génesis: muchas generaciones después del Diluvio, la gente llegó «desde oriente» -desde las zonas montañosas al este de Mesopotamia- «hallaron una vega en el país de Senaar [Sumer] y allí se establecieron».
Los textos sumerios dicen que Enlil fue el primero en sembrar cereales «en los terrenos de las colinas» -en las montañas, no en los llanos- y que hizo posible el cultivo en las montañas manteniendo a distancia las aguas de la inundación. «Él cerró el paso a las montañas como con una puerta». El nombre de esta tierra montañosa al oriente de Sumer, E.LAM, significaba «casa donde germinó la vegetación». Después, dos de los ayudantes de Enlil, los dioses Ninazu y Ninmada, extendieron el cultivo de cereales a las llanuras para que, con el tiempo, «Sumer, el país que no conocía el grano, conociera el grano».
Los expertos, que han dejado establecido que la agricultura comenzó con la domesticación de una variedad silvestre de trigo -el Triticum dicoccum- como origen del trigo y la cebada, no pueden explicar cómo puede ser que los cereales más antiguos (como aquellos encontrados en cueva de Shanidar) fueran ya uniformes y estuvieran altamente especializados. Se necesitan miles de generaciones de selección genética a través de la naturaleza para conseguir siquiera un modesto grado de sofisticación. Sin embargo, el período, el tiempo o el lugar en el cual pudo tener lugar un proceso tan gradual y prolongado no se encuentra por ninguna parte en la Tierra. No existe explicación para este milagro botánico-genético, a menos que el proceso no fuera de selección natural, sino de manipulación artificial.
En la escanda, una clase de trigo de grano duro, hay un misterio aun mayor, pues resulta ser el producto de «una mezcla inusual de genes botánicos», no del desarrollo de una fuente genética ni de la mutación de una fuente. Es, con toda seguridad, el resultado de la mezcla de genes de varias plantas. Y, por otra parte, también resulta cuestionable la idea de que el Hombre, en unos cuantos miles de años, pudiera transformar a los animales a través de la domesticación.
Los expertos no tienen respuestas para estos misterios, ni tampoco para la pregunta general de por qué el semicírculo montañoso de Oriente Próximo se convirtió en una fuente constante de nuevas variedades de cereales, plantas, árboles, frutas, verduras y animales domesticados.
Los sumerios conocían la respuesta. Ellos decían que las semillas fueron un regalo de Anu a la Tierra desde su Morada Celeste. El trigo, la cebada y el cáñamo bajaron a la Tierra desde el Duodécimo planeta. La agricultura y la domesticación de animales fueron regalos que Enlil y Enki, respectivamente, hicieron a la Humanidad.
No sólo la presencia de los nefilim, sino también las llegadas •periódicas del Duodécimo Planeta parecen encontrarse detrás de las tres fases cruciales de la civilización postdiluviana del Hombre:
b) La teoría de Orión.
Bauval, Hancock y Gilbert son los fundadores de la teoría de Orión, la cual publicaron en el libro «El misterio de Orión». Su tesis central es que el lugar y disposición de la construcción de las pirámides de Giza no fue casual, sino que están alineadas según la constelación de Orión y que los ejes de la Gran Pirámide apuntan directamente a Orión.
De acuerdo con el mapa celeste que se veía desde Giza hace unos 10.000 años, el canal norte de la Cámara de la Reina de la Gran Pirámide apuntaba entonces hacia Beta, en la Osa Menor, estrella asociada por la religión egipcia a la inmortalidad del alma, mientras que el canal sur apuntaba a la brillante estrella Sirio, identificada con la diosa Isis. Mientras que, desde la Cámara del Rey, el canal norte apuntaba hacia Alfa Dragón, asociada a la fecundidad y la gestación cósmica, y el canal sur a Zeta Orión, asociada a Osiris, dios de la resurección y legendario fundador de la civilización del Valle del Nilo.
Sólo hay una fecha en la que todos estos datos encajan: el 10.500 a.C., es decir seis mil años antes de la fecha que suele proponerse para la construcción de la Pirámides.
«Habían construido las pirámides como una réplica exacta del lugar de destino final del Rey. Lejos de ser una tumba, la pirámide era el punto de inicio del viaje de vuelta a las estrellas de donde él procede».
De acuerdo con esta teoría, las pirámides pequeñas no son tumbas tampoco, sino que se corresponden con estrellas: «La existencia de tres pequeñas pirámides cerca de la Tercera Pirámide, como las tres perlas del Cinturón de Orión cerca de Betelgeuse; […] la existencia de pequeñas estructuras cerca de la Gran Pirámide Dorada, como las muchas estrellas de la Vía Láctea en la vecindad de Vela X.
Bauval y Gilbert se preguntan en su libro porqué en sucesivas construcciones de pirámides de sucesivos faraones no se ha superado la técnica y el tamaño como hubiera sido de esperar, sino que Kefrén y Micerinos construyeron sus respectivas pirámides cada vez más pequeñas.
Bauval se dió cuenta de que la tercera estrella del «Cinturón de Orión», es más débil que las dos anteriores y que se separa un poco de la linea recta. La conexión estaba hecha. Estudiando los llamados Textos de las Pirámides, Bauval descubrió, además, que para los antiguos egipcios Orión era el equivalente celestial del dios Osiris, y su «cinturón» era lo que los egipcios llamaban el Duat, una especie de «puerta» por la que el alma del faraón debía pasar para llegar al Amenti, al más allá.
En esta fotografía aérea se puede apreciar la correlación del tamaño de las pirámides con el brillo de las estrellas, así como la aliniación.
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c) Una temprana pero desaparecida civilización.
Tom Smith presenta evidencias que sustentan la teoría que las pirámides tienen al menos 5.000 años de antigüedad. Él no descarta la edad de 11.000 años.
«En mi opinión, los constructores fueron parte de una temprana civilización humana que desapareció hace unos 6.000 años y las pirámides de Giza y la Esfinge son sus únicas reliquias que sobreviven del final de ésta civilización cuando Menes unió el Bajo Egipto con el Alto Egipto.»
Edgar Cayce estaba convencido de que la edad real de la pirámide es de 10.000 años. Creó una nueva teoría en la cual los Atlantis (pertenecientes a la Atlántida) tenían un rol central. Edgar Cayce, un famoso visionario y profeta que determinó con sus poderes psíquicos que la Gran Pirámide fue construida por un equipo de egipcios y atlantes. Los Atlantes ayudaron levantando las piedras durante su construcción y grabaron la historia completa de la humanidad -pasado y futuro- dentro de la pirámide.
De entre las opciones planteadas hay dos que se relacionan. Estamos hablando de Los Nefilim y Los Atlantes. En “La Historia verdadera” en este post, vimos como los Atlantes tenían una cultura muy avanzada y fueron capaces de frenar a los Nefilim (Eso explicaría el poco expansionismo de estos en el planeta).
Sin embargo Los Atlantes no crearon a los Humanos, sobre eso no hay ningún indicio. Todo hace suponer que la raza humana estaba en poder de los Nefilim. Egipto era un asentamiento de humanos gobernado en este tiempo por Los Nefilim.
Según El papiro de Turín, Egipto fue gobernado
del 20.000 al 10.000 a C. por Dioses. (Nefilim).
Del 10.000 al 3.100 Por semidioses y dioses ( Los Nefilim se van por el diluvio y crean a semidioses de intermediarios, Libro Los reinos perdidos de Zecharia Sitchin).
A partir del 3.100 Egipto es gobernado por Faraones humanos.
Los Atlantes se refugiaron en América, algo lógico teniendo en cuenta que era una parte del planeta donde los Nefilim no habían llegado. Los Atlantes no pudieron hace 20.000 años estar en Egipto porque esa parte hemos visto que era de dominio Nefilim.
Sólo se podría explicar su presencia en Egipto antes del Diluvio, si pensamos que la Tecnología Atlante fue capaz de conquistar territorios a los Nefilim, (Egipto), que allí tomaron el poder de los humanos y construyeron las pirámides. Si Hubiera sido así la similitud de las pirámides de Sudamérica con las de Egipto sería más relevante.
Así pues y a tenor de los datos. Creemos que la Teoría de Los Atlantes no puede ser válida, además se sustenta con pocas evidencias.
Con respecto a la teoría de Orión,
si hacemos caso del libro “Nuestros Lazos Extraterrestres”
libro publicado por Ricardo González en agosto de 2005.
Los deportados de Orión
Las siguientes líneas, aunque difíciles de digerir, son indispensables para comprender por qué se habría desencadenado la “guerra de los dioses”.
Una de las civilizaciones extraterrestres más poderosas se encuentra diseminada en lo que llamamos Orión, la constelación del “cazador” en la mitología griega. De acuerdo a nuestra experiencia de contacto, en Orión se produjo una batalla estelar encabezada por un ser denominado Satanael. Aquella entidad, cuyo nombre se asemeja sospechosamente al “Satán” bíblico – nombre hebreo que significa “el adversario” – dirigió una rebelión que propugnaba un cambio en la dinámica del Plan Cósmico.
Satanael no estaba de acuerdo en que la humanidad sea la civilización que debía “salvar a las otras” a través de un proyecto que no había tenido en cuenta a las propias civilizaciones de Orión. La insurrección de Satanael – y he aquí la pieza clave de aquel drama cósmico – en realidad no había germinado en Orión.
Era una postura generada por otra entidad, no extraterrestre, sino procedente del mismísimo Universo Mental. Los seres que viven allí son de energía pura, y actúan como co-creadores en el Universo Material. Por tanto nos hallamos ante un ser poderoso e impensable. Un Helell o “resplandeciente”.
Fue en el Universo Mental donde se delineó los pasos del Plan Cósmico. Según sabemos, ello se dio a través de un “Concilio de los Helell”. No obstante, una de las entidades no estuvo de acuerdo en que el proyecto sea aplicado a una nueva humanidad, proponiendo que sean las civilizaciones extraterrestres ya existentes – como la de Orión – las depositarias de los cambios para corregir el estancamiento evolutivo en que el Universo Material se hallaba sumido.
Pero las cosas no se podían hacer así. Introducir cambios tan gravitantes en las antiguas civilizaciones extraterrestres resultaba peligroso; todas ellas habían venido experimentando un orden mental, un patrón heredado de los propio Helell, y cambiar drásticamente de enfoque podría generar el colapso. Se tenía que empezar de cero.
Empezar con una nueva humanidad en donde se puedan medir, gradualmente, los cambios, y en consecuencia las respuestas que brindaría este proyecto para todo el Universo.
Lug – uno de los más poderosos Helell del Universo Mental – al ver que el proyecto se desarrolla ajeno a sus expectativas, empezará a influir en los más poderosos seres del Universo Material para boicotear la ejecución del Plan Cósmico. Lug recuerda inevitablemente a “Lucifer”, palabra de origen latín que significa “el que porta la luz”. Por tanto, Lucifer y Satán son dos entidades diferentes. El primero un ser ultraterrestre – como los ángeles – y el segundo un ser extraterrestre de Orión.
Satanael, por alguna razón desconocida, se había convertido en el leal seguidor de la postura de Lug. Por ello su insurrección en Orión.
Una batalla cósmica había estallado en aquellas lejanas estrellas. Empero, la Confederación de Mundos de la Galaxia logró controlar la disidencia, atrapando a Satanael y a sus principales guerreros. Posteriormente, todos ellos serían enviados a la Tierra en calidad de deportados. ¿Por qué? Su presencia en nuestro mundo procuraba que ayudasen a la humanidad, identificándose de una vez con el propósito superior del Plan Cósmico y resarciendo así el error cometido en Orión.
De allí en más, el relato de los Guías extraterrestres menciona que los oriones deportados envejecieron prematuramente en la Tierra, quizá por las condiciones diferentes de nuestro planeta – en sus mundos pueden vivir cientos o miles de años—; al perder la corporeidad, sus esencias o espíritus debían volver a Orión, a su lugar de origen.
Sin embargo, un grupo de Guardianes y Vigilantes (the Watchers) extraterrestres sembraron en el planeta unos poderosos cristales verdes brillantes – de aspecto piramidal – para retener en nuestro mundo a los espíritus de los oriones deportados, como si la Tierra fuese un planeta-prisión. Quedarían aquí, hasta el final de los tiempos.
Una historia muy similar a la de “los ángeles caídos”, que menciona más de una religión.
Desde luego, aquellos seres “atrapados” en nuestro mundo han intentado liberarse. Tarea nada sencilla ya que para poder escapar de su “prisión”, los espíritus de Orión necesitan tomar un cuerpo físico. Y no puede ser cualquier cuerpo.
Por ello sedujeron, con un poder asombroso como maligno, a un grupo de Vigilantes extraterrestres de las Pléyades, para que se unieran a las hijas de los hombres y engendraran hijos mestizos, ideales como “envase” a tomar para luego fugar del planeta. Todo esto explica el insólito episodio que menciona el Libro de Enoch.
Los hijos mestizos serían trasladados por los Vigilantes a un grupo de islas, en el océano Atlántico, dando con ello inicio a lo que sería más tarde el reino fabuloso de Atlántida. Un reino que, penosamente, no encontró el equilibrio necesario entre la ciencia que adquirió y su improvisada aparición. Fueron poderosos, pero sus guerras y ambición – en gran medida una influencia de los oriones atrapados – generarían su propia destrucción al atraer un desastre cósmico.
Hace 12.500 años esa civilización mestiza se hundió en las aguas.
Más tarde, los denodados esfuerzos de la Confederación de Mundos procuraron que no se perdiera el rumbo del proyecto en la Tierra, alentando la inserción de conocimientos para la formación de nuevas culturas post-diluvianas (o más bien, post-Atlántida). Consecuencia de este nuevo acercamiento de instructores extraterrestres – y también de algunos sabios supervivientes del desastre atlante – nació Sumeria, Egipto, India y otras grandes culturas.
El avance fue significativo. Sin embargo, los hombres de aquel entonces crearon peligrosos lazos de dependencia con los visitantes.
Finalmente, aquellos “dioses” – los instructores extraterrestres – resolvieron marcharse, hasta que la humanidad creciera lo suficiente como para comprender. Detrás de su partida nos dejaron leyendas y singulares representaciones rupestres, desconcertantes escritos religiosos, símbolos e ideogramas misteriosos, anomalías arqueológicas, entre otras piezas de este gran rompecabezas que la ciencia actual ha tildado en llamar “curiosidades” del pasado.
Y no les culpo. Esta información – ya lo he dicho, reconozco que roza un relato moderno de ciencia-ficción – es difícil de aceptar. Tendríamos que reconstruir todo lo que hemos llamado “historia”.
No nos quedaría otra alternativa que reflexionar hasta qué punto algunas religiones – muchas de ellas – puedan haber surgido del contacto con estos seres, o por lo menos, que los conocían y que ellos formaban parte importante de nuestro propio proceso como criaturas humanas.
Aceptar que estuvieron aquí antes que nosotros bajo un propósito, es inquietante. Y ese es el punto: la misión que pesa sobre la humanidad.
Los “dioses” se marcharon. Pero prometieron volver.
Nada de Nefilim, La confederación de mundos gobierna el Universo, crearon a los Atlantes, luego a los egipcios y sumerios y se fueron hasta que crezcamos. Si se fueron ¿por qué seguimos viendo todos los días ovnis?.
No hay mucho que decir. Por una parte está la constatación de una teoría que cuadra a la perfección con una fecha. Por otra, tenemos sólo incógnitas.
Claro que esto ya ha ocurrido antes, recordemos Sirio A y B y los dogones o La Cueva de Los Tayos, son sólo dos ejemplos donde se prueba que otras culturas extraterrestres establecieron contacto con el hombre en una zona determinada y luego desaparecieron.
Con los datos actuales, no podríamos descartar ninguna de las 2 teorías Orión y Nefilim. Las pirámides de los Nefilim (los zigurat), no se parecen demasiado a las egipcias, por otra parte la hipótesis Nefilim tiene una continuidad y se basa en documentos escritos.