Archivo por días: agosto 18, 2013

RELAJARSE- MEDITAR

No hace mucho un lector me preguntaba por qué se repetía todos los días este artículo.

Este artículo sale todos los días a las 23.00 hora española. Aunque con música diferente cada vez.

Es una invitación para el final de la jornada. 

Para pensar en lo realizado durante el día y relajarse con la música.

Para meditar y encontrar la paz y la armonía que solemos perder , ahí fuera.

La  palabra proviene de una raíz Indoeuropea que significa, “tomar medidas adecuadas”; en Latín es meditare ó meditatio y relaciona esta práctica con un ejercicio que puede ser, intelectual,espiritual, ó religioso.

El fin de la meditación es variado, pero el camino es la contemplación que se hace a través de un viaje interior profundo.

La meditación es solo una herramienta mas para usar las energías conscientes a través del amor por el planeta

PARA RELAJARSE ANTES DE MEDITAR

pueden bajarse también esta música

01.Dream-Away.mp3

02.Magical-Touch.mp3

03.Healing-Hands.mp3

04.Feeling-Energy.mp3

05.Fell-Well.mp3

06.Vitality.mp3

¿Qué es una meditación guiada?

Una meditación guiada consiste en usar el poder de la mente para visualizar una situación, con la ayuda del “guía” que conduce a los participantes por un determinado recorrido mental.

Las meditaciones guiadas encajan perfectamente dentro de nuestro concepto occidental que parece necesitar una estructura y forma dentro de un trabajo energético o espiritual, aparte de la posibilidad de alcanzar metas concretas.

Otra ventaja de éste tipo de meditación es que el trabajo mental activa nuestro lado energético. En otras palabras, lo que creamos con la mente se convierte a un nivel más profundo en un trabajo energético, consiguiendo así un resultado más profundo y efectivo.

Además, se puede elegir el nivel al que se desea trabajar. Quiero decir que si sólo deseas reducir tu estrés o relajarte después de un día laboral, ¡adelante! Experimentarás un bonito “paseo virtual” para relajarte y olvidarte del estrés durante una hora.

Pero si tu meta es ahondar en tu “ser interior” y explorar tus caminos energéticos y/o espirituales, te aportará mucho en ese sentido.

Lo importante, por encima de todo, es pasarlo bien así que… ¡a disfrutar!

Limpieza Tibetana.mp3

http://comunidadconsciencia.ning.com/group/audios/forum/topic/show?id=6536266%3ATopic%3A375171&xgs=1&xg_source=msg_share_topic

DORMIRNOS CORRECTAMENTE, DESPERTARNOS CORRECTAMENTE…Del libro TAMBIÉN VIVIMOS MIENTRAS SOÑAMOS de J.Trigueirinho

Se aconseja escuchar el video mientras se lee


Al prepararnos para dormir el yo superior reúne todas las energías disponibles y las lleva hacia la región del centro cardíaco. Importa acompañar este movimiento para interiorizarnos y partir hacia un sueño tranquilo, en dirección a niveles más profundos.

Cuando seguimos ese movimiento del yo superior, debemos descartar los pensamientos que pasan por el cerebro.

Cuando el cuerpo físico y el cerebro duermen, el alma se recoge en su propio nivel: la cuarta dimensión, la mente superior, o el llamado plano más alto del mental. Desde ahí, el alma puede, o no, enviar impresiones para los cuerpos de la personalidad. Si éstos estuvieran preparados y en reposo, pueden ser atravesados por los mensajes del alma y transmitidos del mental al emocional, del emocional al etérico y de éste al cerebro físico. Así, cuando después del sueño despierte habrá registrado en el cerebro lo que envió el alma. Si no fuera posible obtener una apropiada relajación, el mensaje no podrá pasar ni siquiera las barreras del mental, nivel más próximo a la región del alma.

Si en el proceso de relajarnos percibimos que las preocupaciones del día aún nos acompañan, podemos usar el recurso de recapitularlas a la inversa. Tal revisión debe ser calma, atenta e imparcial, para no promover nuevas asociaciones con hechos ya vividos. El efecto práctico de este trabajo es que todo lo que sucedió en el día se desarrolla en el cerebro, como episodios de una película, y acaba liberándose.

Si se duerme la persona durante esta recapitulación no tiene importancia si la intención ha sido de completarla, ya que el proceso de recapitular puede continuar mientras dormimos.
Conviene recordar que precisamos que el emocional permanezca en estado de relajación, porque la contraparte etérica del cerebro queda en contacto con él, recibiendo tanto sus corrientes positivas como las negativas.

Si el emocional no se relaja antes de comenzar el sueño, permanece en contacto con los cuerpos emocionales unidos y, entonces, recoge sentimientos, impresiones y sensaciones experimentadas durante el día. Debido a su capacidad de dramatizar, con el material recogido, crea una historia, historia que el cerebro registra y presenta como si fuera un sueño auténtico.

Podemos relajar el emocional procurando una buena posición para dormir -aquella en al cual el cuerpo se sienta más libre y a gusto- y liberando al cerebro de los hechos del día a través de una recapitulación a la inversa. A esta altura, el emocional debe estar deseando tener una noche tranquila, que el cuerpo físico y el cerebro se duerman y que él mismo esté listo para servir de transmisor a los mensajes del alma.

En el momento de la recapitulación, el emocional asume la tarea de desidentificarse de todo lo que ocurrió durante el día, y se relaciona con el deseo de tener una noche calma e instructiva..
El mental pensante, o mente concreta, también es capaz de producir sueños por cuenta propia, porque cuanto ocurrió durante el día, en la vida cotidiana, queda impreso en ella.

El trabajo en el cuerpo mental nos permite aprovechar la energía de la voluntad, que no se encuentra en otros cuerpos de la personalidad.. Para no sufrir influencias de pensamientos externos, individuales o colectivos, basta que antes de dormirnos construyamos una protección diciéndonos lo siguiente: No quiero que el mental registre lo que pasa fuera de mí, ni que haga contactos con quien haya estado durante el día, porque no quiero soñar lo que sueñan esas personas, ni tener sus pensamientos impresos en mi cerebro.

Resumen : Pasos que preparan a los cuerpos para el sueño

– Relajación del físico
– El trabajo del cerebro recapitulando a la inversa los acontecimientos del día
– El deseo emocional de tener una noche instructiva
– La voluntad mental de no sufrir interferencias.

Otra técnica:

Consiste en un cuidado especial de ese momento límite que precede al dormirnos, momento en el que no estamos ni despiertos ni dormidos, en el que vamos perdiendo la conciencia y entrando en lo onírico. Ahí, el último pensamiento conciente debe ser positivo y estar imbuido de la voluntad de ir hacia un nivel bien alto, superior: un pensamiento que sea la afirmación de un mundo espiritual. Esto determina una vida de sueños más adulta.

Este procedimiento no es sólo válido para cada una de nuestras noches sino también para el momento en que vamos a desencarnar. Al entrenar nuestros mecanismos al acostarnos cada noche, nos volvemos aptos para hacer ese ejercicio fácilmente en el momento de desencarnar, solo con una repercusión aún mayor: el último pensamiento determina una serie de condiciones para la vida futura.

El uso de estas técnicas, o de otras, no deber ser permanente. Alcanzado el autocontrol, cada persona descubre su disciplina propia, y finalmente hace todo de manera simple y natural, a su modo, pudiendo hasta conseguir orientación interna a tal respecto, lo que a cierta altura suele ocurrir.

DESPERTARNOS CORRECTAMENTE

Existe un momento de percepción muy breve, un instante, en que percibimos estar despertando y en el cual recapitulamos lo que ocurrió durante la noche.

Es en ese momento de percepción cuando más necesitamos tener cuidado para no permitir la entrada de preocupaciones, o del programa para el nuevo día. Por lo tanto, al tomar conciencia de que estamos despertando, intentemos en ese instante, permanecer inmóviles, sin pensamientos.

Al alcanzar ese silencio percibimos el despertar del cuerpo y nos cuidamos de no moverlo, especialmente la cabeza.

Si algún sueño necesitara venir a la memoria, esto podrá ocurrir en ese momento especial; si recordamos apenas una parte, basta tenerla presenta para que las restantes vayan surgiendo poco a poco y la totalidad se recomponga. Aunque apenas recordemos una parte, ésta puede ser útil.
No siempre el sueño entero ofrece material para la reflexión. Según parece, tenemos un mecanismo inteligente que selecciona apenas lo que nos es necesario recordar.

Una vez que hemos recordado el material del sueño, lo anotamos antes de pasar a otro que pudimos haber soñado la misma noche. Escribamos lentamente lo que logremos recordar, sin agitación, con el máximo posible de delicadeza y armonía. Después de anotar los puntos básicos de un sueño, o su totalidad, pasamos al recuerdo y estudio del segundo sueño que esté viniendo a nuestra memoria y así sucesivamente.

Si por ventura no tuviéramos éxito en el intento de rememorar un sueño, al levantarnos debemos continuar imbuidos de la misma disposición, alertas y abiertos para la eventual recepción de algún mensaje. Basta permanecer con esta intención durante todo el día para que se abra el canal que en el curso de las tareas normales permita acceder al recuerdo de los sueños.

Después de una noche creativa seguramente habrá transformaciones en nosotros, principalmente si el sueño profundo resultó provechoso. Si estos mensajes no quedaran apenas en el nivel del subconsciente o del propio inconsciente y la personalidad tomara cuenta de ellos, ésta podrá cooperar con el proceso.

Hay quienes tienen ideas fantásticas al despertar. Para desarrollar esa capacidad se recomienda que, antes de dormir, expongan con claridad el asunto a ser resuelto y lo entreguen a la supraconciencia. Al enviarlo para lo más profundo del ser, y no pensar más en él, la solución podrá imprimirse en el cerebro físico en el momento de despertar.

Quienes usan despertador ignoran que el cuerpo físico tiene una conciencia propia, capaz de atender a pedidos que le son formulados. Despertar en la hora en que necesitamos es uno de los servicios más comunes que esa conciencia puede prestar.

Como siempre está activa, basta pedirle que despierte al cuerpo físico en determinado horario y ella lo tomará en cuenta rápidamente.

Conviene recordar que, a pesar de que adoptemos todas estas actitudes positivas, lo que ocurre en los niveles internos durante el sueño escapa de nuestro control.

José Trigueirinho

Las cuevas de Moià resuelven cinco incógnitas sobre los neandertales

Una excavación que se desarrolla estos días en Moià, una localidad cercana a Barcelona (España), con 10 años ya de trayectoria, ha permitido dar respuesta a algunas incógnitas sobre el comportamiento de las comunidades neandertales. Está dirigida por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).

“Después de esta primera década, la valoración de los trabajos efectuados es muy positiva y ha permitido dar respuesta a cinco cuestiones importantes relacionadas con los neandertales”, señala Jordi Rosell, investigador del IPHES, profesor docente de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y codirector de las excavaciones en el Toll y en Teixoneres junto con Florent Rivals, investigador ICREA en el mismo centro de investigación.

¿En la lucha por las cuevas, ganaban osos o humanos?

Una de las cuestiones tiene que ver con los conflictos entre humanos y carnívoros en ese periodo, que habitualmente se resolvían a favor de los primeros. “A partir del registro arqueológico, hemos averiguado que, normalmente, las cuevas eran ocupadas en invierno por los osos de las cavernas y en primavera por las hienas u otros carnívoros”, añade el experto. Ocasionalmente, algunos grupos de neandertales visitaban estas cavidades, rompiendo la dinámica natural de sus residentes habituales.

“Por lo visto hasta ahora, la sola presencia –prosigue Rosell– de los neandertales debía ahuyentar a estos animales, los cuales, al igual que hacen hoy en día, preferían pasar desapercibidos por los humanos. En caso contrario, podían ser cazados, como lo demuestran algunas marcas de corte observadas sobre algunos osos de las cavernas de las Coves del Toll, hace 60.000 años, y que prueban su tratamiento por parte de los neandertales”.

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En la excavación participan miembros del IPHES y alumnado de diversas universidades españolas. (Foto: Jordi Mestre/IPHES)

¿Tenían campamentos estructurados?

En cuanto a la organización y estructuración de los campamentos de los neandertales, tradicionalmente eran muchos los que defendían su ausencia. En cambio, “la Cova de les Teixoneres sugiere el uso de áreas específicas para fines concretos”, apunta el investigador.

Generalmente, todo se realizaba en torno a los hogares, que se situaban en la zona exterior. Solamente en un caso se utilizó el área más interna para situar uno relacionado con el consumo de un cérvido. “La falta de estructuración observada en otros yacimientos se debe, probablemente, a la acción posterior de carnívoros que, intentando aprovechar los despojos abandonados por los grupos humanos, posiblemente han removido los restos”, observa.

¿Existía un ‘territorio’ neandertal?

Por otra parte, los grupos humanos que visitan las Coves del Toll y las Coves Teixoneres no parecen ser autóctonos de la comarca catalana del Moianès. Las rocas que utilizan parecen proceder mayoritariamente de áreas alejadas, sobre todo de la comarca de Osona. No obstante, la reiteración en sus visitas a las cuevas sugiere la existencia de unos recorridos bien establecidos para un territorio con puestos clave o de visita obligada, como la Cova de las Teixoneres.

¿Comían de todo?

Una de los principales ventajas que ofrece el estudio de los grupos humanos viajeros, como es el caso de los neandertales que visitaban las Coves del Toll y las Coves Teixoneres, es la diversidad de recursos que son capaces de explotar durante sus trayectos. Esto permite visualizar con claridad el espectro de animales que ellos contemplaban como presas.

“Ahora mismo, sabemos que en el Moianès los neandertales explotaban la carne de animales pequeños, como las tortugas o los conejos, y de animales muy grandes, como los rinocerontes y los uros, pasando por caballos, asnos silvestres, ciervos, corzos e incluso, jabalíes”, asegura Rosell.

¿Vivieron cambios climáticos acusados?

Entre hace 40.000 y 70.000 años antes de ahora, que es el período más estudiado hasta la fecha por lo que se refiere a dichas cuevas, parece producirse una diversidad de ambientes importante. El paisaje habría sido dominado todo el tiempo por una significativa cobertura forestal. No obstante, se registran periodos de fríos rigurosos, durante les cuales en las cuevas aparecen animales como el rinoceronte lanudo y el mamut, y períodos más templados, con presencia de corzo o de asno silvestre. Según el arqueólogo del IPHES, esto indica que los cambios climáticos ocurridos en los últimos 100.000 años fueron bastante extremos.

Lejos aún de terminar la investigación, las incógnitas resueltas sirven para plantear nuevas preguntas y más objetivos de cara a futuras campañas. Una de ellas es ver qué relación había entre las diferentes modalidades de campamentos neandertales y los cambios climáticos. Es decir, saber si el clima condicionaba los modos de vida de los neandertales y su movilidad por el territorio.

El segundo reto es confirmar si existía una cacería regular del oso de las cavernas por parte de los neandertales. Por ahora, los restos recuperados de estos animales con indicios de haber sido tratadas por los humanos son escasos. “Sin embargo, futuras excavaciones –avanza Jordi Rosell– harán aumentar este número y permitirán comprobar esta hipótesis con garantías”. (Fuente: Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social)

http://noticiasdelaciencia.com/not/7971/las_cuevas_de_moia_resuelven_cinco_incognitas_sobre_los_neandertales/

Saltos en el Tiempo:Una Excursion al Pasado

La experiencia que vivieron dos inglesas durante una visita a Versalles en verano de 1901 fue discutida durante muchos años. Las señoritas Moberley y Jourdain afirmaban haber retrocedido al siglo XVIII, en plena época de María Antonieta.

   
 
Cuando las señoritas Moberley y Jourdain visitaron el palacio de Versalles el 10 de agosto de 1901, todo parecía normal, al principio. Después de visitar la Galería de los Espejos atravesaron el parque, buscando el Pequeño Trianón (en la foto), la mansión aislada que había pertenecido a María Antonieta. Fue entonces cuando se encontraron en lo que parecía otra época 

En una cálida tarde de agosto de 1901, dos maestras de mediana edad, las señoritas Anne Moberley yEleanor Jourdain, decidieron aprovechar susvacaciones en París para visitar el palacio de Versalles, que ninguna de las dos conocía. Ambas se interesaban por la historia y poseían cierto nivel cultural, ya que la señorita Moberley era directora del Instituto St Hugh, y la señorita Jourdain, de una escuela de niñas en Watford. Ninguna de las dos tendía a ser crédula ni neurótica.

Después de recorrer el palacio se sentaron a descansar en la Galería de los Espejos. Las ventanas abiertas y el aroma de las flores las incitaron a volver a salir, esa vez en dirección al Pequeño Trianón, el palacete que Luis XV construyó en los terrenos de Versalles, y que su sucesor, Luis XVI, regaló a la reina María Antonieta. Llegaron a un lago alargado, a cuya derecha había un bosquecillo con un claro, y después a otro estanque, junto al cual se levantaba el Gran Trianón, palacio construido por Luis XIV. Lo dejaron a su izquierda y llegaron hasta un sendero cubierto de hierba.

No estaban seguras del camino y, en vez de bajar por el sendero, que llevaba directamente al Pequeño Trianón, lo cruzaron y siguieron por un sendero lateral. La señorita Moberley vio a una mujer asomada a la ventana de un edificio que había en un recodo del sendero; sacudía una tela blanca. La inglesa se sorprendió al ver que su amiga no se detenía a preguntarle el camino. Después se enteró de que la señorita Jourdain no lo hizo porque no había visto ni a la mujer ni el edificio.

A esas alturas, las dos mujeres no tenían conciencia de que sucediera algo extraño, y conversaban animadamente sobre temas que no tenían nada que ver. Doblaron a la derecha, pasaron junto a unos edificios y distinguieron el final de una escalera tallada al otro lado de un portal abierto. No se detuvieron, sino que tomaron el sendero central de los tres que había delante de ellas; la única razón para que lo hicieran fue la presencia de dos hombres que parecían estar trabajando allí, con una especie de carretilla y una pala puntiaguda. Parecían jardineros, aunque las mujeres pensaron que vestían de forma rara; llevaban largas chaquetas gris verdoso y tricornios. Los hombres les dijeron que siguieran en línea recta y las amigas continuaron como antes, absortas en su conversación.

 

Irrupción Del Pasado

Las señoritas Anne Moberley  y Eleanor Jourdain. Decididas a descubrir qué había detrás de su experiencia, las dos visitaron repetidamente el Pequeño Trianón, pero descubrieron que los jardines habían cambiando mucho desde su primera visita.

Fue más o menos entonces cuando las dos mujeres comenzaron a sentir una cierta opresión (de forma independiente; no comentaron el hecho en aquel momento); observaron que su entorno era curiosamente llano, y ambas tuvieron la sensación de que el paisaje se había vuelto bidimensional. Esas sensaciones se hicieron abrumadoras cuando se acercaron a «un pequeño kiosco de jardín, circular, como un kiosco de música; junto a él se sentaba un hombre». A ninguna de las dos le gustó el aspecto del hombre; su rostro era oscuro y repulsivo. Notaron que llevaba una capa y un sombrero al estilo español. Aunque no se sentían muy seguras de su camino, por nada del mundo le hubiesen dirigido la palabra al hombre del kiosco.

Sintieron alivio al escuchar pasos que se acercaban aprisa detrás de ellas pero, cuando se volvieron, el sendero estaba vacío. Con todo, la señorita Moberley vio a otra persona que apareció súbitamente. Parecía «sin duda, un caballero… alto, con grandes ojos oscuros… cabellos negros rizados». Él también llevaba capa y sombrero español y parecía nervioso cuando les indicó dónde estaba la casa. Les sonrió de una forma que les pareció peculiar pero, cuando se volvieron para darle las gracias, había desaparecido. Volvieron a escuchar el ruido de alguien que corría, aparentemente muy cerca de ellas, pero no vieron a nadie.

Cruzaron un puentecito sobre un barranco en miniatura, miraron la cascada que caía junto a él y, finalmente, llegaron a «una mansión campestre pequeña, cuadrada y sólidamente construida», con una terraza que daba al norte y al oeste. La señorita Moberley vio a una dama sentada en el césped, de espaldas a la terraza, que parecía estar haciendo un dibujo. La dama las miró fijamente cuando pasaron junto a ella. La señorita Moberley comentó que, aunque era bastante bonita, ya no era joven, y no le pareció atractiva. Esto no le impidió observar el vestido que llevaba, de una tela ligera y escotado. Sus abundantes cabellos rubios estaban cubiertos por un gran sombrero blanco.

Las dos inglesas pasaron junto a ella en silencio y subieron a la terraza; la señorita Moberley se sentía como si estuviera andando en sueños. Entonces volvió a ver a la dama, esta vez de espaldas, y sintió alivio porque la señorita Jourdain no le había preguntado si podían entrar en la casa. En realidad, la señorita Jourdain no la había visto.

Estaban ya en el ángulo suroeste de la terraza. Cuando se volvieron, vieron una segunda casa de la que salió un joven (con «aspecto de lacayo») quien les ofreció acompañarlas en la visita. Entonces se les unió una alegre boda y se sintieron de mejor humor.

Las dos señoritas no hablaron de estos acontecimientos durante la semana siguiente. Sólo cuando la señorita Moberley se puso a escribir su versión de los hechos y volvió a sentir una sensación de opresión, preguntó a su amiga: «¿No crees que el Pequeño Trianón está embrujado?» La señorita Jourdain pensaba lo mismo. Sólo entonces compararon las notas y supieron las diferencias existentes entre sus experiencias.

Ambas mujeres escribieron, tres meses después y por separado, sendos relatos completos de lo sucedido. Este lapso de tiempo fue uno de los factores que provocaron el escepticismo, de comentaristas posteriores: los recuerdos de un suceso, registrados al cabo de tres meses, eran menos exactos que si se redactaban de forma inmediata. Las maestras eran pues, sospechosas de «reconstrucción imaginativa».

Sin embargo, existían leyendas relacionadas con el Trianón que apoyaban su versión. Una amiga parisina de la señorita Jourdain le contó que gente de Versalles había visto a María Antonieta, un día de agosto, sentada en los jardines del Pequeño Trianón, con un vestido rosa y un gran sombrero de paja. El lugar, en su conjunto -las personas presentes y el tipo de diversiones- parecía, según dijo esta amiga, una reproducción exacta del fatídico 10 de agosto de 1792, día del saqueo de las Tullerías, de la fuga de la familia real a París y del encarcelamiento del rey y la reina en el Temple. Las dos señoritas se preguntaron si se habrían topado con algún recuerdo de la reina, proyectado por ella sobre el Trianón o retenido por el propio lugar. Desconcertadas por lo que habían encontrado, decidieron comparar los detalles de su experiencia con los hechos, y regresaron a Versalles.

 

Un Círculo De Influencia

Plano de parte del camino recorrido por las dos maestras inglesas durante su paseo del 10 de agosto de 1901, en las inmediaciones del «hameau». El esquema constituye un sector ampliado de un mapa dibujado por Richard Mique, arquitecto paisajista y jardinero de María Antonieta.

La señorita Jourdain volvió sola al Trianón en enero del año siguiente, y de nuevo sintió una cualidad alucinatoria en el lugar, derivada en parte de la atmósfera y en parte de lo sucedido anteriormente. Algunos detalles eran diferentes: el kiosco, por ejemplo, no parecía ser el mismo edificio, y al comienzo no sintió nada extraño. Sólo cuando atravesó el puente que conduce al Hameau (Aldea), donde la reina María Antonieta y sus amigos jugaban a los campesinos, sintió como si hubiese atravesado una línea, como si hubiese entrado en un círculo de influencia. Vio un carro que estaba siendo cargado de leña por dos peones que llevaban túnicas y capas con capucha. Volvió un momento la cabeza hacia el Hameau, y cuando miró nuevamente los dos hombres y el carro habían desaparecido.

Hubo otros incidentes: la visión de un hombre embozado moviéndose entre los árboles, el crujido de vestidos de seda, la sensación de estar rodeada por una multitud de seres invisibles, el sonido de una banda distante tocando música ligera; pero ninguna de esas sensaciones era comparable a los hechos de agosto de 1901.

Las dos amigas volvieron varias veces a Versalles, pero nunca revivieron su primera experiencia. Por el contrario, descubrieron que la disposición del jardín había cambiado mucho desde su primera visita. Algunos bosques habían desaparecido; ciertos senderos también; había edificios alterados; el kiosco había desparecido; el barranco, el puente y la cascada también. El Trianón del siglo XX tenía muy poca relación con el que habían visto la primera vez. Desconcertadas e intrigadas, las dos maestras emprendieron una investigación de la historia del Trianón de la reina María Antonieta.

Hay que tener en cuenta lo poco que se sabía en esa época de las experiencias retrocognitivas a gran escala. Como esta aventura fue especialmente compleja, la explicación más simple parecía ser que habían tenido una alucinación, que sus recuerdos eran inexactos o que estaban «adornando» su experiencia; también se habló mucho de que ninguna de las dos mujeres se apercibió en aquel momento de que estaba viendo cosas que no existían.

Las dos maestras se sentían lo suficientemente convencidas de la rareza de su experiencia como para querer comprobar los hechos, ya que en los años siguientes se tomaron el trabajo de investigar los detalles de la estructura original del Trianón, la disposición primitiva de los jardines y el nombre de su responsable, la clase de trabajadores que podía emplear la reina allí y los uniformes que podrían haber llevado. A la luz de los resultados, el sarcasmo de un periodista que dijo que habían visto a gente real en 1901, con ropas de 1901, no se sostiene. Los uniformes gris-verde y los tricornios no correspondían a funcionarios del Trianón de 1901, ya que «el verde era el color de la librea real, y ahora nadie lo lleva», según los resultados de la investigación de Moberley y Jourdain, publicada en las últimas ediciones de su libro An adventure (Una aventura). Las apariciones, ¿pudieron ser una mascarada?; la música fantasmal, ¿la de una orquesta real que tocaba fuera de la vista? Quizá, pero, ¿por qué había máscaras corriendo por bosques inexistentes y senderos desaparecidos en un cálido día de agosto de 1901? Se podrá objetar que Moberley y Jourdain se paseaban por ese mismo paisaje en ese momento, pero no corrían, ni iban disfrazadas. En cuanto a la música que oyó la señorita Jourdain en 1902, descubrió inmediatamente que ninguna banda había estado tocando esa tarde.

 

Una Ocurrencia Tardía

Proyecto para el trazado de los futuros jardines del Pequeño Trianón, realizado en 1774 por el jardinero jefe Antoine Richard. El círculo marca un kiosco de estilo achinado, parecido al que vieron las maestras, pero no existen pruebas de que llegara a ser construido alguna vez.

El kiosco que vieron se parecía algo a uno que había figurado en los planos originales del Trianón como una ruine -o sea, una locura decorativa-, pero no es seguro que fuera construido alguna vez. De hecho, el kiosco fue una fuente de dificultades para las dos maestras en sus esfuerzos por identificarlo con algún rasgo original del Trianón; vacilaron y modificaron sus opiniones. Les parecía que «tenía algo de chino». Un crítico francés, Léon Rey, que escribía en la Revue de Paris, lo identificó con un edificio llamado Jeu de Bague, que era de estilo vagamente oriental. Pero las dos inglesas no estuvieron de acuerdo y señalaron las discrepancias entre el kiosco del 10 de agosto -que, después de todo, ellas habían visto y Rey no- y el Jeu de Bague. Su referencia a «algo de chino» no fue hecha hasta 1909, lo que sugiere una ocurrencia tardía. Sin embargo existen datos de que, en 1774, el jardinero jefe de María Antonieta,Antoine Richard, había planeado la construcción de un kiosco pequeño, del tipo del que las dos maestras creyeron ver en 1901.

A medida que uno examina los «hechos» narrados por Moberley y Jourdain, y las acusaciones y contraacusaciones que se les hicieron a lo largo de los años (hasta los años cincuenta), su relato y su interpretación se vuelven cada vez más confusos. El hombre moreno que inspiró tanta aversión a las maestras fue «identificado» como el conde de Vaudreuil, quien desempeñó un siniestro papel en los últimos meses del reinado de María Antonieta, aunque otro crítico sugirió que la figura podía haber sido el anciano Luis XV. Apenas existe un detalle en la narración de las dos mujeres que después no haya sido contradicho o discutido por otra explicación, aún más improbable, de lo que habían visto originalmente.

Resultaría pesado reconstruir los pasos de las investigaciones que Moberley y Jourdain realizaron a lo largo de varios años, o discutir las muchas formas en que han sido interpretados los detalles de su aventura. Los críticos no sólo contradijeron a las maestras sino que se contradijeron entre sí, e hicieron los mayores esfuerzos por demostrar que las mujeres imaginaron lo que vieron, lo malinterpretaron, lo distorsionaron o lo desfiguraron: Sus investigaciones, según los críticos desfavorables, no fueron suficientemente cuidadosas ni estuvieron bien llevadas; ellas dejaron que investigaciones posteriores influyeran en el relato que hicieron de los hechos, y adoptaron a posteriori sus propias experiencias para que coincidieran con lo que habían descubierto. En otras palabras,(los críticos afirmaron que Moberley y Jourdain habían distorsionado sistemáticamente los libros para que coincidieran con suhistoria. Las dos damas, cuya inteligencia parece haber sido tan aguda como la de sus críticos, fueron condenadas como una pareja de solteronas crédulas, cuyas cabezas estaban llenas de tonterías románticas acerca de la desventurada reina de Francia.

Sin embargo, ésta no es la impresión que se obtiene al leer los documentos Moberley-Jourdain. Las mujeres parecen equilibradas, sensatas y verdaderamente intrigadas por lo que les sucedió aquel día de agosto de 1901. Sus investigaciones posteriores fueron tan completas como permitieron la oportunidad y la disponibilidad de materiales, y aunque las dos mujeres fueron acusadas de alterar su relato original para adaptarlo a hechos revelados posteriormente, bien podría ser que no hubieran entendido lo que habían visto hasta que el descubrimiento de ciertos hechos lo aclaró. Desde luego, Moberley y Jourdain no conservaron un registro minucioso y un relato documentado de lo sucedido. Probablemente, nunca se les ocurrió que eso sería necesario para probar su veracidad.

No es posible juzgar qué sucedió realmente el 10 de agosto de 1901. Es probable que las maestras tropezaran con una alucinación a gran escala consecuente con las condiciones de un salto temporal retrocognitivo. El aspecto más interesante de la cuestión fue el constante intercambio, visual y verbal, que al parecer tuvo lugar entre las figuras del pasado y las del presente.

Tampoco fue única, en cuanto a la escala, la aventura de Versalles, ya que otras dos inglesas vivieron una experiencia similar en Dieppe 50 años después. ¿Será el aire de Francia, o su historia, lo que promueve esos fenómenos tan curiosos?

http://www.superenigmas.com/articulos/saltos-en-el-tiempo/saltos-en-el-tiempo.htm

¿Dónde estaba ubicada la “Tierra de Nod”, el reino perdido de Caín?

Una colaboración de lalunagatuna

Según el Génesis, Caín fue el mayor de los hijos de Adán y Eva, y el primer ser humano nacido fuera del Paraíso. Según la Biblia, Adán y Eva concibieron a Caín después de ser desterrados del Paraíso por Dios, también llamado en hebreo Jehová, debido a que habían desobedecido su orden de no comer del árbol del bien y del mal.
Después de Caín concibieron a Abel. Caín se dedicó a la agricultura, mientras que su hermano menor al pastoreo. Tal como indico en mi artículo de bienvenida, hay una serie de artículos en este blog (como es el caso de este artículo) en que me baso en las obras del escritor e investigador Zecharia Sitchin, lamentablemente fallecido reiéntemente. En esos tiempos era común agradecer a Jehová por los buenos cultivos o la buena crianza del ganado, por lo que estos hermanos le presentaron sus sacrificios; al verlos Jehová prefirió el sacrificio de Abel (de los primogénitos de sus ovejas) que el de Caín (del fruto de la tierra), quien enloqueció de celos y mató a su hermano, yéndose, después de esto, a sus cultivos.
 Al ser interrogado por Jehová acerca del paradero de su hermano, Caín responde «¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?». Sabiendo Yavé lo que había ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra de Nod. Pero, ¿dónde estaba ubicada esta “tierra de Nod”
La capital azteca, Tenochtitlán, era una impresionante metrópolis cuando llegaron los españoles. Sus crónicas la describen como una ciudad grande, si no más grande que la mayoría de las ciudades europeas de su tiempo, bien diseñada y administrada.
Situada en una isla del lago Texcoco, en el valle central de las tierras altas, estaba rodeada de agua y cruzada por canales. Las largas y amplias calzadas que conectaban a la ciudad con la tierra firme impresionaron enormemente a los conquistadores, al igual que las numerosas canoas que surcaban sus canales, las calles inundadas de gente, y los mercados repletos de mercaderes y mercancías de todo el reino. El palacio real tenía numerosas dependencias llenas de riquezas, rodeado de jardines en donde había una inmensa pajarera y un gran parque zoológico. Una gran plaza, rebosante de actividad, era el escenario de las fiestas y de los desfiles militares.
Pero el corazón de la ciudad y del imperio era su enorme centro religioso, un inmenso rectángulo de casi cien mil metros cuadrados rodeado por un muro construido para dar la impresión de serpientes retorcidas. Había multitud de edificios dentro de este recinto sagrado, los más sobresalientes de los cuales eran el Gran Templo, con sus dos torres, y el templo parcialmente circular de Quetzalcóatl. En la actualidad, la gran plaza del Zócalo y la catedral de Ciudad de México ocupan parte de aquel antiguo recinto sagrado, al igual que muchas calles y edificios adyacentes. Tras una excavación fortuita que tuvo lugar en 1978, ahora es posible ver y visitar una parte importante del Gran Templo, y en la última década se ha podido conocer lo suficiente como para hacer una reconstrucción a escala del recinto, tal como fue en sus tiempos gloriosos.
El Gran Templo tenía la forma de una pirámide escalonada, elevándose por pisos hasta una altura de alrededor de cincuenta metros con una base de unos 45 m2. Era la culminación de varias fases de construcción, en que la estructura externa estaba construida sobre otra anterior más pequeña, y ésta cubría otra estructura aún más antigua. En total, siete estructuras se sobreponían unas a otras. Los arqueólogos pudieron acceder, capa tras capa, hasta el Templo II, que fue construido en los alrededores del 1400 d.C. Y éste, al igual que el último, ya tenía las dos torres gemelas distintivas en su cúspide.
Simbolizando un extraño culto doble, la torre del lado norte era un santuario dedicado a Tláloc, dios de las tormentas y los terremotos, mientras que la torre sur estaba dedicada a la deidad azteca Huitzilopochtli, su dios de la guerra. Se le representaba habitualmente con un arma mágica llamada la Serpiente de Fuego, con la que se dice que había derrotado a cuatrocientos dioses menores. También aquí, como en las mitologías sumeria e hindú, se habla de guerras entre “dioses” utilizando armas terribles.
Dos monumentales escalinatas llevaban hasta la cúspide de la pirámide por su lado occidental, una en cada torre. Ambas estaban decoradas en su base con dos feroces cabezas de serpiente talladas en piedra, siendo una de ellas la Serpiente de Fuego de Huitzilopochtli, y la otra la Serpiente de Agua que simbolizaba a Tláloc. En la base de la pirámide se encontró un disco de piedra grande y grueso en cuya parte superior había tallada una representación del cuerpo desmembrado de la diosa Coyolxauhqui. Según la tradición popular azteca, se trataba de la hermana de Huitzilopochtli, que tuvo un altercado con él durante la rebelión de los cuatrocientos dioses y en la que se vio involucrada. Parece que su trágico destino fue una de las razones de la creencia azteca de que había que aplacar a Huitzilopochtli con la ofrenda de los corazones de víctimas humanas.
El motivo de las torres gemelas quedó realzado posteriormente en el recinto sagrado con la erección de dos pirámides coronadas con torres, una a cada lado del Gran Templo, y dos más, al oeste. Las dos últimas flanqueaban el templo de Quetzalcóatl, que tenía la poco habitual forma de una pirámide escalonada regular por delante, pero con una estructura escalonada circular por detrás, desde donde seguía elevándose hasta convertirse en una torre circular con cúpula cónica. Muchos creen que este templo servía como observatorio solar.
A. F. Aveni (Astronomy in Ancient Mesoamerica) afirma que, en los días de los equinoccios (21 de marzo y 21 de septiembre), cuando el Sol se eleva en el este exactamente sobre el ecuador, la salida del Sol se podía ver desde la torre de Quetzalcóatl justo entre las dos torres de la cúspide del Gran Templo. Y ello era posible porque los arquitectos del recinto sagrado habían erigido los templos a lo largo de un eje arquitectónico que no estaba alineado exactamente con los puntos cardinales, sino con un eje desviado siete grados y medio hacia el sudeste; así se compensaba exactamente la posición geográfica de Tenochtitlán (al norte del ecuador), permitiendo la visión del Sol en aquellas fechas cruciales elevándose por entre las dos torres gemelas.
Aunque los españoles no se percataron de este sofisticado detalle del recinto sagrado, las crónicas que dejaron hablan de su asombro al encontrarse no sólo con un pueblo cultivado, sino también con una civilización en ciertos aspectos similar a la española. Aquí, al otro lado de lo que había sido un océano prohibido, aparentemente aislado del mundo civilizado, había un Estado encabezado por un rey -al igual que en Europa. Nobles, funcionarios y cortesanos llenaban la corte real. Había emisarios que iban y venían con información. Se obtenía tributo de las tribus vasallas y los ciudadanos pagaban sus impuestos. En los archivos reales se conservaban los registros escritos de la riqueza, las dinastías y las historias tribales. Había un ejército con un mando jerárquico y armas perfeccionadas. Y se practicaban artes y oficios, música y danza. Había festividades relacionadas con las estaciones y días sagrados prescritos por una religión de Estado, al igual que en Europa.
Y había un recinto sagrado con sus templos, capillas y residencias, rodeado por un muro, recorrido por una jerarquía de sacerdotes que, al igual que en la Europa de su tiempo, no eran sólo custodios de la fe e intérpretes de la voluntad divina, sino también guardianes de los secretos del conocimiento científico. ¿Por qué esto nos recuerda el Vaticano, en Roma? Además en este entorno eran fundamentales la astrología, la astronomía y los misterios del calendario.
Algunos cronistas españoles de la época, como Bernal Díaz del Castillo (Historia Verdadera), intentando disimular las impresiones positivas de lo que deberían haber sido unos indios salvajes, le atribuyeron a Cortés una reprimenda a Moctezuma por adorar «ídolos que no son dioses, sino demonios malignos», una influencia nefasta que, supuestamente, Cortés se ofrecía a contrarrestar construyendo en la cima de la pirámide un santuario con una cruz «y la imagen de Nuestra Señora». Pero, para asombro de los españoles, el símbolo de la cruz ya era conocido de los aztecas, que lo tenían por un símbolo de significado celestial y que figuraba como emblema del escudo de Quetzalcóatl
Pero, además, por entre el laberinto de un panteón de numerosas deidades, se podía ver la creencia subyacente en un Dios Supremo, un Creador de todo lo existente. Algunas de las oraciones que le dedicaban resultaban incluso familiares; he aquí unos cuantos versos de una oración azteca, conservada en español a partir de la lengua original náhuatl:
Tú habitas los cielos,
Tú sostienes las montañas…
Tú estás en todas partes, eterno.
A Ti se te suplica, se te ruega.
Tu gloria es eminente.
¡Realmente sorprendente!
Sin embargo, aún con todas aquellas sorprendentes similitudes, existía una desconcertante diferencia con la civilización azteca. No era sólo la idolatría, de la que las masas de frailes y padres hacían su particular guerra santa; ni siquiera las bárbaras costumbres de arrancar los corazones de los prisioneros y ofrecérselos palpitando aún a Huitzilopochtli (una práctica que, por cierto, parece que introdujo el predecesor de Moctezuma, ya en 1486). Se trataba, más bien, de la impresión global que ofrecía esta civilización, que parecía el resultado de un progreso al que hacia tiempo se había puesto freno a su evolución.
Los edificios eran impresionantes y estaban magníficamente diseñados, pero ya no se construían con piedras talladas. Más bien semejaban a las construcciones de adobe y piedras burdamente sujetas con simple argamasa. El comercio era amplio, pero no era más que un comercio de trueque. El tributo se pagaba en especies; los impuestos, con servicios personales, ya que no se conocía el dinero. Las telas se confeccionaban en un telar de lo más rudimentario; el algodón se hilaba sobre husos de arcilla, similares a los encontrados en las ruinas de Troya (segundo milenio a.C.) y en algunos lugares de Palestina (tercer milenio a.G).
Tanto en sus herramientas como en sus armas, los aztecas estaban en la edad de piedra, inexplicablemente desprovistos de herramientas y armas de metal, a pesar de conocer el oficio de la orfebrería. Para cortar, utilizaban pedacitos de obsidiana parecidos al cristal. Y uno de los objetos predominantes de la época de los aztecas fue el cuchillo de obsidiana, que utilizaban para sacar los corazones de los prisioneros..
Debido al hecho de que otros pueblos de América no disponían de escritura, los aztecas parecían un pueblo más avanzado, al menos en este aspecto, dado que utilizaban cierto sistema de escritura. Pero no era una escritura alfabética, ni tampoco fonética; consistía en una serie de imágenes, como dibujos en una tira cómica. En comparación, en el Próximo Oriente de la antigüedad, que es donde apareció la escritura hacia el 3800 a.C. (en Sumer) en forma de pictogramas, éstos se estilizaron con rapidez hasta convertirse en la escritura cuneiforme, avanzaron hasta una escritura fonética en donde los signos representaban sílabas, y, hacia finales del segundo milenio a.C, apareció un alfabeto completo. La escritura con imágenes apareció en Egipto cuando se instauró la realeza, hacia el 3100 a.C, y rápidamente evolucionó hasta convertirse en un sistema de escritura jeroglífica.
Los estudios de los expertos, como el de Amelia Hertz (Revue de Synthése Historique), han llegado a la conclusión de que la escritura por imágenes de los aztecas en el año 1500 d.C. era similar a la primitiva escritura egipcia, como la de la tablilla de piedra del rey Narmer, a quien algunos consideran el primer rey dinástico de Egipto, cuatro milenios y medio antes. Amelia Hertz se encontró con otra curiosa analogía entre el México de los aztecas y el Egipto de las primitivas dinastías. En ambos, a pesar de que la metalurgia del cobre aún no se había desarrollado, la orfebrería estaba tan avanzada que los orfebres podían engastar turquesas, una piedra semipreciosa muy valorada en ambos lugares, en los objetos de oro.
El Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México expone el legado arqueológico del país en un edificio con una serie de salas o secciones interconectadas, que lleva al visitante a través del tiempo y del espacio, desde los orígenes prehistóricos hasta la época de los aztecas. La sección central se dedica a los aztecas; que es el núcleo de la arqueología nacional mexicana, pues aztecas es un nombre que se le dio a este pueblo con posterioridad. A sí mismos se llamabanmexica, dando así su nombre preferido no sólo a la capital, construida donde había estado el Tenochtitlán azteca, sino también a todo el país.
La Sala Mexica, que es como se le llama, está calificada como la más importante. Sus grandiosas dimensiones se establecieron para enmarcar adecuadamente a la antigua cultura mexicana. Entre sus monumentales esculturas de piedra se incluyen el inmenso Calendario de Piedra, que pesa alrededor de 25 toneladas, enormes estatuas de varios dioses y diosas, y un grueso y enorme disco de piedra grabado a su alrededor. Efigies de piedra y arcilla más pequeñas, utensilios de loza, armas, ornamentos de oro y otros restos aztecas llenan la impresionante sala.
El contraste entre los primitivos objetos de arcilla y madera, así como las burdas efigies por una parte, y las poderosas piedras talladas y el monumental recinto sagrado por otra, es asombroso. Resulta inexplicable para el escaso lapso de cuatro siglos de presencia azteca en México. ¿Cómo se pueden justificar las diferencias entre estas dos capas de civilización? Cuando se busca la respuesta en la historia conocida, los aztecas se nos presentan como un pueblo nómada, una tribu inmigrante que se introdujo en un valle poblado por tribus de una cultura más avanzada.
Al principio, parece ser que se ganaban la vida sirviendo a las tribus pobladoras, principalmente como mercenarios a sueldo. Pero, con el tiempo, se las ingeniaron para imponerse a sus vecinos, tomando prestada no sólo su cultura, sino también a sus artesanos. Aún siendo seguidores de Huitzilopochtli, los aztecas adoptaron el panteón de sus vecinos, incluido el dios de la lluvia Tláloc y al benévolo Quetzalcóatl, dios de los oficios, la escritura, las matemáticas, la astronomía y el cálculo del tiempo.
Pero las leyendas, lo que los expertos llaman «mitos migratorios», sitúan los acontecimientos bajo una luz diferente, comenzando el relato en una época mucho más antigua. Las fuentes de esta información no se basan sólo en la tradición oral, sino también en diversos libros llamados códices. Éstos, como el Códice Boturini, dicen que el hogar ancestral de la tribu azteca se llamaba Azt-lan («Lugar Blanco»). Aquél era el hogar de la primera pareja Patriarcal, Itzac-mixcóatl («Blanca Serpiente Nube») y su esposa Illan-cue («Vieja Mujer»); ellos fueron los que engendraron a los hijos de los que provendrían las tribus de habla náhuatl, entre las que se encontraban los aztecas. Los toltecas también eran descendientes de Itzac-mixcóatl, pero su madre era otra mujer, siendo así hermanastros de los aztecas.
¿Dónde estaba situado Aztlán? Nadie lo sabe con certeza. De los numerosos estudios que tratan de este asunto, entre los que se incluyen teorías de que se trataba de la legendaria Atlántida, uno de los mejores es el de Eduard Seler, que afirma que Aztlán era un lugar que al parecer estaba relacionado con el número siete, habiéndosele llamado en alguna ocasión Aztlán de las Siete Cuevas. También se le describía en los códices como un lugar reconocible por sus siete templos: una gran pirámide escalonada central rodeada por seis santuarios menores.
En su Historia de las cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún, utilizando los textos originales en la nativa lengua náhuatl escritos después de la Conquista, habla de la migración de varias tribus desde Aztlán. Hubo siete tribus en total, que dejaron Aztlán en barcos. Los libros ilustrados los muestran pasando junto a un lugar cuyo pictograma sigue siendo un enigma. Sahagún ofrece varios nombres para las estaciones del camino, llamando al lugar de desembarco «Panotlán», que significa, simplemente, «lugar de llegada por el mar», pero que por diversas pistas los expertos han concluido que se puede tratar de la actual Guatemala.
Las tribus llevaban con ellos a cuatro hombres sabios para que les guiaran y les dirigieran, dado que llevaban consigo manuscritos rituales y los secretos del calendario. Desde allí, las tribus se encaminaron hacia el Lugar de la Serpiente-Nube, donde al parecer se dispersaron. Por fin, aztecas y toltecas llegaron a un lugar llamado Teotihuacán, en donde construyeron dos pirámides, una dedicada al Sol y la otra a la Luna.
Sus reyes gobernaron en Teotihaucán y fueron enterrados allí, ya que ello implicaba reunirse con los dioses en la otra vida. No está claro el tiempo que pasó hasta que se embarcaron en el siguiente viaje migratorio, pero en algún momento las tribus comenzaron a abandonar la ciudad sagrada. Los primeros en irse fueron los toltecas, que se fueron para construir su propia ciudad, Tollan. Los últimos en partir fueron los aztecas. Sus andanzas les llevaron a diversos lugares, pero no encontraban descanso. Durante todo el tiempo de su última migración, su líder recibió el nombre de Mexitli, que significa «El Ungido». En él, según algunos expertos, estaría el origen del nombre tribal mexica («el pueblo ungido»).
La señal para la última migración se la dio a los aztecas/mexica su dios Huitzilopochtli, quien les prometió una tierra en donde había «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos». Debían seguir la dirección indicada hasta que vieran un águila posada sobre un cactus que creciera de una roca rodeada de agua. Allí se deberían asentar y se llamarían «mexica», pues ellos eran el pueblo elegido, destinado a gobernar sobre el resto de tribus.
Así fue como, según las leyendas llegaron los aztecas de nuevo al Valle de México. Llegaron a Tollan, conocida también como «el lugar del medio», y aunque sus habitantes eran sus propios parientes ancestrales, no les dieron la bienvenida. Durante casi dos siglos vivieron los aztecas en las orillas pantanosas del lago central; y, creciendo en fuerza y en conocimientos, fundaron por fin su propia ciudad, Tenochtitlán.
Este nombre significa «ciudad de Tenoch», y algunos creen que se la llamó así porque el líder azteca de entonces, el verdadero constructor de la ciudad, se llamaba Tenoch. Pero, dado que se sabe que los aztecas se consideraban tenochas-descendientes de Tenoch- otros creyeron que Tenoch fue el nombre de un antepasado tribal, una legendaria figura muy antigua.
La mayoría de los expertos sostienen en la actualidad que los mexica o tenochas llegaron al valle hacia el 1140 d.C, y fundaron Tenochtitlán en el 1325 d.C. Después crecerían en influencia gracias a una serie de alianzas con algunas tribus y a las guerras con otras. Algunos investigadores dudan que los aztecas llegaran a crear un verdadero imperio. Lo cierto es que, cuando llegaron los españoles, eran el poder dominante en el centro de México, gobernando a sus aliados y sometiendo a sus enemigos. Estos últimos les suministraban materia prima para los sacrificios, por lo que la conquista de los españoles se vio facilitada por las múltiples insurrecciones contra los opresores aztecas.
Al igual que los hebreos bíblicos, que remontaban sus genealogías no sólo hasta las parejas patriarcales, sino también hasta el comienzo de la humanidad, los aztecas, los toltecas y otras tribus nahuatlacas tenían leyendas de la creación que seguían las mismss pautas. Pero, mientras el Antiguo Testamento adecuaba sus fuentes surnerias designado a una entidad plural(Elohim) a partir de las diversas deidades activas en los procesos creadores, los relatos nahuatlaca conservaban los conceptos sumerio y egipcio de varios seres divinos que actuaban o bien en solitario o bien en grupo.
Las creencias tribales, predominantes desde el sudoeste de los actuales Estados Unidos, en el norte, hasta la actual Nicaragua, en el sur, sostenían que, en el principio, había un Dios Antiguo, Creador de Todas las Cosas, del Cielo y la Tierra, cuya morada estaba en lo más alto del cielo, el duodécimo cielo. Las fuentes de Sahagún atribuían el origen de estos conocimientos a los toltecas:
Y los toltecas sabían
que muchos eran los cielos.
Decían que había doce divisiones superpuestas;
allí moraba el dios verdadero y su consorte.
Él es el Dios Celestial, Señor de la Dualidad;
su consorte es la Dama de la Dualidad, la Dama Celestial.
Esto es lo que significa:
Él es rey, él es Señor, por encima de los doce cielos.
Sorprendentemente, esto parece una versión de las creencias de Mesopotamia, según las cuales a la cabeza del panteón estaba Anu («Señor del Cielo») que, junto con su consorte, Antu («Dama del Cielo»), vivía en un planeta lejano, el duodécimo miembro de nuestro Sistema Solar. Los sumerios lo describían como un radiante planeta cuyo símbolo era la cruz. Todos los pueblos del mundo antiguo adoptarían posteriormente este símbolo, y lo desarrollarían hasta convertirlo en el omnipresente emblema del Disco Alado. Sorprendentemente, el escudo de Quetzalcóatl y otros símbolos que aparecen en los primitivos monumentos de México son extrañamente similares.
Los dioses de antaño, de los que los textos nahuatlacas contaban relatos legendarios, eran descritos como hombres barbados, como correspondería a los antepasados del barbudo Quetzalcóatl. Al igual que en las teogonías mesopotámicas y egipcias, había relatos de parejas divinas y de hermanos que se casaban con sus propias hermanas. De interés prioritario y directo para los aztecas eran los cuatro hermanos divinos, Tlatlauhqui, Tezcatlipoca-Yáotl, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, según su orden de nacimiento.
Ellos representaban a los cuatro puntos cardinales y a los cuatro elementos primarios: Tierra, Viento, Fuego, Agua, un concepto de la «raíz de todas las cosas» bien conocido en el Viejo Mundo. Estos cuatro dioses representaban también los colores rojo, negro, blanco y azul, y las cuatro razas de la humanidad, a las que se representaba a menudo (ver el Códice Ferjervary-Mayer) con los colores correspondientes, junto con sus símbolos, árboles y animales.
El reconocimiento de cuatro ramas separadas de la humanidad resulta interesante, quizás incluso significativo, por sus diferencias con el concepto bíblico-mesopotámico de la triple división asiática, africana y europea surgida del linaje de Noé, de Sem, Cam y Jafet. Las tribus nahuatlacas habían añadido un cuarto pueblo, el pueblo de color rojo.
Los relatos nahuatlacas hablan de conflictos e incluso de guerras entre los dioses. Entre éstos se incluye el incidente en que Huitzilopochtli derrotó a los cuatrocientos dioses menores y el combate entre Tezcatlipoca-Yáotl y Quetzalcóatl. Estas guerras por el dominio de la Tierra o de sus recursos se habían detallado también en los mitos de todos los pueblos de la antigüedad.
Los relatos hititas e indoeuropeos de las guerras entre Teshub o Indra con sus hermanos llegaron a Grecia a través de Asia Menor, Los semitas cananeos y fenicios escribieron acerca de las guerras de Baal con sus hermanos, en el transcurso de las cuales Baal mató a centenares de «hijos de los dioses» menores cuando se les atrajo con engaños al banquete de la victoria del dios. Y en las tierras de Cam, África, los textos egipcios hablaban del desmembramiento de Osiris a manos de su hermano Set, y de la posterior guerra entre Set y Horus, hijo y vengador de Osiris. ¿Acaso los dioses de los mexicanos eran concepciones originales, o eran los recuerdos de creencias y relatos que tenían sus raíces en las tradiciones del Próximo Oriente?
Nos encontramos con que el Creador de Todas las Cosas, para continuar con las comparaciones, era un dios que «da la vida y la muerte, la buena y la mala fortuna». El cronista Antonio de Herrera y Tordesillas (Historia general) comentaba que los indígenas «le invocan en sus tribulaciones, con la mirada puesta en el cielo, donde creen que está». Este dios creó primero el Cielo y la Tierra; después, dio forma al hombre y a la mujer a partir del barro, pero no duraron mucho. Después de algunos esfuerzos más, se creó una pareja humana a partir de cenizas y metales, y con ellos se pobló el mundo.
Pero todos estos hombres y mujeres fueron destruidos en una inundación, salvo cierto sacerdote y su mujer que, junto con semillas y animales, lograron flotar con la ayuda de un tronco ahuecado. El sacerdote descubrió tierra después de enviar unos pájaros. Según otro cronista, fray Gregorio García, la inundación duró un año y un día, durante los cuales toda la Tierra estuvo cubierta de agua y el mundo se sumió en el caos. !Parece que estemos leyendo la tradición sobre Noé!
Los acontecimientos prehistóricos relativos a la humanidad y a los antepasados de las tribus nahuatlacas se dividen en una serie de leyendas, representaciones pictóricas y grabados en piedra, como el Calendario de Piedra, que hablaban de cuatro eras o «soles». Los aztecas consideraban su época como la más reciente de las cinco eras existentes: la era del Quinto Sol. Según estos relatos, cada uno de los cuatro soles anteriores había terminado con una catástrofe, a veces natural (como un Diluvio) y a veces causada por las guerras entre los dioses. Sabiendo que (aparentemente) siempre hemos tenido el mismo sol, ¿qué significan realmente estos soles?
Se cree que el gran Calendario de Piedra azteca, que se descubrió en la zona del recinto sagrado, es la plasmación en piedra de las cinco eras. Los símbolos que circundan el panel central y la misma imagen central han sido objeto de numerosos estudios. El primer anillo interior representa, con toda claridad, los veinte signos de los veinte días del mes azteca. Los cuatro paneles rectangulares que rodean el rostro central se reconocen como los dibujos que representan las cuatro eras anteriores, y la calamidad que terminó con cada una de ellas -agua, viento, terremotos y tormentas, y jaguar.
Los relatos de las cuatro eras son valiosos por la información relativa a la longitud de las eras y a sus principales acontecimientos. Aunque las versiones varían, lo cual sugiere una larga tradición oral previa a los registros escritos, todas coinciden en que la primera era llegó a su fin con un Diluvio, una gran inundación que arrasó la Tierra. La humanidad sobrevivió gracias a una pareja, Nene y su mujer, Tata, que se las ingeniaron para salvarse en un tronco vaciado.
O bien esta primera era o bien la segunda fue la era de los Gigantes de Cabellos Blancos. El Segundo Sol se recordó como «Tzoncuztique», la «Era Dorada»; que terminó a causa de la Serpiente del Viento. El Tercer Sol estaba presidido por la Serpiente de Fuego, y fue la era de la Gente de Cabello Rojo (¿antepasados de los escoceses?). Según el cronista Ixtlil-xochitl, éstos fueron los supervivientes de la segunda era, que llegaron en barco desde el Este al Nuevo Mundo, asentándose en la región de Botonchán, donde se encontraron con gigantes que también habían sobrevivido a la segunda era y fueron esclavizados por éstos. El Cuarto Sol fue la era de la Gente de Cabeza Negra (¿antiguos sumerios?).
Fue durante esta era cuando Quetzalcóatl apareció en México -alto de estatura, de luminoso semblante, con barba, y llevando una larga túnica. Su báculo, con forma de serpiente, estaba pintado de negro, blanco y rojo; llevaba piedras preciosas engarzadas y estaba adornado con seis estrellas. Es curioso que el báculo del obispo Zumárraga, el primer obispo de México, se hiciera muy parecido al de Quetzalcóatl. Fue durante esta era cuando se construyó Tollan, la capital tolteca. Quetzalcóatl, señor de la sabiduría y el conocimiento, introdujo la enseñanza, los oficios, las leyes y el cálculo del tiempo según un ciclo de 52 años.
Hacia el final del Cuarto Sol tuvo lugar una serie de guerras entre los dioses. Quetzalcóatl partió, de vuelta hacia el Este, hacia el lugar de donde había venido. Las guerras de los dioses causaron estragos en el país; los animales salvajes diezmaron a la humanidad, y Tollan quedó abandonada. Cinco años más tarde, llegaron los pueblos chichime-cas, alias de los aztecas; y el Quinto Sol, la era azteca, dio comienzo.
¿Por qué se les llamó «soles» a las eras y cuánto duraron? El motivo no está claro, y la extensión de las distintas eras no se ha establecido, o difiere según la versión. Una de las que parece más sensata y plausible, es la del Códice Vaticano-Latino 3738. Dice que el primer Sol duró 4.008 años, el segundo 4.010, el tercero 4.081. El cuarto Sol «comenzó hace 5.042 años», pero no se especifica el momento de su final. Sea como sea, tenemos aquí un relato de los acontecimientos que se remonta 17.141 años a partir del momento en que los relatos se registraron.
Es un lapso de tiempo demasiado largo como para que la gente pueda recordar algo, y los expertos, aunque aceptan que los acontecimientos del Cuarto Sol contienen elementos históricos, tienden a desechar lo relativo a eras anteriores como meros mitos. ¿Cómo explicar entonces los relatos de Adán y Eva, un Diluvio global y la supervivencia de una pareja, episodios que, según H. B. Alexander (Latin-American Mythology), son «sorprendentemente evocadores del relato de la creación del Génesis y de la cosmogonía babilónica»?
Algunos expertos con una visión poco abierta sugieren que los textos nahuatlacas reflejan lo que los indígenas ya habían escuchado en los sermones bíblicos de los españoles. Pero, dado que no todos los códices son posteriores a la Conquista, las similitudes bíblico-mesopotámicas sólo se pueden explicar si se admite que las tribus mexicanas tenían lazos ancestrales con Mesopotamia.
Además, la cronología mexica-náhuatl se relaciona con ciertos acontecimientos con una precisión que debería llevar a reflexionar. Fecha del Diluvio al final del Primer Sol: unos 13.133 años antes del momento en que se escribió el códice; es decir, hacia el 11.600 a.C. Y en otros relatos (como el de Platón) se deduce que el Diluvio arrasó la Tierra y destruyó la Atlántida hacia el 11.000 a.C. Las correspondencias entre el relato y la cronología sugieren que hay algo más que un mito en los relatos aztecas.
También es intrigante la afirmación de que la cuarta era fue la época de la «gente de cabeza negra» (las anteriores eras se tenían por la de los gigantes de cabello blanco y la de la gente de cabello rojo). Y éste, «gente de cabeza negra», es precisamente el término por el cual se autollamaban los sumerios en sus textos. ¿Acaso los relatos aztecas sostienen que la era del Cuarto Sol fue la época en la que los sumerios aparecieron en escena? La civilización sumeria comenzó hacia el 3800 a.C; y no debería sorprendernos encontrarnos con que, datando el comienzo de la Cuarta Era en 5.026 años antes de su propia época, los aztecas lo situaban ciertamente en los alrededores del 3500 a.C., lo cual coincide sorprendentemente con el inicio de la era de la «gente de cabeza negra».
La explicación de que los aztecas les contaron a los españoles lo que habían escuchado de los mismos españoles ciertamente no se sostiene en lo referente a los sumerios. El mundo occidental descubrió los restos y el legado de la gran civilización sumeria cuatro siglos después de la Conquista de América. Por lo que habrá que concluir que los pueblos nahuatlacas debían de conocer los relatos que aparecen en el Génesis a partir de sus propias fuentes. Pero, ¿cómo?
Esta misma pregunta desconcertó ya entonces a los mismos españoles. Asombrados de haber descubierto no sólo una civilización en el Nuevo Mundo tan similar a la suya, sino también del gran número de personas que había en aquellas tierras, estaban asimismo desconcertados por las conexiones bíblicas de los relatos aztecas. Intentando dar con una explicación, se les ocurrió una respuesta sencilla: aquellos debían de ser los descendientes de las Tribus Perdidas de Israel, que fueron exiliadas por los asirios en el 722 a.C. y se desvanecieron después sin dejar rastro. Lo que quedó del reino de Judea lo conservaron las tribus de Judá y de Benjamín.
El primero en exponer esta idea en un detallado manuscrito fue el dominico fray Diego Duran, que fue llevado a Nueva España en 1542, a los cinco años de edad. Sus dos libros, uno de ellos conocido por el título de Historia de las Indias de Nueva España, En un segundo libro, Duran, haciendo una exposición de las muchas similitudes, afirmaba enfáticamente su conclusión de que los nativos «de las Indias y del continente de este nuevo mundo son judíos y gente hebrea». Su teoría quedaba confirmada, según él, «por su naturaleza: estos nativos son parte de las diez tribus de Israel que Salmanasar, rey de los asirios, capturó y llevó a Asiria».
En sus informes de conversaciones con viejos indígenas sacaba a relucir leyendas de una época en que había existido «hombres de monstruosa estatura que aparecieron y tomaron posesión del país… Y estos gigantes, al no encontrar la forma de llegar al Sol, decidieron construir una torre tan alta que su cúspide llegara al Cielo». Este episodio, que se parece al relato bíblico de la Torre de Babel, igualaba en importancia a otro relato referente a una migración similar a la del Éxodo. No es de extrañar por tanto que, con el aumento de este tipo de informes, la teoría de las Diez Tribus Perdidas se convirtiera en la favorita de los siglos XVI y XVII, al suponer que, yendo en dirección Este a través de los dominios asirios y Asia, los israelitas habían alcanzado América.
La idea de las Diez Tribus Perdidas, que recibió el respaldo de las cortes reales europeas, terminó posteriormente siendo ridiculizada por los expertos. Las teorías actuales sostienen que el hombre llegó al Nuevo Mundo desde Asia a través de un puente de hielo por Alaska hace unos 20.000 o 30.000 años, extendiéndose poco a poco hacia el sur. Existen evidencias considerables en cuanto a objetos, lengua y evaluaciones etnológicas y antropológicas que indican influencias de más allá del Pacífico: hindúes, del sudeste asiático, chinas, japonesas y polinesias. Los expertos las explican por la llegada periódica de estas gentes a las Américas, pero insisten mucho en que esto ocurrió durante la era cristiana, sólo unos siglos antes de la conquista y nunca antes de Cristo.
Aunque los expertos más conservadores siguen minimizando toda evidencia de contactos entre el Viejo y el Nuevo Mundo, hacen una concesión a contactos relativamente recientes, a través del Pacifico, como explicación de los relatos similares a los del Génesis que existieron en las Américas. De hecho, las leyendas de un Diluvio global y de la creación del hombre a partir de arcilla o materiales similares son temas comunes en las mitologías de todo el mundo, y una posible ruta a las Américas desde Oriente Próximo (donde se originaron los relatos) podría haber sido a través del Sudeste Asiático y de las islas del Pacífico.
Pero existen elementos en las versiones náhuatl que indican una fuente muy primitiva, más que a los recientes siglos anteriores a la Conquista. Uno de ellos es el hecho de que los relatos náhuatl de la creación del hombre siguen una versión sumeria muy antigua, ¡que ni siquiera se reflejó en el Libro del Génesis, que es posterior a las tablillas de la antigua Sumer!
La Biblia tiene dos versiones de la creación del hombre, ambas extraídas de primitivas versiones mesopotámicas. Pero ambas ignoran una tercera versión, probablemente la más antigua, en la cual la humanidad no se hizo de arcilla, sino de la sangre de un dios. En el texto sumerio en el cual se basa esta versión, el dios Ea, en colaboración con la diosa Ninti, «preparó un baño purificador». «Que se sangre a un dios en él -ordenó-; de su carne y de su sangre, que Ninti mezcle la arcilla.». Y todo parece indicar que a partir de esta mezcla se crearon los hombres y mujeres.
Resulta muy significativo que sea esta versión, que no está en la Biblia, la que se repita en un mito azteca. El texto se conoce como Manuscrito de 1558, y cuenta que, después del calamitoso fin del Cuarto Sol, los dioses se reunieron en Teotihuacán.
Tan pronto como los dioses estuvieron reunidos, dijeron:
«¿Quién habitará la Tierra?
El cielo ya ha sido establecido
y la Tierra ha sido establecida;
pero ¿quién, oh dioses, vivirá en la Tierra?»
Los dioses reunidos «se apenaron». Pero Quetzalcóatl, un dios de sabiduría y ciencia, tuvo una idea. Fue a Mictlán, la Tierra de los Muertos, y anunció a la pareja divina que estaba al cargo: «He venido a por los preciados huesos que guardáis aquí.» Superando las objeciones y los engaños, Quetzalcóatl consiguió hacerse con los «preciados huesos»:
Reunió los preciados huesos;
los huesos del hombre se pusieron juntos a un lado,
los huesos de la mujer se pusieron juntos al otro lado.
Quetzalcóatl los tomó e hizo un haz.
Llevó los huesos secos a Tamoanchán, «lugar de nuestro origen». Una vez allí, le dio los huesos a la diosa Cihuacóatl («Mujer Serpiente»), una diosa de la magia:
Ella pulverizó los huesos
y los puso en una fina bañera de barro.
Quetzalcóatl sangró su órgano masculino sobre ellos.
Mientras el resto de dioses observaba, ella mezcló los huesos pulverizados con la sangre del dios; de esa mezcla arcillosa se creó a los macehuales. ¡La humanidad había sido re-creada!
En los relatos sumerios, los creadores del hombre fueron el dios Ea («cuyo hogar es el agua»), también conocido como Enki («Señor Tierra»), cuyos epítetos y símbolos suelen hacer referencia a su talante habilidoso, que encuentra su equivalente lingüístico en el término «serpiente». Su compañera en la hazaña, Ninti («la que da la vida») era la diosa de la medicina, un oficio cuyo símbolo desde la antigüedad ha sido el de las serpientes entrelazadas. Las representaciones sumerias en sellos cilíndricos muestran a las dos deidades en algo parecido a un laboratorio.
Es sorprendente encontrarse todos estos elementos en los relatos náhuatl; un dios del conocimiento al que se le llama Serpiente Emplumada, una diosa de poderes mágicos llamada Mujer Serpiente; una bañera de marga en la cual los elementos terrestres se mezclan con la esencia del dios (sangre); y la creación del hombre y mujer a partir de la mezcla. Pero aún más sorprendente es el hecho de que el mito se representara pictóricamente en un códice náhuatl encontrado en la región de la tribu de los mixtéeos. En él, se muestra a un dios y a una diosa mezclando un elemento que fluye en un enorme matraz o cuba con la sangre de un dios que deja caer gotas dentro del matraz; y de esa mezcla emerge un hombre.
Junto con los otros datos relacionados con los sumerios y de terminología, existen indicios de contactos en épocas remotas. Al parecer, las evidencias desafían también a las teorías actuales acerca de las primeras migraciones del hombre a las Américas. Con esto, no estamos proponiendo simplemente que la migración no fuera desde Asia a través del Estrecho de Bering, por el norte, sino desde Australia/ Nueva Zelanda a través de la Antártida hasta Sudamérica. Esta idea ha sido recuperada recientemente tras el descubrimiento en el norte de Chile, cerca de la frontera con Perú, de momias humanas enterradas hace unos 9.000 años.
El problema que nos plantean ambas teorías es que suponen largas caminatas de hombres, mujeres y niños a través de miles de kilómetros de tierras heladas, y nos preguntamos cómo se pudo hacer esto hace 20.000 ó 30.000 años; además, ¿para qué iban a emprender un viaje de este tipo? ¿Por qué hombres, mujeres y niños tendrían que hacer un viajes de miles de kilómetros por una tierra helada para, al parecer, no alcanzar nada salvo más hielo? A menos que supieran que había una Tierra Prometida más allá del hielo. Pero, ¿cómo podían saber lo que había más allá de aquel interminable hielo, si no habían estado nunca allí, ni nadie más antes que ellos?
En el relato bíblico del Éxodo de Egipto, el Señor describe la Tierra Prometida como «una tierra de trigo, cebada, vino, higueras y granados, una tierra de olivos y miel…
Una tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyas montañas puedes sacar cobre.» El dios de los aztecas les describió su Tierra Prometida como una tierra de «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos». ¿Acaso aquellos primitivos emigrantes se habrían lanzado a su imposible caminata si alguien -su dios- no les hubiera dicho que fueran y les hubiera descrito lo que les esperaba allí? Y si esa deidad no fuera una simple entidad teológica, sino un ser físicamente presente en la Tierra. ¿Pudo haber ayudado a los emigrantes a vencer los obstáculos del viaje, del mismo modo que el Señor bíblico había hecho con los israelitas?
Es con pensamientos de este tipo como se podría haber emprendido un viaje imposible, tal como hemos leído en los relatos nahuatlacas de las migraciones y de las Cuatro Eras. Dado que el Primer Sol había terminado con el Diluvio, esa era tuvo que ser la fase final de la última glaciación; pues parece que el Diluvio fue provocado por el deslizamiento de la capa de hielo antártico en los océanos, llevando a la última glaciación a un brusco fin, hacia el 11.000 a.C.
¿Acaso el hogar original de los pueblos nahuatlacas, el legendario Aztlán, «el lugar blanco», se llamaba así por la simple razón de que eso es lo que era, una tierra cubierta de nieve? ¿Es éste el motivo por el cual se tenía la era del Primer Sol como la época de los «gigantes de cabellos blancos»? ¿Acaso los recuerdos históricos aztecas, rememorando el comienzo del Primer Sol, unos 17.141 años atrás, contaban en realidad una migración a América hacia el 15.000 a.C, cuando el hielo formaba un puente con el Viejo Mundo? Y, por otra parte, ¿sería posible que el recorrido no se hiciera a través de un puente de hielo, sino en barcos a través del Océano Pacífico, tal como relatan las leyendas náhuatl?
Las leyendas de un desembarco prehistórico en la costa del Pacífico no se limitan a los pueblos mexicanos. Más al sur, los pueblos andinos conservaron recuerdos de similar naturaleza, en forma de leyendas. Una de ellas, la leyenda de Naymlap, puede estar remitiéndonos al primer asentamiento de gente en aquellas costas. Habla de la llegada de una gran flota de balsas de juncos (del tipo de las que utilizara el explorador Thor Heyerdahl para simular la singladura sumeria en barcos de juncos). En la balsa que lideraba la flota había una piedra verde que podía pronunciar las palabras del dios del pueblo, que daba indicaciones al jefe de los emigrantes, Naymlap, para llevarlos hasta la zona elegida. La deidad, hablando a través del ídolo verde (¿altavoces?), instruyó posteriormente al pueblo en las artes de la agricultura, la construcción y la artesanía.
Algunas versiones de la leyenda del ídolo verde identifican el cabo Santa Helena, en Ecuador, como el lugar del desembarco. Allí, el continente sudamericano se proyecta hacia el oeste, en el Pacífico. Varios cronistas, entre ellos Juan de Velasco, relataron leyendas nativas que decían que los primeros pobladores de las regiones ecuatoriales fueron gigantes. Los pobladores humanos que siguieron adoraban a un panteón de doce dioses (¡otra vez los doce dioses!), encabezados por el Sol y la Luna. Y donde ahora se encuentra la capital de Ecuador, decía Velasco que los pobladores construyeron dos templos, uno frente a otro. El templo dedicado al Sol tenía frente a la puerta dos columnas de piedra y en el patio había otros doce pilares de piedra en círculo.
Llegó el momento en que el líder, Naymlap, tras completar su misión, tuvo que partir. A diferencia de sus sucesores, Naymlap no murió. Se le dieron alas y se fue volando, para no volvérsele a ver más. Se lo llevó al cielo el dios de la piedra parlante.
Los indígenas americanos no eran los únicos en la creencia de que se podían recibir instrucciones divinas a través de una piedra parlante. Todos los pueblos antiguos del Viejo Mundo hablaban de piedras oráculo y el Arca que los israelitas llevaron durante el Éxodo tenía en la parte superior el Dvir -literalmente, «hablador»-, un instrumento portátil a través del cual Moisés podía escuchar las instrucciones del Señor. Y en cuanto a la partida de Naymlap, que fue llevado hacia el cielo, también existen paralelismos bíblicos. En el capítulo 5 del Génesis, leemos que en la séptima generación del linaje de Adán a través de Set, el patriarca fue Henoc; cuando llegó a la edad de 365 años «se fue» de la Tierra, pues el Señor se lo llevó al cielo.
Los expertos tienen dificultades en aceptar la idea de cruzar el océano en barcos hace 15.000 ó 20.000 años. Dicen que el hombre era demasiado primitivo para tener naves oceánicas y navegar en alta mar. Se considera que no fue hasta la civilización sumeria, a comienzos del cuarto milenio a.C, que la humanidad consiguió vehículos con ruedas y barcos de transporte para largas distancias.
Pero ése, según los mismos sumerios, fue el curso de los acontecimientos después del Diluvio. Una y otra vez dijeron que había existido una elevada civilización sobre la Tierra antes del Diluvio. Una civilización que habían iniciado en la Tierra aquellos que habían venido del planeta de Anu, y que se había prolongado a través de un linaje de «semidioses» de larga vida, de descendientes de los emparejamientos entre los extraterrestres (los bíblicos nefilim) y las «hijas del hombre». Las crónicas egipcias, como los escritos del sacerdote Manetón, seguían esta misma idea.
Y lo mismo hace la Biblia, que describe una civilización tanto rural como urbana antes del Diluvio. Todo eso, según todas estas antiguas fuentes, fue borrado de la faz de la Tierra por el Diluvio, y hubo que recomenzarlo todo desde el principio (el famoso eterno retorno). El Libro del Génesis comienza con los relatos de la creación, que son versiones resumidas e incompletas de los textos sumerios. En éstos, se habla constantemente de «el Adán», literalmente «el Terrestre». Pero, después, da un giro hacia la genealogía de un ancestro concreto llamado Adán: «Éste es el libro de las generaciones de Adán» (Génesis 5:1). Al principio, Adán tuvo dos hijos: Caín y Abel. Después, Caín mató a su hermano y fue desterrado por Yahvé. «Y Adán conoció a su mujer de nuevo y le dio un hijo, y le puso por nombre Set». Es este linaje, el linaje de Set, el que sigue la Biblia a través de una genealogía de patriarcas hasta Noé, el protagonista de la historia del Diluvio. Después, el relato se concentra en los pueblos asiáticos, africanos y europeos.
Pero, ¿qué pasó con el linaje de Caín? Todo lo que tenemos en la Biblia es una docena de versículos. Yahvé castigó a Caín a convertirse en nómada, «fugitivo y vagabundo sobre la Tierra».
Y Caín se apartó de la presencia de Yahvé
y moró en la tierra de Nod, al este del Edén.
Y Caín conoció a su mujer y ella concibió y engendró a Henoc; y él construyó una ciudad
y le puso a la ciudad el nombre de su hijo, Henoc.
Varias generaciones después, nació Lámek. Éste tuvo dos esposas. De una de ellas tuvo a Yabal; «él fue el padre de los que habitan en tiendas y tienen ganado». De la otra, tuvo dos hijos. Uno, Yubal, «fue el padre de los que tocan la cítara y la flauta» (¿los gitanos?). El otro hijo, Túbal-Caín, fue «forjador de oro, cobre y hierro».
Tan escasa información bíblica se ve ampliada por el Libro de los Jubileos, que se cree que se escribió en el siglo ii a.C. a partir de fuentes más antiguas. Relacionando los acontecimientos con el pasaje de los Jubileos, dice que «Caín tomó a su hermana Awan para que fuera su esposa, y ella le dio a Henoc a finales del cuarto jubileo. Y en el primer año de la primera semana del quinto jubileo, se construyeron casas en la tierra, y Caín construyó una ciudad y le puso por nombre el nombre de su hijo, Henoc».
Los eruditos bíblicos llevan mucho tiempo desconcertados con el nombre de Henoc, que significa «fundación», y que se le aplica tanto a un descendiente de Adán a través de Set como a otro de sus descendientes a través de Caín, así como con otras similitudes en los nombres de los descendientes. Sea cual sea el motivo, es evidente que las fuentes sobre las cuales se basaron los compiladores de la Biblia atribuyen hazañas extraordinarias a ambos Henoc, que probablemente no fue más que una persona prehistórica.
El Libro de los Jubileos afirma que Henoc «fue el primero entre los hombres que nació en la Tierra que aprendió a escribir, y los conocimientos y la sabiduría, y que escribía los signos del cielo según sus meses en un libro». Según el Libro de Henoc, a este patriarca le enseñaron las matemáticas y los conocimientos de los planetas, así como el calendario durante su viaje celestial, y se le mostró la ubicación de las «Siete Montañas de Metal» en la Tierra, «en el oeste».
Los textos sumerios conocidos como las Listas de los Reyes relatan también la historia de un soberano antediluviano al que los dioses le enseñaron todo tipo de conocimientos. Su nombre era EN.ME.DUR.AN.KI -«Señor del Conocimiento de los Fundamentos del Cielo y la Tierra» y es muy probable que sea una representación de los Henocs bíblicos.
Los relatos nahuatlacas de la migración y de la llegada a un destino final, del asentamiento y de la construcción de una ciudad, así como de un patriarca con dos esposas, cuyos hijos son el origen de pueblos y uno de los cuales se hizo famoso por ser forjador de metales, ¿no resultan demasiado semejantes a los relatos bíblicos? Incluso la importancia que los náhuatl le dan al número siete se refleja en los relatos bíblicos, pues el séptimo descendiente del linaje de Caín, Lámek, proclamó enigmáticamente que «hasta siete veces será vengado Caín, y Lámek setenta y siete». ¿No nos estaremos encontrando en las leyendas de las siete tribus nahuatlacas con el desterrado linaje de Caín y su hijo Henoc?
Los aztecas pusieron el nombre de Tenochtitlán a su ciudad, la Ciudad de Tenoch, llamada así en honor de su antepasado.Si tenemos en cuenta que, en su dialecto, los aztecas prefijaban muchas palabras con el sonido T, Tenochpodría haber sido en su origen Enoch, si se le quita el prefijo T.
Un texto babilónico, basado en un primitivo texto sumerio del tercer milenio a.C, cuenta enigmáticamente una disputa, que termina con un asesinato, entre un labrador y su hermano pastor, al igual que los bíblicos Caín y Abel. Condenado a «vagar con pesar», el infractor, llamado Ka’in, emigró a la tierra de Dunnu, y allí «construyó una ciudad con torres gemelas».
Y unas torres gemelas en la cúspide de las pirámides era el sello distintivo de la arquitectura azteca. ¿Conmemoraría esto la construcción a cargo de Ka’in de una «ciudad con torres gemelas»? ¿Y Tenochtitlán, la «ciudad de Tenoch», no se llamaría así debido a que Caín, milenios atrás, «construyó una ciudad y le puso por nombre el nombre de su hijo, Henoc»? ¿No nos habremos encontrado en América Central el reino perdido de Caín, la ciudad a la que pusiera por nombre Henoc? En realidad, esta posibilidad ofrece respuestas plausibles al enigma de los comienzos del hombre en América. Pero también puede arrojar luz sobre otros dos enigmas: el de la «marca de Caín» y el del rasgo hereditario común a todos los amerindios: la ausencia de vello facial.
Según el relato bíblico, Caín, tras ser desterrado de las tierras pobladas por el Señor y condenado a vagar por Oriente, comenzó a preocuparse por la posibilidad de ser asesinado por alguien que buscara venganza. Y así, el Señor, para indicar que Caín andaría errante bajo Su protección, «puso una señal a Caín, para que si alguien lo encontrara, no lo matara». Aunque nadie sabe en qué pudo consistir esta «señal» distintiva, generalmente se acepta que fue algún tipo de tatuaje en la frente. Pero, por lo que se dice posteriormente en la Biblia, parece que la cuestión de la venganza y de la protección contra ella tuvo su continuidad hasta la séptima generación y más allá. Un tatuaje en la frente no habría durado tanto, ni hubiera podido transmitirse de generación en generación. Sólo un rasgo genético, transmitido de forma hereditaria, podía cumplir con las afirmaciones bíblicas.
Y, a la vista de este particular rasgo genético de los amerindios, la ausencia de vello facial, uno se pregunta si la «marca de Caín» en sus descendientes no sería este cambio genético. Si esta conjetura es correcta, América Central como punto focal desde el cual se expandieron los amerindios hacia el norte y hacia el sur en el Nuevo Mundo, sería, de hecho, el Reino Perdido de Caín.

 http://oldcivilizations.wordpress.com/

La naturaleza de los enigmáticos astros conocidos como centauros

Los centauros son cuerpos menores de nuestro sistema solar que han desconcertado a los astrónomos durante mucho tiempo porque parecen tanto asteroides como cometas. Los centauros, que orbitan entre Júpiter y Neptuno, fueron nombrados así en referencia a la mítica criatura, mitad humano y mitad caballo, llamada centauro, debido a la naturaleza dual de estos astros.

Un nuevo estudio realizado a partir de observaciones hechas por el satélite WISE de la NASA, apuntan a un origen cometario para la mayoría de estos objetos, lo que sugiere que provienen de la región más externa del sistema solar. En este contexto, “origen cometario” define a un objeto que probablemente está hecho del mismo material que un cometa, que pudo ser un cometa activo en el pasado (por ejemplo mostrando una cola al estar cerca del Sol), y que podría volver a estar activo nuevamente en el futuro.

Los datos infrarrojos obtenidos en la sección de rastreo de asteroides de la Misión WISE (una sección o submisión llamada NEOWISE) han aportado información reveladora sobre los albedos (reflectividad) de los astros, capaz de ayudar a los astrónomos a clasificar con bastante precisión la población. Las observaciones de la submisión NEOWISE son lo bastante buenas como para desvelar si un centauro tiene una superficie mate y oscura o una brillante que refleja más luz.

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Esta recreación artística muestra a uno de los seres mitológicos conocidos como centauros junto con asteroides a la izquierda y cometas a la derecha. (Imagen: NASA/JPL-Caltech)

Los resultados obtenidos por el equipo de James Bauer, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, y Tommy Grav del Instituto de Ciencia Planetaria en Tucson, Arizona, indican que aproximadamente dos tercios de la población de centauros son cometas, que proceden de los confines helados de nuestro sistema solar. No está claro si el resto son asteroides. Por tanto, los centauros no han perdido su halo de misterio por completo, y habrá que esperar a futuras investigaciones, hechas a partir de datos del rastreo NEOWISE, para aclarar del todo el enigma.

Información adicional

http://noticiasdelaciencia.com/not/7977/la_naturaleza_de_los_enigmaticos_astros_conocidos_como_centauros/

La princesa Diana pudo ser asesinada por un militar británico

AFP / Mark Cardwell

Scotland Yard está comprobando una nueva información sobre la muerte de la princesa Diana para determinar si es creíble.

Scotland Yard ha recibido una nueva información sobre la muerte de la princesa del Reino Unido Diana en París en 1997, según informa la cadena británica Sky News.Según el corresponsal del diario británico Martin Brunt, “esta información incluye una alegación de que la princesa Diana, Dodi al Fayed y el conductor de su coche fueron asesinados por un miembro del Ejército británico”.

“La información que nos han comunicado pasó a Scotland Yard hace poco a través de la Policía Real Militar”, dijo el corresponsal y subrayó que la información hace referencia al diario secreto de Diana.

“La información se está tomando en serio y es posible que se abra una nueva investigación”, afirma.

AFP Jack Guez

Según Sky News, la nueva información sobre la muerte de la princesa Diana fue entregada a la Policía Metropolitana por los suegros de un exsoldado británico.  Los príncipes Guillermo y Enrique no comentarán las nuevas informaciones de la muerte de Diana.

Diana falleció el 31 de agosto de 1997, en un accidente de tráfico en el túnel del puente del Alma, en París, junto a su entonces compañero sentimental, Dodi Al Fayed, cuando trataban de huir del acoso de los fotógrafos. En enero del 2004 se inició la investigación para determinar las circunstancias de la muerte. Según la versión oficial, la princesa falleció como resultado del accidente, debido a que el chofer del automóvil estaba alcoholizado.

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/103221-scotland-yard-asesinada-princesa-diana

Con el mezquite y con el capital, contra el estado y el capital

Autonomía, soberanía y comida en la estrategia revolucionaria

Lucio Rivera
Luchorivera@comunidad.unam.mx

¿Por qué hablar de dos plantas (el mezquite y el nopal) como una cuestión política?
¿Por qué estas dos plantas están relacionadas contra el estado y el capital?

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Este texto tiene la intención de compartir la necesidad de luchar por defender y recuperar la naturaleza, de como eso puede ser a aquí y ahora, pero también de difundir unos pocos conocimientos que creo que son importantes. No lo expreso deliberadamente en términos científicos, porque además, no tengo el suficiente conocimiento para ello. Tampoco soy alguien que haya tenido desde hace largo tiempo relación con la agricultura y los espacios y procesos naturales. Vivo en una ciudad y soy típicamente occidental. Pero creo que es necesario retornar nuestras miradas a la gran red de la que solo somos una pequeña hebra, que es la vida en nuestra madre tierra. Puede que el camino que propongo aquí no sea el correcto, sin embargo estoy seguro de que el camino de la industria, la urbanización y la megatecnología, está condenado al fracaso, que significa la muerte sin retorno para nuestra especie y muchas más. Lo único peor que la muerte ocasionada por el derrumbe de esta sociedad, sería la muerte creada a partir del triunfo del proyecto de colonización. Estas líneas tienen la intención de ser algo más que palabras, y que sirvan en concreto en la lucha por la liberación.

 
¡La tierra es nuestra, nosotros somos de la tierra, Hay que recuperarla!
¡Ocupemos todos los espacios, las grietas, los camellones para sembrar!
¡Decidamos y usemos en comunidad nuestros bienes comunes, la tierra, el agua, el espacio…!
¡Transformemos el mundo y cambiemos nuestras vidas!

 1. Para ser independientes, autónomos, soberanos, debemos de ser capaces de satisfacer nuestras necesidades básicas de forma autosuficiente, con nuestras propias relaciones, en nuestro propio cuerpo y nuestra propia tierra. Actualmente, para subsistir, el proletariado depende de las relaciones capitalistas, del poder y del dinero. Es por eso que el proletariado está forzado a someterse a la dominación y a reproducirla, si no quiere morir de hambre, de frío, de enfermedades y de aislamiento. Para tratar de sobrevivir, uno se tiene que someter a las relaciones capitalistas. Para vivir de formas diversas, sin depender del poder y del dinero, se tienen que construir alternativas para satisfacer las necesidades de trabajo, tierratecho, alimentación, salud, educación, independencia,libertad. Lograr esta autonomía y esta soberanía a escala social, y lograr quebrar las relaciones capitalistas es necesario para superar la supervivencia y la liberación de la vida, y es una tarea que no se puede esperar a ser realizada para cuando llegue al poder algún partido o personaje, sino que parte de las necesidades de la vida cotidiana, y es desde donde se proyecta la revolución proletaria.

2. Para la subsistencia del ser humano, es preciso detener la colonización de todas las relaciones capitalistas, que imponen la devastación y la destrucción de la naturaleza, y que están llevando al planeta tierra al borde de una catástrofe ambiental, en la que junto con el ser humano, muchísimas especies, sufren la esclavitud y el exterminio, y por lo tanto, se encuentran en peligro de desaparecer. Para recuperar la naturaleza de las garras del poder y del dinero, es necesario recuperar una relación concreta y cotidiana con la naturaleza, que ha desaparecido casi por completo para el proletariado, encerrado en ciudades, en contacto todo el tiempo con nada más que máquinas, sin otro ambiente más que la contaminación. La relación vital con la naturaleza también es una necesidad básica, sin agua limpia, sin aire limpio, sin silencio, el ser humano no puede vivir. El ser humano es parte de la naturaleza, y separarse de ella solo conduce a la muerte, pretender dominarla solo conduce a la dominación de intereses de muerte sobre los seres humanos y la naturaleza. La liberación humana es imposible sin la liberación natural. La liberación natural es imposible sin retomar las relaciones vitales con la naturaleza.

3. Para la construcción de una alternativa de vida que se oponga y supere las relaciones capitalistas, del poder y del dinero, necesitamos basarnos en relaciones de solidaridad, autogestión y de poder popular, que a su vez, se desarrollan a partir de la recuperación y reapropiación de la tierra y el territorio. Este proceso significa retomar las relaciones humanas de comunión, tanto con la naturaleza como con la comunidad. El desarrollo de la liberación necesita de forma urgente de un gran diálogo para la destrucción de todas las relaciones sociales y todos los instrumentos que hagan imposible la comunidad humana y la comunión natural, aunque eso signifique deshacerse de la industria, la urbanización y la megatecnología. Los conocimientos (saber distinguir sobre cada planta y animal, sobre sus usos, su origen, su territorio…) y las prácticas de transformación, recuperación y reproducción de la tierra y el territorio, son claves tanto en la estrategia como en la táctica de la lucha por la liberación, Tanto en el plano “a largo plazo”, en la necesidad de construir una nuevas economías y políticas en las que las relaciones capitalistas hayan sido por completo destruidas, y que se pueda prácticar la autosustentabilidad humana y natural a gran escala social, como en el plano de la vida cotidiana, en la que las relaciones capitalistas se pueden ir destruyendo, al enfrentarse a los problemas de tierra, trabajo, alimentación y salud a través de la agricultura de forma más inmediata, pero también de techo, y de justicia, sobre todo justicia natural, que traiga una nueva educación y una nueva cultura, retomando los conocimientos y las relaciones vitales con la naturaleza (nosotrxs mismxs), y sus plantas y animales.

Mezquite

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Su tierra y territorio (agua, sol, profundidad, …)

El mezquite es originario de México y del sur de estados unidos, sobre todo de regiones áridas y semi-áridas. Se da en tierra sobre todo arenosa y seca, incluso en tierras pobres y seriamente dañadas por la industria (como la minería) y no requiere mucha agua para subsistir, aunque sí mucho sol. Cerca del agua, el mezquite puede crecer muchísimo y convertirse en un gran árbol. Para su mejor desarrollo, necesita profundidad en su suelo, ya que en macetas pequeñas u otros lugares, no tendría suficiente espacio.

Sus raíces, cuerpo, hojas, espinas, (forma)

las raíces del mezquite son bastante grandes y profundas, y crecen mucho más rápido que el resto de la planta. La planta puede desarrollarse en forma de arbusto o en forma de árbol, sus ramas son alargadas, y llenas de espinas medianas. Las hojas son como pequeños óvalos alargados puestas en hileras paralelas a ambos lados de la rama.

Sus bienes comunes (productos y servicios, frutos, hojas, gomas, mejora de tierras devastadas, hogar de animales)

Produce muchas flores espigadas amarillas que se convierten en frutos leguminosas, vainas, cuya cascara y “carnita”, así como la semilla, es comestible y dulce, sabor a miel, que se puede comer recién cortado del árbol, como se puede hacer polvo, el llamado “mezquitamal” para hacer tortillas y pan. Sus hojas sirven para hacer té, y vuelven a crecer después de cortarse, estas ayudan contra la diarrea. El árbol produce una goma con diversas propiedades alimenticias y medicinales. El mezquite puede sanar la tierra y enriquecerla, ya que ayuda el ciclo del nitrógeno. El árbol de mezquite, como todas las plantas, ayuda a la vida de diversos animales.

Su nacimiento

Del fruto, se pueden sacar entre 15 y 20 semillas, una vez removidas las tres capa que la recubren. Para despertar la semilla y que germine más pronto, hay que agitar las semillas en un bote de vidrio para que se golpeen, y después ponerla a remojar por un día. Después hay que sembrar por grupos de tres. Entre una semana y dos empiezan a germinar, pero puede tardar un poco más o menos. Se puede sembrar en primavera o en verano. Cuando recién germina puede ser frágil al clima (lluvia y viento) y a los animales, por eso es bueno cuidarla. Se puede germinar en pequeños espacios para después ser transplantada a la tierra abierta o a macetas más grandes, cuando la plantula sea más grande.
su crecimiento

La planta tarda en madurar una estación, osea en cuatro meses, y mientras todavía es una pequeña planta (plantula) es frágil a la extrema sequía, al frío, a que la arranquen y al fuego. Para climas muy secos, es muy bueno para la planta que tenga una pequeña cuenca para almacenar agua, y también que la tierra alrededor esté recubierta de pasto seco. Para que no crezca como arbusto, hay que podarlo, esperando a que ya tenga una estatura suficiente.

Su reproducción

Además de reproducirse a través de semillas, el mezquite se puede reproducir por sus raíces, y también por ramas y pedazos de ramas (esquejes) que son más efectivos cuando se les aplica un tratamiento con diversos químicos hormonales para el enraizamiento. Una vez que han sido sembrados, para su expansión de forma saludable, es bueno que estén a un metro de separación cada uno. Entre los mezquites y se pueden sembrar muchas cosas, como nopal.

Su resistencia

El mezquite es una planta muy resistente, después de ser cortado puede crecer por sus raíces, y una vez como planta madura requiere muy poca agua y sobrevive a períodos de sequía. El frío, sin embargo, la puede matar (en invierno pierda las hojas naturalmente, pero las heladas no las resiste). Hay insectos que perforan el fruto del mezquite y se comen las semillas, que pueden convertirse en plaga. Resiste temporalmente terrenos inundados, pero muere con excesos de agua a la larga.

Nopal

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Su tierra y territorio (agua, sol, profundidad, …)

El nopal es originario de México y se encuentra por todo el país, y muchos otros países de indoamérica y el caribe. Requiere muy poca agua, el exceso de agua les puede ocasionar un crecimiento anormal. Necesitan un espacio modesto que puede compartir con otras plantas, siempre que no lo enreden y le tapen el sol. Tampoco necesita tierra muy generosa, pero sí mucho sol. Puede crecer pequeño si está plantado en maceta.

Sus raíces, cuerpo, hojas, espinas, (forma)

Los nopales se enraízan fácilmente a partir de cualquier parte de su penca, que son las hojas que forman la planta, y están recubiertas de espinas. Los nopales florecen y después desarrollan su tuna. Si crece mucho, el nopal se puede convertir en árbol.

Sus bienes comunes (productos y servicios, frutos, hojas, mejora de tierras devastadas, hogar de animales)

Las pencas del nopal, guardan el agua y están hechas de una especie de “carne” con una “baba” llamada mucílago, que es muy nutritiva y saludable, rica y generosa para el alimento del ser humano y otros animales y de la cuál además se puede extraer polvo que es purificar del agua. Muchas tunas también son comestibles. La planta es buena para la tierra, y la penca triturada utilizada como abono sirve para recuperar la tierra.

Su nacimiento

El nopal puede nacer a través de las semillas de su fruto (la tuna), pero su forma de reproducción más rápida es a través de una penca que cae o se entierra. Para cultivar uno puedes agarrar la penca de un nopal (los nopales de la especie que conocemos son en su mayoría comestibles) y puedes dejarla secando un tiempo, hasta que se doble en forma de cuchara, y enterrarla hasta la mitad, con la parte por la que fue cortada enterrada.

Su crecimiento

El nopal es de rápido crecimiento, se puede podar para que tome una forma y un tamaño deseado. En menos de una estación ya tendrá sus primeras nuevas pencas, dependiendo el tamaño, la forma, su  alimentación, su tierra… Florece en primavera.

Su reproducción

En todo momento, mientras tenga agua, tierra y sol, el nopal se está reproduciendo, creciendo nuevas pencas de sí mismo, que maduran en al rededor de tres meses, pero que pueden ser cosechadas para comerlas.

Su resistencia

El nopal es una planta muy resistente, que puede pasar mucho tiempo viva sin raíz, almacenada en cualquier lado. También puede perder sus pencas y quedar doblado en el suelo por frío o por sequedad, pero regresar y resistir. Requiere cuidado de plagas de insecto (como el mezquite y cualquier planta en genera), pero en condiciones muy adversas, puede requerir también de protección contra animales más grandes (ardillas, ratas…), si las pencas más tiernas están a su alcance.

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El mezquite y el nopal son posibilidades para la mayor parte de México, sobre todo por ser originarias de este territorio, por su resistencia, su gran producción, y por adaptarse a tierras erosionadas y a poca agua. Sin embargo en cada región de México hay plantas que crecen de forma natural que pueden ser aprovechadas por la población para alimento, como medicinas… Es importante socializar ese conocimiento pero más aún es recuperar las enseñanzas de los pueblos y las tribus de méxico, indoamérica y el mundo, que han vivido de una forma autónoma desde hace milenios, y que han probado ser tan resistentes como la naturaleza para enfrentar la colonización del estado y del capital. Aunque el mezquite y el nopal hayan sido exterminados, olvidados, marginados, sometidos, explotados, como los pueblos indígenas, su existencia y su vida que siempre se renueva contra el peligro siempre presente, es prueba de que su resistencia no es cosa del pasado, sino del futuro, cuando regresemos a la vida y superemos la sobrevivencia. ¿Cómo? Las respuestas a veces pueden ser sencillas, como por ejemplo: “con comunidad humana y comunión con la naturaleza.”

Algunas fuentes
 “El mesocarpio de la legumbre contiene de 13 a 36% de azúcares, mientras que la semilla posee 55-59% de proteínas. El fruto se vende a mayoristas en algunos municipios de Tamaulipas.
El mezquite produce hasta 25 toneladas de fruto por hectárea en determinados lugares; se estima que en esa misma superficie se pueden producir hasta 2 mil kilogramos de peso de ganado mayor, en tanto que en la misma extensión sembrada de maíz sólo se obtendrían 563 kg.
México posee una amplia extensión de zonas áridas y semiáridas —56 y 23 millones de hectáreas, respectivamente— que, en conjunto, representan más de 40% de la superficie total del territorio mexicano. Hablamos de zonas apropiadas para el desarrollo agropecuario forestal basado en el cultivo del mezquite. “
·         El mezquite,árbolde gran utilidad
http://www.revistaciencias.unam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=899%3Ael-mezquite-arbol-de-gran-utilidad
·         Relación del mezquite con la flora arbustiva y el suelo de las zonas semi-áridas
http://www.redalyc.org/pdf/573/57311108006.pdf
·         Uso medicinal
http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/flora2.php?l=4&t=Mezquite&po=cora&id=6746&clave_region=14

La entrada Con el mezquite y con el capital, contra el estado y el capital apareció primero en Diario Octubre.

Alemania reconoce el “tercer sexo”

Alemania se convertirá en el primer país europeo en permitir que en los certificados de nacimiento figure un ‘tercer género’, además de los tradicionales ‘hombre’ y ‘mujer’.

El Gobierno implementaría una reforma para que los ciudadanos puedan figurar con “sexo indeterminado” en su documento en aquellos casos en que sea difícil de determinar. Además, se excluirá cualquier denominación que “encasille” a los recién nacidos como ‘hermafrodita’ o ‘intersexual’, informaEl Mundo.

La nueva ley entraría en vigor el 1 de noviembre como parte de una decisión del Tribunal Constitucional que establece que siempre que una persona “sienta profundamente” que pertenece a un determinado género, tienen el derecho personal de elegir la forma en que legalmente se identifican a sí mismos.

La ministra de Justicia, Sabine Leuthheusser-Schnarrenberger, dijo que la decisión tendrá repercusiones profundas y requerirá de una “reforma integral” de todos los documentos emitidos por el Estado.

La designación del “tercer género” también tendrá un efecto en las leyes matrimoniales. A partir de ahora, solo hombres y mujeres pueden casarse legalmente en el país. Las parejas homosexuales pueden entrar en una asociación civil y no se contemplan las uniones entre otros géneros.

Alemania es el primer país europeo en aplicar dicha legislación, aunque los australianos permiten a los ciudadanos definir el género que figura en sus pasaportes como ‘X’ desde 2011. Nueva Zelanda hizo lo mismo el año pasado. Activistas de ambos países dicen que la legislación ha contribuido a frenar la discriminación contra los transexuales y las personas de género indeterminado, hayan tenido o no cirugía de cambio de sexo.

http://actualidad.rt.com/sociedad/view/103174-alemania-tercer-genero-sexo-indefinido

Colombia – Tener una semilla es un delito: la nueva dictadura alimentaria

Por: Dharmadeva

Hace ya décadas estaba pronosticado que llegaría el momento en que tener una semilla sería un crimen. Parecía ciencia ficción imaginar que un campesino no podría guardar semillas para la próxima cosecha, como lo había venido haciendo por milenios. Sin embargo, es un hecho.

Después de la firma del TLC con los Estados Unidos y de la expedición de normas como la Resolución 970 del ICA, la Policía Nacional, siguiendo las instrucciones de los funcionarios del ramo azuzados por las multinacionales dueñas de las semillas, ha comenzado a maltratar a campesinos y agricultores, a arrojar toneladas de comida al basurero y a penalizar a quienes no sirvan los intereses de los nuevos dictadores de la alimentación. El documental de Victoria Solano en youtube, que me impulsó a escribir esta columna, es una denuncia aterradora. Si el campesino enfrenta el monopolio de las corporaciones y guarda sus semillas «patentadas», se va para la cárcel o paga enormes multas. Estamos en las manos de las multinacionales y de lo que quieran meternos a la boca, a los precios que quieran.

Nuestros dirigentes, ciegos codiciosos, optaron por proteger una docena de semillas extranjeras genéticamente modificadas antes que proteger el patrimonio de miles de semillas que habían sido descubiertas o adaptadas y amadas por siglos en América. Y nunca les contaron a los campesinos que esto les sucedería a menos de un año de la firma del TLC, ni los prepararon para la catástrofe.

Y después pretendemos que haya paz en un país que deja a sus cultivadores en la inopia. Un exembajador con rabo de paja se atreve a decir que «Hay actores que sueñan con una Colombia sujeta a un modelo económico arcaico que impondría restricciones que limitarían severamente el desarrollo agropecuario». Ese modelo “arcaico”, sin embargo, ha logrado en la historia de la agricultura cientos de miles de semillas que los neoliberales querrían convertir en tres o cuatro: maíz de los matones de Monsanto, arroz, algodón y soya de Syngenta o Dupont. Con estas simientes y sus inseparables agrotóxicos, quisieran sembrar sus tierras de la altillanura, como le está pasando a la «República Unida de la Soja» en el Cono Sur. Nunca la humanidad había arrojado al agua y a las tierras tantos venenos juntos, ni deforestado así las selvas en nombre del “desarrollo agropecuario”.

Y esta sacrílega manera de patentar la vida se escuda en la mentira que nos venden de la seguridad alimentaria. Los medios se encargan de seguir diciendo que las nuevas semillas «mejoradas» dan más rendimiento y podrán alimentar a la creciente población del mundo. Pero estudiando la revolución verde vemos que la aseveración es falsa y hay granjas de agroecología que demuestran que rinden más las semillas colectivas logradas a pulso por los conocedores de la tierra y sus frutos en milenios de trabajo con la tierra, que las semillas privadas de los nuevos dictadores. ¡Hay que pelear de nuevo por las semillas libres!

Ver video..http://www.youtube.com/watch?v=kZWAqS-El_g

http://www.elespectador.com/opinion/tener-una-semilla-un-delito-nueva-dictadura-alimentaria-columna-439703