Archivo por días: abril 8, 2014

domi HITLER (ES PROBABLE) TENÍA RAZÓN

Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar. Fernando Savater.

Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada. Albert Einstein.

Imagen Precisamente la educación reglada, la propaganda política que nos azotó en el pasado siglo sigue serpenteante como un río hasta desembocar en nuestras almas. Porque la Segunda Guerra Mundial fue una guerra política. Político-económica. Todos hemos creído y crecido con los dogmas de los vencedores, de los aliados, y bien que nos llegaron al corazón, a nuestro interior. Este es el gran problema para preguntarse una serie de cuestiones. La propaganda fue directa a nuestro interior más débil, más empático y todavía, pocos, se preguntan a través de la razón lo que no les deja ver, ni por asomo, sus sentimientos. Comprendo que es difícil.

Intentemos preguntar con la razón pues ¿Es posible que a la Alemania de Hitler se la quisiera aniquilar por haber cambiado el patrón trabajo por el patrón oro?

¿A quién perjudicaba esto entonces? A la economía mundial, en concreto a la internacionalización de la economía. ¿A quién perjudicaría hoy? A la globalización, a la economía globalizada. A un gobierno mundial. ¿Eran los mismos los de antes que los de ahora? Creo que sí, que el capital sigue en las mismas manos. ¿Estaba entonces el (gran) poder económico en las mismas manos entonces que ahora en los medios de comunicación, en los bancos e intereses y pretenden que todos pensemos de la misma manera y gastemos productos al unísono? ¡El plan está tan bien urgido que es normal que a uno lo tachen de loco!

El único enemigo que se perfiló contra las democracias occidentales y contra el estamento de cientos de años por no decir miles fue Rusia con sus bolcheviques. Hitler nunca quiso nada de Occidente, sólo del Este, que en este caso era el enemigo de todos. ¿Por qué atacaron a Alemania? Lo único que les ofrecía atractivo los soviets al poder económico era la internacionalización de una idea, de una economía, algo muy parecido a lo que hoy hay (el nacionalsocialismo no se podía exportar). Pero, ¿no habían matado ya a cientos de miles de personas que no pensaban o no acataban el poder rojo? ¿Cómo no se lanzaron las democracias occidentales junto a Alemania contra el oriente de Europa y en cambio fueron todos a por el III Reich?

¿Quiénes estaban en la cúspide de la revolución rusa? ¿Quiénes tenían el poder económico y aún lo tienen en occidente? ¿Quiénes rodeaban a Roosevelt? Las tres anteriores cuestiones se pueden demostrar.

Da miedo decirlo, pero más da pensarlo. Los judíos. Por cierto, Roosevelt también lo era.

La globalización no es el final del plan, es otro paso más. Hitler fue una china en sus zapatos. Por eso digo que Hitler… tenía razón.

Todo esto parece una fantasía, pero ese es el principio del plan y lo mejor conseguido. Investiguen por sí mismos, piensen y empezarán a atar pequeñísimos cabos. Y luego verán maromos, eso sí, grandes cuerdas entre barcos y puertos que destensadas no vemos si están conectadas porque en la curva equidistante de los cabos hundidos en el mar nos impide ver en realidad que son la misma cosa.

G.R-M.

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http://lastermitasdelcielo.wordpress.com/2013/08/27/hitler-es-probable-tenia-razon/

domi La prohibición de comer cerdo en el mundo musulmán

Los humanos, aunque biológicamente pueden comer una gran variedad de alimentos, descartan algunos de ellos sistemáticamente de su dieta. Y si fisiológicamente podríamos ingerir y digerir estos alimentos, pero no lo hacemos, debe haber motivos culturales detrás de ello. ¿Pero como se han forjado esas tradiciones alimentarias ligadas a la cultura de cada pueblo? ¿Por qué comen lo que comen, y evitan lo que evitan las diferentes culturas que conviven en el mundo? ¿Por qué en España nos encanta la carne de cerdo y sus derivados, y los países islámicos la detestan? ¿Por qué el cerdo y no otro animal?

Es posible que una visión antropológica pueda esclarecer estos interrogantes. A continuación haremos un breve repaso a una teoría antropológica que intenta explicar esta, a priori, incomprensible conducta.

Según esta teoría lo que está claro es que debe haber una explicación práctica que explique que a día de hoy los musulmanes no puedan ni ver el cerdo. Es más, probablemente esta aversión radique en una serie de situaciones vividas en el pasado por los pueblos musulmanes y que tuviera mucho sentido en ese momento. Si ahora se sigue sin comer cerdo es simplemente para seguir la tradición, no porque todavía se sigan cumpliendo los factores que los llevaron a descartar el cerdo de la dieta en su día.

A priori, la antipatía hacia la carne de cerdo es totalmente infundada e irracional. El cerdo es el animal doméstico que mayor capacidad tiene para transformar las plantas que come en carne de manera rápida y eficaz. A lo largo de su vida, un cerdo puede convertir el 35% de la energía de su pienso en carne, en comparación al 13% de los ovinos o el escaso 6,5% de los bovinos.

Además, las cerdas en tan sólo cuatro meses de gestación son capaces de parir ocho o más lechones, los cuales podrán llegar a pesar más de 200 kilos en sólo seis meses.

Queda patente que el cerdo es un animal muy económico y eficiente, lo que todavía hace que resulte más desconcertante que el Islam haya prohibido la ingestión de cerdo. Pero no sólo eso. No es que sólo no puedan comer carne de cerdo, sino que sienten una gran repugnancia hacia este animal, y según el Corán, sólo el hecho de tocarlo convertirá a la persona en inmunda.

Los propios musulmanes fundamentan esta aversión con una sencilla explicación: el cerdo es un animal sucio que se revuelca en barro y se come las heces, y por lo tanto, son un gran problema para la higiene y la salud pública. Sin embargo, estos hábitos del cerdo son culpa de sus dueños: si el cerdo tuviera agua limpia, no se revolcaría en barro, y si tuviera comida, no se comerían las heces. Además, esta explicación no es del todo coherente, pues hay muchos otros animales, que al igual que el cerdo, en algunas situaciones comen heces, como las gallinas, cabras, y perros, y no por ello son objeto de asco entre los fieles. Otra explicación que dan es que el cerdo es insalubre ya que puede transmitir triquinosis, lo que no es falso, pero no explica en ningún caso la aversión al cerdo por diferentes motivos. El primero es que la triquinosis no se conoció hasta hace relativamente poco, por lo que es imposible que conocieran este hecho hace cientos de años. Otro es que la triquinosis sólo se transmite por carne de cerdo no sometida a un tratamiento térmico adecuado, por lo tanto la solución hubiera sido fácil: cocinar correctamente el cerdo. Y por último, hay que decir que el cerdo no es ni mucho menos el único animal capaz de transmitir enfermedades a los humanos.

Hasta aquí podemos concluir que no fueron factores ligados a la deficiente higiene del cerdo, ni a su salubridad, los que fundamentaron esta costumbre hace miles de años.

Parece ser que la explicación radica en una frase escrita en el Levítico (libro sagrado): “Todo animal de casco partido y pezuñas hundidas y que rumia, lo comeréis”. Y por tanto, al ser el cerdo un animal que divide la pezuña, pero que no rumia, queda fuera de lugar y eso lo hace abominable. Parece ser pues, que el motivo primario que instiga este asco hacia el cerdo es que no es un animal rumiante. Nos tendremos que preguntar pues por qué los rumiantes son los únicos animales bien vistos por los escritos musulmanes.

La característica primordial que hizo que en el antiguo oriente medio se criaran animales rumiantes es que son capaces de ingerir únicamente vegetales ricos en celulosa. De esta manera los antiguos podrían obtener carne y leche sin tener que “compartir” parte de sus alimentos con el ganado. Mientras que vacas, cabras y ovejas sólo necesitan de algún lugar con plantas para alimentarse, el cerdo necesitaría algo más para comer si quieren ganar peso, y por tanto, sus dueños le deberían dar parte de su cosecha. Además los rumiantes también eran fuente de estiércol por los campos, fuerza de tracción y proporcionaban vestimentas. Estos razonamientos parecen tener cierta lógica y empiezan a dar sentido a que los cerdos fueran mal vistos en la antigüedad.

Además de los temas nutricionales, los cerdos no estaban bien adaptados al clima del antiguo Oriente Medio. Mientras que los rumiantes pueden vivir largos periodos sin agua, son capaces de termoregularse a través de la respiración y tienen un pelaje que los protege del sol, a los cerdos les faltan estas estrategias evolutivas. Por lo tanto, criar cerdos en ambientes áridos era mucho más caro que criar rumiantes, ya que a los primeros les debía suministrar sombra y refrescar periódicamente. También se le debe sumar que los cerdos no tiran de arados, no dan buenas fibras para hacer tejidos y tampoco dan leche, por lo tanto su única función era suministrar carne. Debido a todos estos motivos parece fácil de comprender que los pastores nómadas de Oriente medio no pudieran, ni quisieran cargar con cerdos si eran tan difíciles de mantener y ofrecían tan poco. Es posible que esta experiencia histórica fuera el origen de la aversión de estos pueblos hacia el cerdo.

Pero una vez los pastores se hicieron sedentarios, ¿Por qué siguió la aversión al cerdo y se llegó a escribir en leyes divinas? Parece ser que la cría de cerdos cada vez fue más difícil, pues la zona de la que hablamos sufrió una gran desertización en pocos años, y los cerdos se quedaron sin bosques donde coger alimentos, por lo tanto, cada vez fueron más rentables los rumiantes y más costosos los cerdos.

Por lo tanto podemos concluir que fueron básicamente condiciones ecológicas las que desfavorecieron la cría del cerdo y, al no poder cumplir su función básica de aportar carne, se volvió un animal inútil. No sólo se convirtió en un animal inútil, sino que se le consideró una maldición para el que lo tocara.

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Fuentes y más información para ampliar:
– Marvin Harris. Bueno para comer; Alianza editorial.
– Marvin Harris. Vacas, cerdos, guerras y brujas; Alianza Editorial
– L’Islam d’avui, de demà i de sempre. Mikel de Epalza (dir.). Equip CIDOB. Centre d’Estudis de Temes Contemporanis (Enciclopèdia Catalana), 1994.
– Cuines en migració: alimentació i salut d’equatorians, marroquins i senegalesos a Catalunya. Juanjo Càceres i Elena Espeitx. Fundació Jaume Bofill, 2006.

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Este artículo participa en los Premios Nikola Tesla de divulgación científica y nos lo envía Marc Rubio Celorio, nutricionista y tecnólogo de los alimentos. Ganador del premio 2010 de la Asociación Catalana de Ciencias de la Alimentación. Autor del blog Opiniones Sobre Alimentación. Actualmente está realizando su tesis doctoral en el campo de la tecnología alimentaria.

domi Robots aéreos para la exploración de Marte

Las exploraciones científicas con destino a Marte siempre suelen traer sorprendentes datos sobre el planeta rojo. Durante las últimas décadas, estas expediciones han desvelado algunos impresionantes secretos sobre la geología y la hipotética biología que podría existir en Marte. Sin embargo, generalmente son misiones de larga duración y tardan años en completarse (véase el caso de los Rovers y su larga trayectoria).

Para acabar con este problema y poner en funcionamiento exploraciones más rápidas, el ingeniero de la NASA Joel S. Levine ha propuesto una idea innovadora: Mandar aviones robots impulsados por cohetes a Marte. Este tipo de avión, llamado ARES (Aerial Regional-Scale Environmental Surveyor), sería perfectos para llegar de forma rápida y más eficaz a lugares donde los robots terrestres no pueden acceder, consiguiendo así una vista más detallada de la superficie marciana.

Según sus creadores, podría llegar a alcanzar las 450 millas por hora (es decir, alrededor de720 kilómetros por hora). Volaría a 1’5 kilómetros de la superficie, lo cual permite observar una amplia zona de la superficie y obtener información de los terrenos más accidentados (los cuales soncasi imposibles de observar mediante satélites e inaccesibles para los robots terrestres).

Mide unos 6’5 metros de ancho y tiene 5 metros de longitud. Está impulsado por unos cohetes que permitirán un rápido desplazamiento y, cuando el combustible de éstos se agote, el avión aterrizará en la superficie marciana para completar su vida investigando desde el suelo misiones menos importantes.

El ARES llegaría a Marte en un cohete ordinario como si de cualquier otra misión se tratara. El avión estaría completamente plegado (las alas laterales y traseras pueden plegarse para ocupar poco espacio) dentro del cohete. Cuando entre en la atmósfera del planeta, a unos veinte kilómetros por encima del suelo, la nave abriría sus compuertas y dejaría despegar al avión, el cual abriría sus alas en pleno vuelo y pondría en funcionamiento sus cohetes de propulsión.

En caso de que finalmente se pusieran en funcionamiento este tipo de aviones, se centrarían principalmente en el hemisferio sur marciano, lugar donde el elevado magnetismo y el terreno montañoso se han combinado para formar una terreno misterioso y difícilmente accesible.

La investigación llevada a cabo por el ARES mejoraría ampliamente nuestras investigaciones del planeta rojo. En primer lugar, permitiría una comprensión mucho más profunda del magnetismo presente en Marte y de su evolución a lo largo del tiempo (el problema con el magnetismo en Marte siempre ha supuesto un tema de debate para los científicos, como podéis ver en este enlace).

Otro punto en el que estas investigaciones resultarían muy eficaces es en el estudio de la atmósfera. Gracias a la altura a la que volaría el ARES (nunca antes estudiada) obtendríamos valiosa información sobre la composición química de la atmósfera marciana y los distintos gases por la que está compuesta.

Su misión también se centraría en el estudio del agua en Marte: ¿Cuál es la influencia del vapor de agua en la atmósfera? ¿Qué conocemos sobre los polos congelados? Junto a estas preguntas, muchas otras investigaciones serían realizadas para comprender el papel del agua en Marte (y, también, el papel del agua líquida cuando existía, gracias a las “huellas” que podremos localizar en forma de cauces que anteriormente fueron ríos).

Otra investigación importante sería la de hacer una descripción detallada de porqué surgen extrañas cantidades de metano en Marte (indicio que algunos han calificado como posible prueba de vida en Marte).

Pero volvamos al problema inicial: ¿Cuánto tiempo llevaría realizar una exploración marciana con estos robots? Como ya hemos comentado al principio, sus creadores afirman que, una vez que haya despegado y esté volando sobre la superficie marciana, unas dos horas bastarían para realizar su trayectoria. En sólo ese tiempo podría investigar cerca de 1500 kilómetros de la superficie del planeta. Una vez transcurrido este período, el avión aterrizaría en tierra e investigaría desde allí otras misiones secundarias.

Con ese enorme recorrido, podría captar muchísimas fotografías y grabar numerosos vídeos gracias a las cámaras de las que estará dotado. Automáticamente, el ARES mandaría los datos obtenidos a la Tierra, para su posterior estudio científico. Además, según asegura el ingeniero creador del ARES, estas imágenes pasarían a estar disponibles a todo el que quisiera acceder a ellas:

“Nuestro objetivo es inspirar a los estadounidenses que están pagando esta misión con sus impuestos; pero más importante aún, inspiraremos a la proxima generación de científicos”

La idea no es nueva, este proyecto lleva ya unos años en la cabeza de los ingenieros de la NASA, pero es ahora cuando están surgiendo las mayores posibilidades de que se ponga en marcha una misión “seria” para construir y mandar uno a Marte.

Por supuesto, todavía falta bastante para que podamos ver algo similar en acción. Un equipo de250 ingenieros aeronáuticos está trabajando en ello y ya han creado algunos prototipos básicos. Según creen, si la NASA lo permite, podríamos ver a un ARES volando sobre Marte dentro de apenas 10 años.

http://elbustodepalas.blogspot.com.es/2010/10/robots-aereos-para-la-exploracion-de.html