Archivo por días: agosto 24, 2013

ELEVARSE POR ENCIMA DEL PENSAMIENTO. Eckhart Tolle.

Una colaboración de lalunagatuna

A medida que uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su condicionamiento personal y cultural. A este yo fantasma lo llamamos ego. El ego es tu actividad mental y sólo puede funcionar mediante el pensamiento constante. El término ego tiene distinto significado según se trate de una persona u otra, pero cuando lo uso aquí me refiero al falso yo, creado por una identificación inconsciente con la mente.

Para el ego, el momento presente apenas existe. Sólo considera importantes el pasado y el futuro. Esta inversión total de la verdad explica por qué, en la modalidad ego, la mente es tan disfuncional. Siempre está tratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién serías sin él? Y se proyecta constantemente hacia el futuro para asegurarse la supervivencia y buscar en él una sensación de liberación o satisfacción. Dice: «Algún día, cuando haya ocurrido esto, lo otro o lo de más allá, estaré bien, en paz, seré feliz.»
Incluso cuando parece que el ego está en el presente, no ve el presente: lo percibe equivocadamente porque lo mira con los ojos del pasado. O reduce el presente a ser un medio para un fin, un fin que siempre reside en el futuro proyectado por la mente. Observa tu mente y comprobarás que funciona así.
El momento presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el momento presente mientras seas tu mente.
Alcanzar la iluminación significa elevarse por encima del pensamiento. En el estado de iluminación sigues usando la mente cuando la necesitas, pero de un modo mucho más enfocado y eficaz que antes. La empleas principalmente con fines prácticos, pero eres libre del diálogo interno involuntario, y vives en la quietud interior.
Cuando empleas la mente, y en particular cuando necesitas dar una solución creativa a algo, vas oscilando cada pocos minutos entre la mente y la quietud, entre la mente y la no-mente. La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. El pensamiento por sí solo, desconectado del vasto campo de la conciencia, se convierte rápidamente en algo estéril, insano, destructivo.
Del libro: PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

“EL ATARDECER DE LA VIDA” Te hará reflexionar…

Una colaboración de Linterna Blanca

He querido hacer este montaje porque se que a muchos de vosotros os hará reflexionar sobre vuestra vida, como me ha sucedido a mi. A otros pocos les será completamente indiferente, incluso les parecerá absurdo y no llegarán ni a la mitad de la película, pero a estos pocos decirles que si tan sólo hubieran prestado un poco de atención a las palabras de el Dr. Wayne Dyer , su vida probablemente hubiera dado un gran cambio… O no… Quién sabe…… Totalmente desprevenidos entramos en el atardecer de la vida… Lo peor de todo es que nos adentramos en él con la falsa presunción de que nuestras verdades e ideales nos servirán a partir de entonces. Pero no podemos vivir el atardecer de la vida, con el mismo programa que el de la mañana, pues lo que en la mañana era mucho, en el atardecer… Será poco y, lo que en la mañana era verdadero, en la tarde será falso.

Las aves son conscientes de los límites de velocidad de las carreteras

Referencia: NewScientist.com .
por Adam Becker, 21 de agosto 2013

Las aves no pueden leer las señales de tráfico, pero saben que algunas carreteras tienen límites de velocidad más altos que otros. Ellas se apartan a más distancia de un coche que se acerca por una carretera más rápida que por una lenta, independientemente de la velocidad del coche.

Cuando Pierre Legagneux, de la Universidad de Quebec, en Rimouski, y Simon Ducatez, de la Universidad McGill en Montreal, ambos en Canadá, estuvieron trabajando juntos en Francia en 2006, comenzaron a estudiar los movimientos de los pájaros que se encontraban en el camino a casa desde el laboratorio.

Descubrieron que donde había un límite de velocidad de 50 kilómetros por hora, las aves que volaban sobre la carretera, normalmente se apartaban cuando el coche estaba a unos 15 metros de distancia, mientras que en una carretera de 110 km/h., se apartaban cuando un coche estaba a unos 75 metros de distancia. Lo hacían así, incluso cuando se enfrentan a un automóvil que viajaba más rápido sobre una carretera lenta o más lento sobre una carretera rápida.

Conocerr sus límites

“Lo realmente interesante es que las aves no respondían a la velocidad del coche, a la velocidad máxima del tramo de carretera”, contaba Legagneux. “Parecía como si fueran capaces de leer las señales de tráfico, a pesar de que, obviamente, no lo hacen.”

Los investigadores creen que las aves tratan a los coches como depredadores, y se dan cuenta de que en algunas partes de su entorno los depredadores son más peligrosos que otros.

También descubrieron los dos biólogos que, la distancia a la cual los pájaros se apartaban variaba según la época. Se apartaban más cercanos de los coches en la primavera, y con mayor cautela en el otoño. Legagneux y Ducatez, piensan que esto se debe a que las aves son más activas en la primavera por la alimentación de sus crías, o que las aves jóvenes están aprendiendo acerca de las carreteras y tienen menos experiencia con los coches.

“Las aves son capaces de asociar los entornos, como bosques o carreteras, con el riesgo”, señalaChristopher Lepczyk, un ornitólogo de la Universidad de Hawai, Manoa. Él piensa que este trabajo podría llevar a estudios de seguimiento para comparar las aves de zonas urbanas y rurales, y tal vez fomentar métodos más innovadores. “Creo que es genial”, dijo. “No hacemos lo suficiente de este tipo de trabajo.”

– Imagen: Out on patrol (Image: Plainpicture)
– Publicación: Biology LettersDOI: 10.1098/rsbl.2013.0417.

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Poltergeists:Los Espiritus Burlones

A medio camino entre el fantasma y el fenómeno parapsicológico, los poltergeist, espíritus juguetones, hacen ruido, tiran cosas, trasladan objetos y causan infinidad de molestias.

   
 
Efectos de la actividad poltergeist; los objetos vuelan de forma incontrolada.

La palabra poltergeist deriva de dos vocablos alemanes: un término folklórico, polter, que significa «ruido», y geist, que significa «espíritu». Los poltergeist son, pues, literalmente, «espíritus ruidosos». Y sean o no espíritus, al menos se manifiestan de múltiples y escandalosas formas: ruidos misteriosos, olores desagradables, muebles que se desplazan por su cuenta, fríos súbitos, voces inexplicables, objetos que aparecen y desaparecen, levitación incontrolada de las víctimas… todo esto son síntomas de lo que suele denominarse «actividad poltergeist». Se trata de un campo fenomenológico muy amplio, que a veces es difícil deslindar de otros fenómenos de índole parapsicológica. El desarrollo de las investigaciones psíquicas y de la parapsicología durante los últimos cien años ha introducido un término más complicado para describir el fenómeno poltergeist: psicokinesis espontánea recurrente (PKER).

Ya desde el siglo XII se han hallado testimonios de estos fenómenos. Entonces se aseguraba que eran causados por una fuerza maligna. Se creía que la actividad poltergeist no era sino una manifestación más del diablo, omnipresente en muchas imaginaciones de la época. Así, en 1599, el jesuita e historiador español Martín Antonio del Río, incluía a los poltergeist dentro de su clasificación de 18 clases de demonios exactamente en decimosexto lugar: Los del tipo decimosexto son espectros que en algunos momentos y lugares o casas se proponen causar diversas conmociones y molestias. Algunos molestan durante el descanso con entrechocar de cazos y arrojando piedras; otros tiran del colchón, haciéndote caer de la cama.

Aunque en la actualidad hay gente que sostiene que la PKER puede ser atribuida a la actividad de espíritus «elementales», en general se suele aceptar que tiene un origen natural, no sobrenatural. Pero seguimos sin conocer a ciencia cierta las causas y los motivos.

Las actividades poltergeist suelen presentar rasgos comunes en muchas de sus manifestaciones. Golpes y llamadas misteriosas son a menudo las primeras indicaciones de la presencia de un poltergeist. El reverendo Joseph Glanvillregistró en 1666 un famoso caso de este tipo, caso que popularmente se conoció como «el tamborilero de Tidworth». Dos niñas ocupaban un dormitorio del que salía un extraño tamborileo. Los escépticos decían que eran las niñas las causantes del ruido, pero una investigación del caso demostró que eran totalmente ajenas al repiqueteo, puesto que sus manos estuvieron siempre a la vista de los numerosos testigos. Este ejemplo es en cierto modo un «clásico», puesto que está suficientemente documentado como para que no quepan dudas sobre la autenticidad del fenómeno, aunque nunca ha podido explicarse por medios «racionales». En 1848, en Estados Unidos, el célebre caso de las hermanas Fox pareció confirmar que los golpecitos eran la primera indicación de la actividad poltergeist. Este caso provocó, además, la fundación del movimiento espiritista, cuando algunos testigos supusieron que determinados espíritus estaban tratando de comunicarse a través de las dos chicas

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Grabado que representa la casa del «tamborilero de Tidworth»

Otro efecto frecuente de la actividad poltergeist consiste en el desplazamiento de diversos objetos. Hay infinidad de ejemplos de este fenómeno, que puede tomar diversas variantes. Así, los periódicos informaban el 23 de junio de 1981 de que los relojes situados en una peluquería de Cullera (Valencia) adelantaban misteriosamente hasta 4 horas sin que nadie los tocara. Se habían llegado a colocar en el interior de la peluquería 7 u 8 relojes que funcionaban bien, y todos ellos adelantaron varias horas. Incluso se dejó un reloj de pulsera sin mandos, para que no pudiera ser manipulado, pero adelantó también varias horas. Otras veces se trata de objetos que aparecen y desaparecen, sin motivo aparente, en diferentes partes de la casa, o incluso objetos que, literalmente, vuelan delante de los ojos de asombrados testigos.

Las voces desconocidas son también un rasgo común de la PKER. Se han postulado varias teorías para explicar este fenómeno; quizá la más plausible sea la de un médico francés del siglo XIX, Gilles de la Tourette, quien identificó algunos síntomas de trauma y stress grave en víctimas de poltergeist y clasificó estos fenómenos como formas de copropraxia (deleitarse con el uso de un lenguaje obsceno o utilizarlo de forma inapropiada) y ecolalia (repetición carente de sentido de modelos de lenguaje). Observó que algunos de sus pacientes, además, «hacían gestos obscenos». Según ésta y otras teorías, el impulso sexual, o libido, podría hallarse en la raíz de muchas experiencias de PKER.

En el siglo pasado se supuso que las niñas en el umbral de la madurez sexual eran las culpables de todos los incidentes misteriosos, y, ciertamente, buena parte de los casos de PKER están relacionados con niñas que llegan a la pubertad. Sin embargo, actualmente resulta difícil de admitir que sea éste el único agente de las molestias. Este nuevo planteamiento del problema ha ayudado a que se conozcan más casos de poltergeist en que están involucrados niños o incluso hombres hechos y derechos. Hace cien años, las víctimas masculinas de la PKER solían ser ignoradas, puesto que contradecían la hipótesis aceptada universalmente. En un caso muy famoso, el del dotado inglés D. D. Home, que fue, investigado a fondo, se llegó incluso a decir que debía de tratarse de un homosexual.

 

Anne-Marie Schaberl, cuyo poltergeist perturbaba las máquinas de su oficina.

Lo cierto es, sin duda, que los desajustes sexuales pueden aumentar la capacidad sensitiva de algunas personas; algunos casos recientes sugieren que la PKER puede estar relacionada con las frustraciones y la angustia. Un caso de este tipo ocurrió en Baviera, Alemania, en 1967. Una cantidad de incidentes inexplicados fueron observados en el bufete de un abogado, acompañados por un alarmante aumento del importe de la cuenta del teléfono. Las compañías de electricidad y teléfonos fueron avisadas y se les pidió que revisaran las instalaciones del edificio. Un examen reveló que el número de la hora se activaba por sí solo. Un conocido parapsicólogo encontró el origen del incidente en una chica de 19 años llamada Anne-Marie.

Esta tenía un notable efecto sobre las máquinas de la oficina que, según confesó, no le gustaban: a su paso se derramaba el líquido de las fotocopiadoras, mientras que otros aparatos parecían enloquecer. Al parecer, Anne-Marie no se sentía satisfecha con su trabajo. La única explicación plausible para el vertiginoso aumento de la cuenta del teléfono era que Anne-Marie se aburría y, mentalmente, miraba la hora, activando así el número de la información horaria. El día que Anne-Marie se casó, todos los incidentes cesaron por completo.

http://www.superenigmas.com/articulos/poltergeist/poltergeists.htm

El altruismo de los organismos eusociales es en realidad producto de una manipulación

Un modelo matemático destapa supuestos comportamientos de hormigas, avispas y abejas

Las hormigas, avispas y abejas manipulan a la primera camada para que ayude a la segunda, según un modelo matemático aplicado al comportamiento materno en estos organismos eusociales. Según este modelo, el supuesto comportamiento altruista de la primera camada en realidad está forzado a través de la manipulación. Las madres consiguen este resultado mediante la interrupción del desarrollo de la descendencia, por ejemplo, a través de una mala alimentación o una conducta agresiva.


La biomasa de las hormigas compone más de la mitad de todos los insectos. Foto: Gustavo Durán. SINC

La biomasa de las hormigas compone más de la mitad de todos los insectos. Foto: Gustavo Durán. SINC
La manipulación se considera a menudo como un comportamiento moralmente repudiable, sin embargo podría ser responsable de los orígenes evolutivos de la conducta altruista, según un estudio que publica la revista The American Naturalist.

En biología evolutiva, la manipulación se produce cuando un individuo, el manipulador, altera el comportamiento de otro individuo de manera que es beneficioso para él, pero que puede ser perjudicial para el individuo manipulado.

Esta manipulación no solo se produce en seres humanos y animales, sino también a nivel celular. Las células de un organismo multicelular, o los parásitos, pueden alterar el comportamiento de sus huéspedes.

Es el caso de la lombriz parasitaria Myrmeconema neotropicum, a la que, cuando es ingerida por la hormiga tropical Cephalotes atratus, le crece un abdomen de color rojo brillante con aspecto de baya. Este abdomen luminoso constituye un fenotipo manipulado por el gusano.

Las aves se comen lo que creen que son bayas, es decir, a las hormigas infectadas por la lombriz, y luego propagan el parásito en sus heces, que son recogidos posteriormente por las hormigas para alimentar a sus larvas. El ciclo de la conducta manipulada comienza de nuevo.

Modelo matemático

Un estudio publicado esta semana en la revista The American Naturalist por investigadores del Instituto Nacional de Síntesis Matemática y Biológica de la Universidad de Tennessee (EEUU), explica que han desarrollado un modelo matemático para conocer la evolución del comportamiento manipulado y lo aplica a la manipulación materna en los organismos eusociales, como son las hormigas, avispas y abejas, que tienen un sistema social de organización jerárquico con reinas reproductivas y obreras estériles.

La eusocialidad es la estructura social de cooperación que existe en muchas de las especies dominantes de la Tierra, como las citadas hormigas, avispas o abejas.

En el modelo desarrollado en esta investigación, las madres de estas especies producen dos camadas y manipulan a la primera para que permanezca junto a ellas y ayude a crecer a la segunda camada. Las madres pueden conseguir esto mediante la interrupción del desarrollo de la descendencia, por ejemplo, a través de una mala alimentación o una conducta agresiva.

“Así la descendencia manipulada de la primera camada se queda y ayuda a la segunda”, argumenta el estudio. Alternativamente, la prole de la primera camada puede resistir la manipulación e irse.

“Las evidencias de la llamada eusocialidad primitiva, donde existe una ayuda derivada a menudo de la coacción mediante la agresión o la alimentación diferencial, parece consistente con nuestra teoría”, declara el autor principal de la investigación, Mauricio González-Forero, que dirigió el estudio cuando era asistente de investigación en el Instituto Nacional de Síntesis Matemática y Biológica. En este sentido, el comportamiento altruista está forzado a través de la manipulación.


LA GLOBALIZACIÓN DEL MIEDO – DESIGUALDAD E INSEGURIDAD SON NATURALIZADAS A NIVEL MUNDIAL

Desigualdad e inseguridad son naturalizadas a nivel mundial como “daños colaterales” del sistema. En dos nuevos libros, Bauman analiza el fenómeno. Sus consecuencias, en una entrevista.

El término “daño colateral”, aplicado a estructuras edilicias, individuos o comunidades enteras, se utilizó hasta el hartazgo en los últimos años para describir las bajas materiales y víctimas “no intencionales” o “imprevistas” de las operaciones militares y pasó a formar parte de nuestro lenguaje cotidiano. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman se vale de esta categoría para realizar un complejo y profundo análisis de la desigualdad en las sociedades contemporáneas. Su visión es lúcida y pesimista; su interpretación de los hechos precisa y contundente.

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GUANTANAMO. Esta prisión irregular es parte del mundo forjado tras los atentados terroristas contra las Torres Gemelas el 11-S.

¿Cuál es la trampa mortal que Bauman reconoce en la lógica del daño colateral? Sus consecuencias fatales, que se presentan siempre como neutrales y azarosas, en realidad, forman parte de un calculado engranaje de dominación, cuyas víctimas son la mayoría de las veces las mismas: los pobres, los marginados, los indefensos. “En el juego de los riesgos –indica–, los dados están cargados”: “Quienes decidieron sobre las bondades del riesgo no eran los mismos que sufrirían las consecuencias”.

El libro Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global recopila una serie de conferencias pronunciadas por Bauman sobre el tema durante 2010 y 2011. Los temas que abarca son llamativamente diversos sin perder el hilo conductor: de la concepción griega del ágora a los nuevos comportamientos asociados a la web 2.0 y las redes sociales, pasando, entre otros, por la teología política de Carl Schmitt, el tratamiento de la pobreza en la ópera Wozzeck de Alban Berg, y el análisis de documentos clasificados sobre los ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki. Bauman reconoce en ellos el estigma de la desigualdad y lo estudia consecuentemente.

Nuestra época, señala, adolece de una dificultad estructural, la radical incompatibilidad entre el mundo global que habitamos y las políticas y leyes de matriz nacional que nos rigen. “Todas las instituciones políticas que tenemos hoy a nuestra disposición fueron hechas a medida de la soberanía territorial, de los Estados nacionales: se resisten a ser estiradas a escala supranacional o planetaria; y las instituciones políticas que sirvan a la autoconstitución de la comunidad planetaria no serán –no pueden ser– ‘las mismas, pero más grandes’”. La vieja fórmula del Estado de Bienestar europeo, o el “Estado social” como prefiere llamarlo Bauman, ya no satisface efectivamente las necesidades de sus habitantes. En la actualidad, la tarea de otorgar condiciones de vida dignas queda librada a cada individuo particular, a su capacidad de posicionarse satisfactoriamente en el juego impuesto por las leyes de mercado y de defenderse frente a la siempre presente posibilidad de perderlo todo; “El miedo que la democracia y su retoño, el Estado social, prometieron erradicar, ha retornado para vengarse”.

El mundo se ha vuelto multicultural y, no obstante, el par, el vecino, y mucho más el extranjero o el desconocido, se han vuelto un enemigo. La promoción de la libre circulación de capital choca violentamente con las fuertes restricciones a la circulación de personas en busca de trabajo; en ese enfrentamiento encuentran su fundamento las recientes políticas globales de seguridad, fallido intento de creación de un nuevo orden. Bauman las analiza a partir de dos perspectivas puntuales: por un lado, la de los pasajeros de avión, que diariamente asienten que oficiales de migraciones desarmen sus equipajes y escudriñen sus pertenencias personales, que perros los olfateen, que se someten a todo tipo de situaciones que en otras circunstancias les parecerían denigrantes y que, sin embargo, lo hacen sin protestar, “agradeciendo a las autoridades” por ocuparse de su seguridad. Por el otro, la de la apatía más o menos generalizada con la que se recibió la información de la existencia de una enorme cantidad de prisioneros que sin un juicio justo cumplen indefinidas condenas en prisiones irregulares como las de Guantánamo y Abu Ghraib.

En ambos casos, se trata de situaciones inéditas de vejación personal (pequeñas en un caso, realmente horrorosas en el otro) que saltan a la vista rápidamente al momento de reflexionar sobre el problema de la seguridad en el mundo post 11-S. Lo que estos dos ejemplos, que son más o menos excepcionales si consideramos a la totalidad de la población del mundo, no llegan a mostrar, y este es tal vez el punto más relevante de las tesis de Bauman, es el modo en que la desigualdad y la inseguridad vital se extienden ininterrumpidamente en todo el globo. Según esta lectura, la publicidad de una multiplicidad de amenazas, “ya se originen en pandemias y dietas o estilos de vida insalubres, o bien en actividades delictivas y comportamientos antisociales de la ‘clase marginal’ o, en los últimos años, del terrorismo global”, es el mecanismo reactivo que opera en una sociedad cuyo principal drama es la imposibilidad de resolver la inseguridad y las vulnerabilidades económicas que le son estructurales y contra las que los Estados hacen en general muy poco.

A este estado de cosas se le suma el problema de la “multiculturalidad”, una etiqueta amable que oculta una realidad poco amistosa. Sobre ella escribió en Comunidad: “Aparentemente el multiculturalismo está guiado por el postulado de la tolerancia liberal y por la atención al derecho de las comunidades a la autoafirmación y al reconocimiento público de sus identidades elegidas (o heredadas). Sin embargo, actúa como una fuerza esencialmente conservadora: su efecto es una refundición de desigualdades”.Y luego agregó: “Lo que se ha perdido de vista a lo largo del proceso es que la demanda de reconocimiento es impotente a no ser que la sostenga la praxis de la redistribución, y que la afirmación comunal de la distintividad cultural aporta poco consuelo a aquellos cuyas elecciones toman otros, por cortesía de la división crecientemente desigual de recursos”.

Guetos voluntarios

La configuración material de las ciudades no es ajena a este fenómeno. Históricamente, los centros urbanos fueron espacios de convivencia de lo heterogéneo, incluso resistentes a los esfuerzos unificadores coercitivos característicos de los Estados nacionales, en los que personas provenientes de lugares con diferentes costumbres crecían en contacto con otras pautas culturales. La globalización, en este sentido, no es un fenómeno reciente; basta considerar la situación de nuestro país a comienzos del siglo XX, un extraordinario laboratorio de hibridaciones desarrollándose a la vista del mundo. En las últimas décadas, sin embargo, las ciudades, que todavía son polos de atracción en las que se reúnen personas de múltiples proveniencias, han ido modificando progresivamente su fisonomía, de modo que ese contacto con lo extraño se parece hoy más a una gran excursión turística que a una experiencia vital relevante. Bauman ve las profundas dificultades e incertidumbres sobre las que se sostiene en la actualidad esta situación; sintéticamente, enuncia el problema de la siguiente manera: “Si bien en su origen fueron construidas para brindar seguridad a todos sus habitantes, hoy las ciudades se asocian más al peligro que a la seguridad”.

Las transformaciones urbanas ocurridas en los últimos años, así como los nuevos comportamientos que las acompañan, fueron copiosamente estudiados por investigadores locales y extranjeros, notoriamente en el caso argentino en los libros Los que ganaron. La vida en los countries y La brecha urbana. Countries y Barrios privados en Argentina de Maristella Svampa, Buenos Aires a la deriva, editado por Max Welch Guerra y Miradas sobre Buenos Aires, de Adrián Gorelik. Casos como el de los barrios cerrados han ocupado importantes segmentos de los medios masivos de comunicación, desde las secciones de espectáculo hasta las policiales, constituyéndose paradójicamente en un objeto un tanto agotado desde el plano discursivo pero completamente vigente en sus consecuencias negativas para la vida urbana.

Bauman encuentra un recurso interesante para seguir iluminando el problema de estos “guetos voluntarios” en la comparación de los comportamientos reales con los virtuales. Estamos, como todos sabemos y experimentamos diariamente, en los tiempos del imperio de las redes sociales: gran parte de nuestros intercambios con el resto de las personas se realiza a través de las plataformas virtuales; incluso el correo electrónico, el medio que más se asemeja a los utilizados en la comunicación tradicional por su similitud con el formato epistolar, está perdiendo el rol central que cumplía hace algunos años. Sin caer en la crítica simplista de esta realidad, Bauman realiza un comentario perspicaz: “Vivimos en la época de los teléfonos celulares (por no mencionar MySpace, Facebook y Twitter): los amigos pueden intercambiarse mensajes en lugar de visitas; toda la gente que conocemos está constantemente ‘en línea’ y en condiciones de informarnos por adelantado sobre sus intenciones de darse una vuelta por casa, de modo que un súbito golpe en la puerta o un timbrazo que suena sin previo aviso son eventos extraordinarios, es decir, potenciales peligros”.

Obtenemos así un monstruo de dos cabezas que combina el confinamiento a nivel territorial y urbano con la expansión de la exposición de la privacidad en el ámbito virtual. Esta referencia de extrema actualidad permite repensar el problema de la seguridad, incorporando nuevos matices. La conclusión, sin embargo, es la misma: el miedo, la razón primera por la que optamos por “comunidades cerradas”, sigue ahí; construimos barrios privados, enrejamos nuestras casas, nos encerramos en mundos virtuales, y, no obstante, el miedo no se disipa. La necesidad de seguridad, dice Bauman, puede volverse adictiva: “Las medidas de seguridad nunca son suficientes, Una vez que se da inicio al trazado y la fortificación de las fronteras, ya no hay manera de detenerse. El principal beneficiario es el miedo: prospera hasta la exuberancia alimentándose de nuestro empeño en demarcar fronteras para defenderlas con armas”.

Cambiar las reglas

Las recientes crisis financieras en Europa y los Estados Unidos han vuelto a colocar en primer plano el problema de la exclusión social: nuevos estratos sociales se están incorporando permanentemente al conjunto de los desplazados, dándole visibilidad a un problema que ciertamente ya afectaba a grandes sectores de la población. La pobreza, la inseguridad y la marginalidad, parecen ser una vez más un problema de todos en los países centrales.

En “La salida de la crisis”, una de las 44 cartas desde el mundo líquido que Bauman publicó quincenalmente entre 2008 y 2009 en la revista La Repubblica delle Donne, aparece la cuestión de las consecuencias socio-culturales del derrumbe económico: “No sólo han sufrido un duro embate el sistema bancario y los índices del mercado de valores, sino que nuestra confianza en las estrategias vitales, los modos de conducta, y hasta los estándares de éxito y el ideal de felicidad que, según se nos repetía constantemente en los últimos años, valía la pena perseguir, se han trastocado como si, de pronto, hubieran perdido una parte considerable de autoridad y atracción. Nuestros ídolos, las versiones modernas líquidas de las bestias sagradas bíblicas, se han ido a pique junto con la confianza en nuestra economía”.

Se plantea así entonces por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de un nuevo inicio, de una revisión completa del sistema económico-cultural sobre el que se sostienen los países europeos. “Al contrario de lo que se afirma con respecto a las ‘medidas de emergencia’ prodigadas por los gobiernos a los administradores bancarios (pensando, principalmente, en los telespectadores) –continúa Bauman–, no hay remedios instantáneos para las dolencias prolongadas, y posiblemente crónicas”.

Si el problema de fondo que permitió que se llegase a situaciones terminales de desigualdad social, los “daños colaterales” que millones de personas viven diariamente, se encuentra en la constitución misma del sistema, quizá sea entonces éste el momento indicado para reformular algunas de sus reglas de juego.

Articulo de FERNANDO BRUNO, en la revistaenie.clarin.com

http://ssociologos.com/2013/08/20/la-globalizacion-del-miedo-desigualdad-e-inseguridad-son-naturalizadas-a-nivel-mundial/