https://www.youtube.com/watch?v=DKRS5jzfnfQ
Archivo por días: noviembre 19, 2016
Científicos Hallan Información del Alma en las Células Humanas
Científicos comandados por el gran Roger Penrose, aseguran que la información cuántica sobre el ser humano puede seguir viva de algún modo una vez que muere el cuerpo.
Publicado por Fon Ramos
Navegantes del pasado
http://reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es/
La cueva de Jerimalai se localiza en el extremo norte la isla de Timor. El yacimiento que rellena la cueva ha sido fuente de hallazgos muy importantes en los últimos años. La isla de Timor representa uno de los “puentes” del Pleistoceno Superior entre los continentes de Sunda (formado por la mayoría de las islas de Indonesia) y Sahul (Australia, Tasmania y Nueva Guinea) cuando el nivel del mar llegó a descender más de 100 metros durante las épocas glaciares más frías. La isla de Timor fue uno de los pasos obligados entre Sunda y Sahul para los miembros de nuestra especie. El mar de Timor separa las costas de esta isla de la costa norte de Australia. Tiene cerca de 400 millas marinas y su profundidad máxima supera los 3.000 metros. Es por ello que nuestros antepasados tuvieron que conocer perfectamente métodos relativamente complejos para la navegación en épocas tan remotas para colonizar Australia hace 50.000 años.
En 2011, la revista Science publicó un artículo liderado por Sue O´Connor (Universidad Nacional de Australia), en el que se describía el registro arqueológico del yacimiento de Jerimalai. Se clasificaron hasta 22 especies de peces pelágicos, destacando sobre todo los restos de atunes. También se localizaron anzuelos fabricados a partir de conchas de moluscos, de unos 20.000 años de antigüedad, que explicaban la capacidad de los antiguos miembros de nuestra especie para pescar en alta mar. Aunque en yacimientos de especies como el Homo erectus o el Homo ergaster no se encuentren restos fósiles de peces, estoy convencido de que la pesca pudo formar parte del repertorio cultural de estas especies. Ya sabemos que el registro arqueológico tiene sus limitaciones y solo podemos trabajar con las evidencias. Así que nos quedaremos en el terreno de la especulación, aún sabiendo que el consumo de pescado es esencial en la construcción de un cerebro tan desarrollado como el de las especies del género Homo.
Volviendo a la isla de Timor y al yacimiento de Jerimalai, los expertos de la Universidad Nacional de Australia han vuelto a publicar hallazgos sorprendentes. Michelle Langley y sus colegas nos explican en la revista Journal of Human Evolutionel descubrimiento de conchas del género Nautilus, trabajadas, perforadas y pintadas con el objetivo de constituir algún tipo de ornamento corporal. La pintura está muy deteriorada, pero se conservan restos de pigmento rojo, basado en ocre (óxidos de hierro) posiblemente emulsionados con algún tipo de resina.
Ya no sorprende el hecho de que nuestros antepasados se adornaran el cuerpo hace más de 50.000 años, como lo hicieron los neandertales. Se conocen muchas evidencias de la capacidad simbólica de los adornos corporales en el Pleistoceno Superior. El caso que nos ocupa es interesante, por la rareza de adornos realizados a partir de una especie endémica de gran belleza ornamental por su concha anacarada. Pero lo más sorprendente, sin duda, es la capacidad de las antiguas poblaciones de nuestra especie para navegar en alta mar. La captura de miembros del géneroNautilus, un molusco pelágico, precisa artilugios para su captura a más de 200 metros de profundidad.
Por cierto, resulta sorprendente que sus vecinos de la isla de Flores, con los que pudieron tener contacto (dada la proximidad de las dos islas), tuvieran un cerebro tan pequeños y hayan sido catalogados como una especie diferente a la nuestra.
José María Bermúdez de Castro
NINJAS Los señores de las sombras
http://legadohistoria.blogspot.com.es/
MASCARA TENGU |
REPRESENTACIÓN DE HATTORI HANSO |
SHINOBI INFILTRANDOSE EN FORTALEZA |
EQUIPO SHINOBI |
Cuán peligrosa es la radiación de los teléfonos móviles y cómo puedes protegerte
http://www.latercera.com/Image copyrightTHINKSTOCKImage caption
Nos despertamos con él, nos comunicamos a través de él y trabajamos con él. A veces, nos desvelamos en mitad de la noche para consultarlo. Y si lo perdemos nos invade la histeria.
El mundo actual es inimaginable sin el teléfono celular. Tanto es así que hoy muchos viven obsesionados con este aparato.
- El miedo a quedarse sin celular: un trastorno que llegó para quedarse
- ¿Qué hacer con la invasión de los smombies? (Quizás tú seas uno de ellos)
Pero, en los últimos años, con el aumento de los casos de cáncer -una de las principales causas de muerte en todo el mundo- han crecido las inquietudes en cuanto a las posibles vinculaciones entre nuestros inseparables celulares y el riesgo de desarrollar tumores malignos.
«En las últimas décadas se ha llevado a cabo un gran número de estudios para analizar si las ondas de radiofrecuencia (RF) ponen en riesgo nuestra salud», le dice a BBC Mundo Emilie van Deventer, directora del Programa de Radiación del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«A medida que han ido apareciendo más ondas de RF en nuestras vidas, la pregunta por resolver es si existe algún efecto adverso por parte de celulares, estaciones base (torres de telefonía) o conexiones wifi a niveles de exposición ambiental».
Van Deventer dice que las investigaciones también abarcan problemas de fertilidad e hipersensibilidad.
Pero, hasta ahora, la respuesta ha sido ambigua.
Existen riesgos potenciales a largo plazo especialmente vinculados a tumores en la cabeza y en el cuello
«Riesgos potenciales»
Las ondas RF de los celulares son «una forma de energía electromagnética que se encuentra entre las ondas de radio FM y las microondas. Y son una forma de radiación no ionizante«, explica en su sitio web la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés).
Según este organismo, esas ondas «no son lo suficientemente fuertes como para causar cáncer» pues, a diferencia de los tipos más potentes de radiación (ionizante), no pueden romper los enlaces químicos en el ADN.
Eso solo ocurriría, explican, a niveles «muy elevados», como las de hornos microondas, aseguran.
Esta respuesta debería tranquilizarnos.
Sin embargo, el tema está siendo revisado. De hecho, Emilie van Deventer -autora de unas 50 publicaciones científicas sobre radiaciones no ionizantes- dice que la OMS lo está investigando de nuevo.
Si bien hay falta de evidencia, también es cierto que hay «riesgos potenciales a largo plazo» especialmente relacionados con tumores en la cabeza y en el cuello, cuenta la especialista,
La ACS también aborda esta cuestión: «Cuanto más cerca esté la antena (del celular) a la cabeza (del usuario), se espera que mayor sea la exposición de la persona a la energía de la RF», advierte.
La tasa de absorción específica y otros indicios
Es entonces cuando los tejidos de nuestro organismo pueden «absorber esa energía», algo que los expertos en la materia llaman «tasa de absorción específica» (o SAR, por sus siglas en inglés).
Cada teléfono celular tiene su nivel de SAR que, a menudo, se puede encontrar en la página web del fabricante.
En Estados Unidos, el nivel máximo permitido es 1,6 vatios por kilogramo (W/Kg).
Sin embargo, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), en EE.UU., advierte que «comparar los valores de SAR entre teléfonos puede causar confusión», pues esa información se basa en el funcionamiento del aparato a su potencia más elevada, y no al nivel de exposición en su uso normal.
Pero también hay estudios que vinculan el uso del celular con el cáncer de piel y el cáncer testicular.
Para analizarlo, los investigadores utilizan dos tipos de estudios: de laboratorio (con animales) y en personas (comparando tasas de cáncer).
El problema, explica Van Deventer, es que «muchos tipos de cáncer no son detectables hasta muchos años después de las interacciones que causaron el tumor, y como el uso de los celulares no se popularizó hasta los 90, los estudios epidemiológicos solo pueden evaluar aquellos cánceres que se hicieron evidentes en periodos de tiempo más cortos».
Hasta el momento, el estudio más grande que se ha llevado a cabo es Interphone, una investigación a gran escala que fue coordinada por la OMS a través de su Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) y en la que se analizaron datos de 13 países, entre ellos Reino Unido, Australia, Japón y Canadá.
El estudio analizó el uso del celular en más de 5.000 personas con tumores cerebrales y en otro grupo similar de personas sin tumores.
«No encontró vinculación entre el desarrollo de gliomas y meningiomas (tumores cerebrales) con el uso de teléfonos móviles por más de 10 años», dice Van Deventer.
«Pero hay algunas indicaciones de un posible riesgo de gliomas entre el 10% de las personas que dijeron haber usado con más frecuencia sus celulares, aunque los investigadores concluyeron que los sesgos y errores le restan fuerza a estos resultados», agrega la especialista.
Al final, IARC clasificó las radiofrecuencias electromagnéticas como «posibles carcinógenos para los humanos», una categoría «que se utiliza cuando la relación causal se considera fiable pero las oportunidades, sesgos o confusiones no pueden gestionarse de forma razonable», explica Van Deventer.
Esas limitaciones tienen que ver con nuestra dificultad para recordar la frecuencia con la que usamos el celular durante toda una década y también con el uso cambiante de los celulares con el tiempo, además de las complicaciones en el estudio de los cánceres cerebrales.
Pero la pregunta sigue estando sobre la mesa (y sobre el laboratorio) de científicos de todo el mundo.
La OMS espera publicar a fines de 2017 una «evaluación de riesgos oficial» sobre esta cuestión, cuenta Van Deventer.
También preocupa la especial vulnerabilidad de los niños, pues sus sistemas nerviosos están aún en formación.
Ya se realizó un estudio a gran escala sobre el tema-CEFALO y hay otro en marcha en Australia, Mobi-Kids, cuyos resultados se publicarán próximamente.
Medidas de prevención
Mientras tanto, algunos sostienen que es mejor prevenir que curar.
En ese sentido, Van Deventer recomienda lo siguiente:
- Usar elementos de «manos libres» para mantener los teléfonos lejos de nuestra cabeza
- Limitar el número y duración de las llamadas
- Usar el teléfono en zonas de buena recepción, pues esto hace que el celular trasmita con una potencia de salida reducida
Desde la American Cancer Society de EE.UU. recomiendan enviar más textos en lugar de hablar por teléfono y limitar el uso (de adultos y niños) del celular. Otra opción es optar por un teléfono con un valor de SAR reducido (menos niveles de ondas de RF).
Pero no todas las prevenciones son bienvenidas por la ciencia.
«El uso de protectores de celulares para absorber la energía de radiofrecuencia no está justificado y la efectividad de muchos aparatos comercializados con el fin de reducir la exposición no ha sido probada», explica Van Deventer
________
*La BBC no se hace responsable del contenido de páginas externas.
TERRORÍFICO: ¿ASÍ ES COMO “CONTROLAN” EL MUNDO POR COMPLETO?
https://elrobotpescador.com
Más o menos todos somos conscientes de que existen grupos de personas muy poderosas, conformadas por grandes financieros, líderes políticos bajo sus órdenes e incluso algunos académicos, que controlan (al menos parcialmente) el devenir de los acontecimientos en todo el mundo.
Sin embargo, aún hay mucha gente que tiende (tendemos) a pensar que las decisiones que toman provienen de sus propias deliberaciones y cálculos y que en todas ellas el factor humano es el predominante.
Y eso se debe a que tenemos una visión “anticuada” o “analógica” de la toma de decisiones. En el fondo, nos reconforta pensar que hay personas, (aunque sean extremadamente malvadas), tomando las decisiones.
Pero el desarrollo de la Inteligencia Artificial y de la computación cuántica, están creando un mundo muy diferente y tenemos que empezar a cambiar nuestra forma de pensar, aunque ello implique enfrentarse con conceptos aterradores.
Un artículo publicado por Joe Joseph en The Daily Sheeple y del que se hace eco la web SHTFplan, nos demuestra que estos grupos de poder disponen de tecnologías que les capacitan para conocer cómo se desarrollaran los acontecimientos o decisiones que tomen antes de que estas ocurran.
Puede sonar descabellado o como algo salido de una película de ciencia ficción, pero con el advenimiento de la computación cuántica y los avances en la inteligencia artificial, estos grupos disponen de tecnologías para simular eventos a gran escala, en un entorno que refleja todas las complejidades de nuestro propio mundo; de hecho, son capaces de simular prácticamente todo el mundo y la reacción de todo el planeta ante cualquier acontecimiento que ellos provoquen.
Hace ya varios años, más de una década atrás (en 2004), se creó un software en concreto, llamado Synthetic Environment for Analysis and Simulations o SEAS, desarrollado por la Universidad de Purdue, que está siendo utilizado por el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU y el Departamento de Defensa de Estados Unidos para simular estados de crisis en los Estados Unidos.
El SEAS “permite a los investigadores y a diversas organizaciones probar sus modelos o técnicas en un entorno de conocimiento público, y de detallado realismo detallado”
En sus inicios, el SEAS era capaz de ejecutar simulaciones en tiempo real para un máximo de 62 naciones, incluyendo Irak, Afganistán y China. Las simulaciones incorporan las últimas noticias, los datos del censo, los indicadores económicos y los eventos climáticos en el mundo real, junto con información privada, y información secreta procedente de la inteligencia militar.
El SEAS fue desarrollado para ayudar a las compañías principales de la lista Fortune 500 para realizar planificación estratégica.
No hace falta decir, que el SEAS es una anticualla, si tenemos en cuenta que fue creado en 2004 y que el poder de estas tecnologías crece exponencialmente de forma continuada, de forma que no es exagerado afirmar que una tecnología con 6 meses de antigüedad está total y absolutamente obsoleta.
En estos momentos, el SEAS ha evolucionado hasta un nuevo software de simulación a escala planetaria, llamado Sentient World Simulation, concebido como un modelo de funcionamiento continuo que actúa como un espejo del mundo real, que es continuamente actualizado con datos procedentes de todas las fuentes imaginables del mundo real y que se puede utilizar para predecir y evaluar cualquier desarrollo de eventos del futuro.
Literalmente, un supercomputador dotado de una de estas herramientas de Inteligencia Artificial, es capaz de simular por completo el funcionamiento de todo el planeta, con sus 7 mil millones de personas simuladas.
Esta tecnología se puede utilizar para ejecutar simulaciones de guerra nuclear, ataques de falsa bandera, colapsos económicos, envenenamiento de los acuíferos, accidentes o incidentes “fortuitos” de cualquier tipo, etc… y eso permite que determinadas élites puedan conocer con anterioridad, cuáles serán los efectos de cualquiera de sus maniobras.
Sabemos que esto puede parecer ciencia ficción y que mucha gente aún se negará a reconocer que esto está en funcionamiento, o que al menos, podría estarlo en un futuro no demasiado lejano.
Pero las cosas son aún peores: podemos encontrar información del Sentient World Simulation en Wikipedia, lo que significa que estamos muy lejos de saber qué tipo de tecnologías de última generación pueden estar utilizando en estos momentos estas élites, para simular todos y cada uno de los pasos que les lleven a alcanzar sus objetivos.
Cuando se es consciente de que existen estas tecnologías, uno se pregunta si cada noticia que se “hace viral” y que aparece en múltiples medios de todo el mundo de forma simultánea (desde los occidentales hasta los opositores de RT o similares), no estará desempeñando una función concreta en toda esta simulación.
Si estos sistemas de simulación son tan potentes como parecen, entonces hay una gran posibilidad de que todo lo que vemos a nuestro alrededor, especialmente todo aquello que procede de los medios de comunicación, obedezca a un plan específicamente diseñado…diseñado por una Inteligencia Artificial y no por un ser humano.
Y si alguien cree que es imposible controlar a todos los medios de comunicación, peca de una profunda inocencia. La mayoría de medios de comunicación acaban bebiendo de fuentes comunes y se hacen eco de noticias aparecidas en los otros medios.
Un ejemplo de ello lo encontramos en RT, la cadena que presuntamente tiene la función de contrarrestar a los medios de propaganda occidentales. Aparte de ejercer de vehículo propagandístico del Kremlin, simultáneamente, RT se hace eco constantemente de lo que publican las agencias occidentales, desde France Presse, hasta Reuters o Associated Press, así como de la BBC o periódicos sensacionalistas británicos de todo tipo.
Así, si alguien quiere convertir una noticia en viral y impactar con ella sobre todo el mundo, solo hace falta generarla en un punto concreto al que todos tengan acceso y esperar a que se extienda por toda la red.
Quizás haya gente que crea que es imposible prever el conjunto de acciones de todos los seres humanos y que la sociedad humana en su conjunto es demasiado compleja como para poder ser simulada y que cualquier individuo puede acabar echando al traste todas las simulaciones; son personas que creerán a pies juntillas el efecto mariposa, aquello de que “un aleteo de mariposa en Brasil puede provocar un huracán en Japón”.
Pero quizás a nivel de masas sociales, las cosas no sean exactamente así. El poder que tenemos las personas de la calle para cambiar nuestro entorno, es muy limitado, y cualquier acción que emprendamos, tiende a diluirse en nuestro entorno inmediato, como si la viscosidad de la masa tendiera a disipar la energía inicial del acto.
Un problema que se multiplica aún más en una sociedad sobreinformada como la nuestra, donde cada individuo recibe en su mente el impacto incesante de miles de informaciones fragmentadas a lo largo del día, lo que le impide generar una emoción duradera asociada a cualquier impulso informativo, lo que a su su vez, repercute en que no disponga de la energía emocional necesaria para emprender una acción duradera que incida en el entorno y lo transforme.
Dicho de otra manera: no hay nada que nos provoque la suficiente indignación como para emprender acciones transformadoras reales.
Fíjense: una persona mata a decenas de inocentes en un mercado de Bagdad, o de donde sea y la mayoría de nosotros vemos la noticia sentados en la mesa mientras comemos…y una vez pasada la noticia, seguimos comiendo y seguimos con nuestro horario habitual, sin que se produzca ningún cambio real en nuestro entorno. Esas muertes son mucho más que el aleteo de una mariposa, pero sin embargo, no provocan una tormenta en nosotros.
A nuestra escala, a la escala de las personas de la calle, cualquier acción se convierte en casi irrelevante para el conjunto.
Por lo tanto, somos fácilmente “simulables” como masas. Prácticamente nos pueden tratar como un fluido viscoso, que puede ser desplazado de un sitio a otro, a base de pequeños impulsos constantes. Y cualquier partícula extraña que trate de ir contracorriente en ese fluido, se ve atrapado y arrastrado por la viscosidad del conjunto y necesita de una gran energía para influir en su entorno. (sí, es cierto, una persona sola puede hacerles “daño” si sabe transmitir una idea de la forma adecuada…pero necesita de muchos factores a su favor y aún llegando a provocar reacciones es posible que solo sean pequeñas ondas que se disipen con el tiempo y acaben siendo olvidadas ).
A todo esto, podemos añadir la inmensa cantidad de información a escala individual que estas inteligencias artificiales pueden recopilar y utilizar.
Pueden saber todo lo que decimos a través de nuestros móviles, lo que escribimos en nuestros ordenadores o obtener cualquier información a través de la inmensa cantidad de dispositivos conectados a la red a través del conocido como Internet de las Cosas.
Puede parecer una cantidad de información imposible de procesar…y lo es para un ser humano, pero no para los modernos supercomputadores cuánticos.
Sabemos que resulta terrorífico, pero es probable que dentro de poco, sean capaces de simular el planeta por completo, en tiempo real y con una escala de precisión cada vez más próxima a la del individuo…y con ello obtendrán un control total y absoluto de nuestras vidas, posiblemente, sin que seamos conscientes de ello.