Archivo por días: septiembre 16, 2010

Ciudades perdidas de Jarapa y Mohenjo-Daro, un homenaje a Dr. Jiménez del Oso

Hoy deseo realizar un homenaje a un hombre que consiguió que toda una generación comenzase a plantearse las cosas.

Un hombre que aparecería en la Televisión todas las semanas, en los tiempos en que los contenidos esotéricos no estaban prohibidos. A una hora estelar, las 10 de la Noche, el Profesor Jiménez del Oso, nos abría los ojos ingenuos, a las verdades de una historia no oficial.


Su voz, tranquila, sosegante, su capacidad de narración, transmitía como en los tiempos anteriores a la TV, un cuento, un mito, una leyenda, que nos trasportaba a otra realidad, pero que nos ilustraba sobre nuestra existencia.


Voy a recordar hoy una historia sobre una civilización del valle del Indo que volverá a cuestionar la teoría de los Nefilim como nuestros creadores.

Empecemos por un mito, un animal del que todos hemos oído hablar el unicornio.


Se diría que es el ejemplo perfecto, de lo que sabemos que no existe y que es fruto de la imaginación humana.

Sin embargo.


Cuando los ingleses quisieron construir en Afganistán líneas férreas para trasportar las inmensas riquezas de este país, no se les ocurrió otra cosa que utilizar antiguas piedras.

Gracias a esto, durante cientos de kilómetros, las líneas ferroviarias son sostenidas por los restos de una ciudad legendaria Jarapa.


Afortunadamente los restos de esta civilización estaban diseminados a través de 400 ciudades en el valle del Indo, otra de las ciudades de esta civilización de hace más de 5.500 años es y Mohenjo-Daro.


Son ciudades con conducciones de aguas, con hileras de edificios y calles estudiadas para refrescar con sus corrientes a los habitantes.

Las casas tenían agua corriente y baño. En la ciudad había grandes graneros y piscinas públicas.

Pero lo más sorprendente de estas ciudades era lo que no tenían. No tenían Palacios, ni templos ni grandes estatuas de dioses a los que adorar.


Es evidente que no eran ciudades de los Nefilim. El valle del Indo fue conquistado por ellos mucho después de la existencia de esta civilización. Hacia el 2900 A. C.

¿De dónde salieron entonces los hombres que forjaron estas ciudades?.


Esta civilización perdida desapareció en torno a 3.800 a. C.. Sus habitantes emprendieron un éxodo hacía Pakistán. Allí vendieron sus joyas elaboradas con piedras semipreciosas y sus manifestaciones artísticas, que se pueden observar en los Museos de Pakistán.

Parece ser que los culpables del éxodo fueron los pueblos arios.

¿Pero quiénes eran esta gentes?, ¿de dónde venían?.

Entre los múltiples objetos que podemos observar en los museos, destacan por su número, más de 2200 sellos realizados en estradita.


En estos sellos se puede apreciar una escritura muy extraña. Aún no ha sido descifrada. Esta escritura tiene sin embargo una similitud increíble, con otra en otro lugar muy lejano.


La isla de Pascua. Sus pobladores conservan unas tablillas, muy escasas, con un tipo de escritura con caracteres idénticos, a los de la ciudad del Valle del Indo. Cientos de miles de kilómetros. Separan estas tablillas.

En la isla de pascua los pobladores no pudieron desarrollar una escritura propia. Sus leyendas cuentan como un día una nave con gente extraña llegó a la isla.

Venían de una isla muy grande que se había hundido después de un cataclismo, eran los últimos supervivientes. Ellos enseñaron la escritura a los habitantes de Pascua.

Pero, sigamos con nuestro tema. Se acuerdan. El Unicornio

En los sellos encontrados en Afganistán, hay dibujados muchos animales, todos reconocibles ya que la exactitud de los dibujos no arroja dudas sobre el animal.

Bueno pues, en esos sellos aparece el Unicornio. El número de veces que se dibuja es muy alto por lo que parece ser era un animal muy valorado, quizás en peligro de extinción, quizás un animal de un continente que se hundió tras un cataclismo y desapareció. Pero su memoria ha pervivido a nuestros días, y su imagen ha ilustrado los cuentos y narraciones de nuestros días.


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LOS REFAITAS

Hemos Visto en los post anteriores DÉCIMO PRIMERA CONCLUSIÓN 5ª parte como nuestro propósito principal era seguir la pista a los dioses y patriarcas del antiguo Testamento en su camino a la Tierra prometida.
Analizamos la naturaleza especial de los LOS PATRIARCAS, SEMI DIOSES DEL PERÍODO ANTEDILUVIANO.
Pero ¿Por qué había que ir a una Tierra prometida?, Hemos visto como Yahvé era un Nefilim (un señor de la guerra), que a imitación de nuestra edad media. Toma Un pueblo El de Israel, y lo saca de la influencia del foco de Egipto.
Seguramente, las leyes para los señores Nefilim, incluían en esta época un respeto a los focos culturales (Mesopotamia, Valle del Indo, China, y Egipto ), ya que eran los seres humanos los que ya gobernaban en los focos.
Los Nefilim se comunicaban a través de los gobernantes y adquirieron el grado de dioses a los que había que adorar.
Sin embargo al comienzo del Éxodo, hay un periodo de caos en Egipto, el cambio de los polos magnéticos, la invasion de los Hiksos, desastres naturales. La capacidad de reación militar del foco estaba mermada en una tierra que no tenía un dueño claro, entre las diferentes influencias de los dioses y semidioses.
Pero ¿Qué había en la Tierra donde se lleva al pueblo de Israel?, ciertamente no era un territorio cualquiera. Era un territorio muy bien guardado por una raza no humana. Los Refaitas.
¿Quiénes eran los Refaitas?.
Para contestar a esta pregunta miraremos el libro “La Historia del pasado reptiliano de la humanidad” de R.A. Boulay.

LOS REFAÍTAS: DIOSES GUERREROS DE LAS TIERRAS OCCIDENTALES «Los descendientes de la alianza entre los ángeles y las mujeres Cananitas fueron los
Gigantes, conocidos por su fuerza y su maldad. Ellos tienen muchos nombres;
algunas veces conocidos como Rephaim.»
El Haggadah

Después del diluvio una raza de guerreros semi-divinos habitó las tierras del Levant. Llamados los Refaítas o Rephaim, se instalaron al parecer como los defensores de las tierras occidentales y las instalaciones espaciales al principio del Tercer Milenio AC. En este tiempo debieron su lealtad a los reyes de Mesopotamia, especialmente a Nannar-Sin que era el legítimo Jefe Supremo de estas tierras.

Cuando sus ciudades en Transjordania y en otras partes fueron destruidas por los reyes del este que invadieron en el siglo 21 AC., los Refaítas perdieron toda lealtad a la legítima autoridad y se convirtieron en una fuerza marcial independiente en las tierras occidentales. Entonces se convirtieron en una fuerza formidable e incontrolable que dominó y plagó a la gente de estas tierras por los siguientes mil años.

Fueron los Refaítas los que construyeron impenetrables fortificaciones cuyas ruinas se encuentran en todas partes sobre el Levant desde Egipto hasta Anatolia. Sus descendientes, llamados los Hiksos, ocuparon Egipto por más de cuatro cientos años y bajo el nombre bíblico de Amalecitas, evitaron a las tribus hebreas bajo las órdenes de Moisés de entrar en las tierras de Canaán.

[Comentario: El revisionismo histórico de la Escuela Velikovskiana también compara los Hiksos con los Amalecitas, pero los historiadores tradicionales ponen estos dos acontecimientos 600 años aparte. Éste es un interesante «Lapsus Lingüístico» por decirlo así, el Sr. Boulay agrega más credibilidad a su teoría entera, porque no hay nada intrínsecamente contradictorio entre esta información y el panorama Velikovskiano. El Dr. Velikovsky indica que los Hiksos eran la misma gente como los últimos caldeos, o asirio-babilonios, todos vinieron de Mesopotamia en primer lugar. RS]

Bajo varios nombres regionales tales como Enacitas y Filisteos, controlaron las tierras establecidas por las tribus hebreas por el período conocido como el de Los Jueces. Como fuerza política y militar, los esfuerzos combinados de los reyes judíos Saúl y David finalmente los destruyeron, conjuntamente con Kamose y Ahmose, los primeros reyes de la 18 Dinastía egipcia. La historia de los Refaítas está, como veremos, entretejida con el destino de los hebreos desde los días de Abraham hasta los de Salomón.

[Comentario: El Dr. Velikovsky también sincroniza el principio de la 18 Dinastía egipcia con el período de Saúl y David. La reina Hatshepsut se convirtió en la reina de Sheba; las tierras de Punt, en las tierras de Israel. También, el gigante Goliat era un filisteo. Goliat era obviamente un híbrido Refaítas. RS]

LOS DIOSES GUERREROS: LOS REFAÍTAS O REPHAIM

En 1,929, arqueólogos que excavaban en Ras Shamra en la costa de Siria a algunas millas al norte de la ciudad moderna de Latakia encontraron una biblioteca de las tablillas de arcilla que databan entre los siglos 15 y 12 AC. Este sitio resultó ser la localización de la antigua ciudad de Ugarit, una principal parada comercial en la ruta comercial de Mesopotamia al norte del mediterráneo.

[Comentario: El Dr. Velikovsky también basó mucho de su revisionismo histórico en las tablillas de Ras Shamra. Para poner esto en una cierta clase de marco del tiempo, el Éxodo Hiksos, el Cataclismo y la Invasión Santorini ocurrió en 1,600 AC. Agregue a eso, 2,700 años por una fecha de 4,300 AC, el principio de nuestra historia registrada cuando el planeta Nibiru salió de la órbita terrestre. Su vuelta en 1,600 AC generó estos acontecimientos cataclísmicos.

Los «Gigantes» que vivían en el Medio Oriente entre el 4,300 y 1,600 AC habrían sido los sobrevivientes del anterior perihelio de Nibiru. El período de los jueces correspondería a los años 1,500 y 1,100 AC, y por el año 1,000 AC; el Rey Salomón estaba en el trono de Israel. Cerca de 300 años más adelante, el planeta Nibiru hizo una vez más su entrada en la órbita terrestre. RS]

Nota del Traductor.– Perihelio. Punto de la órbita de un planeta en el que éste se halla más cerca del sol.

Varias de estas tablillas se refieren a una gente enigmática llamada los «rpum.» Estas tablillas se han llamado los Textos de los Refaítas debido a la analogía cercana con el término hebreo «rpm» o Refaítas.

Las tablillas se refieren a un emplazamiento para atender un gran banquete que es dado en un lugar no especificado para honrar su gran dios principal El. Descrito como los Refaítas preparan sus caballos y carruajes y después de viajar por dos días, llegan el día siguiente al sitio del banquete.

Una gran cantidad de animales son asesinados para el banquete, y vastas cantidades de vino son suministradas. Este banquete dura siete días. En estas tablillas, se refieren a los héroes como los «Refaítas de Baal», pero solamente ellos mismos también son considerados ser deidades puesto que de vez en cuando son llamados «Ilnym» o dioses.

El conocido erudito bíblico Adrian Curtis en su libro Ugarit (Ras Shamra) ha sugerido que estos Refaítas de las tablillas de Ugarit deberían ser distinguidos en tres categorías:

  1. Los Refaítas de la tierra o los «rpians.» Éstos parecen ser los cocheros de élite que vinieron al banquete.
  2. Los Refaítas o viejos o «prim qdmyn» o los antepasados reales. Estos eran probablemente los Nefilim antediluvianos.
  3. Los Refaítas que son dioses o «rpum ilnym» o los Refaítas celestiales. Éstos son probablemente los Anunnakis que permanecieron en la nave espacial, a veces llamados los «Igigi.»

Son los Refaítas de la Tierra los que interesan a nuestras investigaciones. Son los descendientes de los Nefilim, y su mision era proteger las tierras occidentales como raza semi divina de guerreros profesionales.

DOS MIL AÑOS DE DOMINACIÓN

Los Refaítas fueron gente indígena para las tierras de Canaán en el Tercer Milenio AC. Primero aparecen en Génesis 15 cuando, en los días de Abraham, son enumerados como uno de los pueblos indígenas de Canaán. En el año 2,068 AC; cuando Yahvé concluyó un convenio con Abraham en Hebrón, él catalogó a la gente de la tierra como sigue:

«Entonces al Señor firmó alianza con Abram diciendo: A tu prosperidad daré esta tierra desde el río de Egipto o Nilo hasta el gran río Eufrates. Los cineos y los cenezeos, y los cedmoneos y los heteos, y los ferezeos y también los rafaítas (Rephaim), y los amorreos y los cananeos, y los gergeseos y los jebuseos.»

En este tiempo, los Refaítas son enumerados como una de las naciones principales de la tierra. Unos 600 años más adelante, a la hora del Éxodo, cuando los israelitas estaban a punto de cruzar el río Jordán en Canaán, Deuteronomio 7 enumera las siete naciones de Canaán como los heteos, gergezeos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos.

Los Refaítas son visibles por su ausencia. Parecería que en los años de intervención fueron exterminados como una nación o como fuerza política cohesiva. Pues como veremos, muchos de los Refaítas y de sus ciudades en Transjordania fueron destruidas en los días de Abraham.

Los remanentes se establecieron en la parte occidental y meridional de Palestina; pues aun como gente dispersada, ellos seguían siendo una poderosa fuerza para luchar en contra y eran conocidos bajo varios nombres locales tales como Enacitas, Amalecitas, y Filisteos.

LOS GUERREROS: CLASE DE GIGANTES

Las Escrituras dejan claro que los Refaítas eran los descendientes de los Nefilim y que eran gigantes y feroces guerreros que dominaron las tierras occidentales por dos mil años con sus armas superiores de acero y carruajes, sus fortalezas eran virtualmente inexpugnables.

Son descritos como Gigantes en el Libro de Números cuando durante el Éxodo, Moisés decidió enviar a exploradores al norte en la tierra de Canaán para reconocer la tierra antes de que cualquier penetración seria fuera realizada. Los doce exploradores volvieron con un informe muy pesimista:

«Y subiendo hacia Negev vinieron a Hebrón, donde estaban Acimán, Sisai, y Tolmai hijos de Enac . . . Sin embargo, tiene unos habitantes muy valerosos y ciudades grandes y fortificadas, allí hemos visto la raza de Enac . . . La tierra que hemos recorrido se traga a sus habitantes, el pueblo que hemos visto es de una estatura agigantada, (los Enacitas son parte de los Nefilim). Allí vimos unos hombres descomunales (Nefilim), hijos de Enac, de raza gigantesca, en cuya comparación nosotros parecíamos langostas.»

[Comentario: La palabra «Acimán» (Ahiman en inglés) es suspicazmente similar a la palabra «Ahriman» que puede ser la equivalencia lingüística del Hindú para el Príncipe Enki/Agni. RS]

Cuarenta años más tarde, como los israelitas intentaron otra vez entrar en Canaán, esta vez tomando el tortuoso camino a través de Transjordania, encontraron otra vez a los Enacitas.

[Comentario: Según historiadores en las universidades israelíes, el término «cuarenta» era algo coloquial del período cuando las Escrituras fueron escritas. «Cuarenta» simplemente significaba «mucho.» Así, vagaron por cuarenta años actualmente significa que vagaron durante mucho tiempo. Llovió para cuarenta días y cuarenta noches, significa que llovió mucho. Uno puede incluso ampliar este coloquialismo a épocas más recientes. Ali Babá y los cuarenta ladrones puede significar simplemente Ali Babá y muchos ladrones. RS]

Mientras bordearon la tierra de Moab (hijo de Lot), fueron dichos no acosar a los Moabitas o no contratarlos para la guerra. La tierra que les fue dicho:

«Fue antiguamente habitada por los Emin, gente grande y numerosa y tan alta como los Enacitas. Como los Enacitas, se cuentan como Refaítas, pero los Moabitas los llamaban Emin.»

Así, los Enacs, Enacitas o Anacitas se comparan con los Nefilim y los Refaítas, su anterior nombre antes del diluvio y luego el término con el que fueron conocidos después de la catástrofe.

Los Refaítas y sus primos fueron una raza marcial feroz, gigantes en estatura, equipados de armas de acero y carruajes de guerra. Cuando el promedio de habitantes de las tierras occidentales era cerca de 5 a 5.5 pies de alto (Cerca de 1.7 metros), los 9 y 10 pies (3 metros) de los Refaítas deben haber sido una vista imponente. Después de que el equipo de reconocimiento de los israelitas volviera de Canaán, informaron a Moisés que los Enacitas que vieron eran gente gigante; «parecíamos langostas frente a ellos», dijeron.

El Rey Og de Bashon, supuestamente fue el último de los Refaítas en esa área, fue descrito como un hombre enorme cuya cama medía 9 codos de largo y 4 de anchos. Un codo fue medido por la longitud del antebrazo de un hombre y variaba levemente entre la gente antigua. Usando un codo de 18 pulgadas (45.54 centímetros), la cama sería 13.5 pies por 6 pies (4.15 mt. x 1.85 mt.). Un codo de 15 pulgadas (38 centímetros) harían 11 pies por 5 pies (3.38 mt. x 1.54 mt.)

El filisteo Goliat que luchó contra David era de 6 codos y 1 palmo de alto, según las Escrituras. Por los cálculos antes mencionados, cerca de 10 u 8 pies de alto (2.46 a 3.08 metros), dependiendo del tamaño del codo utilizado. Goliat y sus hermanos eran llamados «rph» o Refaítas en hebreo, aunque el término se ha traducido tradicionalmente como gigante.

El famoso Sansón fue probablemente también un Refaítas. Mientras que el Antiguo Testamento menciona sus fabulosas habilidades, su tamaño no se menciona. En el Haggadah, sin embargo, él es llamado un «rph» o gigante.

Nacido cerca de Beth Shemesh en el Líbano, su nombre se relaciona claramente con el hebreo «Shemesh» que significa sol o el Dios Shamash (Shamash = Príncipe Utu/Apolo, el Dios Sol). Su madre fue supuestamente embarazada por un «Enviado de Yahvé» uno de los semi dioses. Sansón rehusó casarse con una hebrea y en cambio eligió a una mujer filistea, probablemente porque ella era una Refaíta.

En el libro de Jueces 14 se describen una de sus hazañas que suena mucho como las fiestas de los Refaítas en Ugarit. Cuando él estaba en Timnah, un pueblo cerca de Beth Shemesh, se dice que «Sansón realizó allí una fiesta de siete días porque eso era lo que la Fuerza Elite estaba acostumbrada a hacer». Él estaba repitiendo indudablemente las hazañas realizadas por sus antepasados en Ugarit. El hogar de Sansón estaba solo a algunas millas de Baalbek o de Beth Shemesh, el lugar sagrado donde los dioses de Mesopotamia se reunían y celebraban en los milenios 4 y 3.

[Comentario: Como sabemos del material de Sitchin, Baalbek era el Cuartel General de la flota aérea Nibiruana, comandadas por la Princesa Real Inanna bajo el mando de su hermano y amante secreto, el comandante espacial Nibiruano el Príncipe Utu. RS]

Como guerreros, los Refaítas eran una fuerza impresionante. Tenían una variedad de armas de acero que eran superiores a las de sus oponentes. De sus grandes arcos se decía que acertaba y excedía el alcance de cualquier otro arco.

En el segundo milenio, sus carruajes de acero aterrorizaban los campos rurales. Protegidos por sus enormes fortificaciones, sus ciudades eran invulnerables; desde estas ciudadelas a menudo estallaban y devastaban los campos circundantes.

En el tiempo de Abraham, las fortificaciones de los Refaítas fueron establecidas estratégicamente a lo largo del Camino del Rey en Transjordania para proteger las tierras del norte, este, y sur. La invasión de los reyes del este en el 2,085 AC. y de la destrucción de estas ciudades fortificadas marcaron el final de su lealtad a la autoridad. Emigraron al oeste y construyeron nuevas ciudades fortificadas diseñadas después como fortificaciones tipo glacis.

Esta clase militar fue conocida en el Antiguo Testamento por una variedad de nombres, dependiendo de donde vivieron y sus asociaciones tribales. No se mezclaron con otra gente indígena y les fueron dados nombres nativos tales como Emin por los Moabitas, Zamzummin por los Amonitas, y Avvim de la gente de Negev.

Originalmente ocupaban el Líbano y el área del Monte Hermon, se separaron al norte de la costa de Siria y Transjordania donde construyeron una cadena de ciudades fortificadas. En la parte occidental de Palestina, se aliaron y entrecruzaron con los Caftorim, que habían venido desde Creta y se establecieron en las áreas costeras, luego se les conoció como los filisteos y fenicios.

[Comentario: Aunque no son físicamente Refaítas hoy en día, los que eran llamados Filisteos son en estos tiempos los palestinos. Quizás, sin embargo, la tendencia guerrera de los palestinos se puede remontar genéticamente a sus antepasados los filisteos. RS]

Los que vivieron entre los indígenas generalmente fueron llamados Enacs o Enacitas nombrados después de su antepasado Enac. Hebrón era su ciudad capital. Un grupo particular de Refaítas se estableció en Negev y en el área de Seir y se les conocía como Amalecitas, o descendientes de Amalec. Éstos se convirtieron en el azote de los hebreos durante el éxodo.

LAS FORTIFICACIONES TIPO GLACIS

Las excavaciones en Jericó han revelado que es una de las ciudades más viejas del mundo. Fue ocupada continuamente, con interrupciones y destrucciones ocasionales desde alrededor del año 8,000 AC., hasta cerca del 1,500 AC. cuando fue destruida para siempre, y nunca se reconstruyó. Para nuestros propósitos aquí nos referimos al período de la Edad de bronce.

Los restos arqueológicos demuestran que Jericó prosperó como una ciudad importante cerca del año 3,200 hasta cerca del 2,200 AC. cuando hubo una precipitada ruptura en la ocupación. En este tiempo, la ciudad fuertemente fortificada fue destruida por un calor tan intenso que los ladrillos de las paredes que cercaban la ciudad fueron quemados a través del centro.

El sitio fue reconstruido y reocupado; pero después del año 2,000 AC un sistema de defensa enteramente nuevo fue introducido aquí: las fortificaciones tipo glacis o tipo escarpada (imagen izquierda). Este sistema de defensa no sólo se encuentra en Jericó sino también en toda Palestina, Siria, e incluso en el delta de Egipto. Su invención se le atribuye generalmente a los Hiksos.

El sistema de la defensa consiste en un escarpado abruptamente inclinado del suelo que emergía con el ladrillo, el azulejo, o yeso, rodeado por una pared de piedra y una fosa. En la cima del escarpado inclinado o glacis otra pared. Así en Jericó, una reconstrucción de las defensas demuestra un revestimiento de piedra de 3.08 mts. de alto (10 pies) y una bajada enyesada en ángulo de 35 grados que funcionan a una altura de 10.77 mts. (35 pies) sobre el revestimiento.

En su cresta había una pared alta de ladrillos; así esta pared de ladrillos estaba colocada detrás de la pared de piedra en el fondo de la cuesta o bajada a una distancia de 20 mts (65 pies). Una sección de la defensa de la fortificación revela su formidable aspecto.

Después del año 2,000 AC; muchas de las ciudades del oeste fueron defendidas de esta manera. Significa que había una cultura o una organización común entre todas estas ciudades juntas. Este enlace común era el genio de la ingeniería militar de los Refaítas.

Este tipo de defensa fue encontrado en Beth-Shean, Siquem Gezer, Megido, Hazor, Saruhen, y muchas otras ciudades en Palestina. También se encuentran en Anatolia y el norte de Siria en Alalakh, Carquemis, y Ugarit. También aparecen en Egipto en la región del Delta.

Las defensas glacis, curiosamente, no aparecen en Transjordania donde se sabe que una civilización importante ha prosperado entre los siglos 23 y 22, cuando una línea larga de ciudades fortificadas existió a lo largo del camino principal camino norte-sur conocido como El camino del Rey.

Estas ciudades fueron destruidas en aquella época y no fueron reconstruidas durante mil años. Se trasladaron al oeste, estos Refaítas aprendieron de esta experiencia y reconstruyeron sus ciudades con el fin de prevenir una destrucción mayor otra vez.

En el mismo tiempo perdieron su lealtad a los reyes sumerios, refutaron la autoridad establecida, y se convirtieron en tropas independientes, vagando en las tierras como bandas de guerreros armados. Eran como los caballeros errantes del siglo 14 en Europa, quienes habían perdido toda fidelidad mientras que el sistema feudal quebró, y aterrorizaron las tierras del norte de Francia.

Seguros detrás de su impenetrable defensa tipo Glacis, los Enacitas del siglo 19 al siglo 11 AC. aterrorizaron las tierras circundantes. Estas incursiones y saqueos se describen en el Libro de los Jueces.

Dejando sus ciudadelas en sus carruajes de guerra, devastaron los campos, depredaron y destrozaron todo a voluntad. Cualquier esfuerzo organizado a la resistencia fue reprimido inmediatamente. Reforzaron su dominación de las tierras manteniendo el control sobre la fabricación y el uso del acero.

El Primer Libro de Samuel revela cómo no había herreros o forjadores del metal en toda la tierra de Israel, y cualquier reparación a las herramientas de metal tales como rejas de arado y hoces tuvo que ser hecho por los filisteos y sus aliados los Kenitas que eran expertos forjadores de metal. De esta manera, los Refaítas se quedaron con el control de las tierras de Egipto y Palestina por siglos.

TRANSJORDANIA, HOGAR DE LOS REFAÍTAS DEL ESTE

Cuando los reyes de Mesopotamia invadieron Palestina en el 2,085 AC., pasaron por Damasco, después siguieron por el Camino del Rey que funcionó al sur de Elath en el Golfo de Aqaba. Esta ruta es llevada contra las ciudadelas de los Refaítas, una clase de Línea Maginot que se extendió a lo largo de Transjordania para proteger la tierra de Palestina contra tal incursión.

Nota del Traductor.– Maginot: Línea fortificada francesa, que se extendió a lo largo de la frontera germana desde Luxemburgo a los Alpes. Su fin era impedir el paso del ejército alemán en caso de guerra.

El poder de los reyes invasores, se contaba tanto como 800,000 según el Haggadah, deben haber abrumado de hecho, porque ellos no solamente aplastaron estas ciudades fortificadas pero nunca las reconstruyeron y la tierra permaneció desocupada por mil años. Los acontecimientos en el Génesis dan la siguiente ruta.

Entrando en Transjordania desde el norte, primero derrotaron e los Refaítas en Astarot- Karnaim. En dirección sur, ellos entonces partieron del oeste para destruir a los Zuzitas en Ham, la ciudadela que protegió la encrucijada sobre Jordania a Megido y al mar.

Volviendo a su ruta original, entonces derrotaron a los Emineos en Save-Quiriataim en Transjordania meridional. Penetrando con éxito el Arabah, ellos entonces destruyeron a los Amalecitas en el área de Cades. Aunque solamente algunas ciudades se mencionan en los acontecimientos en el Génesis, había probablemente muchos otras destruidas.

La identificación de esta gente es proporcionada por los hechos bíblicos que dan la ruta de los israelitas 600 años más tarde. En este tiempo, cercaron Palestina para entrar en el valle de Jordania por la misma ruta según lo tomado por los reyes invasores, a menos que lo hicieran desde el sur.

Deuteronomio 2 indica que la tierra de Amón fue habitada antiguamente por los Refaítas (una raza de gigantes), que los amonitas llamaron Zomzommin, pueblo grande y numero, de altura descomunal tan altos como los Enacitas. Ellos habían sido exterminados como una nación y sus tierras regresaron a las amonitas. Los Zuzitas del Génesis y los Zomzommin de Deuteronomio son la misma gente. En la literatura judía de Midrashic, el nombre Zomzommin significa «Grandes amos o maestros de la guerra», y la gente eran según se informa los descendientes de la alianza entre las mujeres cananitas y los Nefilim antiguos.

Los Emineos también son mencionados en Deuteronomio. En el discurso de Moab, indica que,

«fue habitada antes por los Emineos, gente grande y numerosa y tan alta como los Enacitas. Como los Enacitas, se cuentan como Refaítas, pero los Moabitas los llaman Emineos.»

Después de que los israelitas bordearon las tierras de Moab y de Amón, vinieron al país de Sehón. En aquella época, la parte del este de Palestina o Transjordania fue dividida como sigue: del lecho de un río seco Zered en la parte inferior del mar muerto al río Arnon se extendió a la tierra de Moab. Su capital era Save-Quiriataim, la capital de la fortaleza de los Emineos destruida algunos siglos antes.

Al norte de Arnon y arriba del río seco Jabbok se sitúan las tierras de los Amonitas en donde vivieron los Zomzommin y estaban extendidos hasta el río de Jordán donde su capital Ham fue destruida en la misma invasión.

Cruzando el Jabbok, los israelitas desafiaron a los Amoritas liderados por rey Sehón quien hizo a Hesbón su capital. El norte de estas tierras eran del reino de Og de Bashon cuyas capitales eran Edrei y Astarot. Astarot-Karnaim había sido la primera ciudad principal de los Refaítas para ser tomada y destruida por la invasión.

El Reino de Og abarcaba Bashon, la región del Monte Hermon y se extendía al río Jordán por el oeste. Salca estaba en su extremo oriental y Dan en el noroeste.

En Deuteronomio, Og es llamado el último de los Refaítas, y la mención particular se hace de su enorme estatura según lo demostrado por el tamaño de su cama, la cuál medía 9 codos de largo (3.89 mts.) y 4 codos de ancho (1.73 mts.). Fue capturada por los israelitas y mostrada en la ciudad de Rabbah.

La facilidad con la cual Josué capturó las tierras de Transjordania indica que escasamente fueron poblados por los remanentes de los Refaítas. Sin embargo, no fue siempre así.

En un sitio de la Edad de Bronce cerca de Bab Edh-Dhra justo sobre el llano costero al este del Lisán (la lengua del Mar muerto), los arqueólogos encontraron evidencia de una civilización densa que prosperó a partir del 3,300 AC; hasta cerca del 2,100 AC, en el que fueron destruidos por una conflagración o un gran holocausto que se refleja en las ruinas. El área parece haber sido abandonada. Un cementerio extenso encontrado aquí, atestigua a una población muy grande durante la Edad de Bronce, tiempo en que fue ocupado por los Refaítas.

Esta gente utilizó la Casa Morgue o tipo de de entierro, consistiendo en una estructura circular bien construida de barro y ladrillo, alineada a veces con piedra. La Casa Morgue fue colocada generalmente en una sección inclinada cortada horizontalmente de modo que la parte de ella fuera subterránea y la parte superior resaltaba sobre la superficie. Se estima que hay por lo menos 20,000 de estos compartimientos de entierro en el área.

Entre 12 y 15 entierros fueron hechos en cada tumba. Estos compartimientos de entierro parecen haber sido todos abandonados en el mismo tiempo. Antes de que los habitantes se fueran, se quemaron un número de cuerpos adentro. La mayoría de los edificios mortuorios contuvieron un depósito grande de ceniza cerca de la entrada, indicando que éste era el acontecimiento pasado que ocurrió antes de que las tumbas fueran selladas. Sigue siendo un rompecabezas hasta hoy.

En vista de la facilidad del avance de los reyes invasores en el 2,085 AC, con una serie de defensas formidables de los Refaítas, y la evidencia del área que seguía siendo desocupada por mil años, sugeriría que los invasores utilizaron cierta clase de armas que contaminaron la tierra.

La contaminación de los muertos en Transjordania explicaría la razón de quemar los cuerpos y de sellar las tumbas, y porqué el área seguía siendo relativamente deshabitada por mil años después de eso. Pudo haber durado todo ese tiempo para que la tierra envenenada se recupere y para que la memoria del holocausto se borrará de las mentes de la población indígena. Explica porqué los Refaítas se movieron hacia el oeste y colocaron sus tierras allí.

HEBRÓN, METRÓPOLI DE LOS ENACITAS

Poco después Abraham llegó a la tierra de Canaán en el 2,092 AC., él se fue a Egipto en donde permanecería por un rato para volver solamente a Canaán repentinamente en el 2,086, el año antes de la invasión. En Bethel, él partió sus fuerzas y mientras que Lot formó parte del ejército del valle de Sidón, Abraham se retiró al sur de Mamre en el área de Hebrón. Con la ayuda de los generales Enacitas Eshkol, Aner, y Mamre, Abraham prosiguió la expulsión del ejército invasor. ¿Quiénes, entonces, eran estos aliados de Abraham?

Se identifican en el Libro de Josué como Enacitas. Kiryat-Arba era el nombre antiguo para la ciudad de Hebrón, y fue la «metrópoli de los Enacitas». Kiryat-Arba significa la «Ciudad de Arba» y fue llamada después del padre de los Enacitas.

Cuando los espías israelitas subieron y exploraron Canaán durante el éxodo, vinieron a la región de Hebrón, la cual ellos dijeron fue habitada por Ahiman, Sheshai y Talmai, todos llamados Hijos de Enac o Anak. Estos hijos son descritos como Nefilim y eran de estatura y de energía extraordinarias.

Los nombres de los hijos de Enac no aparecen en otra parte en el Antiguo Testamento, probablemente porque no son de origen semítico. Cabe resaltar, sin embargo, que en la lista de los Reyes de Hiksos que gobernaron Egipto, uno lleva el nombre de Sheshai.

Tal como los Amalecitas, los Enacitas son vilipendiados por las Escrituras Hebreas. Los Amalecitas habían evitado que los israelitas entraran directamente en Canaán después de su fuga de Egipto. Cuando los israelitas finalmente se establecieron en Canaán unos cuarenta años más adelante, les dijeron, según Josué 11, que los Enacitas fueron eliminados de las tierras de Judá y de Israel.

«Por aquel tiempo acometió Josué, y mató a los enaceos (enacitas) o gigantes de las montañas y los desarraigó de Hebrón, y Dabir y Anab y de todos los montes de Judá y de Israel, asolando sus ciudades. Ni uno siquiera dejó de la raza de los enaceos en la tierra de los hijos de Israel; sino los que quedaron en las ciudades de Geza y de Get y de Azoto.»

Los reclamos eran un tanto prematuros, sin embargo, durante los próximos 400 años, el período equivalente al de los Jueces, los Enaceos y sus aliados Amalecitas y Filisteos controlaron y gobernaron las tierras y causaron a las tribus hebreas mucha dificultad.

No se da ninguna razón para una política tan blanda hacia la gente de Enac, y la escoriación es fuertemente similar a la maldición contra el Amalecitas. Los Enaceos parecen haber bloqueado la ocupación de los israelitas principalmente en las regiones montañosas del oeste. Éstas eran las ciudadelas de los filisteos.

LOS REFAÍTAS DE PALESTINA OCCIDENTAL: LOS FILISTEOS

Según la tradición bíblica, la tierra de los filisteos abarcó cinco ciudades fortificadas que dominaron las tierras circundantes hasta Beersheba y Dabir. Sus ciudades principales de Ashdod, de Ekron, de Get, de Gaza, y de Escalón habían soportado todos los esfuerzos de los israelitas por desalojarlos después del éxodo y en el período que sobrevenía sometieron a las tribus al hostigamiento continuo con sus carruajes que estallaban delante de sus ciudadelas.

Estos filisteos son llamados Enaceos o Enacitas en Josué 11; en Jeremías 47 son referidos como los remanentes de los Enacitas. ¿Quiénes, entonces, eran estos filisteos que eran supuestamente parte de los Enaceos?

[Comentario: Como sabemos de la investigación de Zecharia Sitchin, los Enacitas de la Biblia son los mismos seres que los Anunnakis de los expedientes sumerios. RS]

Génesis 10 indica que los filisteos descendieron de los Cretanos quienes se establecieron en las áreas costeras desplazando a los nativos Avvim. De hecho, una referencia curiosa en el Libro de los Amos indica que la deidad trajo a los antepasados de los filisteos de Creta y los colocó en Canaán, justo como él llevó a los israelitas a la tierra de Egipto. En este sentido parecen ser la gente «elegida».

Estos Cadopacios o cretanos se entrecruzaron con los Refaítas, produciendo a una raza de feroces guerreros que vinieron a ser conocidos como Filisteos por los hebreos. Su territorio se superpuso con el de los Amalecitas en el sur y el de los Enacitas en el oeste; en el tiempo, las Escrituras parecen confundir los nombres de estos tres grupos de gente.

Los filisteos estaban relacionados o por lo menos aliados con la gente de las ciudades costeras norteñas más adelante conocidas como Fenicia. Esto se indica en Jeremías 47 cuando él profetizó la caída de los filisteos:

«Porque ha llegado el día en que serán exterminados todos los filisteos y serán arruinados Tiro y Sidón con todos sus auxiliares que le quedaban pues el Señor ha entregado al saqueo a los Filisteos, restos de la isla o provincia marítima de Cadopacia. Gaza lleva rapada su cabeza. Escalón no se atreve a despegar sus labios y lo mismo el resto de sus valles. ¿Hasta cuándo te sajarás o rasgarás tus carnes?»

Los filisteos ocuparon la colina del país occidental desde la época de Abraham. Después de la destrucción de Sodoma y de las otras ciudades del valle de Sidim, Abraham y su familia se colocaron cerca de Beersheba. Para vivir aquí, tuvieron que pagar tributo y hacer un tratado con Abimelec, el rey de los filisteos, que controlaron al parecer el área en ese entonces.

Abraham tuvo que comprar los derechos de la tierra y obtener el permiso de vivir allí. Después de que el pacto fuera sellado, «Abimelec y Ficol, jefe de sus tropas, dejó y regresó al país filisteo». Esta declaración deja claro que los filisteos aun no vivían aquí, ellos controlaban la tierra: es también evidente que el aspecto del jefe de las tropas de Abimelec significaba que tenían una gran fuerza militar para hacer cumplir sus demandas.

LA IGUALDAD AMALECITA – HIKSOS

Se cree que el Éxodo pudo haber ocurrido a mediados del Décimo quinto siglo AC; a la hora de los desastres naturales que llevaron al fin del reinado en Egipto. Era un período de caos, el cual permitió que Moisés conduzca a un ejército de refugiados para intentar alcanzar la tierra de Canaán.

[Comentario: Este período de caos, que incluyó el cataclismo Thera/Santorini y el cambio del eje polar, ocurrió no durante el siglo 15 sino en el 16 AC. RS]

El derrumbe completo del gobierno y del poder militar en Egipto permitió a los Amalecitas penetrar la tierra fácilmente desde sus posición en Negev. En sus intentos de entrar en la tierra de Canaán, los refugiados bajo el mando de Moisés hacían esta irresistible fuerza de guerreros profesionales. Ellos también estaban moviéndose, pero en dirección hacia el oeste.

Una batalla perdida con los Rafidim y numerosas escaramuzas convencieron a Moisés que no podrían penetrar a este ejército formidable. Los Amalecitas se desplazaban hacia el delta de Egipto y lo ocuparon casi sin oposición por un gobierno desintegrado y un ejército desorganizado.

Al dejar Egipto, los israelitas entraron en el desierto de Shur y parecían ser dirigidos hacia la tierra de Canaán por la ruta más directa. «Era el décimo quinto día del segundo mes» después de salir de Egipto que acamparon en Rafidim.

Es aquí que chocaron con el cuerpo principal de las hordas Amalecitas. Aunque Moisés lo demandó como victoria, fue costosa para ellos porque estaban en apuros y muy cerca de la derrota. Esto era solamente uno de una serie de batallas con los Amalecitas.

La fuerza migratoria conducida por Moisés fue acosada continuamente por los descendientes de los Refaítas como se relata en Deuteronomio 25:

«Acuérdate de lo que hizo contigo Amalec en el viaje cuando saliste de Egipto, cómo te asaltó acuchillando a los últimos de tu ejército, que cansados se quedaban atrás, estando tú muerto de hambre y de trabajos y no tuvo temor de Dios. Luego, pues que el Señor Dios tuyo te diere reposo y te sujetare todas las naciones del contorno en la tierra que te ha prometido raerás el nombre de Amalec debajo del cielo. Mira que no lo olvides.»

La ferocidad de los ataques de los Amalecitas cerró el acercamiento directo a Canaán en Rafidim. Fueron bloqueados una vez más antes de que decidieran dar vuelta al sur e intentar una ruta más indirecta a Palestina. Fue entonces que una maldición fue puesta en los Amalecitas, según lo pronunciado en Éxodo 17:

«Ciertamente que la mano del Señor se extenderá desde su solio contra Amalec y guerra le hará el Señor en todas las generaciones.»

La barbarie en los ataques de Amalec se describen en los trabajos del Haggadah. Esta batalla ocurrió al parecer después de que los Amalecitas capturaran las ciudades del Delta de Egipto. Aquí habían obtenido los archivos en donde los hebreos habían vivido y habían obtenido las tablas de la descendencia de los hebreos, los nombres de sus jefes y de las diversas familias.

Los Amalecitas aparecieron antes de que acampen los israelitas y recriminaron a los hebreos por sus nombres para salir a hacer las paces con ellos y para hacer negocios. Mataron a los que se dejaron engañar y sus cuerpos fueron horriblemente mutilados.

Forzados nuevamente dentro del desierto, los israelitas pasaron cuarenta años antes de que pudiesen entrar en Canaán por la ruta indirecta a través de Transjordania.

[Comentario: Como se ha observado, el término «cuarenta» como en 40 años, era simplemente un coloquialismo contemporáneo que significó «muchos años» o «un largo tiempo». RS]

Colocados entre los Refaítas y sus aliados, las tribus hebreas permanecieron a la misericordia de los Amalecitas y de sus aliados por un período de 400 años, conocido como la Época de los Jueces.

[Comentario: Se indica en la Biblia que el período del tiempo entre el Éxodo y la terminación del Templo de Salomón de Jerusalén era de 480 años. Sin embargo, cuando la cronología exacta del año por año de este período se analiza, llega a ser evidente que este período de 480 años era solamente un cálculo aproximado. RS]

Los Amalecitas no eran sólo una confederación liberal o floja de tribus nómadas, como ha sido sugerido por la mayoría de los comentaristas bíblicos. Hay muchas referencias bíblicas que disputan esta visión. Las más significativas son las siguientes.

En una época (Números 24), se predijo de Israel que «Su rey será desechado por causa de Agag» Esta declaración deja claro que Agag, quien fue el último rey de los Amalecitas, era de tal alta estatura que se medirían a los últimos reyes de Israel contra él.

En segundo lugar, cuando este Agag fue capturado por Saúl, fue referido como «Agag, Rey de los Amalecitas» (1 Samuel 15:8). Este Agag no fue sólo una persona de la alta estatura sino también un rey. Si Agag fue un rey de tal poder, entonces él debe haber liderado una gran nación.

Una tercera referencia revela que Saúl sitió y derrotó e los Amalecitas en un lugar llamado «La ciudad de Amalec». (1 Samuel 15:5). Lógicamente un príncipe de tal poder que conduce una gran nación debe haber tenido una gran ciudad como su capital. Esta evidencia no describe un grupo de tribus nómadas desorganizadas. Demuestra que las tribus hebreas estuvieron arriba contra una gran nación.

LAS LEYES DE LOS REYES HIKSOS EN EGIPTO

El país que los Hiksos conquistaron, era una tierra indefensa, devastada por la calamidad natural. Después de la pérdida del faraón y de su ejército, no había resistencia en Egipto y los invasores se trasladaron en el área del delta sin la oposición. De ahí se separaron al sur, conquistando las ciudades y colocando a reyes marionetas para gobernar las provincias.

Aunque el Antiguo Testamento atribuye la destrucción del ejército egipcio a la persecución de los hebreos, es más probable que fue destruido para detener la afluencia de los Hiksos.

Ocupando el valle del Nilo, los Hiksos construyeron la capital ciudad-fortaleza de Avaris, colocada tradicionalmente en el delta, pero localizada más probablemente en El Arish, también llamado El arroyo de Egipto, que era el límite histórico entre Egipto y Palestina.

La capital de los Hiksos fue puesta estratégicamente para defender los acercamientos a Egipto del este, la dirección de las invasiones en el pasado. De hecho, desde que los Hiksos o Amalecitas fueron esparcidos a través de Palestina así como de Egipto, la localización en El Arish era natural y les permitía controlar Palestina y Egipto.

Los Hiksos o «Reyes extranjeros» no son mencionados en el Antiguo Testamento y arqueológicamente, todavía hay evidencia de su ocupación por todas partes en Palestina y Siria, sus ciudades únicamente diseñadas como fortalezas. Esta defensa tipo glacis ocurre en el Delta de Egipto, a través de la tierra de Canaán así como de la lejana Anatolia. Verdaderamente, la gente conoció a los Hiksos en el Antiguo Testamento con otro nombre.

Mucha de la información disponible de los Hiksos viene de Josefo quien en su obra «Contra Apion» cita al historiador egipcio Maneto, hablando sobre el carácter de esa gente y los efectos sobre la cultura egipcia nativa:

«Vinieron después de una manera sorprendente, hombres de nacimiento vil, de las partes del este, tenían suficientes agallas para hacer la expedición en nuestro país, y con facilidad nos sometieron por la fuerza, aun sin arriesgar una batalla con ellos. Así que cuando consiguieron a los que nos gobernaron bajo sus poder, inmediatamente incendiaron nuestras ciudades, y demolieron El Templo de los Dioses, y después utilizaron a todos los habitantes de una manera más bárbara.»

Josefo entonces narra cómo designaron a un rey cuyo nombre era Salatis que hizo su capital en Menfis. Él recogió tributo de las regiones superiores y más bajas de Egipto y dejó guarniciones en lugares estratégicos que le dieron control sobre la tierra entera. Josefo también indica que temía una invasión de los reyes del este, y por eso fundo la ciudad fortaleza de Avaris para protegerse contra esa potencial amenaza. Lógicamente, sería al este del delta donde podría proteger los acercamientos a Egipto.

Los Hiksos se acreditan con introducir a la guerra los carruajes, los nuevos tipos de espadas, y el arco compuesto fuerte. Con sus armas superiores y su naturaleza despiadada podían imponer su voluntad ante los egipcios por 400 años, período que se compara con el de los Jueces de Palestina.

VIDA EN PALESTINA ENTRE LOS AMALECITAS

Con ciertos indígenas como aliados, loa Amalecitas controlaron Canaán con mano de hierro. Las escrituras revelan que las tribus hebreas tuvieron que establecerse y vivir entre los Amalecitas que habitaron y controlaron los llanos de Judea. En otras áreas, a menudo atacaban y acosaban a los hebreos, a veces conjuntamente con otra gente.

Según el Libro de los Jueces, se unieron a Moab contra los israelitas para capturar la ciudad de Jericó; y otra vez lucharon batallas con los hebreos que vivían en el valle de Jezreel.

Puesto que la mayoría de las ciudades de Canaán estaban en manos de los indígenas, forzaron a los hebreos inmigrantes a establecerse en las áreas menos deseables entre las ciudades. Aquí eran vulnerables a los asaltos e incursiones periódicas de todas las direcciones. La mayoría de las tribus expresaron frustración porque las ciudades y tierras que les habían sido asignadas por Josué aun estaban bajo el control de los indígenas.

Así, la tribu de Menassah vivió entre las ciudades fortificadas de Beth-Shean, Dor, Iblean, Megido, y Tanach que permanecía en manos cananitas, las tribus de Efraim, de Zebulón, Asher, y Naftali no podían apoderarse de las ciudades en sus tierras asignadas, las de Gezer, Nahalal, Acco, Sidon, Helbah, Rehob, y Beth-Avath, por ejemplo. Las cinco ciudades de los filisteos permanecían sin conquistar, así como toda la tierra del Líbano desde el Monte Hermon hasta Harmath.

Detrás de sus impenetrables fortificaciones, los Amalecitas aguardarían su tiempo y después periódicamente estallarían sus ciudadelas y atacarían las tierras en sus carruajes de hierro. Una de sus tácticas preferidas era esperar hasta que los cultivos estuviesen maduros para la cosecha, y entonces conducirían sus ganados delante de ellos y,

«Destruir el producto de la tierra . . . No dejarían ningún medio de sustento: ovejas, bueyes, o burros Entrarían en la tierra para devastarla. Israel llegó a estar tan completamente desamparada.»

Por más de cuatrocientos años los Amalecitas y sus aliados gobernaron de esta manera, las tribus hebreas nunca sabían cuándo los feroces hijos de los Refaítas explotarían de sus ciudades y atacarían a los pobladores.

De su ciudad capital en Avaris podrían estallar en Negev y devastar el área a voluntad. Josefo describe la ciudadela de los Hiksos que Salatis construyó al este del Delta. Era una ciudad:

«El hizo muy fuerte las paredes que construyó alrededor de él, y por una guarnición más numerosa de 240,000 hombres armados que él puso dentro para cuidarla. Aquí Salatis vino en el verano para recolectar en parte maíz y pagar a sus soldados sus salarios, y ejercitar en parte a su ejército y de tal modo aterrorizar a los extranjeros.»

Esto ha sido algo desconcertante para los historiadores, cómo los Hiksos/Amalecitas pudieron mantener el control sobre las tierras de Egipto y Palestina por tanto tiempo. Puede ser explicado fácilmente, sin embargo, por su naturaleza despiadada, capacidad militar, y su política de mantener a la gente de las tierras que ocuparon, empobrecidos y sin armas.

En el Primer Libro de Samuel explica cómo los Amalecitas y los filisteos controlaron el suministro y el uso del hierro:

«No había herrero que se encontrará en toda la tierra de Israel, porque los filisteos habían dicho a sí mismos: ‘Los hebreos pudieron hacer espadas o lanzas’. Así todo Israel iría hacia los filisteos a reparar cualquiera de sus rejas de arado, zapapicos, hachas, u hoces. A la hora de la batalla de Michmash ni las espadas, ni las lanzas, estaban disponibles para cualquiera de los soldados que estaban con Saúl y Jonathan.»

Con sus carruajes, armas de hierro, y arcos compuestos, los Amalecitas y los filisteos eran virtualmente invencibles contra un enemigo que lo mejor posible que podía reunir eran las armas de la edad de piedra. En las primeras batallas de Saúl y David contra estos enemigos formidables, las únicas armas que estaban disponibles para los hebreos eran garrotes, hondas de piedra, arcos y flechas simples, y lanzas de piedra. No fue hasta mucho más adelante, cuando podían capturar y recoger las suficientes armas de hierro, que la marea trajo y los israelitas comenzaron a conducir a los Amalecitas de la tierra.

REVUELTA EN EGIPTO Y PALESTINA

El títere Rey egipcio Seqenenre que gobernó desde Tebas comenzó la rebelión contra los reyes Hiksos. En aquella época, gobernaron desde Avaris y dejaron reyes marionetas a través de Egipto para llevar a cabo sus deseos. La rebelión fue continuada por sus hijos Kamose y Ahmose que recuperaron las tierras de Egipto. La guerra de Kamose contra el último rey Hiksos Apopis es conservada en una estela que primero fue erigida en Carnac.

Describe su ataque contra la fortaleza de Avaris y cómo él tomó centenares de barcos, algunos de los cuales tenía el «Producto de Retinue». Kamose se jactó que él «había hecho que Apopis vea un tiempo miserable» y después agrega que «el Príncipe de Retinue, débil de brazos, que planeó muchas cosas en su corazón, pero ellos no habían venido para pasar por él».

Retinue se identifica generalmente como la tierra de Palestina. Así el príncipe de Retinue que parecía estar aliado con Kamose probablemente no era ninguno con excepción de Saúl que en aquella época estaba sitiando a los Amalecitas en El Arish. Kamose fue capaz de reocupar todo Egipto excepto su ciudadela en Avaris. Su sucesor Ahmose terminó la derrota de los Hiksos con la ayuda de los israelitas.

Ahmose no sólo expulsó a los Hiksos sino también los persiguió hasta Saruhen, una ciudad fortaleza en la frontera de la tierra de sus aliados, los filisteos. Después de un sitio de seis años, Ahmose destruyó esta fortaleza y los restos de los Hiksos. Podemos leer una cuenta directa de estos acontecimientos en la biografía de uno de sus oficiales, con quien Ahmose atacó Avaris y la destruyeron, y entonces se trasladaron a Saruhen donde él sitió la ciudad.

Las Escrituras también describen batallas contra los Amalecitas en El Arish y otros lugares en la frontera de Egipto. En el Primer Libro de Samuel, Saúl fue aconsejado por el profeta Samuel para entrar adelante y para destruir a los Amalecitas.

«Saúl convocó a su ejército y lo reunió en Telaim: doscientos mil soldados a pie y diez mil hombres de Judá. Entonces Saúl fue a la ciudad de Amalec y permaneció en el lecho de un río. Saúl derrotó a los Amalecitas desde las torres de Shur en la frontera de Egipto. Él capturó a Agag, rey de Amalec vivo y aniquilo a toda la gente usando la espada.»

La historia cuenta que la ciudad fue sitiada desde el lecho de un río seco. Hay sólo un lecho de río en Palestina meridional o el norte de Egipto, y que es El-Arish que forma el límite tradicional entre Egipto y Palestina, en ciertas épocas del año es un río fuerte; hay fuerte evidencia que tiempos antiguos fue inundado la mayoría del año.

En Las Escrituras, EL-Arish se refiere a menudo como «Wadi». Saúl luchó contra los Amalecitas desde «Wadi hacia Shur en la frontera de Egipto.» El desierto de Shur es el área entre el lecho del un río y Egipto; era el primer desierto en donde los israelitas entraron después del Mar del paso. Así la ciudad de Amalec tuvo que ser EL-Arish justo como la ciudad de los Hiksos era Avaris. Es extraño que los eruditos no hayan observado la cercana asociación filológica de EL-Arish y Av-aris.

El último rey de los Hiksos fue llamado Apop o Apopis (griego). El rey Amalecita capturado por Saúl en El-Arish fue llamado Agag. La similitud de los dos nombres es tan notable que requiere una aclaración adicional. La explicación se puede encontrar en el hebreo antiguo. Muestra una semejanza llamativa entre la letra G o «gimel» y la letra P o «pei.» No hay otras letras hebreas tan semejantes.

Cada letra es una línea oblicua conectada con una línea más corta, más oblicua y es similar al número 7. El tamaño del ángulo entre las dos líneas oblicuas constituye la única diferencia. Puesto que las vocales en hebreo antiguo son intercambiables, Agag puede convertirse en fácilmente Apop. Parece así que el último rey Hiksos y el rey de Amalecita Agag eran uno y la misma persona.

Es un hecho sabido de que la 18 Dinastía, que comenzó la era del nuevo reino en Egipto, comenzó con Ahmose y la expulsión de los Hiksos. Es también verdad que el primer rey hebreo era Saúl quien con David, presidió la extinción de los Amalecitas.

La colocación de estos monarcas en el mismo período, y no centenares de años aparte, soluciona muchos de los rompecabezas cronológicos en historia egipcia y bíblica. Esta alteración es necesaria para entender la historia del Medio Oriente a partir de la época del diluvio hasta los días de los reyes de Judea.