Crédito: Animal Equality
NUEVA YORK, ago (IPS) – Escalope de «foie gras» de pato asado a la parrilla con castañas frescas y piel de leche de soja. Este plato servido en el restaurante español Mugaritz, considerado el tercero mejor del mundo, suena exótico y atractivo. Pero una investigación acaba de desenmascarar la crueldad que se necesita para hacerlo.
El foie gras («hígado graso», en francés) es considerado un manjar, y se trata del hígado atrofiado de un ganso o de un pato que ha sido sobrealimentado.
La organización Animal Equality acaba de exponer cómo trabajan múltiples granjas productoras de foie gras, seis en España y cuatro en Francia.
En esta investigación, realizada a partir de julio de 2011, activistas tomaron fotografías, filmaron vídeos y realizaron entrevistas fingiendo estar interesados en aspectos generales de la industria y sin develar su verdadero propósito: documentar el sufrimiento al que son sometidos los animales.
«Quieren ocultar lo que hacen, porque el foie gras implica mucho sufrimiento para los animales», dijo a IPS la coordinadora general de la organización, Sharon Núñez.
Las imágenes del grupo fueron obtenidas legalmente porque no se utilizaron cámaras escondidas.
El comité de la Convención Europea para la protección de animales en las ganaderías estableció recomendaciones para el bienestar de patos y gansos.
El artículo 7 de la Convención, adoptada en 1999 por el Consejo de Europa, señala: «En la inspección se tiene que tener en mente que el ave saludable emite sonidos y tiene actividades apropiadas a su edad».
Los «ojos brillantes, la buena postura, los movimientos vigorosos… el buen plumaje… la forma de caminar… y su comportamiento a la hora de comer y beber» son elementos a tomar en cuenta también», añade.
El artículo 10 exige que se ubique a los animales de forma en que estos puedan «batir las alas, girar sin dificultad y pararse de forma normal».
Pero, como muestra uno de los vídeos de Animal Equality, los animales en estas granjas no tienen el comportamiento considerado adecuado. Algunos sumergen sus cabezas en los contenedores de agua y no son capaces de levantarse, a veces debido a su peso y a veces a causa de las jaulas individuales donde se encuentran.
Frederic Vincent, portavoz de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea, dijo a IPS que, según las recomendaciones, «hasta tanto no haya evidencia científica que avale métodos alternativos, la producción de foie gras debe ser realizada de esta manera y solo según los estándares de las leyes locales».
Pero como al parecer las granjas no seguían estas pautas, la Comisión Europea adoptó en enero una nueva estrategia donde la efectiva implementación es una máxima prioridad.
«Las recomendaciones explícitamente reconocen la legalidad de la producción de foie gras y solo establece ciertas obligaciones a los países que lo producen», explicó Vincent.
Hoy solo cinco países producen foie gras: Bélgica, Bulgaria, España, Francia y Hungría. Francia es el mayor productor, con unas 20.000 toneladas en 2011, según un informe del Ministerio de Agricultura de ese país.
Foie gras en Estados Unidos
En Estados Unidos, el debate llegó al Departamento de Agricultura a comienzos de julio, cuando el Fondo para la Defensa Legal de los Animales presentó una acción legal.
El argumento central del grupo es que, para obtener foie gras, los patos y los gansos son alimentados a la fuerza, con el fin de que sus hígados se agranden 10 veces su tamaño normal.
«Es un principio simple: los animales saludables producen un alimento saludable, y los animales no saludables producen alimentos no saludables», dijo a IPS el director de litigios del Fondo, Carter Dillard.
«Están literalmente dispuestos a torturar al animal solo para hacer que tenga mejor sabor, y eso es realmente cruel», señaló Dillard.
El 1 de julio, el occidental estado de California prohibió la alimentación forzada de animales. Como consecuencia, no se puede producir, vender ni consumir foie gras.
Desde el cierre de la granja de Sonoma, en California, quedan solo otras dos en Estados Unidos dedicadas a la producción de foie gras, ambas en el noroccidental estado de Nueva York: La Belle Farm y Hudson Valley Foie Gras.
La organización Human Society ha sido muy activa en este caso. El vicepresidente del grupo, Paul Shapiro, dijo a IPS que «cerrar el mercado de California para este producto cruel e inhumano fue un importante paso para el movimiento humanitario».
Cuanto más aprendan los estadounidenses sobre lo «abusivo e inhumano que es alimentar a la fuerza», señaló Shapiro, «más horrorizados estarán».
Pero por el otro lado, la Artisan Farmers Alliance, coalición de productores estadounidenses de foie gras, realiza una fuerte campaña contra la prohibición en California y presentó un recurso legal contra ese estado en un tribunal federal.
El caso es impulsado en particular por los grupos Association des Eleveurs de Canards et D’Oies, de la oriental provincia canadiense de Quebec, Hudson Valley Foie Gras y el Hot’s Kitchen Restaurant Group, de California.
El secretario de la Artisan Farmers Alliance, Marcus Henley, explicó a IPS que la coalición ponía toda sus baterías en el caso.
Pero la Humane Society también intervino. La organización trabaja principalmente para mantener la prohibición en California, informó Shapiro. El 18 de julio, la justicia falló que esta permanecería en vigor mientras se analizara el recurso de los productores.
Uno de los últimos acontecimientos en este debate es la enmienda introducida por el congresista Steve King, del opositor Partido Republicano, a la Ley Agrícola de 2012, que impide a los estados establecer sus propios estándares a los productos importados de otros estados.
La enmienda afectará directamente la prohibición sobre la producción de foie gras.
«California no tiene derecho constitucional a decirles a granjeros de Nueva York o de Iowa que no pueden vender en California su producto legalmente producido según las regulaciones federales», dijo Henley.
Mientras organizaciones como Artisan Farmers Alliance o Hudson Valley Foie Gras contraatacan a las prohibiciones, argumentando que la alimentación forzada de los animales no les causa sufrimiento, Humane Society y el Fondo para la Defensa Legal de los Animales aseguran que la práctica es cruel.
Y mientras hay señales de que el consumo continuará por un bien tiempo, ya que emerge un mercado negro de foie gras en California, para otros este manjar culinario tiene los días contados.
«Creo que dentro de 50 años la gente se horrorizará de pensar que hacíamos esto», opinó Dillard.
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