Una colaboración de Lalunagatuna
Han sido muchas las interpretaciones vertidas hacia este singular monumento ubicado en la Plaza de la Iglesia del Loreto de Higuera la Real(Badajoz).
La Mamarracha delante de la ermita de Nra. Sra. de Loreto. Foto Emilio
No todas poseen unos fundamentos sólidos pero sí que de un modo u otro han ido configurando las visión que los higuereños tenemos de un símbolo de nuestra localidad, y por qué no decirlo de nuestra historia local.
Se trata de una figura llena de misticismo y esoterismo, a la que se le han ido asociando decenas de leyendas sedimentadas unas tras otras que han ido creando una imagen imperecedera de este emblema de Higuera la Real.
Si hacemos una descripción formal de la pieza podríamos remitirnos a los estudios realizados por Teresa Chapa Brunet y decir que se trata de un grupo escultórico exento formado por dos figuras: un grifo y un una figura humana. El material utilizado es el mármol, hoy día muy erosionado, lo que puede inducir al error y al equívoco a la hora de apreciar la materia prima de la obra. Sus dimensiones son 137cm de altura por 72cm de longitud. La figura animal consta de cuerpo y cabeza de felino, dos alas laterales, cola y una cresta dorsal, y posiblemente es de género femenino, ya que se pueden apreciar dos filas de mamas en la parte inferior de su vientre.
Foto Emilio
El grifo aparece apoyado sobre sus cuartos traseros, en una postura sentada. En su cabeza se puede observar una boca ancha, entreabierta, aunque no sus dientes, que se han perdiendo debido al avanzado estado de erosión.
Del mismo modo sus ojos resultan inapreciables. En la parte dorsal podemos advertir evidencias de una cresta que recorrería la espalda del animal desde la cabeza hasta el arranque de la cola, y en los laterales encontramos lo que parecen ser dos alas de plumas pegadas al cuerpo y las muestras de tres costillas.
Foto Emilio
Por su parte la figura humana aparece sentada en posición opuesta al grifo con la rodilla derecha ligeramente flexionada y la izquierda extendida.
No resulta fácil identificar si se trata de una imagen masculina o femenina, aunque si se pueden apreciar los restos de la morfología facial y una cabellera larga recogida a modo de cola. Su brazo izquierdo rodea la garra del animal, mientras que el derecho está alzado hacia una de las axilas del grifo, hecho…
que ha desencadenado alguna interpretación relacionada con que la figura podría estar intentando matar a la fiera, aunque parece más coherente pensar que el grifo está manteniendo una actitud protectora.
Foto Emilio
En lo referente a la nomenclatura del grifo podríamos decir que como mínimo resulta curiosa: “la Mamarracha”.
En la actualidad este término está relacionado con personas o cosas en cuya definición podríamos encontrar adjetivos como informal, ridículo, extravagante, imperfecto… es decir, personas o cosas no merecedores cuanto menos de respeto. Aunque en origen, el término tendría otra connotación bien distinta.
El vocablo “mamarracha” parece provenir del término árabe “moharrache” en relación con el gesto o ademán en tono burlesco de mamar. Ante estas evidencias no parece muy descabellado pensar que la figura humana podría estar siendo amamantada por el grifo.
El origen de la pieza resulta verdaderamente complejo, ya que no poseemos pruebas concretas que nos permitan asociar el grifo con una fecha exacta. Si atendemos a la fisionomía del animal y más concretamente a la plástica escultórica que presenta, podríamos encuadrarlo en torno al siglo I y II d.C., ya que posee unas características formales que la sitúan en el tipo de escultura que se viene realizando en la Península por estas fechas. Sin embargo existen interpretaciones variadas acerca de su origen.
El pintor frexnense Eugenio Hermoso afirmaba que el origen de esta escultura no podría sino estar en el cercano yacimiento arqueológico de Nertóbriga. Teoría que difiere de la de Quintero Carrasco, que lo vincula a la antigua ciudad de Valera la Vieja, en las proximidades de Fregenal de la Sierra.
Menos credibilidad tienen las hipótesis como las de José Ramón Mélida que llegó a identificar al grifo con una gárgola gótica.
A lo largo de la historia el grifo ha tenido connotaciones muy diversas, encontrando sus raíces en las etapas más antiguas de nuestra era. En origen se trataba de una criatura legendaria con cuerpo y patas de león, cabeza y alas de águila y en ocasiones cola de serpiente. Su procedencia parece asiática ya que encontramos los primeros ejemplos en el arte y la literatura babilónica, asiria y persa, donde encontramos al grifo asociado a las distintas divinidades y otros seres mitológicos del mundo mesopotámico, y siempre en actitud guardiana.
Foto Emilio
Dentro de la mitología griega, las primeras representaciones las encontramos en la civilización minoica (Sarcófago de Hagia Triada), aunque alcanza su máxima difusión durante el periodo arcaico, donde los griegos los relacionaron con la protección de tesoros, generalmente de oro.
En el mundo romano el grifo parece ser utilizado como un símbolo de fuerza y vigilancia y es asociado a leyendas relacionadas con Apolo, Dionisio y Némesis. La leyenda cuenta que estos animales estaban consagrados al dios del sol, tirando de su carro y custodiando sus tesoros. También se han vinculado con el dios Dionisio, como encargados de proteger sus cráteras del vino, y con la diosa Némesis, diosa de la venganza, adoptando su forma.
Con la llegada del Cristianismo, el grifo se convirtió en uno de los pilares de los bestiarios medievales. Trasmitía una imagen de venganza y persecución, aunque más tarde, con la concepción dantesca del Averno, se relacionó con la naturaleza dual (divina y humana) de Jesucristo, precisamente por su dominio del cielo (en condición de águila) y de la tierra (como león).
En cualquier caso, siempre mantendrá una actitud de protección, sobre todo en templos y palacios de la arquitectura gótica (a modo de gárgolas) durante la Baja Edad Media.
El grifo también es un emblema heráldico, siendo frecuente encontrarlo en los escudos familiares y estandartes. De forma general representaba la fuerza, el valor y el ingenio que caracterizaron a los linajes que los mostraban.
En cuanto al grifo de Higuera parece estar más relacionado con el mundo funerario. Sería coherente pensar que junto a este simbolismo ultra terrenal, pudiera conservar parte de su antigua significación protectora en cuanto a que su cometido fuera el de salvaguardar al difunto. De este modo es más que probable que esta pieza pudiera coronar algún tipo de enterramiento o tumba.
En todo caso, la escasez de testimonios escritos acerca de su procedencia y origen, son aspectos que proyectan importantes sombras en lo referente a la interpretación de este ser misterioso. Aunque si admitimos las diferencias de interpretación de los distintos teóricos y la provisionalidad de las hipótesis vertidas sobre el grifo, podemos llegar a un claro esquema de comprensión de esta pieza tan enigmática.
Texto: José Carlos Gallardo González
Ermita de Nª Sra. de Loreto con el Grifo “La Mamarracha” a su puerta. Foto Emilio
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO
Al extremo de la población se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Loreto, fundada por la Orden del Temple a finales del siglo XIII. Frente a ella se encuentra una escultura en piedra de tipología medieval (siglos XIII-XIV), conocida popularmente como “La Mamarracha”. Los investigadores locales la consideran anterior, “joya arqueológica” -escribe M. R. Preyeso- “propia y típica de la dominación romana”, procedente de Nertóbriga u otro yacimiento próximo. Representa a un león alado y debajo una figura humana. El tratamiento técnico de crines y alas en bloques independientes da a la obra un sentido orientalizante. Remata el conjunto una Cruz de Santiago, de hierro forjado, de factura posterior. El edificio está construido de mampostería enlucida y encalada.
Foto Emilio
http://dolmentierraviva.blogspot.com.es/2013/05/el-grifo-de-higuera-la-real-la.html